La Carruaca

La Carruaca

La Carruaca.
La cascada y poza final.

En este paseo mínimo visitaremos otra joya del Valle de Belsué. En primer lugar se trata de una poza que puede servirnos simplemente como un lugar de descanso después de haber efectuada una fatigosa marcha en el valle como por ejemplo la visita del Despoblado de Ibirque, el Dolmen de la Piatra o la vuelta por la Sierra de Gabardiella.

La Carruaca o el Barranco de Lusera es un corto desfiladero. En el mundo de los barranquistas tiene fama por ser un descenso que carece de dificultades y que se ofrece para una excursión con niños o debutantes – simple, corta, acuática, entretenida y bella.Ficha CarruacaSin embargo, no recomiendo el descenso integral con el perro, ya que hay resaltes por una zona muy estrecha que no es el terreno apropiado para el perro. Más bien, recomiendo la visita de la poza final y, si hay ganas de andar, la visita de los últimos metros y/o la entrada a los Estrechos de la Carruaca.

El Río Flumen Superior, cual es el nombre que figura en los mapas, forma este breve estrecho. Este ramal del Río Flumen suele llevar un hilo de caudal durante todo el año, pero es en la primavera cuando la ultima cascada se presenta en su forma más espectacular, sin duda.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

La aproximación a la poza y los últimos metros de la Carruaca es muy corta y fácil. Si hay ganas de andar, podemos realizar la visita opcional de la zona que se halla antes de los estrechos. Esta también es interesante, ya que se anuncian en dicha zona los paredes que oprimen más abajo el lecho del río.

Preparamos todo lo que se suele llevar para pasar un rato en una poza, el casco – si tenemos la intención de explorar la final de la Carruaca al fondo – y la correa para el perro.

Un baño refrescante

La Carruaca.
Un baño refrescante.

Tiempo:

Aproximación a la poza: 2min.

Marcha por el interior de la Carruaca: irrelevante, max. 10min.

Aproximación opcional a la entrada del estrecho: 20 min.

Marcha por el lecho del río encima de los estrechos: irrelevante.

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Total: 30min – 2h.

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito, después del desvío a Lusera la carretera describe una «S». Después de estas curvas hay unos ensanches en el margen derecho donde veremos ya la ultima poza de los Estrechos de la Carruaca abajo.

Aparcamos en uno de los ensanches.

Acceso:

Bajamos por una senda obvia al lecho del río y le remontamos hasta la poza.

La Carruaca

La Carruaca

La cascada se trepa mejor por su orilla derecha. Después podemos seguir por el cauce hasta donde nos antoja. Bonitas marmitas en cadena en un entorno típico de los cañones de Guara nos compensarán el esfuerzo.

La entrada a los Estrechos de la Carruaca

La entrada a la Carruaca

La entrada a la Carruaca.
Los dos troncos que «avisan del peligro» se han desplazado durante estos últimos años y ya no están empotrados allí.

Donde hemos llegado en el acceso al lecho del río tomamos la prolongación de la senda que empieza a ascender por la loma en dirección este. Nos llevará a un collado donde desemboca de nuevo en la carretera. Antes de topar con esta giramos a la derecha y bajamos por una visible senda hasta el lecho del río.

Remontando el río encontraremos campos abandonados, bosque, un lecho de río entre vegetación molesta y rastros de senda que se pierden en las penumbras.

Al contrario, siguiendo la corriente, encontraremos un cauce abierto de caliza que es mucho más cómodo para andar. Por la derecha se va formando una pared abovedada. Por desgracia no hay ninguna poza, pero el perro puede mojarse con ganas. Podemos seguir por el cauce hasta la obvia entrada a los estrechos – el primer resalte – que sería para nosotros el punto donde tenemos que dar la vuelta.

Retorno:

Rehacemos los caminos hechos.

La entrada de la Carruaca en invierno

La entrada de la Carruaca en invierno.

Las Gorgas del Romeral

Las Gorgas del Romeral

Las Gorgas del Romeral.
Robert llega a la parte más estrecho.

Cerca de Belsué «se esconde» un pequeño estrangulamiento que forma el Barranco de Lavateras, un río secundario que desemboca en el Embalse de Belsue.

Dicho estrecho es tan breve y poco profundo que no está mencionado en ninguna de las guías de barranquismo de la zona, ya que el interés de un descenso deportivo es mínimo dado a las características. Sin embargo, las Gorgas del Romeral ofrecen a los excursionistas – especialmente a los que vamos acompañados por niños o perros – un paseo fluvial, corto y fácil, pero muy interesante.

Ficha Romeral

Como mencionado, la ruta es fácil. Sólo una de las últimas pozas del estrecho nos obliga a meternos por completo en el agua. Sin embargo, avanzamos por el lecho del río y esto siempre con lleva ciertos peligros. Quizás tenemos que andar por un suelo resbaladizo o nos molesta la temperatura baja, sea del del agua o del ambiente. Especialmente si vemos al caudal elevado o el agua turbio, no debemos iniciar la marcha por el lecho del río.

Las Gorgas del Romeral

Las Gorgas del Romeral.
La parte más encajonada suele estar habitado por muchas arañas.

En la ficha he puesto que no hace falta preparar medidas de seguridad. No obstante, presento abajo una simple lista de chequeo para comprobar, si el barranco es apto para el paseo y en caso contrario, posibles medidas de seguridad:

  • El caudal es elevado? (Peligro de ahogamiento en la parte estrecho del barranco. ==> STOP)
  • El agua está turbia? (No veremos el suelo debajo del agua. Peligro de torcerse el tobillo o de una caída. ==> STOP)
  • Hay cabras o otro tipo de ganado en los alrededores? (Peligro de desprendimientos de piedras. ==> USO DEL CASCO)
  • La temperatura del agua es muy fría? (Peligro de hipotermia. ==> USO DEL NEOPRENO)
  • El tiempo está a punto de cambiar? Se cierre una tormenta? Se anuncia una bajada de temperatura? (Se puede producir uno de los casos anteriores. ==> STOP)
  • No hay caudal? (Toparemos con pozas estancadas. ==> STOP)

Pero después de todo es una buena ocasión para tomar un primer contacto con el mundo del baranquismo  y experimentar, si le gusta a uno.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

El Barranco de Lavateras suele llevar un hilo de agua durante todo el año. Así que nos puede servir esta excursión también de alternativa o «escapatoria», si encontramos las cercanas Pozas de la Pardina de Ascaso repletas de gente.

Preparamos la correa y los utensilios que se suelen llevar para pasar un rato en una poza y empezamos a explorar el micro-mundo del Romeral.

Tiempo:

Del coche a la Casa del Romeral: 10min.

Avance por las Gorgas: irrelevante, 40min.

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Total: 1h.

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito, cerca del primer pueblo, se encuentran la Casetas de Ciprés. Estos corrales están muy visible, ya que la borda intacta está pegado a la carretera a mano derecha.

Unos doscientos metros más adelante arranca una pista, también a mano derecha, donde un cartel prohíbe la circulación de vehículos. En esta pista o 20m más adelante en un ensanche podemos aparcar cómodamente.

Acceso:

A mano izquierda de la pista mencionada, a 10m de la carretera hay una borda derruida. Desde esta ruina podemos bajar por una canal y atajar de este modo una larga lazada de la pista. La senda que discurre por la canal está poco definida, pero por las características del terreno resulta obvia. Hay que superar dos resaltes y al final molesta un poco la vegetación, pero nos evitamos mucho trozo de la pista calurosa.

Seguimos ahora por la pista en dirección este. Pronto veremos delante las ruinas de la Casa del Romeral, nuestro objetivo.

La Casa del Romeral

La Casa del Romeral.

