La Ermita de Nuestra Señora de Sescún

La Ermita de Sescún

La Ermita de Sescún.
Los últimos metros antes de llegar a la ermita o el final de la romería.
Un momento beato y glorioso para Robert.

En la vertiente oriental de la Sierra de Gabardiello yacen las ruinas de esta ermita en una modesta explanada. Era una construcción bella y muy curiosa, teniendo similitudes obvias a las iglesias del Serrablo. También se encuentran junto a dicha ermita las ruinas de varios edificaciones anexos, campos abandonados y un importante manantial. Sin duda ninguna merece la pena una visita.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

El acceso recomendado se efectúa desde el Puerto de Orlato, Valle de Nocito, cara norte de Guara. Cualquier otro acceso sería de mucho desnivel, menos bonito y más largo aún. Como el lugar donde se encuentra nuestro objetivo está totalmente apartado del mundo moderno o de la infraestructura circulatoria, el acceso se hace fatigoso, pero es muy bello y nos introduce en una zona salvaje, intacta y poco transitada.

El sendero está señalizado claramente en todo el recorrido. Se ha recuperado una senda, vieja y noble, que conectaba a los pueblos de la cara norte de Guara con los de la Hoya de Huesca y cuya trocha vamos a pisar durante casi todo el trayecto. Esta circunstancia se refleja en los restos del buen empedrado del camino en algunos tramos o en los muchos muretes de apoyo. Andar por esta senda es como hacer un viaje en el tiempo. Esta sensación culmina llegando a las ruinas del Mesón de Sescún, la antigua «área de servicio» en esta ruta de transito. Más al sur del mesón una pista forestal substituye el sendero y esta presencia está ensombreciendo el estado de la trocha histórica, ya que no se limpia desde años y parcialmente fue destruida por la construcción de la pista. Pero no nos molesta en esta excursión, ya que es justo en el Mesón de Sescún donde nos desviamos por otra senda en búsqueda de la ermita.

Ficha SescúnDurante todo el trayecto debemos controlar al perro, ya que traspasamos pastos donde siempre se encuentra mucho ganado que no debemos molestar o asustar.

Así que, preparamos la correa y la mochila con el almuerzo, el agua y un mapa para efectuar este viaje en el tiempo a la Ermita de Nuestra Señora de Sescún.

Tiempo:

Del coche al Mesón de Sescún: 2h15.

Del Mesón al la Ermita de Sescún: 40min.

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Total: 5h30, jornada completa

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito, antes de bajar a este ultimo pueblo pasamos por el Puerto de Orlato, una amplia zona de campos. A mano izquierda veremos el cartel de madera que indica el nacimiento del sendero. 20m más adelante hay una explanada en el mismo margen de la carretera donde podemos aparcar cómodamente.

Acceso:

Volvemos por la carretera los 20m al cartel mencionado.

El trayecto hasta el Mesón es largo, pero totalmente obvio en todo momento. Al principio avanzamos por una pista entre campos, pero pronto se convierte en un sendero.

A medio camino, cerca del desvío que baja al Río Guatizalema o a Nocito, un cartel indica que hay una fuente escondido en el bosque debajo de la senda. El agua mana con poco caudal y forma sólo unos charcos en el suelo. Así que no sirve para nosotros, pero es suficiente para que el perro se refresque. Si los charcos al principio del camino están secos, será la única posibilidad hasta el Mesón para que nuestro amigo pueda abrevar.

El Mesón de Sescún

El Mesón de Sescún

El Mesón de Sescún.

Está ubicado en un lugar privilegiado: soleado, acogedor y rodeado por viejos prados. Además pasa cerca un torrente – el Barranco del Mesón – que suele llevar por lo menos un hilo de agua. Todavía se pueden observar las bordas y el recinto donde guardaban el ganado y la terraza donde los viajeros podían tomar algo después de un viaje, largo y fatigoso; todo derrumbado, sin embargo, con alguna imaginación las ruinas recuerdan al funcionamiento de los refugios de montaña existentes.

Recomiendo explorar a los alrededores. A parte de las aguas frescas del riachuelo, encontraremos unas bonitas carrascas, un caxico bien majo y en particular el viejo nogal que ha sobrevivido a lado del mesón desplomado.

La Ermita de Nuestra Señora de Sescún

La Ermita de Sescún

La Ermita de Sescún.

Para saber más detalles sobre la construcción y su arte recomiendo la pagina de Antonio García Omedes: «La Guía digital del Arte Románico«. Las ruinas y el entorno son francamente bonito, pero para nuestro perro lo más importante será el manantial.

Un acceso relativamente cómodo a una de las varias fuentes se encuentra un poco más abajo de las ruinas. En el ultimo cartel que indica la ermita veremos un pastizal húmedo justo delante que se convierte en una empinada canal. Por el margen izquierdo podemos descender hasta donde el agua sale a la superficie. Según la estación hay que bajar más o menos, pero suele manar agua por lo menos en la canal que sigue.

Retorno:

Volvemos por el mismo recorrido.

Volviendo por la noble senda

Volviendo por la noble senda.

 La Pardina de Orlato

La Pardina de Orlato

La Pardina de Orlato.
El único edificio que sigue en pie y sirve ahora de refugio pastoral.

En el otro lado de la carretera se encuentran a poca distancia las ruinas de dicha pardina. Si sobran fuerzas, podemos ir a explorar este lugar. Los más bonito del conjunto son los amplios campos que la rodean.

Si es necesario encontrar agua, nos podemos dirigir por estos mismos campos hacia el norte hasta topar con el GR1. Este sendero nos llevara al Barranco de Orlato que suele tener caudal permanente.

Ascensión al Tozal de Guara – Circular por la cara norte

Cerca de la cima del Tozal de Guara

Cerca de la cima del Tozal de Guara.
Robert me espera impacientemente.

Óscar Ballarín ofrece en su guía “Sierra de Guara – Excursiones, Ascensiones y Travesías” esta ruta circular. En su versión se inicia (y termina) en Bentué de Nocito.

Ficha TozalPara tener más recorrido a lado del río la he modificado iniciando (y terminándola) en el aparcamiento de la pista de la Pillera. De este modo puede refrescar y limpiarse el perro antes de llegar al coche. Incluso nosotros podemos descansar los pies en una de las maravillosas pozas de este barranco. Como es una ruta, larga y de mucho desnivel, nuestros pies nos agradecerán el frescor del agua recién nacido.

Además he cambiado el sentido de la circular, porque resulta que los caminos se encuentran más fácil de esta manera. Aunque no iremos tampoco equivocados si seguimos plenamente los pasos de Óscar Ballarín.

Las atracciones, aparte de la cima y las vistas sobre el Pirineo, son los atípicos paisajes de amplios pinares de la cara norte del Tozal de Guara y – otra vez más – el Barranco de la Pillera.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Hay muchas maneras de ascender a esta cima y todas son duras. Pero especialmente esta versión es una ruta muy exigente y larga. Hay que superar casi 1400m de desnivel acumulado y por el planteamiento circular el recorrido se extiende considerablemente, superando 20km. Con estos datos la excursión se convierte en la más exigente referente a la forma física de todo el blog.

Para realizar la excursión de manera constante debemos llevar botas de montaña y sandalias. En el tramo por la Pillera cruzaremos varias veces el río y según el caudal nos mojaremos los pies más o menos. Allí avanzaremos más cómodos con las sandalias. Durante el resto de la ascensión, especialmente en el tramo por la cara sur cerca de la cima, debemos llevar las botas de montaña.

También debo mencionar que parte de esta ruta discurre por el borde de la zona céntrica del Parque Natural. Esta prohibido llevar al perro por esta zona, atado o no. Especialmente en la bajada al Refugio de los Fenales la traspasamos. Desde el punto donde dejamos la cresta hasta la loma por donde entramos en el vallecito que conduce al refugio).

No sé hasta que punto los guardias nos dirán algo, si nos pillan en estos 500m de la senda con el perro atado, pero que tengamos en cuenta: allí estamos infringiendo la ley.

Un buen almuerzo, agua y la correa serán unos de las cosas demás que rellenan la mochila para coronar la Sierra de Guara por su cara más interesante y recomendable, si vamos con el perro.

Tiempo:

Del aparcamiento hasta el Collado de Petreñales: 2h30

De Petreñales hasta la cima: 1h45

De la cima al Refugio de los Fenales: 1h30

Desde los Fenales al Paúl de Bentué: 1h

Del Paúl de Bentué a la Pillera (Badina Etañonero): 1h

Volver al coche: 30min

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Total: 8h15, jornada completa

Aparcamiento:

Bajamos la pista a la Pillera desde Nocito. Aparcamos en una de las explanadas cerca de la bifurcación.