La Casa del Romeral está en medio de los campos. Al norte de la caseta se levanta una pequeña colina que forma las gorgas de interés en su vertiente opuesto. Al extremo izquierdo de este montículo – mirando desde la caseta – hay una tímida senda que cruza el barranco por un desolado puente. Dicha senda lleva hasta la zona de Cienfuens y es uno de los factibles accesos a este embalse. Podemos dejar la mochila o cualquier cosa que no queremos llevar al barranco cerca de la caseta y encarar la parte acuática de la excursión.

Las Gorgas del Romeral

Las Gorgas del Romeral.
La entrada al estrangulamiento.

Ya preparado para el agua nos dirigimos hacia el extremo derecho de la colina mencionada. Allí, cerca de una pequeña presa, encontraremos un fácil acceso al lecho del río. Avanzamos siguiendo la corriente por el cauce que se va estrechando en seguida.

Después de un primer estrecho el barranco se abre de nuevo. En este tramo molesta un poco la vegetación, pero al fin y al cabo llegaremos a salvo a la última parte, bien encajonada y verdaderamente bonita.

Las Gorgas del Romeral

Las Gorgas del Romeral.

Cruzamos el puente por debajo y allí es justo donde el barranco se estrecha de nuevo y el lecho del río empieza a formar bonitas marmitas, toboganes y saltos de agua. Ninguna de estas formaciones llega a ser espectacular, pero en el conjunto resultan entretenidas y curiosas.

En seguida desaparecen los paredes y el carácter encajonado cambia a él de un arroyo entre campos. Podemos salir cómodamente por la orilla izquierda. Desde allí podemos volver sin complicación ninguna a la Casa del Romeral o acercarnos al puente y ver las Gorgas desde los alto.

Retorno:

Rehacemos el camino de acceso.

En el camino del acceso

En el camino del retorno.

La Pardina de Bail y el Dolmen de Ibirque

Robert y la Caseta de las Brujas

Robert y la Caseta de las Brujas.

EL Dolmen de Ibirque es un objetivo bien conocido para los excursionistas. La Pardina de Bail, al contrario, no ss conoce y está poco frecuentada por los humanos por todas maneras.  Son dos paseos distintos, sin embargo, les trato en un sólo articulo, ya que están muy cerca y el desplazamiento en el coche entre los dos paseos es mínimo.

Ficha BailAsí que, sobre el dolmen no perderé más palabras. Es fácil de encontrar.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

Lo atractivo de la pardina es, aparte de las edificaciones y ruinas, los bonitos prados que la rodean. Mientras no hay ganado presente, el perro puede jugar y correr sin restricciones ningunas por estas suaves hierbas.

No hace falta que preparemos la mochila, ya que se trata de paseos muy cortos. Sólo cogemos la correa para explorar otro rincón olvidado de la Sierra de Guara.

Tiempo:

Desde el coche al Dolmen de Ibirque: 15min.

Desde el coche a la Pardina de Bail: 1omin.

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Total: 1h, calculando el desplazamiento del coche.

 

Aparcamiento:

Los dos aparcamientos se encuentran en la carretera que conecta Nocito con la Guargera.

El Dolmen de Ibirque: En el mismo Collado de Bail. Hay carteles y espacio.

La Pardina de Bail: Es algo más difícil. Tenemos que bajar desde el Collado Bail hacia Nocito. La primera pista a mano izquierda ignoramos, pero la segunda es la que lleva a la pardina. Esta a 600m del collado. Por desgracia, está muy rota y casi borrada. Hay que estar muy atento. Hay un pequeño ensanche donde cabe un coche.

Acceso:

Los paseos empiezan en los aparcamientos.

El Dolmen de Ibirque:

Seguimos por la pista como indican los carteles. Debemos acercarnos también en cualquier momento a la cresta para disfrutar de las vistas al Pirineo.

Buenas vistas a la Collarada

Buenas vistas.
En este angulo desde la Collarada a la Telera.

La Pardina de Bail:

En los prados de la Pardina de Bail.

En los prados de la Pardina de Bail.

Marchamos por la pista. No hay carteles, ni balizas. Pronto salimos del bosque a las praderas y topamos con la borda de la pardina.

Ruinas entre el boj

Ruinas entre el boj.
No se decir que función tenia este edificio.

A la do está la casa principal, monumental como un castillo. Se compone de dos edificios adosados, la cuadra y la residencia de la familia. Esta ultima está ya hundida y impide el paso al segundo piso de la cuadra que tiene un aspecto estable.

Hacia el este encontramos entre el boj otras ruinas de edificios más pequeños, terrenos derechos y estrechos que recuerdan a una pista muy antigua y prados donde el perro puede disfrutar.

Mirando hacia el noroeste veremos la silueta del dolmen. Lógico, ya que hemos visto antes desde allí la pardina.

La Pardina de Bail

La Pardina de Bail

Retorno:

Volvemos al coche por los mismos caminos respectivamente.

Robert posando como una Esfinge encima del dolmen

Robert posando como la Esfinge encima del dolmen.

La Piedra de los Moros

La Piedra de los Moros

La Piedra de los Moros.
Al fondo se ve la vieja acequia que viene de Vadiello.

Una buena excusa para un romántico paseo por la cuenca del Guatizalema en la Hoya de Huesca nos da la Piedra de los Moros. Se trata de un conjunto de bloques de arenisco que fue adaptado por el humano como almacén, refugio o esculturas religiosas. Estaban en «funcionamiento» hace muchos años, hoy en día encontramos los bloques de estas curiosas formas dentro de un pequeño carrascal como unas reliquias que recuerdan de una época olvidada y lejana.

Merecen una visita sin duda.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Para hacer el paseo mas atractivo para el perro propongo un vuelta circular que pasa por la bonita poza del Azud de Sipán. Otra atracción que veremos son las ruinas de la Ermita de San Esteban y si nos quedan ganas y tiempo podemos prolongar la ruta hasta el Puente de Sipán.

Para no aburrirse en las pista que vamos a recorrer sería una buena jugada plantear este paseo en primavera – cuando los campos son verdes, las pistas flanqueadas por flores y el calor del día todavía es aguantable.

Preparamos la mochila con agua y un pequeño almuerzo, no nos olvidamos de la correa y damos este paseo por un terreno sin acantilados, cumbres o gorgas, pero sin embargo entretenido, curioso y bonito.

Ficha Piedra de MorosTiempo:

Desde Ayera a la Piedra de los Moros: 30min.

De la Piedra al Azud de Sipán: 30min.

Volver por Sipán: 1h

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Total: 2h30, media jornada

Visita adicional del puente y pueblo de Sipán (ida y vuelta): 1h

Aparcamiento:

Vamos hacia Almunia del Romeral por la HU-V-3314.

Antes de entrar en el pueblo tomamos una pista a mano derecha que lleva a la Ermita de San Esteban. Allí aparcamos el coche.

Acceso:

Buscamos la subida a la ermita.

La Ermita de San Esteban

La Ermita de San Estebán

La Ermita de San Esteban.

Entre la ermita, el cementerio y el curioso montículo donde se ubica se trata de un lugar muy interesante. Un panel explicativo nos informa sobre los detalles.

En la cara norte se pueden todavía contemplar los restos de unos silos que fueron escavados y pulidos en la roca.

Muy curiosa me parece la carrasca que crece por una grieta en un bloque. Se encuentra a lado del camino de acceso que fue empotrado en el arenisco igual.

Vamos por la pista indicada hasta el punto donde parte la senda a la Piedra de los Moros, también indicada.

La Piedra de los Moros

Uno de los bloques del conjunto de la Piedra del Moro

Uno de los bloques del conjunto de la Piedra del Moro.
Aquí vemos a Robert, pero si posaría Papa Pitufo tampoco estañaría.

Un panel indicativo nos habla de la edad, la funcionamiento y la leyenda que rodea este curioso lugar.

Volvemos a la pista y la seguimos en dirección norte. En el próximo cruce tomamos la pista que lleva a Sipán (indicada). Nos quedamos en la pista principal y en una bifurcación aguda tomamos el ramal izquierdo. Este topa en seguida con una pista que está flanqueada por unos hitos de cemento en los cuales está escrito «prohibido pastado». (Parece que la maleza está reservada para las abejas.) Giramos a la izquierda y bajamos al Río Guatizalema. Pronto veremos la poza del Azud de Sipán.

El Azud de Sipán

La Poza del Azud se Sipán

La Poza del Azud se Sipán.

Hay una senda, pendiente pero obvia, que baja a la orilla.

Este lado del río muchas veces está tocado de las crecidas y lleno de barro. Para llegar a la otra orilla opuesta podemos cruzar el río con cuidado por la presa. Nos mojaremos hasta los tobillos.

Volvemos por la pista a la zona de los hitos y seguimos por ella recto. Así avanzamos por esta larga pista derecha y ignoramos varios desvíos siempre tirando en linea recta. Finalmente llegamos a un cruce donde unos carteles indican que podríamos optar por bajar al pueblo de Sipán. Pero si queremos volver a Ayera debemos girar a la derecha y seguir por la pista que se aleja hacia el oeste.

El pueblo de Sipán

El Puente de Sipán

El Puente de Sipán.
Idílico puente sobre el Guatizalema; detrás se ve la iglesia del pueblo.

El pueblo con su bonito núcleo está a menos de 10min.

Si queremos andar un poco más podemos visitar el puente románico que está a 15min del pueblo. Allí el perro podrá bañarse de nuevo.

Debemos controlar al perro por el pueblo, ya que hay varios machos y en la bajada al puente tenemos cruzar la carretera.

De nuevo en el cruce encima del pueblo tomamos rumbo al oeste para llegar a Ayera. No hay ningún cartel que lo indique, pero el camino es obvio.

Retorno:

Volvemos por la pista mencionada hasta el coche.

Una carrasca valiente

La carrasca valiente cerca de la Ermita de San Esteban.

Paseo al Abrigo de Muriecho

El Barranco Fornocal y el Portal de la Cunarda

El Barranco Fornocal y el Portal de la Cunarda.

El Parque Cultural del Río Vero

El Parque Cultural del Río Vero se creó en 1998 para gestionar el patrimonio cultural y natural que se halla en el curso del Río Vero. Al mismo tiempo facilita el flujo de informaciones al publico y potencia las visitas turísticas. Nosotros, acompañados por el perro, no buscamos los servicios de las instalaciones en los pueblos, como los centros de interpretación, o las rutas guiadas. Pero nos podemos aprovechar de los senderos limpios y balizados para dar unos bonitos paseos culturales por este paisaje asombroso.

Antes de iniciar el paseo podemos informarnos en la web del Parque Cultural del Río Vero.

Ficha Muriecho

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

La visita de estos abrigos conlleva un largo paseo por una pista que traspasa un pinar. La caminata resulta fácil y agradable, aunque monótono. Sólo al final, cuando nos acercamos a los acantilados del Barranco Fornocal donde se encuentran las pinturas, la excursión coge color y emoción. En el acceso al abrigo veremos el Portal de la Cunarda en el otro lado del cañón todo enmarcado por los acantilados y fajas que flanquean las orillas del Barranco Fornocal.

Como el paseo es corto, lo podemos combinar con la visita del cercano Abrigo de Barfaluy donde se encuentran también pinturas rupestres en un paisaje espectacular y llenar de esta manera una media jornada.

Tiempo:

Del aparcamiento al Abrigo de Muriecho: 45min.

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Total: 1h15

Aparcamiento:

En la carretera A-2205 (de Colungo a Boltaña) sale una pista a mano izquierda después de pasar el km9. Seguimos esta pista unos 50m y aparcamos en uno de los ensanches delante de la barriera.

Acceso:

La excursión empieza allí.

Sólo hay un cartel al lado de la barriera. Durante el camino tenemos que orientarnos con la ayuda del mapa, aunque en total no resulta difícil.

Avanzamos por la pista. Cuando salimos del pinar se acopla un ramal desde la derecha. (Debemos tenerlo en cuenta en la vuelta.) En la siguiente bifurcación tomamos el ramal que baja por la derecha. Después, en una curva de 90º hacia la izquierda, dejamos la pista y bajamos por una senda que nace allí a mano derecha.

Esta senda, clara y bien pisada, desciende a un barranco que cruzamos. En breve nos lleva a los abrigos.

Los Abrigos de Muriecho

Las pinturas rupestres del Abrigo de Muriecho

Las pinturas rupestres del Abrigo de Muriecho.

Paisaje y cultura.

No es de todo fácil encontrarlas, por eso es recomendable informarse sobre las pinturas vía la web anteriormente.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino, que nos revelará en esta dirección buenas vistas sobre la cabecera del Barranco Argatín, una parte del Vero y de la Choca donde se encuentran los Abrigos de Barfaluy.

Vistas al Barranco Argatín

Vistas al Barranco Argatín en un día lluvioso. Los visibles acantilados a la izquierda son los de la Choca.

Paseo al Abrigo de Barfaluy

Las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy

Unas de las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy.

El Parque Cultural del Río Vero

El Parque Cultural del Río Vero se creó en 1998 para gestionar el patrimonio cultural y natural que se halla en el curso del Río Vero. Al mismo tiempo facilita el flujo de informaciones al publico y potencia las visitas turísticas. Nosotros, acompañados por el perro, no buscamos los servicios de las instalaciones en los pueblos, como los centros de interpretación, o las rutas guiadas. Pero nos podemos aprovechar de los senderos limpios y balizados para dar unos bonitos paseos culturales por este paisaje asombroso.

Antes de iniciar el paseo podemos informarnos en la web del Parque Cultural del Río Vero.

Ficha Barfaluy

Recorte mapa Sig Pac

Recorte mapa Sig Pac.

La senda de Lecina a las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy es fácil, agradable y de poco desnivel. Traspasa un bonito carrascal y revela en su final las espectaculares vistas a los acantilados del Barranco de la Choca.

Como el paseo es corto lo podemos combinar con la visita del cercano Abrigo de Muriecho donde se encuentran también pinturas rupestres en un paisaje espectacular y llenar de esta manera una media jornada.

Tiempo:

De Lecina al Abrigo de Barfaluy: 30min.

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Total: 1h

Aparcamiento:

Aparcamos en Lecina.

Acceso:

Seguir las instrucciones de los carteles.

Antes o después de visitar las pinturas debemos visitar el bonito pueblo de Lecina.

Lecina

El aljibe de Lecina

El aljibe de Lecina

Obligatoria es la visita de la Castañeda, la carrasca milenaria.

Lecina es un pueblo pintoresco que destaca con una bonita plaza.

El aljibe y la fuente del pueblo se encuentran cerca del sendero que lleva a las pinturas rupestres.

El camino hacia los Abrigos de Barfaluy está bien señalizado y limpio.

Los Abrigos de Barfaluy

La cornisa que alberga las pinturas rupestres de Barfaluy

La cornisa que alberga las pinturas rupestres de Barfaluy.

Hay varios covachos que ubican pinturas. Algunos son difíciles de identificar y por eso merece la pena informarse anteriormente en la web.

Encuentro con la vida pastoral

Encuentro con la vida pastoral.

Merece la pena inspeccionar toda la parte accesible de la cornisa, ya que fue también usado por la gente de la zona. He encontrado varios utensilios que yacen en rincones. (Aunque no estoy de todo seguro, si los han colocado por las visitas guiadas…)

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

La Castañeda

La Castañeda.
La carrasca milenaria de Lecina.