Acceso:

Tomamos la pista que sube al Barranco de la Pillera.

Todo el recorrido está bien señalizado, así que me queda muy poco que añadir.

El Collado de Chemelosas

El Collado de Chemelosas.
Se abren impresionantes vistas al Pirineo.

El Collado de Petreñales

Un refugio en la roca

Un refugio minimalista en la roca.

Antes de llegar al Collado de Petreñales (el segundo, el primero es el de Chemelosas) no debemos pasar de largo de varias atracciones.

Aparte de las agujas y pozas de la Pillera al principio merecen unas paradas una pared abovedada en la caliza que sirvió de refugio como cuentan los rastros de ceniza, un tejo bien majo y raro por estas tierras y las impresionantes vistas al Pirineo. Todo esto encontramos inmediato al sendero.

Fuente del Chinebro

En dicho collado pasamos a la cara sur lo que se refleja instantáneamente en la temperatura y poco a poco en la vegetación. Más adelante, antes de salir del bosque que nos protege del calor, se encuentra la Fuente del Chinebro (cartel, enebro y tejo). Si lleva agua, es la ultima posibilidad para nuestro perro de refrescarse hasta que llegamos a los Fenales en la vuelta, mucho más delante. Debemos parar y dejarle beber, mojarse y – si hay barro – ensuciarse. Según avanza el año la fuente se reduce a un charco de barro, hasta puede que se seca.

El Tozal de Guara

La cumbre del Tozal de GuaraLa cumbre del Tozal de Guara

La cumbre del Tozal de Guara.
Sua descansa en la sombra después de la paliza.

Las vistas de 360º hablan por si mismo. Personalmente me gusta el hecho que el Tozal de Guara está en alineación con el Valle de Tena. Resulta que se ve a dentro del valle, Sallent, la Foratata, el embalse…

Las vistas desde el Tozal de Guara

Las vistas desde el Tozal de Guara.
(Robert está planeando la próxima caminata por la zona de Nocito.)

Bajamos por la cresta hacia el este. En el primero collado tomamos una senda, bien visible, que desciende recto en diagonal por la vertiente norte. Después de una larga travesía, se introduce en un bonito valle, el Vallón de las Cerolleras, que lleva directamente a los Fenales de Guara. Por este camino, muy cómodo y bonito, llegamos al libre Refugio de los Fenales.

El Refugio de los Fenales

El Refugio de los Fenales

El Refugio de los Fenales.

Hay una fuente a lado de la casa. Con la bomba mecánica podemos sacar agua desde el recipiente subterráneo, que recolecta los aguas de las lluvias. Es mejor que no lo bebamos, pero sin preocupación ninguna lo podemos servir a nuestro perro.

Seguimos por una pista que baja por la otra vertiente del vallecito tomando rumbo al oeste. Después de una larga curva hacia la derecha, tenemos que prestar atención a un hito a mano izquierda que marca el inicio de una senda que baja a plomo a una zona de campos, denominados el Paúl de Bentué.

La Fuente de la Paúl

La Fuente de la Paúl.

Allí encontramos de nuevo una fuente natural, la Fuente de la Paúl. Más adelante topamos con el noble camino que conecta Used con Nocito por lo alto. A partir de aquí carteles nos guiarán por toda la ultima parte.

Nota personal

En dirección Used se encuentra muy cerca la Ermita de Can de Used. Como todavía queda un buen rato de caminata recomiendo seguir avanzando por la ruta en dirección contraria a dicha ermita, en vez de visitarla, y dejar su exploración para otro día.

Tomamos rumbo a Nocito o las Cañatas que es el siguiente punto significativo para nosotros. Llegando a la Caseta de las Cañatas debemos cambiar de camino y seguir en dirección a la Pillera. Esta senda baja al Barranco Petriño, afluente de la Pillera y se aprovecha finalmente del cauce seco del barranco como trocha. Pronto llegaremos a la Fuen de Guaril, el Brazo del Mar y la Badina Estañonero. Todo por un paisaje espectacular que quizás no estimamos de todo, debido al cansancio y las ganas de llegar al coche.

La Badina Estañonero

La Badina Estañonero.
Sua disfruta de los aguas frescas.

Retorno:

Volvemos por la pista de la Pillera al coche.

Si queda tiempo podemos descansar en uno de las pozas del barranco. La ultima antes de que el camino se aleja del cauce es la Badina Rallabatán, fácil de identificar por un muro de cemento que le flanquea por la orilla derecha.

El Tozal de Guara

El Tozal de Guara.
Vista hacia detrás desde el coche.

San Cosme total – La otra orilla de Vadiello

En la orilla izquierda del Embalse de Vadiello.

En la orilla izquierda del Embalse de Vadiello.
Otras perspectivas, pero la misma belleza y el contraste entre agua y roca.

 Esta ruta es intensa y necesita una buena preparación.

  • La primera parte nos lleva a un mirador natural sobre la zona de Penz donde se halla el Mallo Loco. También visitaremos la Cueva de los Murciélagos. Dado que el camino hacia ellos está invadido de la vegetación, tendremos que llevar pantalones largos para no sufrir por las zarzas.
  • La segunda parte nos lleva a la Peña San Cosme por el Paso de Natersa – el paso de senderismo más expuesto de toda la sierra. Los que no tienen mucha confianza deberían preparar un arnés para asegurarse en la sirga. El retorno realizaremos a nado travesando el Embalse de Vadiello que requiere la preparación de una mochila acuática y el neopreno, ya que los aguas del embalse suelen ser fríos. También recomiendo unas alforjas flotantes para el perro, para asegurarnos que el perro queda en la superficie bajo cualquier circunstancia.

Ficha San CosmeYa se ve que la preparación del material es importante nada menos que la preparación física, del amo y del perro. Después de una jornada completa de caminar tendremos que ser suficientemente en forma para superar unos 300m a nado por aguas profundos.

Las vistas desde el Paso de Natersa hacia la presa de Vadiello

Las vistas desde el Paso de Natersa hacia la presa de Vadiello.
Es como va recompensando la excursión nuestros esfuerzos durante todo el día.

Si parece demasiada actividad para un día, se puede recortar la ruta y realizar sólo la primera (aprox. 4h) o la secunda parte (aprox. 5h) respectivamente. El atajo se toma por la pista que conecta la presa de Vadiello con la Cruz Cubierta.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

La motivación para meterse en dichos líos es en primer lugar el paisaje espectacular de Vadiello y San Cosme: parajes olvidados, torres de roca, aguas cristalinas, cuevas en el conglomerado… Y en segundo lugar podemos asegurarnos de este modo que nuestro perro tenga suficiente agua corriendo tanto tiempo por este terreno rocoso, caluroso y seco.

Así que preparamos la ropa de senderismo para la primera parte, un arnés con dos cabos de vida (si nos parece necesario), el traje de neopreno, el bañador y las alforjas flotantes para la segunda parte – todo dentro de una mochila acuática con el bidón. Además necesitaremos un frontal para visitar la cueva, el almuerzo, el agua y la correa del perro.

Todo esto para reinventar la visita de la zona del Monasterio de San Cosme y San Damián y experimentar de este modo un día completo y inolvidable.

Tiempo:

Vadiello a la Cueva de los Murciélagos: 1h

De la Cueva al Mirador de Peña Pipre: 1h

Del Mirador a la Cruz Blanca: 30min.

De la Cruz Blanca a la Cruz Cubierta: 1h

De la Cruz Cubierta a los Huertos de San Cosme: 30min.

De los Huertos al Huevo de San Cosme: 1h

Del Huevo a la Peña San Cosme: 1h

De la Peña a la orilla del embalse: 1h

Trayecto a nado: relativo, 20min.

Vuelta restante al coche: 10min.

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Total: irrelevante, hasta 10h, jornada completa.

Aparcamiento:

Dejamos el coche en el primer aparcamiento a la derecha entre Vadiello y la presa.

Acceso:

Retrocedemos por la carretera hasta que vemos una pista asfaltada a mano izquierda donde una señal de trafico prohíbe el paso. Bajamos y en un desvío cogemos el ramal izquierdo que nos sitúa en una explanada donde se hallan unos huertos. Junto a la valla se encuentra una bajada al Río Guatizalema.