Vuelta por el Tozal de Lusera

Pozas vírgenes de aguas cristalinos en el Río Flumen, Barranco Barón y de la Tosca

Pozas vírgenes de aguas cristalinos en el Río Flumen, Barranco Barón y de la Tosca.
En este caso los aguas del Río Flumen son muy fríos por la madrugada en invierno. A estas horas es mejor olfatear la orilla, según Robert.

Como otras rutas por la Sierra de Belarra, esta reúne la visita de pozas vírgenes con las de aldeas abandonadas y paisajes solitarios. Los ríos protagonistas son el mismo Flumen, el Barranco Barón y el de la Tosca. Por los tres discurren unas sendas muy bonitas y recomendables.

El trayecto por el Río Flumen es el GR, fácil de identificar, limpio y bien acondicionado. Las sendas por los otros dos barrancos mencionados son más salvajes y menos recorridos, pero aún fácil de seguir. El único trayecto difícil es el tramo por la senda perdida que conecta estos dos caminos en la cara apartada del Tozal de Lusera. Está casi invisible entre los Erizones y las únicas balizas que nos guían tímidamente son unas marcas de plástico pegados en los arbustos y árboles.

Es allí donde topamos con dos concentraciones de edificaciones, caídos, olvidados y desconocidos, que aportan este aspecto de aislamiento y abandono que tiñe la excursión de un triste gris melancólico.

Ficha UbietoAl principio de la excursión veremos el pueblo de Santa María de Belsué y la Pardina de Ascaso. Las dos aldeas se encuentran en la orilla del Río Flumen, abandonadas pero bien conocidas por el fácil acceso y la cercanía de unas maravillosas pozas. Las otras dos, mencionadas en el párrafo anterior, son mucho menos conocidas y de acceso largo.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Primero encontraremos las ruinas de la Pardina de Usieto y más adelante los montones de piedras de las edificaciones derruidas, muros caídos, terrazas y campos que recuerdan de la existencia caducada de un gran corral o parecido en aquel lugar privilegiado, cuyo nombre no conozco.

El hecho que nos movemos por terrenos olvidados se refleja también – y más que nunca – en los mapas. Todos se contradicen, la mayoría es inexacta y la toponimia no es de fiar.

4 mapas

4 mapas.
Recortes de cuatro editoriales distintos.

No quiero criticar el trabajo que hicieron los editoriales – al contrario, estoy agradecido. Pero si comparamos estos cuatro ejemplos, veremos que hay muy poca información sobre esta zona aportada por el medio más importante para el excursionista – el mapa. Este paraje todavía está muy poco desarrollado para el turismo. Por esta razón he clasificado la ruta como difícil**.

Preparamos la mochila con un buen almuerzo, una botella de agua y la correa del perro para introducirnos al corazón abandonado de la Sierra de Belarra.

Tiempo:

Desde la chopera a la desembocadura del Barranco Barón: 45min.

Desde la desembocadura del Barranco Barón a la Pardina de Usieto: 1h

Desde la Pardina de Usieto al encuentro con la senda por el Barranco de la Tosca: 1h30

Subida a la cresta del Tozal de Lusera: 30min.

Por el Barranco de la Tosca a Lusera: 45min.

De Lusera a la chopera: 30min.

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Total: 4h30, media jornada, pero las visitas de las ruinas, las pozas y la cresta pueden aumentar el tiempo considerablemente y llenar una jornada completa.

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito cruzando la primera vez el Río Flumen, aparcamos en la chopera, justo después del puente a mano izquierda.

Acceso:

Desde la chopera cogemos la pista que arranca del aparcamiento cruzando el río. Por ella subimos al pueblo abandonado de Santa María de Belsué. Allí empieza la circular.

Las pozas de la Pardina Ascaso

Las pozas de la Pardina Ascaso.

Avanzamos por el GR en dirección Belsué. En la Pardina de Ascaso dejamos el GR y buscamos la senda que lleva a la desembocadura del Barranco Barón.

Como encontrar esta senda está detallado en la entrada «Las pozas de la Pardina de Ascaso«.

Cruzamos el Río Flumen y seguimos por un camino que cruza los campos que se encuentran entre los dos barrancos. En seguida empieza a ascender cerca del cauce del Barranco Barón. Nos introducimos en un bonito bosque en la orilla derecha de dicho barranco, con el agua siempre cerca. NO tomamos la senda, más pequeña y menos pisado, que sigue el curso del Río Flumen (Más información en la entrada «El tramo olvidado del Flumen«).

El Barranco Barón

El Barranco Barón

El Barranco Barón.
Robert aprovecha las pozas vírgenes y salvajes. Sin embargo, hay algo en el agua que le molesta.

Pasaremos por pintorescas cascadas y pozas dentro del fabuloso ambiente de este bosque viejo de pinos y caxicos. La tímida senda nunca se aleja demasiado del curso del agua, así que podemos visitar algunas de las pozas. Merece la peña ir despacio y sin prisas para poder disfrutar de este paisaje maravilloso con todos sus detalles.

Ganamos altura y después de unas lazadas la senda se llana un poco. Todavía tenemos el barranco a nuestra derecha, pero en esta altura normalmente seco. En un pequeño claro topamos con otra senda, a la cual seguimos por la derecha.

(Es favorable memorizar este lugar. Andando en el sentido contrario este desvío es muy poco visible. Si por alguna razón nos tenemos que dar la vuelta, será útil tenerlo en mente.)

A poca distancia encontramos una pista y un puente. Ya estamos cerca de la Pardina Usieto. Para visitar los edificaciones debemos resolver una confusa red de pistas y sendas de ganado. Como referencia recordamos este pequeño puente para seguir después por la pista en dirección este, hacia Ibirque.

La Pardina de Usieto

Las ruinas del Templo de Usieto escondido en la maleza

Las ruinas del Templo de Usieto escondido en la maleza.

El lugar donde se ubica la pardina no es de todo espectacular, ni salvaje, ya que la red de pistas y la balsa recuerdan a una presencia reciente de humanos o maquinarias. Se encuentra en un amplio pinar que tapa las vistas y invita, en primer lugar, a buscar setas. Pero si nos dejamos llevar podremos disfrutar de este sitio igual como de una Fuente Salada o de otro despoblado más polémico.

Hay una belleza escondida en el bosque, la fauna – Robert siempre está en «alerta» cuando pasamos por allí. Como él es mucho más sensible y receptivo en respeto a la presencia de otros animales, le llaman la atención los muchos animales que viven en el pinar.

Una belleza escondida en los detalles de los edificaciones – recomiendo sobre todo la visita del templo y del refugio pastoral.

El claro con el refugio pastoral

El claro con el refugio pastoral.

Este último está un poco apartado. Lo podemos visitar ante lo demás siguiendo hacia la izquierda el camino con el cual hemos topado antes del puente. Se trata de una pequeña construcción de piedra seca en un idílico claro del pinar.

Para llegar al templo debemos rodear las casas derruidas por la izquierda, sin camino. Sólo queda de pie el ábside. Mirando la posición de las piedras de los muros caídos, parece que los muros no eran paralelos, sino se juntaban hacia la ventana. Creo que se trataba de una construcción muy especial, ya que tampoco se puede ver con claridad donde estaba la entrada.

Croquis Usieto

Croquis sobre foto Sigpac.

Nota personal

He visitado la Pardina de Usieto muchas veces, pero todavía sigue siendo un misterio para mi, ya que hay poca información en la literatura y el terreno es muy amplio y boscoso.

Sólo estoy seguro del nombre de la pardina, porque tres importantes autores, Arturo González (El libro «La Montaña olvidada»), Cristian Laglera (Despoblados en Huesca) y Antonio García Omedes (Románico Aragonés), coinciden en esta denominación.

¿Pero cómo deben interpretarse las otras informaciones que se pueden ver en los distintos mapas?

¿Existe la Pardina Besón?

¿Existe la Pardina Ubieto? El Editorial Pirineo la coloca en el barranco vecino. No he encontrado ruinas allí. Podría ser que se equivocaron (una simple errata, igual al intercambio de las letras de Usieto y Ubieto) y movieron estas dos pardinas un barranco hacia la izquierda. Eso significaría que las ruinas que encontraremos en la ruta más al este serían los restos de la Pardina Besón.

¿Pistas ciegas? Muchas de ellas tienen una prolongación en forma de senda. Por desgracia, no me conozco todas. Visto de esta manera el termino «ciego» no es de todo correcto, mejor (pero con demasiadas letras para el croquis) sería: «no relevante para esta excursión».

¿Barranco Alaña o de la Tosca? Por la abundancia de la tosca en el camino a Lusera he optado por la segunda versión, pero los mapas más antiguos de 1930 le llaman Barranco Alaña.

¿Tozal de Lusera o de Usieto? Supongo que dependa de cual de los lados se mira…

Retomamos de nuevo el rumbo por la circular y avanzamos por la pista que cruza el puente y se dirige hacia el este por el pinar. Después de un buen rato llegamos a una bifurcación. Por el ramal izquierdo bajaremos para visitar las siguientes ruinas, pero antes debemos girar a la derecha y disfrutar de las vistas de la cresta del Tozal de Lusera.

La cresta del Tozal de Lusera

Las Vistas al Tozal de Guara

Las Vistas al Tozal de Guara.

La pista, cada vez más erosionada, sale del bosque y muere en una vaguada. Allí vemos desapareciendo en el bosque la vieja valla eléctrica que nos ha acompañado ya todo este trayecto. La podemos seguir por una senda de cabra que se ha formado en su lado. De esta mañera llegamos a la cresta en 15min. sin muchas molestias.

No he visto ninguna senda que conecta directamente con el Tozal de Lusera, aunque algunos editoriales afirman su existencia en los mapas.

La cresta podemos recorrer hacia una cercana cima pelada en el este o hasta el mismo Tozal de Lusera en el suroeste, más alejado. Pero mi recomendación es quedarse cerca en una proa donde hay un cartel metálico de caza. Allí hay muy buenas vistas también y no tenemos que «luchar» con el matorral para llegar a ella. Además podemos identificar el sitio más adelante desde Lusera por el brillo metálico del cartel.

Vistas a Ibirque y el Pirineo

Vistas a Ibirque y el Pirineo.

Sea como sea, desde los tres puntos se divisa Ibirque, el Pirineo, el Valle de Belsué y el macizo del Gabardiello. De hecho, vemos la senda que asciende a la cima desde Lusera en su totalidad. (Y para alimentar los ensueños podemos buscar el grupo de árboles donde está escondido el tesoro según la novela «Boira de Otoño» de Javier Casasús Latorre y planear bien la búsqueda de ese tesoro maldito.)

La cresta del Tozal de Lusera desde el mismo pueblo

La cresta del Tozal de Lusera desde el mismo pueblo.
La luz al anochecer en invierno tiñe el paisaje y los caxicos.
La punta al fondo es la proa con el cartel (En la foto de baja calidad no se divisa el resplendor).

De nuevo en la bifurcación nos enfrentamos al tramo más difícil y salvaje de la ruta. La pista en seguida desaparece y de golpe nos encontramos en un mar de Erizones donde la senda está reducido a una pequeña brecha entre estas plantas. Hay que prestar mucha atención para no perder el camino. De vez en cuando aparecen «balizas caseras» de plástico en las ramas que nos podrían guiar. Por desgracia, algunas se volvieron frágiles durante los años y se cayeron. Así que, no podemos confiar plenamente, como mucho nos darán confianza de estar en buen camino ocasionalmente.

En la cara norte del Tozal de Lusera

En la cara norte del Tozal de Lusera cerca del corral desconocido.
En la rama se ve la tímida baliza mencionada.

Primero bajamos cerca de un torrente a un llano con unos pinos. Allí nos juntamos con una senda que aparece de nuestra derecha.

Ahora dejamos el torrente a nuestra derecha y seguimos por una losa alargada en horizontal, una zingla, de nuevo por terreno seco. Básicamente no debemos perder, ni ganar altura. Este tramo es una travesía hacia un lugar donde se encontraba otra aldea, hoy en día sólo quedan ruinas. Algún muro, alguna losa, una trocha vieja que se divisa entre el matorral y tímidos hitos en algunos puntos nos recuerdan de la existencia de un camino verdadero por este terreno.

Más adelante llegamos a una zona húmeda que se distingue fácilmente por la vegetación. En el extremo inferior hay una fuente que suele manar agua siempre. Esta mana un pequeño barranco donde podemos encontrar pequeños charcos para que se refresque el perro.

Nuestra ruta cruza el campo húmedo en cima de la fuente en horizontal y nos sitúa en unos campos donde se ven rastros de ganado y de la vida pastoral. Estamos en los campos de un corral abandonado.

El corral desconocido

El corral abandonado

El corral abandonado.

Ya hemos visto restos de construcciones en la fuente. En los campos hay más y se concentran alrededor de un recinto donde los muros están todavía en pie. Todos los edificaciones demás están reducidos a unos montones de piedras.

No resulta descabellado creer que había una aldea en este lugar, ya que halla próximo una fuente potente, el terreno es llano, fértil y encima está cerca del camino que conecta Lusera con Ibirque. Sin embargo, no hay ni un rastro de edificaciones o sólo una denominación del lugar en ninguno de los mapas que hay sobre este terreno, ni en los más antiguos. Por desgracia, no tengo suficientemente conocimiento cultural para deducir el tipo de edificaciones de las ruinas. ¿Muros que sostienen los campos, refugios, bordas o casas? Otro misterio.

Croquis Corral

Croquis sobre foto Sig Pac.

Después de la visita de este lugar olvidado cruzamos el barranco que le flanquea por el este y buscamos el mencionado camino para bajar a Lusera. Este camino está cerca, debajo de nosotros, pero inaccesible de modo directo. Supongo que había una conexión, que hoy en día esta borrada. Así que, para evitar resaltes y la omnipresencia de Erizón, debemos hacer una larga vuelta en dirección a Ibirque, hacia el noreste.

La senda discurre por una depresión hacia el noreste. Resulta más fácil identificar dicha depresión que la misma trocha. De hecho, la senda en este ultimo tramo está muy erosionada, pero tiene continuación hasta el encuentro con el sendero que viene de Ibirque. Este encuentro tampoco es fácil de identificar, aunque siendo ancho y limpio. Este cruce de caminos encontraremos cerca del cambio de rasante, cuando vemos delante la primera vez al Tozal de Guara en su totalidad.

Colores de otoño

Colores de otoño en el camino a Lusera.

El Barranco de la Tosca

El Barranco de la Tosca

El Barranco de la Tosca

La senda que baja por el Barranco de la Tosca a Lusera es bueno y muy bonito. Nos acerca a grutas, pozas y cascadas. 

Más información sobre esta senda se encuentra en la entrada «De Lusera a Ibirque«.

Cuando llegamos a Lusera debemos invertir un buen rato para visitar este bonito pueblo.

 Lusera:

En Lusera

En Lusera

Hay alguna casa rehabilitada, pero la mayoría está en ruinas. Hay bonitas eras, pozos y caserones. La continuacion de nuestra ruta es el GR que lleva a Belsué. Este sale del pueblo cerca de la iglesia que será la ultima de las atracciones que podamos admirar. Además es el lugar donde ocurre la historia que cuenta el libro de Javier Casasús anteriormente mencionado.

La vuelta a la Santa María de Belsué por el GR resulta fácil y rápido. Una vez en dicha aldea abandonada podemos optar a descansar el resto del día en las cercanas pozas del Flumen que hemos visto al principio de la excursión o volver al coche directamente.