Allí empiezan las molestias que nos perseguirán un buen rato en esta primera parte de la excursión: la vegetación que pincha. Tenemos que cruzar el río que está flanqueado por zarzas. Dado que nos mojaremos hasta las rodillas tenemos que remangar el pantalón, lo que nos hace más «vulnerables» en lo que se refiere a los pinchazos.

En la otra orilla encontramos los rastros de una senda que seguimos en el sentido de la corriente. Todavía molesta la vegetación y en muchos tramos el camino está borrado. Cruzamos una pedrera por su base y entramos en un pinar en la orilla del Guatizalema (a 10min desde el vado). Nada más entrando en el pequeño bosque veremos una senda a mano izquierda que sube decidida entre los árboles. Este sendero está en mejores condiciones y nos aleja en seguida del río ganando altura. Debemos asegurarnos que el perro este bien fresco y sin sed, porque ahora empieza un tramo largo sin agua.

Según avanzamos la senda aparece más vestido y en menos que una hora nos acerca a la cresta. Unos 50m antes pasamos por un grupo de carrascas. Si prestamos atención veremos una senda que nos lleva a la boca de la Cueva de los Murciélagos que se ubica muy cerca en el resalte rocoso que tenemos a mano izquierda.

La Cueva de los Murciélagos

La Cueva de los Murciélagos

La Cueva de los Murciélagos.

Los primeros metros de la cueva podemos explorar fácilmente, sin preocupaciones, ya que es la parte donde entra de vez en cuando algún rayo de sol. Según nos introducimos, el terreno se inclina más y más y desaparece en la oscuridad. Con un frontal podemos destrepar hasta donde nos permite la prudencia, ya que debemos tener en cuenta que el perro se puede perder en oscuridad.

Es más, perros impetuosos debemos controlar con todo detalle.

La Cueva de los Murciélagos

La Cueva de los Murciélagos.
La zona cerca de la boca. En esta ocasión iluminada por el sol (Noviembre por el mediodía).

De nuevo en el camino llegamos en seguida a la loma crestera donde topamos con un sendero. Si le seguimos hacia la izquierda, hacia abajo, nos lleva en breve a una plataforma rocosa con muy buenas vistas sobre los Mallos de Ligüerri.

Nuestra ruta sigue hacia la derecha. El sendero se convierte en un pista y esta topa más adelante con otra de mayor categoría. Si giramos a la derecha, podemos visitar el Mirador natural de la Peña Pipre.

La Peña Pipre

Las vistas sobre Penz

Las vistas sobre Penz, el Mallo Loco y la Peña Pipre.
El único rastro de humanos que andaban por allí recientemente es el hito que posicionaron los escaladores en el mallo.

La pista discurre por un pinar hacia el sur. Más adelante cruza un cortafuego. Por este podemos bajar – sin camino, pero cómodo – hasta el precipicio que bordea los campos abandonados de Penz. Tenemos que tener mucho cuidado cuando nos acercamos al borde, ya que el terreno empieza a inclinarse considerablemente.

El paraje que tenemos delante se llama, según los mapas, Penz. Veremos bordas, fincas, campos y caminos, todos abandonados. Justo debajo de nosotros están dos mallos. Supongo que se trata del Mallo Loco – el más pequeño – y la Peña Pipre, pero no estoy de todo seguro. (Tambien podría ser que nos encontramos en la Peña Pipre y el Mallo Loco es la aguja más grande… Los libro, mapas o Internet no lo explican suficiente, y no hay mucha gente por allí que podría explicar.)

La Cruz Blanca

La Cruz Blanca.

Rehacemos el camino hasta el cruce de antes y seguimos ahora por la pista en el otro sentido. Sin complicaciones nos lleva a la Cruz Blanca.

Allí tomamos la pista que baja a mano izquierda. Se introduce en un bosque y traspasa este dibujando amplias lazadas. Nos quedamos siempre en la pista principal. En una primera bifurcación tomamos la pista izquierda y en una segunda la de la derecha. Después de este tramo, fresco y bonito pero monótono, llegamos a la Cuz Cubierta donde se inicia la segunda parte de nuestra excursión.

La Cruz Cubierta

La Cruz Cubierta

Llegando a la Cruz Cubierta.
Detrás vemos la Peña Cosme y el Paso de Natersa.

Podemos descansar en la sombra de la pequeña caseta y tomar un tentempié. Delante de nosotros se eleva la Peña Cosme, la cima que queremos coronar. La cornisa que se puede interpretar como la prolongación del llano de la derecha es el Paso de Natersa. Debajo de los acantilados se ubica el monasterio que da nombre a toda la zona.

Si avanzamos unos veinte metros por el PR que lleva hacia él, veremos un panel explicativo sobre esta institución católica y sus santos. Es un buen momento para observar el monasterio, ya que de cerca no podremos verlo. Siendo particular está vallado y los turistas no podemos entrar. (Es una decepción, pero más adelante vamos a entender muy bien porque prohíben el paso. Veremos el vandalismo que sufren las fachadas de las capillas libres de visitar…)

Ahora el PR hacia el Huevo de San Cosme nos guía y le podemos seguir sin preocupaciones. Pero a poca distancia, en el vallecito que cruzamos para llegar al monasterio, merece la pena desviarnos para acercarnos a la Fuente del Huerto de San Cosme y sobre todo a la cola del embalse. Allí se acabará el largo trayecto árido y seco, y nuestro pero podrá disfrutar de agua fresco y limpio.

La Fuente del Huerto

El ambiente en los campos abandonados del Monasterio de San Cosme es tenebroso

El ambiente en los campos abandonados del Monasterio de San Cosme es tenebroso.

La mejor manera de visitar este lugar es coger un camino, poco visible, que baja junto al cauce del barranco que cruzamos en el fondo del valle. Discurre por la orilla derecha muy cerca del lecho seco. Después de traspasar un carrascal tenebroso nos sitúa en unos campos. Allí se encuentra la fuente. Más adelante, en un bosque poco denso, hallan bloques inmensos cubiertos de hiedra y después llegamos ya a la cola del embalse y las curiosas paredes que se caen verticalmente al agua. Toda esta zona es muy curiosa y bonita, debido a los contrastes entre la roca y el agua o la naturaleza y los rastros de cultivos (como la presa de la fuente o los muretes de soporte).

Estamos apenas a 15min de uno de los senderos más visitados de la Sierra de Guara, pero nos está tomando posesión un sentimiento, intenso y omnipresente, de ser aislado y apartado del mundo moderno; otro de los contrastes mencionado antes.

¡Cuidado en la cercanía de los acantilados! Se caen constantemente piedras desde las zonas por donde andan las cabras. (Aunque hay una pequeña senda que lleva hasta las paredes, nunca me he atrevido acercarme. Se escuchan demasiadas piedras que chocan con el agua o el suelo…)

Podemos volver al PR por una senda que está en mejores condiciones y arranca justo en la salida del campo. La habremos visto antes ya.

La cola del Embalse de Vadiello hacia San Cosme

La cola del Embalse de Vadiello hacia San Cosme.
Un rincón desconocido, bello, curioso y tétrico.

De nuevo en el PR seguimos en la misma dirección que antes. Pasamos por el monasterio y seguimos por una pista hacia el Huevo de San Cosme. En la pista no debemos pasar de largo de la Ermita Fuensanta.

La Ermita de Fuensanta

El Merendero de Fuensanta

El merendero de Fuensanta.

Detrás de la ermita se encuentra un bonito y umbrío merendero con una fuente donde brota el agua todo el año. Otro buen sitio para un tentempié.

Seguimos por la pista que dibuja amplias lazadas entre las ermitas hasta que vemos a mano izquierda un sendero y un cartel que indica «Huevo de San Cosme».

El sendero sube a un carrascal muy bonito en un llano encima del monasterio. Una vez dentro del bosque cambiará el clima y disfrutaremos de la caminata más que en el tramo caluroso de la pista.

En el bosque debemos controlar al perro, porque alberga muchas cabras salvajes. En un cartel en medio del carrascal se bifurca el sendero. Primero debemos visitar el Huevo de San Cosme.

El Huevo de San Cosme

El Huevo de San Cosme

El Huevo de San Cosme.
Visto desde la plataforma rocosa descrita. El Borón se esconde detrás de una nube.

Hacemos caso al cartel y cogemos el ramal derecho. Hay varios puntos donde se ve a este monolito más celebre de la Sierra de Guara.