Retorno:

Volvemos por el camino de acceso al coche.

Lusera desde Santa María de Belsué

Mirando hacia atrás:
Lusera desde Santa María de Belsué.

Nota personal – P.D.

Esta entrada no está de todo acabada, hay demasiados misterios. Sin embargo, la estoy publicando.

Quizás no es la manera correcta para un autor, pero pienso que la publicación podría conllevar y atraer nuevas informaciones sobre los lugares escritos.

¡Ojala, me alegraría por cualquier información!

Mientras tanto, recomiendo realizar la excursión en invierno: caxicos oxidados, el Pirineo nevado, los barrancos con caudal majo, las cascadas heladas y aguas más cristalinas que nunca…

Los Azudes de Pozán

La poza y cascada principal del Azud de Pozán

La poza y cascada principal del Azud de San Marcos.

El Salto de Pozán tiene fama por la zona de Barbastro, ya que se ve desde la carretera antes de llegar al pueblo. Es un sitio ideal para bañarse, dar «saltos mortales» por la presa y tomar el sol. Para incrustar la visita en un bonito paseo nos podemos aprovechar de la Senda de los Azudes.

Ficha PozánEsta senda lleva del Azud de Arriba al Azud de San Marcos. En este último se hallan las pozas mencionadas, aunque hay en los dos. El recorrido nos llevará por pistas y senderos que traspasan los huertos del pueblo, una zona tranquila y idílica. Cruzaremos el Vero por el puente medieval y podremos gozar de la fauna y flora de la ribera del río por todo el recorrido mientras nos acercamos a las maravillosas pozas.

Recorte Mapa Sigpac

Recorte Mapa Sigpac

Ya son motivos suficientes para enriquecer una tarde de piscina natural por un paseo, sencillo pero sano.

Esta zona no figura en ningún mapa de la Sierra de Guara, de hecho no conozco ninguno sobre el bajo Vero. Por eso es muy útil aprovechar la ruta balizada que es fácil de identificar en todos los momentos.

Preparamos la mochila con todo que hace falta para tomar un baño y el sol, la correa y vamos a dar un pequeño paseo.

Tiempo:

Desde el aparcamiento al Azud de Arriba: 10min.

Desde el aparcamiento al Azud de San Marcos: 30min.

_______________

Total: 1h 30

Aparcamiento:

A la Senda de los Azudes se acceda desde el aparcamiento del polideportivo o las piscinas municipales.

Otra opción para evitar coches y pueblo es coger una carretera secundaria y restringido al trafico a mano izquierda en la salida del pueblo hacia Alquézar, Colungo. Después de cruzar el Río Vero veremos pistas en los dos lados y varios ensanches donde podemos dejar el coche.

Siempre he optado por esta última opción.

Vistas al pueblo

Vistas al pueblo.
El arce de la izquierda es muy bonito.

Acceso:

Donde hemos dejado el coche cruza la Senda de los Azudes y veremos alguna baliza.

El Salto de Pozán o el Azud de San Marcos

El Salto de Pozán o el Azud de San Marcos.

Caminando en el sentido de la corriente las balizas nos guían hasta el Azud de San Marcos por los huertos.

Hacia el norte cruzamos el Vero por el puente medieval que se encuentra a un tiro de piedra y en seguida llegamos al Azud de Arriba.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Detalle de un portal a un campo

Detalle de un portal a un campo en la zona de los huertos.

Gymkana por el Mascún

La Cuca de Bellostas

La Cuca de Bellostas

No hace falta presentar en la introducción el paisaje por donde discurren las sendas de esta excursión. El Cañón del Mascún es muy conocido y considerado como el Corazón de Guara. En la ruta de hoy vamos a explorar el tramo del barranco cerca de Rodellar que destaca con una multitud de atracciones. Tantas que merece la pena prepararse con una buena lectura antes de enfrentarse a las maravillas. (Quizás es comparable con una visita de una catedral. Si nos preparamos y entendemos un poco de la historia, cultura y arquitectura que la afectan, la visita será más interesante.)

El mejor sitio para informarse encontramos en Internet, el blog: «El Valle de Rodellar«.

Es de Enrique Salamero y da informaciones muy, muy interesantes sobre esta zona de la Sierra de Guara. Merece la peña surfear por sus entradas y aprender sobre la toponimia, la vida, la cultura y naturaleza del Valle de Rodellar. Recomiendo: Los Huertos del Mascún, La CiudadelaEl Picón del Cuervo, Las Pinturas Rupestres o La Fuente Mascún. Cinco entradas que tratan con puntos de interés de la gymkana. No obstante, hay mucho más en lo que se puede enfrascar.

Ficha MascúnEl Mascún es uno de los primeros barrancos importantes en secarse al final de la primavera. Por eso debemos elegir bien la fecha de la visita. En primavera encontraremos el cañón con las pozas de aguas cristalinos y una vegetación verde, en una palabra: hermoso. Pero el avance por el lecho del río resultará más fatigoso y lento. Más fácil resultará la excursión en otoño cuando se puede ir cómodamente por el cauce seco. Las incontables veces que cruzamos el río ya no resultarán molestas y incluso podríamos ir en zapatos de trekking. Aunque encontraremos al río seco, el perro no sufrirá sed, ya que se encuentra agua en varios puntos durante el trayecto.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

El verano no es recomendable para esta excursión por el exceso de gente que visitan el cañón. Es un paraíso de escalada reconocido en todo el mundo. Seguramente encontramos escaladores durante la excursión en cualquier época del año, pero en verano ya no hay tranquilidad por tantos turistas, escaladores, barranquistas y senderistas.

Siempre tenemos que controlar al perro cuando pasamos por un grupo de escaladores, especialmente a los machos, ya que tienden a mear en las bolsas y mochilas que están guardados en el suelo.

Nunca estamos obligados a nadar, sólo nos mojaremos hasta las rodillas. Los limites del recorrido por el barranco nos dan dos pozas profundas fáciles de identificar, ya que están flanqueados en los dos lados por paredes verticales. Con estos limites nunca estamos obligados a mojarnos más que las piernas.

En el norte topamos con la badina de la Fuente del Onso. Hay una senda que supera la badina, pero esta dejamos para otro día cuando queremos hacer la Senda del Turmo por ejemplo.

En el sur topamos con un estrecho hundido justo debajo de la Cueva de los Cazadores. Se trata de dos badinas que siempre llevan agua. Si las pasásemos a nado, podríamos asomarnos hasta el Puente Coda que se encuentra un poco más río abajo.

En la badina de la Cueva de los Cazadores

En la badina de la Cueva de los Cazadores.
No hay que quien frena a este perro, quiere explorar más. Siempre hay agua, pero en primavera se llena más como indican las marcas en las rocas.

Dentro de estos dos extremos podremos explorar un largo tramo del Mascún. La parte más al norte se llama «Mascún real», la del medio «Mascún inferior» y la que se encuentra río abajo de Rodellar han bautizado modernamente con el nombre «Petit Mascún», no obstante una gran parte de este tramo ocupa un caos denominado «Los Bozos de Palomera».

Después de haber disfrutado de la lectura sólo hace falta preparar la mochila (acuática según la época), las sandalias, el almuerzo y la correa del perro para investigar este impresionante paisaje de pozas, agujas y cuevas.

Tiempo:

Irrelevante y muy relativo.

Llenamos tranquilamente una jornada completa. Tenemos 5 accesos/retornos desde Rodellar que tardan más o menos igual:

Bajada: 15min.

Subida: 30min.