  1. En un momento cuando el sendero empieza a perder altura más decidido veremos a mano derecha una plataforma rocosa entre los árboles a una distancia de unos 30m. Allí se ve el Huevo muy bien. Además debemos darnos la vuelta, asomarnos al otro extremo de la losa y contemplar los acantilados blancos de Karst que caen del Mondindero, y los primeros tramos del Barranco del Huevo que nace allí. Más lejos está la Predicadera una formación rocosa parecida y un paraíso para escaladores.
  2. Más adelante, en el momento donde termina el PR. Lo señaliza un cartel.
  3. Aún más adelante, donde alguien colocó unas piedras en el suelo que forman la palabra «AQUÍ». (Mejor lugar que el segundo)
  4. Siguiendo la senda – ahora en peor estado – hacia abajo llegaremos a la primera cascada del tramo del Barranco del Huevo donde se practica el descenso deportivo. En la bajada tendremos otras vistas al Huevo y, sobre todo, habrá un hilo de agua en la cabecera de dicha cascada.

Después de haber visto el Huevo desde distintos ángulos volvemos al cartel de antes y seguimos por el ramal izquierdo que nos acerca en seguida al extremo sur del bosque. No hay ninguna baliza que indicase esta dirección. La senda toma dirección al oeste y discurre por el borde del carrascal. Ya adivinamos el abismo cerca y cuando salimos del bosque está totalmente presente. Es el momento para controlar al perro aun más decidido. Si se va detrás de una cabra en este terreno tan abrupto puede despeñarse fácilmente.

La senda se introduce a la pared por una cornisa ancha. Según avanzamos se estrecha hasta que se minimiza angostamente en el Paso de Natersa.

El Paso de Natersa

El Paso de Natersa

El Paso de Natersa.
Vista de la cornisa superior. Al fondo el Monasterio de San Cosme.

Meterse en este terreno, cuando la roca está mojado, sería una gran imprudencia. Esto tenemos que tener muy claro. Ya en la introducción he mencionado que es un paso muy estrecho y expuesto.

Curiosamente no es ningún obstáculo para el perro. Mientras los humanos tenemos que aprovechar el pasamanos de cuerda que asegura la parte angustiosa, al perro podemos alzar a una cornisa superior por la cual puede andar cómodamente, ya que no se estrecha tan extremamente. Esta cornisa es más reducida en altura, pero más ancha. Los humanos sólo podríamos traspasarla a gatas.

Así que podemos ir con el perro en paralelo – incluso con la correa puesta: nosotros por el verdadero Paso de Natersa y él por la cornisa que se encuentra a la altura de nuestros hombros. Después las dos trayectorias se unen en una faja más ancha.

En la cornisa superior al Paso de Natersa

En la cornisa superior al Paso de Natersa.
La del verdadero paso vemos debajo de Robert. El tramo angustioso y estrecho está más cerca – fuera de la imagen – donde empieza la vegetación.

Aunque debemos estar atentos y concentrados en este tramo expuesto veremos que las vistas son sobrecogedoras. Por eso debemos tener muy presente que debemos parar quietos, si queremos gozar del paisaje.

Siempre quito las alforjas al perro en este tramo, ya que a veces choca con ellas por el poco habitual aumento de anchura.

Una vez pasado por el paso de Natersa seguimos avanzando por la misma faja en horizontal hasta que unos hitos indican el inicio de la ascensión a la cima. Como nos movemos por roca solida de conglomerado no vemos ninguna trocha de camino, pero si nos fijamos bien en los hitos podemos subir a la Peña de San Cosme sin ningún paso delicado más.

La Peña San Cosme

Las vistas desde la punta oriental de la Peña San Cosme

Las vistas desde la punta oriental de la Peña San Cosme.

Tiene dos cimas, una en el este y la otra más bien en medio de la cresta la cual es la más alta. Merece la pena visitar las dos por el cambio de la perspectiva del Huevo de San Cosme que se encuentra ahora justo debajo de nosotros. En la cima verdadera tenemos una panorámica de 360º de la cual podemos gozar mientras almorzamos.

La cara oeste de la Peña San Cosme

La loma del descenso.
Delante vemos la loma por donde descendemos. A la derecha vemos el cauce seco del Barranco de las Cuevas de la Reina y a la izquierda se encuentran las paredes que se caen vertical al embalse. Al fondo está la carrasca donde el itinerario se tuerce hacia la izquierda.

Empieza la fatigosa, pendiente y larga bajada por la cara oeste de la peña. Antes de marchar deberíamos situarnos bien y ver por donde desciende el itinerario.

Por la cara oeste de la peña bajan dos barrancos. Nosotros tenemos que avanzar por la loma izquierda. La que está flanqueado a la izquierda por el abismo y a la derecha por el Barranco de las Cuevas de la Reina. ¡NO DEBEMOS AVANZAR POR LA LOMA ENTRE LOS DOS BARRANCOS! Por la loma correcta debemos bajar hasta una carrasca al fondo, solitaria y característica. Allí encontraremos de nuevo hitos que nos indican los pasos más fáciles. Donde se ubica la carrasca el itinerario gira a la izquierda para encontrar mucho más abajo un collado que conecta otra loma de menor entidad con la Peña San Cosme. Por la cresta de dicha loma llegamos al punto más al oeste del macizo que da con el agua del embalse.

El paso más difícil de la bajada

El paso más difícil de la bajada.
Se supera bien sentado, arrastrándose.

En la bajada tenemos que evitar las piedras sueltas y pisar siempre el conglomerado solido. Si vamos con prudencia, despacio y con cabeza encontraremos algunos pasos de I, pero ninguno más delicado, por no hablar de escalada.

Este itinerario descrito es el acceso inverso para los barranquistas que descienden el Barranco de las Cuevas de la Reina.

Durante todo el descenso tenemos impresionantes vistas del Embalse de Vadiello que recompensan la monotonía de este fatigoso y árido tramo. Al fin llegamos a la orilla del embalse en el punto más al oeste del macizo y nos tenemos que preparar para el último obstáculo de la excursión:

La travesía del Embalse de Vadiello a nado

Las vistas al Embalse de Vadiello

Las vistas al Embalse de Vadiello.

La orilla opuesta no está lejos, pero no nos debemos dirigir hacia el punto más cercano, sino hacia la zona cerca del puente, un poco más a la izquierda. Este puente vemos bien desde el principio y nos sirve de punto de referencia durante todo el trayecto.

Cruzando el Embalse de Vadiello

Cruzando el Embalse de Vadiello.
Robert ha tomado rumbo al puente, siempre más rápido que yo.

Al perro pongo sus alforjas rellenadas con botellas de plástico vacías. Eso le da flotabilidad suficiente para que no se hunde. Para los humanos es recomendable ponerse el traje de neopreno que protege del frío y nos da también más flotabilidad.

Estos dos medidas de seguridad nos darán suficiente confianza para disfrutar de este ultimo tramo tan extraordinario – nadar entre paredes verticales y por aguas limpios y cristalinos no es una actividad que se hace todos los días.

Nota personal – ¿Legalidad?

Está prohibido bañarse en el Embalse de Vadiello.

Lo que estamos haciendo nosotros no es tomar un baño, sino lo interpretamos más bien como una travesía a nado para terminar la excursión.

Es el mismo argumento en el cual se amparan los barranquistas para que esta actividad sea legal por esta zona. (Hay tres barrancos – entre ellos el de las Cuevas de la Reina – a los cuales se accede o de los cuales se retorna a nado por el embalse.)

Una vez en la otra orilla encontramos el PR  cerca de la orilla que llega desde el puente.

Retorno:

Seguimos por el PR hacia el sur. Cruzamos el puente y los túneles hasta el aparcamiento.

Las vistas a los Mallos de Ligüerrii desde la zona de la Cueva de los Murciélagos

Las vistas a los Mallos de Ligüerri desde la plataforma rocosa cerca de la Cueva de los Murciélagos.

La Pillera total – Los bosques y las pozas en el entorno de Nocito

El Barranco Cuello

El Barranco Cuello.
Robert disfruta de las vistas al Tozal de Guara mientras descansamos en una maravillosa poza.

El Barranco de la Pillera es bien conocido, ya que se accede por un paseo fácil, apto para toda la familia, que destaca con casi todas las atracciones que nos ofrecen los grandes cañones de Guara. Además le habita una vegetación distinta y más prospera que la del lado sur de la sierra. Todas las guías mandan a los excursionistas por la pista de acceso al barranco para reseñar allí una vuelta más o menos extensa. Por desgracia esta pista es fea, llena de polvo, y libre para la circulación de coches.

Ficha PilleraPara librarnos de este tramo de mal gusto en nuestra ruta haremos una vuelta por el Barranco Cajical – unos campos abandonados dentro de un caxical de gran belleza. Dado que sólo cazadores y campesinos visitan esta zona, el camino – en su tiempo noble y importante  – está medio perdido. Resulta muy difícil de averiguar su trocha y sólo identificar su inicio parecerá un atrevimiento.

La Badina Estañonero

La Badina Estañonero.
El objetivo más llamativo y famoso de la ruta de hoy.

Debido a este primer tramo de la ruta y a un paso de trepada en el acceso al Barranco Cuello he clasificado la excursión como muy difícil (***). Si una persona no está acostumbrada a orientarse en la montaña sin camino obvio y resolver pequeñas trepadas, debería reducir la excursión a los tramos fáciles por el Barranco de la Pillera y el Río Guatizalema y aprovechar en coche la pista de acceso que lleva a la confluencia.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Durante todo el día vamos a gozar de las pozas y los bosques que podrían valer como escenario para una película de fantasía y cuentos – con los quejigos del Barranco Cajical, el Dolmen de Palomar, la Badina Estañonero, el Brazo del Mar, el Barranco del Cuello y la Ermita de San Andrés como objetivos principales.

Para pasar de este modo un día de cine, preparamos la mochila con las sandalias, el almuerzo y el agua, cogemos la correa del perro y reinventamos la visita del Barranco de la Pillera.

Tiempo:

De Nocito al collado del Barranco Cajical: 1h

Del collado al Dolmen de Palomar: 1h30

Del dolmen a la poza del Guatizalema: 30min

Opcional:

Vuelta por el Río Guatizalema hasta la pasarela: irrelevante, mas o menos 1h

De la poza a la Badina Estañonero: 1h

(si nos entretenemos en la Pillera hasta 2h30)

Remontar el Barranco Cuello: irrelevante, 1h

Vuelta a Nocito por el bosque: 30min

Opcional:

Subida a San Andrés: 45min

El tiempo descrito desde Nocito al dolmen es muy relativo. Debemos contar que gastaremos tiempo en buscar el camino en algún punto.

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Total: irrelevante, hasta 9h, jornada completa

Aparcamiento:

Aparcamos en la entrada del pueblo en Nocito, donde parte el GR 1 hacia Lusera.

Acceso:

La ruta empieza cuando ponemos el primer pie en las bonitas tierras de Nocito.

Tenemos que prestar mucha atención en el primer tramo, ante todo para encontrar el camino y después para seguirlo, ya que no hay carteles o hitos que lo podrían indicar. Ademas está perdido, poco transitado y invadido por la vegetación. En muchas partes tenemos que desviarnos por los campos colindantes, sin perder de vista el camino autentico.

Sin embargo, era importante y transitado en su tiempo, lo que podemos observar en muchos elementos los cuales también nos facilitarán identificar su trocha: al principio está flanqueado por dos muros que traspasan los campos que le rodean, más adelante veremos muretes de apoyo en algunos tramos y en otros todavía se distinguen las losas que servían de empedrado.

Una borda en Nocito

Una borda en Nocito a lado del GR 1.

Iniciamos la marcha por el GR 1 hacia Lusera. En seguida llegamos a un punto donde una pista cruza el sendero. ALLÍ PARAMOS Y NO SEGUIMOS POR EL GR, NI POR LA PISTA.

A mano izquierda está el extremo de un largo muro que se extiende hacia el terreno delante de nosotros. Se trata del muro que marca nuestro camino. Así que debemos avanzar por el terreno que está entre el muro y el GR siguiendo esta linea de piedras. Quizás tenemos que saltar una valla eléctrica y no será la única a lo largo de la ruta. Más adelante podemos ver a la izquierda del campo un viejo camino lleno de zarzas que está debajo del muro que nos está guiando. Pronto este estará limpio y nos permitirá ir por la trocha original.

De este modo llegamos al bosque. El camino sigue entre muros. En este punto ancho, limpio y fácil de identificar por los rastros de una fuente temporal que tiñe a las losas del camino de un bonito amarillo.

Unos quejigos majos

Unos quejigos majos.
El escenario del camino que sube al collado.

El bosque es precioso y su belleza nos entretiene, pero debemos continuar de forma concentrada como antes: en los tramos donde no podemos avanzar por el camino pasamos al bosque o los campos colindantes sin perder de vista el camino autentico.

Más adelante el camino traspasa un denso bosque de boj. A partir de aquí no habrá más muros que nos guían y resulta más seguro quedarse en la trocha original, aunque no está del todo limpia. Llegamos a otra zona de campos donde cuesta identificar el camino de nuevo: tenemos que seguir en suave ascenso saltando otra valla eléctrica que nos guiará un rato marcando, más o menos, nuestra izquierda. Ahora empezamos a ganar altura. Después de pasar por un largo tramo de bosque en linea más bien recta, llegaremos finalmente a los campos alrededor de un collado que da acceso al Barranco del Cajical donde realizaremos la bajada hacia el Río Guatizalema.

En el camino al Barranco Cajical

En el camino al Barranco Cajical.
Robert se convierte en un ser mítico del bosque.

En los campos debemos avanzar en suave ascenso hasta que lleguemos al campo en el mismo collado donde se abren las vistas al otro valle. Por todo este tramo (y el siguiente) vamos sin rastro de camino obvio, debido a las formas estrechas y alargadas de los campos que camuflan el autentico camino a la perfección.

En la otra vertiente, todavía sin camino, podemos descender en zigzag por las terrazas que forman los campos por los pasos que resultan más fáciles. Después de unos 70m de descenso se forma un pequeño barranco en medio de los campos/terrazas. Debemos usarlo como guía y continuar bajando por estos escalones de hierba cerca de él. Finalmente llegaremos a un campo grande y llano en el fondo del valle donde parte una senda, bien marcada en el otro extremo a lado de los restos de un muro grande y ancho. Por allí salimos de este caxical mágico por una trocha bien visible.

El Barranco del Cajical

Uno de los quejigos descomunales en el Barranco del Cajical

Uno de los quejigos descomunales en el Barranco del Cajical.

Como toda la zona está casi abandonada, refleja un sentimiento de aislamiento muy intenso. En combinación con la incertidumbre provocada por la falta de un camino claro, el paseo se convierte por esta zona en una verdadera aventura – y no sólo la primera vez. La guarnición del paseo por este paraje proporcionan las vistas a la Ronera y el Tozal de Guara, algunos elementos de la vida antaño como el mismo camino o las ruinas de un refugio pastoral en el collado y unos quejigos excepcionales que están a la altura de los de Albás, San Úrbez o Naya.

Nota personal:

El itinerario descrito es una buena y rápida manera para traspasar el Barranco Cajical, pero podemos adentrarnos en el bosque mucho más. Por desgracia el camino es realmente difícil de identificar y la vuelta que describe relativamente larga. Por estas razones no es parte de la ruta escogida, pero debo mencionarlo. Es sencillamente un mundo de maravillas.

Recorte Fotografía Sigpac

Recorte Fotografía Sigpac.

Desde el collado debemos descender suavemente tirando hacia  el noroeste y encontrar la terraza correcta que tiene continuidad y que se convierte más adelante en senda. Esta se pierde en otro momento de nuevo, pero cerca del lecho del río se hace más visible y en la otra vertiente ya no resulta difícil de seguir. La senda es noble y tiene historia, ya que encontraremos como antes muchos elementos que  lo comprueban. Incluso vamos a pasar por un hito gigante. No voy a relevar más detalles, ya que tampoco conozco el bosque a fondo y cada vez que paso por allí encuentro nuevos desvíos y supuestas sendas.

Impresiones del ambiente y de los árboles se encuentran en un sector de la página «Arboles«.

El Barranco Cajical

El Barranco Cajical.

Continuamos por la senda que pasa por el muro. A nuestra derecha tenemos un barranco que suele llevar agua. Todavía debemos prestar atención a no equivocarnos y encontrar la Senda de los Carboneros en el Valle del Guatizalema.