Aparcamiento:

Rodellar

Acceso:

Conozco a cinco caminos que bajan al barranco desde Rodellar, aunque quizás haya más. Del norte al sur:

    1. El PR hacia Otín que arranca en el Barrio de la Honguera.
    1. Una senda que baja a plomo desde el Barrio de la Honguera.
    1. Una que lleva por una faja del extremo oeste del pueblo al gran meandro debajo del Picón del Cuervo.
    1. Una senda que desciende por una canal al inicio de los Bozos de Palomera. Arranca en el extremo oeste de la pista que nace en el Barrio de la Iglesia y está indicado como «Gradón de Palomera» (aunque este nombre está equivocado según Enrique Salamero).
  1. La senda que lleva al Puente Coda. Se toma en la misma pista un poco antes que la senda del Gradón de Palomera y está indicado como «Puente de las Cabras».

El 2. y 3. acceso nos dejaría en la mitad del recorrido por el barranco y nos puede servir de «escape». El de la Puente Coda, el cuarto, nos lleva a fuera de los limites.

Así que, para la gymkana propuesta encaja perfectamente si bajemos por el PR a Otín y volvamos por el Camino Palomera.

Una vez en el cauce del Mascún tenemos que seguir río arriba para llegar al limite de la Fuente del Onso. Ya veremos varios de los «tesoros», pero voy a alistarlos en el sentido de la corriente empezando con el limite en el norte.

Los paredes en la orilla derecha cerca de la Fuente del Onso

Los paredes en la orilla derecha cerca de la Fuente del Onso.

La Badina de la Fuente del Onso

Una de las pozas cerca de la Fuente del Onso

Una de las pozas cerca de la Fuente del Onso (No es la badina limite).
Markus salta al agua fresco.

Como mencionado en la introducción esta badina es un pasillo hundido. Debido a dicha fuente siempre lleva agua, normalmente limpio y frío. En la orilla derecha, nuestra izquierda, se ve la senda que sube por una empinada losa y lleva al otro extremo de la badina donde se encuentra el Caos del Onso y la desembocadura del Barranco de Otín. Singularidades que podemos visitar otro día.

Iniciamos la gymkana en el sentido de la corriente, hacia el sur, entre paredes, agujas y cuevas en lo alto – un paisaje espectacular.

La Pipa

En la orilla derecha vemos esta curiosa escultura rocosa que tiene forma de un zapato o una pipa. Debajo se forma una bonita poza, si hay agua.

A poca distancia llegamos a una zona plana en la orilla izquierda, donde se halla el siguiente tesoro.

El Bolo del Real

O Bolo d'o Real

O Bolo d’o Real.

Poco a poco nos acercamos a una aguja afilada.

La Cuca de Bellostas

Entre la Cuca y la Cuidadela

Entre la Cuca y la Cuidadela.

Para acercarnos a la aguja más celebre de la Sierra de Guara tenemos que remontar una pedrera muy empinada. Esta pedrera baja desde la base de la Cuca hasta el mismo cauce, bastante obvio y identificable. La subida resulta delicada y muy incomoda. Para pisar más seguro deberíamos llevar botas de montaña. Si esto no es el caso, será mejor conformarse con la perspectiva desde el lecho del río.

Con buen calzado podemos acercarnos a los covachos de la izquierda de la aguja, entre la Cuca y la Cuidadela o subir hasta la base más elevado por donde se inicia la vía de escalada. Sin duda una perspectiva poco conocido, pero sobrecogedora, y merece las gotas gordas que hemos sudado subiendo por la pedrera.

La Cuidadela

La Cuca de Bellostas y la Ciudadela

La Cuca de Bellostas y la Ciudadela.

Se trata de la peña junta a la Cuca de Bellostas, originalmente llamada Puntal d’a Costera. El conjunto de covachos, ventanales y agujas es una de las imágenes más vistosas y vistas de toda la Sierra. Un poco apartado hacia el sur destaca otro monolito denominado «La Torre de Santiago».

Las Puntas de Cagatés

Enfrente de la Ciudadela, en la vertiente izquierda, vemos otro conjunto de torres y agujas que forman una cresta. Como puntos más elevados podemos observar dos torres gemelos, las Puntas de Cagatés. Estas y la Ciudadela son el portal hacia una zona más amplia y, más adelante, al Mascún inferior.

En lo alto de los dos «monumentos» mencionados hay caminos. En un lado, el PR hacia Otín pasa justo encima de la Ciudadela y en el otro pasa el viejo camino que conecta Cheto con Bagüeste. Dos miradores excepcionales sobre el Mascún Real.

Avanzamos hacia el sur por una zona donde hay más vegetación hasta que topamos con una baliza del PR de Otín que baja de lo alto por la Costera – la fuerte pendiente que sube hasta detrás de la cima de la Ciudadela. Seguimos por el curso del Mascún.

El Delfín

El Delfín

El Delfín.
Robert toma un baño fresquito en la poza que mana la Fuente Mascún.

Delante en lo alto aparece un agujero en la pared que tiene la silueta de un delfín. Memorizamos este ventanal, porque más adelante podemos subir y incluso sentarnos en la sombra del mismo. Vamos a descubrir que se trata de dos inmensos agujeros en la roca. Sólo de esta perspectiva ahora tiene esta curiosa silueta.

Debajo del Delfín llegamos de nuevo a una bifurcación. A mano derecha sube la senda que lleva a la Pardina Seral, al Barrasil o a la Losa Mora. A la izquierda está la base de la Vía Ferrata que asciende a la Ermita de la Virgen del Castillo. Será un buen reto algún día que vamos sin perro. Nos quedamos en el cauce del del río y llegamos a una zona que siempre lleva agua, debido a la potente Fuente Mascún.

La Fuente Mascún

La Fuente Mascún

La Fuente Mascún por la madrugada.

A partir de la fuente empieza una parte distinta a la anterior ya que este sector del el río se llama «Mascún inferior». Con la apariencia del agua cambia mucho el aspecto del entorno inmediato. Encontraremos campos, muros de apoyo, pasarelas o acequias, por desgracia todo en estado desolado y abandonado. También aumenta la presencia de los humanos. Siempre hay escaladores o gente que pasa una tarde en la orilla de una poza. De estas, las pozas, encontraremos muy bonitas durante este próximo tramo.

Debemos controlar al perro en todo este siguiente tramo.

La poza del Barranco de la Virgen

La poza del Barranco de la Virgen.
Al fondo se adivina la desembcocadura.

El primer tesoro que debemos buscar es una desembocadura en la orilla izquierda.

EL Barranco de la Virgen

El Barranco de la Virgen

El Barranco de la Virgen.
Robert me espera debajo del último resalte.

Los últimos resaltes de este barranco seco son muy bonitas: un estrecho por roca caliza, blanca y pulida. El primer escalón de un metro y medio podemos trepar y destrepar, para ver el segundo, más alto de formas más curiosas.

La poza en la desembocadura es muy bella. También hay una pasarela (con algunas piedras descolocadas y arrastradas), que nos facilita el acceso al barranco.

Los Ventanales del Mascún

Casi enfrente del barranco arranca una senda que asciende por una ladera en la vertiente derecha, empinada, calurosa y fatigosa. Nos situará en apenas 20min. en los ventanales que hemos identificado hace poco como el Delfín. El último tramo para llegar es un paso de I; no demasiado difícil, pero expuesto como todo este lugar.

Vemos buena parte del recorrido, la Ermita de la Virgen del Castillo y Rodellar. Es un mirador espectacular, no sólo por las vistas. Si tenemos suerte podemos observar unos escaladores que desafían sus habilidades en estos paredes y bóvedas de vías bastantes difíciles.

Los Ventanales del Mascún

Los Ventanales del Mascún.