IGNORAMOS un primer desvío, poco visible, que cruza el lecho del río y sube en la otra orilla. La senda correcta sigue recta y se aleja un poco del cauce. Pronto llegamos a otro desvío, poco visible, donde tomamos el ramal que desciende ortogonalmente a mano derecho. ¡AHORA NO SEGUIMOS RECTO! (La senda recta nos llevaría a las ruinas del Mesón de Nocito y a la pista de acceso mencionada en la introducción.) La nuestra baja, traspasa un campo, cruza el río y discurre después por la orilla derecha hasta que topa con la Senda de los Carboneros justo en una pasarela sobre el Barranco del Cajical.

Giramos a la derecha y seguimos por este sendero ancho sin ninguna complicación. En un primer cartel hacemos caso a las instrucciones para llegar al Dolmen de Palomar, continuamos recto.

El Dolmen de Palomar

El Dolmen de Palomar

El Dolmen de Palomar.

Recorte Fotografía Sigpac

Recorte Fotografía Sigpac

En ninguno de los mapas la ubicación del dolmen está bien definida. Por eso he preparado un croquis que facilitará la búsqueda. Se encuentra en el ultimo collado antes de llegar al Barranco Palomar.

La  construcción es curiosa  y se distingue de otros dolmenes por la falta de la losa que tapa la cámara mortuoria.

En primavera o después de lluvias fuertes debemos visitar también la cascada del Barranco Palomar y una visita del refugio sólo vale la peña, si buscamos setas en otoño.

Bajamos por la pista al Río Guatizalema. En un primer cartel giramos a mano derecha y bajamos por la Senda de los Carboneros casi al cauce del río. Por un barranco seco podemos llegar a una fabulosa poza que ya estuve a la vista desde lo alto antes de llegar al dolmen.

El Río Guatizalema

El Río Guatizalema.
Se hallan pozas divinas en su lecho. Este es el primero que encontraremos en la ruta.

El Río Guatizalema

Desde la poza podemos bajar por el lecho del río hasta topar con una pasarela y volver por la senda. De esta manera exploramos una bonita zona del río que no está tocado por la construcción de la pista forestal. Para avanzar cómodamente y rápido debemos prepararnos para mojarnos hasta las rodillas por lo menos.

Partimos de la poza volviendo por la Senda de los Carboneros hacia Nocito. Hacemos bien en coger la senda y no la pista, ya que es mucho más bonita y se trata de la autentica trocha.

Así llegamos al cruce donde parte la pista de la Pillera.

La Pillera

La Pillera.
Robert disfruta de un baño en aguas cristalinas y frescas.

El camino por la Pillera está bien señalizado y no encontraremos ninguna dificultad. Tenemos que subir hasta la Badina Estañonero que se identifica fácil, ya que es la única poza de grandes dimensiones situada en la desembocadura del Barranco Cuello el cual forma una bonita cascada en su final. El camino aprovecha una pista intransitable que cruza el río varias veces. Nos mojaremos los pies hasta los tobillos, pero sólo, si hay mucho caudal.

La Pillera

La Pillera.
Robert y la primera poza que encontraremos en el camino. Se llama Badina Rallabatán.

A parte de dicha badina hay singularidades que no nos debemos saltar aunque no están en el camino:

El Mirador de la Badina Estañonero:

La Badina Estañonero

La Badina Estañonero por la mañana desde el mirador.

Donde indica el cartel la ascensión al Tozal de Guara podemos subir unos 10 min para llegar a un punto de estupendas vistas a dicha poza.

El Brazo de Mar:

Se trata de una pequeña cueva con una poza interior que se encuentra en el final del PR un poco más arriba de la Badina Estañonero. No es peligrosa, ya que no es más que un pequeño pozo inclinado, pero se merece una visita sin duda ninguna.

La Fuen de Guaril:

Si continuamos por la senda que lleva al Brazo de Mar por unos 10min más, llegaremos al manantial donde brota el abundante agua que baja por el Barranco de la Pillera. La fuente, los pinos y tejos en conjunto crean un ambiente que tiene mucho encanto.

El paso de clavijas al Barranco Cuello

El paso de clavijas al Barranco Cuello.
Robert me espera en la cornisa. Cuando haya subido yo al mismo sitio, le ayudaré empujándole los 1,5m restantes hasta que el podrá trepar por si mismo.

Para seguir y remontar el Barranco Cuello tenemos que retroceder de la Badina Estañonero al último vado. Justo antes de volver a cruzar el río giramos a nuestra derecha y avanzamos por una senda casi invisible subiendo una pedrera que nos situará en el pie de un resalte rocoso de unos 4m de altura.

Con la ayuda de unos cables superamos este obstáculo y continuamos sin más complicaciones por la tímida senda que tuerce un poco más arriba hacia la derecha. En la bajada al cauce nos podemos asomar por el precipicio y contemplar la poza de antes debajo de nosotros.

Al principio remontamos el barranco por el mismo cauce. Si el caudal es normal, podemos evitar que nos mojemos. El lugar es mucho menos recorrido que la Pillera, el agua un poco más cliente y nos podemos relajar sin preocupaciones en alguna de las pozas. Especialmente la de la primera foto es una joya, por las vistas al Tozal y la rampa de piedra que nos puede servir de hamaca perfecta.

La Badina Estañonero

La Badina Estañonero.
Desde el acceso al Barranco Cuello podemos asomarnos a este mirador.

La fuente del Barranco Cuello

La fuente del Barranco Cuello.

Más arriba se forma una senda en la orilla derecha, nuestra izquierda, por la cual podemos avanzar más rápido. Tenemos que estar atentos a un sendero que se junta con el nuestro desde la izquierda. En este punto podemos cruzar el lecho del río para llegar a una bonita fuente.

Continuamos por la senda remontando el barranco. En una zona más suave de pinos de repoblación giramos a nuestra izquierda y nos alejamos del cauce del Barranco Cuello. Un hito grande y visible indica este desvío. No obstante, si le pasamos de alto podemos tomar más adelante la senda señalizado que baja desde el Collado a Nocito.

Nuestra senda se une con otra y empieza a bajar suavemente por un bosque sombrío a Nocito. Ya cerca del pueblo topamos con un PR. Si giramos a la derecha bajamos al pueblo. El camino de la izquierda nos llevará a la cima y la Ermita de San Andrés.

Robert encontró un parasol en la vuelta a Nocito

Robert encontró un parasol en la vuelta a Nocito.

San Andrés

Las vistas al Tozal de Guara desde la cima de San Andrés

Las vistas al Tozal de Guara desde la cima de San Andrés.

El sendero, recién limpiado, es claro y bonito, pero supera 200m de desnivel que, después de un día entero de caminar, depurará con nuestras reservas.

Sin embargo, las vistas de la cima son espectaculares y revelan una gran parte del recorrido de hoy. (Si somos capaces de orientarnos bien, podemos incluso divisar el olmo muerto de la Pardina Latorre.) Por esta simple razón debemos «coronar» la ruta con la ascensión a la cima de San Andrés.

De la ermita sólo quedan ruinas, pero nos quedaremos impresionados por la expuesta ubicación de la misma.

Nota personal:

Me parece que había un camino que conectaba la ermita con la fuente del Barranco Cuello. Tiene toda la lógica, ya que los ermitaños necesitan agua, aparte de la fe, para vivir y además sería una parte de la conexión más rápida con el Monasterio de San Úrbez.

De hecho, arranca un camino, majo y viejo, en dicho manantial que sube a unos campos abandonados, colgados encima del barranco. Y es justo allí donde siempre pierdo su rastro. Pero estoy convencido que tenia continuidad y subía hasta la ermita por fajas y crestas. Ya la existencia de los campos reafirma mi teoría, por que creo que pertenecían a la ermita.

También estoy convencido que alguna gente del lugar conoce la existencia de esta senda y los pasos, ya que he visto algún hito perdido.

Si en un futuro limpiasen esta senda (y la del Barranco Cajical), la ruta circular de hoy sería perfecta, fácil y se convertiría en mi favorita.

Retorno:

Desde la ermita bajamos por el PR al pueblo.

Nocito

Nocito en otoño.

Vadiello total – Vuelta por el Borón y los Mallos de Aliana

Los Pepes

Los Pepes.
Como pone esta cara de explorador, parece que Robert es el primer ser vivo en llegar hasta los Pepes, pero mi perro sólo está presumiendo…

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

El ambiente de Vadiello es un famoso terreno para practicar el senderismo y el descenso de barrancos, ya desde hace décadas. Antes del hundimiento de las Gargantas del Guatizalema por el embalse, ellas fueron un barranco bien frecuentado y relativamente fácil de recorrer, púes no hacia falta el uso de la cuerda. Hoy en día, sólo nos queda la posibilidad de extrapolar el contorno del paisaje e imaginar la belleza que yace debajo de estas aguas. Sin embargo, el pantano tiene también muchísimo encanto, y por eso, encontramos varias de las rutas más recorridas de toda la Sierra por su entorno.

También equiparon en los años 50 la Canal del Palomar como una de las primeras “Vías Ferratas” de España y daban con estas clavijas el acceso de un público más amplio al mirador natural y rincón maravilloso: la Canal d’o Ciego.

La ruta que presento es larga, pero nos revela casi todas las atracciones de la zona que nos sorprenderán, no sólo por su singularidad, sino por los contrastes y bruscos cambios que van formando a largo del camino: el agua y la roca; acantilados escarpados contra pastos suaves; conglomerados, calizos y areniscos; oasis rodeados por desiertos.

Los objetivos principales son el fascinante entorno del Embalse de Vadiello, las pozas del Río Guatizalema, los Pepes y la Ermita de San Chinés. Nos decidimos ya durante la planificación, si queremos hacer la variante larga y acuática o la versión corta, en cuál cruzamos dos veces el río mojándonos sólo los pies descalzados, y preparamos la mochila adecuada con un buen almuerzo, agua y la correa.

Ficha Vadiello total

Tiempo:

Vadiello hasta el Proyectil y el río: 2h

La Senda de los Carboneros hasta el río: 1h 30

Bajada por el río hasta el desvío a Matosa: 1h 30

Del río hasta los corrales de Matosa: 30min

Desde Matosa hasta el Collado de Aliana: 1h 30

Rodear los Mallos de Aliana: 15min

Bajada de los Pepes a San Chinés: 45min

Retorno desde San Chinés: 1h

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Total: irrelevante, 9h, jornada completa

Aparcamiento:

Dejamos el coche en uno de los aparcamientos entre Vadiello y la presa.

Acceso:

Seguimos de pie por la carretera vieja pasando los túneles hasta el puente en ruinas. Allí arranca el camino a Nocito que va rodeando el embalse. En esta zona tenemos que controlar al perro, púes circulan coches, aunque estamos en el fin de la carretera.

Los Mallos de Ligüerri

Los Mallos de Ligüerri desde la orilla opuesta.
El Puro (camuflado por la pared detrás), Peña San Jorge, La Mitra y la Patata. Más a la derecha: El Pico Borón

Seguimos el recién arreglado camino que da varias vueltas por los barranquillos afluentes hundidos del embalse y supera unas cuantas colladas hasta subir definitivamente a un collado que está casi 200m encima del embalse.  En todo este tramo tenemos vistas espectaculares sobre este extraño paraje cómo el Huevo y la Peña de San Cosme o el pantano y las Canales del Fragineto. A nuestra izquierda nos asombran ya desde el principio los Mallos de Ligüerri y las Crestas del Borón.

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales.

El camino se desploma después de la collada al pantano y sigue su curso hacia el norte más cerca del agua. Pronto llegamos a una pequeña explanada justo debajo de una aguja rocosa, el Proyectil, y enfrente de los últimos estratos de las Canales del Fragineto.

Es un buen punto para orientarnos. Si el embalse esta llena, estamos justo en su cola y debajo de nosotros en la otra orilla vemos una senda que sube por la ladera debajo de los estratos rocosos. Se trata de la Senda de los Carboneros y es nuestro próximo trámite. Pues, cuando bajamos ahora al lecho del río no debemos coger ramales de senda que discurren por la orilla río arriba, no, tenemos que seguir el camino y los hitos que nos llevan aguas abajo para cruzar el lecho y encontrar el inicio de la senda observada. Si no nos dejaríamos engañar por los ramales que suben por el río, no tendríamos ningún problema, púes todos los senderos están bien trazados y limpios.

El Proyectil y, al fondo, el Borón

El Proyectil y, al fondo, el Borón.

La Senda de los Carboneros gana altura al principio y recorre el valle del Guatizalema a media ladera por el bosque. Después de quizás una media hora llegamos a un desvío hacia nuestra izquierda. Esta senda sería un acortamiento que nos lleva directamente al río. Allí deberíamos remontarle por la misma orilla hasta que vemos en la otra un bloque cuadrado con unas flechas (pocos visibles) que indican el inicio del camino a la Matosa, Si vamos por el atajo nos ahorramos más o menos dos horas y media, pero nos perdemos el tramo más bonito de la Senda de los Carboneros y la parte acuática de los hermosos resaltes y pozas del Río Guatizalema.

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Púes, seguimos por la vieja senda que gana ahora altura para superar una pared rocosa que sube desde el río. Cuando el camino culmina, estamos a unos 150m encima del Guatizalema con buenas vistas sobre el recorrido que hemos hecho y el que nos espera todavía por el Valle de la Matosa. Incluso vemos en lo lejos la silueta de los Mallos de Aliana, lo que nos confirme (pero no asusta) que la ruta de hoy es larga, sin ninguna duda.

La senda se acerca al río poco a poco y pasa ahora por viejos campos y terreno más luminoso. Si nos fijamos en el tipo de roca, nos damos cuenta que llegamos ahora – después de pasar por zonas de caliza y anteriormente conglomerado – a una zona de arenisco. Finalmente llegamos al agua. La Senda de los Carboneros sigue su trayecto hasta Nocito por la otra vertiente, pero como enlaza pronto con una pista pierde mucho de su encanto. Nosotros nos hemos alejado ya suficiente de nuestra base en Vadiello y tenemos que pensar en volver (3h 30, aún no hemos llegado a la mitad del recorrido).

Empieza la bajada por el río en dirección contraria, aguas abajo. Pasamos por innumerables pozas, resaltes en un paisaje de cuentos. Los resaltes se pueden salvar con pequeñas trepadas que carecen de dificultades y algunas pozas profundas podemos evitar por sendas en las orillas. Si no queremos tomar un baño y nadar, nos mojamos hasta las rodillas.

Hace años, cuando la Senda de los Carboneros no estaba limpia y difícil de encontrar y seguir, algunas guías mandaban los lectores en la travesía Vadiello – Nocito directamente por el lecho del Guatizalema. Era más fácil de recorrer. Como la senda está limpia ahora y la gente lo usa, los caminos por las orillas, al contrario, se cierran poco a poco, pero todavía son factibles y nos podemos aprovechar de ellos.

La zona donde arranca el camino a la Matosa

La zona donde arranca el camino a la Matosa.

Después de una hora y media llegamos a una zona de piscinas con toboganes pequeños, anchos y planos (tipo Flumen o Sieste). A nuestra izquierda sube una pared más marcada que los de antes y enfrente vemos al Pico Borón por la primera vez desde hace un rato. En esta zona nace un camino que sube a los corrales de la Matosa. Empieza en la orilla derecha en el último resalte, sigue cerca del río unos 100m por un bosquecillo y empieza a subir definitivamente cuando se encuentra con un sendero que baja de la izquierda y cruza el río – el atajo de antes. Hay varias posibilidades para salir del lecho al camino y algunas están marcadas con hitos. Como estamos en las últimas pozas grandes a lo largo del recorrido, debemos aprovecharlo y refrescarnos antes de alejarnos del Guatizalema y enfrentarnos al tramo más exigente de la excursión.

La senda sube en suave ascenso al Valle de la Matosa y otra vez pasamos por un brusco cambio paisaje: en el centro del valle se ubican dos corrales, el Corral de Vallés y de la Matosa, que dan, junto con el cambio de la perspectiva del Borón, la impresión de unos pastos pirenaicos.

La Ventana de la Matosa:

La Ventana de la Matosa

La Ventana de la Matosa.
Robert me está esperando, dado que no puede pasar por el paso horizontal delicado. Si la roca no está mojada se puede rodear por debajo, pero aquel día llovía.

Para acceder a la ventana tenemos que acercarnos antes de llegar al corral de Vallés a la pared abovedada que está a la vista ya desde hace un buen rato. No hay ningún camino, pero el terreno no es demasiado difícil de recorrer. Al otro extremo de la pared tenemos que superar un paso de II, donde el perro, según su habilidad, podría tener problemas. Como la ventana, con estas buenas vistas sobre toda la zona, se encuentra sólo unos 20m más allá, nuestro perro nos puede esperar antes del paso delicado. En total la visita costará 40min.