Pasamos de largo del PR por el cual hemos bajado del pueblo y seguimos avanzando por los caminos que discurren por los campos en la orilla del río. Este sigue dibujando meandros flanqueados por inmensas paredes abovedadas. En un giro del río de 180º hacia derecha hay un camino a mano derecha que sube al pueblo y otro, a mano izquierda, a las Lobarts, la loma divisoria entre el Mascún y el Barrasil. Avanzando por el curso del río pasamos por una chopera. Allí hay otra posibilidad de ascender al pueblo por un sendero. Seguimos por el curso del río. Más adelante vemos otra torre sobresaliente.

El Picón del Cuervo y la Cueva Pacencia

El Picón del Cuervo

El Picón del Cuervo.

En la zona donde se ubica este monolito encontramos bóvedas y cuevas aptas para la escalada. En una de las cuevas podemos encontrar pinturas rupestres. Se trata de la inmensa Cueva Pacencia que se halla en la orilla derecha en el gran meandro de bajo del Picón. También podemos descubrir varios lugares singulares en la orilla donde se ofrece que hagamos una parada para almorzar o tomar un baño.

Según avanzamos el agua va desapareciendo y a menudo se seca el lecho del río totalmente en este tramo.

A poca distancia aparecen los primeros bloques del caos «Los Bozos de Palomera». Allí hay un camino a mano izquierda que sube al pueblo, pero nos quedamos todavía en el fondo del barranco para explorar el caos y este último tramo espectacular.

Los Bozos de Palomera

Los Bozos de Palomera

Los Bozos de Palomera.
Rocas apilados nos indican la presencia de un verdadero caos. Menos mal que no resulta demasiado difícil de resolver y superar.

Entre los bloques hay maravillosas pozas y cascadas como es típico para los caos en la Sierra de Guara.

Salvando los bloques tenemos que superar alguna destrepada, una por un paso de II. El itinerario discurre al principio por la orilla izquierda hasta que llega a una curiosa cascada interior que cae a una poza de grandes dimensiones. Encima de la cascada debemos cruzar el cauce y seguir por una senda que traspasa el boj en la orilla opuesta. Seguimos por este caminito a cierta altura hasta que baja por las raíces de una encina. Este paso no es  expuesto pero incomodo, ya que el perro no puede usar las maderas como peldaños. Si no podemos alzar el perro, debería buscar una bajada por la vegetación que rodea el paso. De nuevo en el cauce encontramos más cascadas y pozas hasta que el lecho del río se suaviza.

Los Bozos de Palomera

Los Bozos de Palomera.
Una poza que invita a bañarse.

A poca distancia se suaviza también la vertiente izquierda del barranco y da acceso a una inmensa cueva en lo alto.

La Cueva de los Cazadores

La Cueva de los Cazadores

La Cueva de los Cazadores.

O Cueva del Palomarón, segun Enrique Salamero.

Una senda asciende hasta el interior de la cueva. Hay varios segmentos (covachos), dentro de la gran bóveda. A algunos de ellos sólo se llega escalando, de hecho vemos los rastros de los escaladores por todas partes. Mirando hacia el río podemos observar que nos encontramos en un gran circo o rincón, bien protegido por las paredes verticales. No extrañaría, si en la prehistoria este lugar hubiese servido de hábitat. En la ladera herbosa que baja hasta el lecho hubieran podido plantar cultivos y el agua imprescindible también está cerca. Las pinturas rupestres que están cerca, refirma esta teoría.

Las badinas de la Cueva de los Cazadores

En la salida de este precioso rincón el río pasa por un estrecho que siempre está hundido. Es la poza limite de nuestra excursión. Se podría pasar a nado las dos pozas y legar al Puente Coda desde donde sube una senda al pueblo.

El paso de II

El paso de II.

Nosotros vamos a buscar el Camino Palomera para volver al pueblo. Para conseguir eso usaremos una senda que discurre por lo alto de la vertiente izquierda del cañón. Su inicio se encuentra muy cerca de la cueva.

Antes de llegar a ella debemos cruzar una losa inclinada que da acceso a un paso de trepada donde hay una cuerda instalada para facilitar el avance. Es un paso de II que no resulta muy difícil, sólo tenemos que ayudar al pero subir el primer escalón. Después seguimos por una senda que discurre por lo alto encima de los Bozos de Palomera. En algún punto hay muy buenas vistas sobre el barranco debajo. Nos situará en apenas 15min. cerca del abrigo donde se encuentran las pinturas.

Las Pinturas rupestres del Abrigo de Palomera

Las pinturas rupestres del Abrigo de PalomeraLas pinturas rupestres del Abrigo de Palomera

Las pinturas rupestres del Abrigo de Palomera.

Debido a la reja que protege las pinturas, encontramos fácilmente su ubicación. Sólo resta subir la escalera para verlas.

Para terminar la ruta debemos seguir por la senda horizontal en el mismo sentido un poco más. Pronto encontraremos la canal por la cual sube el buen camino. La canal que se encuentra inmediato al abrigo tiene un paso de escalada que no es recomendable para nosotros. El camino correcto nos lleva al extremo oeste de Rodellar justo donde hay un bar con terraza que aparece de golpe delante nosotros. Eso es bueno, pero debemos controlar al perro.

Retorno:

Cruzamos el pueblo hasta el coche.

Los Bozos de Palomera

Los Bozos de Palomera.

Los Caxicos de Lorente

El Campo Lorente

El Campo Lorente.
Se ve muy claro a quien pertenece el terreno en realidad. (No hablo de Robert.)

Recorte Mapa Sigpac

Recorte Mapa Sigpac

Inspirado por el maravilloso libro «El Camino de San Úrbez» de Oscar Ballarín y Arturo González voy a describir este corto y simple paseo que nos lleva a unos verdaderos maravillas de la naturaleza. Se trata de dos majestuosos quejigos en un campo vallado de un viejo murete de piedras.

Debajo de estos árboles hay una paz intensa, un ambiente que ayuda olvidarnos de todo el estrés que tenemos durante el día a día.

Ficha LlorentePreparamos, si queremos, la mochila con un almuerzo, cogemos la correa del perro y visitamos respetuosamente estos seres monumentales.

Tiempo:

Del coche al Campo Lorente: 15min.

_______________

Total: 40min.

Aparcamiento:

En la carretera de la Guagera A-1604 aparcamos en la ultima curva a la izquierda (km 26,5) antes de entrar en el pueblo. A mano izquierda se ven los cipreses del cementerio y a mano derecha hay una pista que describe un semicírculo. En esta pista hay sitio para dejar varios coches.

Acceso:

Buscamos un sendero entre muretes de piedras que nace unos pocos metros antes del desvío de la pista.

El sendero que baja a los Campos de Llorente

El sendero que baja a los Campos de Lorente.

El viejo sendero, bonito y entretenido, nos baja entre campos hacia una zona más llana. Allí la trocha se desdibuja un poco, pero nosotros tenemos que seguir en el mismo sentido sin cambiar la dirección. Según avanzamos hay cada vez más sendas de ganado que nos pueden desorientar. A mano derecha se divisa la cuenca de un barranco, que NO debemos cruzar y a mano izquierda podemos observar ya las copas de los dos árboles descomunales en cierta distancia. Sólo resta acercarnos a ellos.

Los Caxicos de Lorente

Uno de los Caxicos de Llorente

Uno de los Caxicos de Lorente.

Yo me quedé sin palabras inteligentes cuando entré en el campo – sólo se me escapó un «hostias» mal pronunciado con la boca abierta. Y no sólo la primera vez.

Que suerte tenemos que el dueño del campo no tenia la intención de hacer leña con la abundante madera que se ha acumulado en estos dos árboles.

En el conjunto con los muros da a este lugar un ambiente de paz profunda y la seguridad de un refugio.

Saliendo del campo en dirección oeste podemos bajar fácilmente al cauce del barranco cercano. Tenemos incluso el agua para el perro asegurado.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Los Caxicos de Lorente

Los Caxicos de Lorente.