Después del Corral de la Matosa (el segundo) tenemos que prestar mucha atención al camino. Como hay varios ramales de caminos de ganado se equivoca fácilmente. Lo más importante es que nos introducimos al valle que forman las laderas del Borón y las de la Loma Perula – de las tres vaguadas accesibles que tenemos adelante la a mano izquierda. El camino auténtico, balizado por hitos, baja al río, sube primero por la ladera opuesta, cruza otro barranco y se mete a media ladera (la opuesta a la del Borón) en dicho valle.

El sendero, bien trazado, nos lleva por prados y bosques hasta el fondo del valle y asciende a un collado que forma la Loma Perula. Allí encontramos una pista que procede del Cuello Bail, y de la cual nos aprovechamos por muy poco rato. Ya en la otra vertiente antes de la primera curva pronunciada a la derecha nace una senda, marcado con un hito, que nos lleva por un pinar de repoblación a otro collado superior debajo de los Mallos de Aliana. Al principio el sendero no tiene mucho encanto, pero acercándose a los paredones, ya fuera del bosque, vuelve a su vieja traza y nos damos cuenta de que estamos en uno de los antiguos accesos al Valle de la Matosa. Además nos conmueven los mallos de cerca y las vistas al pirineo que no hemos esperado en este punto de la excursión. Finalmente nos situamos en el Collado de Aliana, el inicio del tramite por un paisaje asombroso y nos podemos preparar mentalmente a la siguiente etapa de la excursión, la más complicada y impresionante.

Si resulta que no vamos a poder seguir por la ruta descrita, podemos “escapar” de este mundo conglomerado por la senda que arranca justo en la suave cresta a nuestra derecha (hitos) y que encuentra más adelante la pista que baja del Cuello Bail a la carretera, cerca del Refugio Vadiello. Es una vuelta larga, pero fácil.

Tenemos que rodear a los Mallos de Aliana. Por eso vamos por una senda muy desdibujada hacia nuestra izquierda, al este, por los pies de las paredes. Los mallos tenemos a mano izquierda y avanzamos sin perder mucha altura buscando el itinerario más adecuado entre el Erizón. En seguida vemos enfrente la primera brecha accesible, o más bien grieta, entre la línea de los mallos. Nos dirigimos hacia esta grieta, la pasamos y llegamos al otro lado a una faja ancha y suave, salpicada de boj. La senda está mejor trazada ahora y sigue por la misma dirección para llevar nos a la Cresta de los Pepes, la cara este de los Mallos de Aliana.
El Mallo occidental de Aliana:
Como punto culminante de la excursión (1202m) podemos acceder a este mallo sin ninguna dificultad. Sólo falta girar a la izquierda después de pasar la grieta y remontar la loma de conglomerado. Allí podemos disfrutar de las vistas, la verticalidad y de los vuelos de los buitres como en ningún otro lugar. Pocas veces es un mallo tan fácil de acceder.
Vistas desde el Mallo occidental de Aliana

Vistas desde el Mallo occidental de Aliana.
En primer plano: los Mallos de Aliana (detrás, escondido se encuentran los Pepes) y parte de la faja por la cual discurre la senda.
En segundo: la Sierra de Ligüerri y un afluente al Barranco San Chinés (la grieta negra). Robert disfruta quizás más que yo.

La Cresta de los Pepes:

Cresta de los Pepes

Cresta de los Pepes.

Los dos mallos gemelos están situados en una cresta que enlaza con el macizo de Ligüerri. De hecho, se puede llegar por la cresta a la Punta de Ligüerri y el camino que discurre por este macizo (ascensión al Borón). Hay dos tramos de escalada, fácil pero no aptos para el perro, que hay que superar. Por eso, esta manera de volver al coche más rápida (más o menos 1h) tenemos que descartar.

El sitio es sobrecogedor, pues nos encontramos en un mirador encima de estas sierras de Conglomerado. Debajo de nos otros hacia el sur hay un inmenso circo de conglomerado con paredes verticales. Los barrancos que bajan por las laderas han formado varias grietas verticales y oscuras que cortan las láminas horizontales. Justo adelante vemos el Barranco A Foratata que se cae en forma de una cascada (seca) de 150m al abismo. A sus pies a mano izquierda encontramos el abrigo que ubica las ruinas de la Ermita de San Chinés que parece de juguete en comparación a estos paredones. Hacia el norte vemos a los picos que hemos rozado por sus pies durante todo el día: el Boron y Fragineto.

Parece imposible, pero podemos bajar por toda la ladera hasta enlazar con la senda que llega a la ermita. Como la senda es poco frecuentada y discurre por un terreno de conglomerado, no hay traza, ni hitos que nos podrían guiar. De esta tarea se hacen cargo las leyes de la física en esta parte de la excursión: tenemos que buscar y bajar por los tramos menos inclinados y evitar la roca suelta.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Empezamos en el medio de la cresta. Más abajo, podemos pasar a una vaguada que se forma a nuestra izquierda. Cuando la vaguada toma formas de un barranco más encajonado, podemos salir de ella a mano izquierda y seguir bajando por esta loma más suave.

Siempre tenemos que tener delante de nosotros la cascada seca del Barranco A Foratata, como principal objetivo. Cuando estamos ya cerca del Barranco Isarre en el fondo del valle, tenemos que prestar muchísima atención para encontrar el paso por la vegetación hasta la otra orilla. Nos tenemos que situar enfrente de dicha cascada antes de meternos en la vegetación espesa. Allí encontraremos algún hito, pero no seguimos a ningunos hitos que nos alejarían de la cascada. Al contrario, tenemos que encontrar un barranquillo seco que baja al Isarre en frente de la cascada. Allí marcan varios hitos una bajada por una rampa rocosa y inclinada. Una vez en su cauce podemos seguirle cómodos y sin molestias de vegetación los últimos 50m hasta llegar al barranco principal y la pequeña explanada donde chocan las aguas de A Foratata en forma de lluvia con el suelo. Desde allí sube un camino evidente a la Ermita de San Chinés que encontramos en el covacho que hemos localizado ya en la bajada.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

Más vale hacer algunas vueltas y buscar el paso correcto antes de meterse en el cauce por la densísima vegetación. Si por alguna razón llegamos al Isarre más abajo o arriba de lo previsto, debemos remontar o seguir el barranco hasta llegar a la explanada de la cascada. No hay ningún camino que conecta el cauce del Isarre con la ermita, salvo a cual, que arranca cerca de la desembocadura del Barranco A Foratata.

¡Cuidado! Como toda la bajada realizada es por un terreno de roca dura, un perro poco entrenado se podría dañar las patas.

La Ermita de San Chinés:

San Chinés

San Chinés.
Vistas hacia el Macizo de Ligüerri.

Lo que queda de este antiguo santuario, estaban aprovechando los pastores ya hace un siglo para encerrar el ganado. Por eso, el suelo está cubierto de sirrio. Las vistas, ahora desde el fondo del circo hacia los Pepes, impresionan igual y nos podemos sentar un buen rato para disfrutar de la inmensidad de la naturaleza: con o sin la existencia de una ermita, este lugar tiene una faceta “religioso” que no se puede negar.

Enfrente de la ermita vemos a las grietas que bajan más o menos vertical por las paredes. Se trata de los barrancos hermanos del A Foratata. Toda la familia de barrancos en los macizos de Ligüerri, Lazas, Aliana y Foratata, son similares y conocidos por su verticalidad y estrechez. Aquí vemos al Barranco de San Chinés y de las Pinzas. En el retorno podremos contemplar también el de Lazas que es el más vertical de todos y cómo último y más famoso: la Canal de Palomar.

Retorno:

Seguimos por el único camino existente: el PR de San Chinés. Al principio sin perdida, pero cuando llegamos a la pista y la caseta de San Román, tenemos que prestar atención, porque el camino está mal señalizado. Un cartel indica Vadiello por la derecha, pero nosotros cogemos la pista hacia nuestra izquierda. (Dado que el PR está planteado como un circular, su retorno a Vadiello es por una larga pista (3,5km) que no nos interesa. Nosotros seguimos por el acceso del PR a la ermita, que en nuestra dirección, la inversa, no está indicada.) Bajamos a una zona más húmeda y pronto llegamos al Manantial de Isarre que no se seca nunca, y donde se encuentra la toma de agua para las casas de Vadiello. Aquí falta otra vez un cartel de la señalización, pero a causa del terreno ya no hay pérdida. Guiado por las balizas llegamos por pista y a ratos por senda al primer aparcamiento de Vadiello.

Robert en Vadiello

Robert en la bonita senda encima del Embalse de Vadiello.