Paseo por el joven Guarga

Robert bañándose en el joven Guarga

Robert bañándose en el joven Guarga.

Ya conocemos el paseo que nos lleva a los Caxicos de Lorente.

Croquis Mapa Sigpac

Croquis Mapa Sigpac.

En esta entrada presento un paseo por las mismas tierras que rodean estos árboles, pero más amplio llegando hasta unas bonitas pozas en el Río Guarga. Nos movemos durante todo la ruta por un terreno de antiguos campos que reflejan melancólicamente el mucho trabajo y la vida dura que tuve la gente del lugar. Otro objetivo de la excursión es la aldea de Los Molinos, antiguo barrio de Laguarta en la orilla del río, hoy en día abandonada.

Toda la zona es suave, los desniveles son pocos y el terreno resulta fácil de recorrer. Ademas es relativamente simple para orientarse, ya que nos encontramos en una ladera entre el río y la carretera, dos topes muy claros. Esto nos permite investigar también fuera de la senda o pista sin correr peligro de perdernos. Sin embargo hay que prestar atención al ganado suelto, que siempre se encuentra por estos prados.

Ficha LlorentePreparamos la mochila con el almuerzo y el agua, cogemos la correa del perro y visitamos los enigmáticos campos que componen el alrededor de Larguarta.

Tiempo:

Del coche al Campo Lorente: 15min.

De Lorente a Los Molinos: 30min.

De los Molinos a las pozas: 30min.

Volver al coche: 30min.

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Total: 1h45, media jornada.

Aparcamiento:

En la carretera de la Guagera A-1604 aparcamos en la ultima curva a la izquierda (km 26,5) antes de entrar en el pueblo. A mano izquierda se ven los cipreses del cementerio y a mano derecha hay una pista que describe un semicírculo. En esta pista hay sitio para dejar varios coches.

Acceso:

Buscamos un sendero entre muretes de piedras que nace unos pocos metros antes del desvío a la pista.

Bajamos por el sendero al Campo Lorente.

Los Caxicos de Lorente

Los Caxicos de Lorente

Los Caxicos de Lorente.

Siguen impresionando.

Para buscar la senda que sigue bajando al río y a la aldea Los Molinos debemos buscar un quejigo monumental y característico cerca de la entrada al recinto de Lorente. La senda original pasa justo por él bajando derecho hacia el río. La trocha se identifica fácil, pero en muchos tramos está invadida por la vegetación y tenemos que optar por un itinerario menos molesto por los campos colindantes, sin perder de vista al camino original.

El camino hacia Los Molinos

El camino hacia Los Molinos.
La senda sigue siendo flanqueada por quejigos monumentales.

Más abajo penetramos un pinar de repoblación donde la senda original se pierde y debemos seguir andando por sendas de ganado manteniendo la dirección hacia el río. El bosque desaparece y llegamos a una zona de amplios campos. Al fondo se divisan las primeras ruinas de Los Molinos.

Los Molinos

Los Molinos

Los Molinos.
Detalle de un dintel de la Casa Albas.

Eras, campos y ruinas.

Ya no sigue nada en pie, pero el lugar es encantador. Podemos ver las dos casas y la borda principal. La aldea está rodeada por eras y campos que bajan al río formando terrazas. Allí se esconden otros edificaciones o construcciones pequeños.

Además encontraremos un fácil acceso al río donde el perro puede refrescarse.

Para seguir nuestro paseo debemos ir por la orilla río arriba. Podemos elegir una senda próximo al río, umbrío pero con alguna molestia por la vegetación, o optar por las sendas de ganado que discurren por el extremo sur de los amplios campos, siempre paralelo al río.

Casa Albas en Los Molinos

Casa Albas en Los Molinos.

Sea como sea, llegaremos a un vado de una pista que da paso a la orilla opuesta que se compone en este lugar de amplias losas de conglomerado. Las pozas ya están cerca.

Las Pozas de Laguarta

La poza grande de Laguarta

La poza grande de Laguarta.
El agua está un poco turbio por la tormenta del día anterior. La losa mencionada está en la sombra.

Hay una poza encima del vado y hay dos pozas río abajo. La de arriba está próxima al vado y a las otras dos nos acercamos mejor por las losas mencionadas en la orilla opuesta. Nos situarán en la cabecera de la cascada que separa las dos badinas.

Allí encontraremos una piedra plana en la sombra de un caxico – un lugar idílico y tranquilo, ideal para sestear.

A la poza grande se accede destrepando por la misma cascada y la segunda, una perfecta marmita, tenemos delante y en ella nos bañamos con más facilidad. El agua suele estar fresco.

La poza marmita de Laguarta

La poza marmita de Laguarta.

Volvemos a la orilla opuesta y avanzamos por la pista que parte del vado en suave ascenso. Antes de que cruzar un barranco, veremos muros a mano derecha donde unos hitos marcan el inicio de la senda antigua que sube al pueblo. Nosotros nos quedamos en la pista.

Los tres caxicos

Los tres caxicos por cuya sombra discurre la pista.

En breve llegamos a un campo. Allí la pista, poco visible, discurre por debajo de tres caxicos descomunales en linea. En continuación resulta fácil seguirla hasta llegar al coche. En el camino veremos más árboles excepcionales, algunas construcciones pastorales como muretes de apoyo.

Nota personal:

Como he mencionado al principio, el terreno no propone muchos obstáculos, si optamos ir por libre. Hay un camino antiguo que sube al pueblo (lo mencioné antes). Merece la pena meterse por él a la zona de los campos que llega hasta Laguarta. Desde este camino se puede salir a los campos y explorar todo lo que se encuentra en ellos: refugios pastorales o casetas de herramientas, los muros que moldean las terrazas o simplemente rocas de forma rara que tenían alguna función en su tiempo y, sobre todo, más quejigos descomunales. Tenemos que seguir atentos a no asustar a los caballos, vacas o cabras.

Vale la pena perderse por estos campos.

Si subimos hasta el pueblo, podemos recargar las pilas en la casa rural «El Señor», pero después tenemos que volver al coche por la carretera. Por eso he elegido el retorno por la pista, aunque no es tan bonita como la senda antigua.

Retorno:

La pista topa con la carretera justo en el aparcamiento, donde hemos dejado el coche.

Una caseta de piedra incrustada en el muro de apoyo

Una caseta de piedra incrustada en el muro de apoyo.
Como el espacio interior es mínimo, parece que se trata de un guarda-herramientas con un dintel sobre-dimensionado.

Vuelta por la Sierra Guardia

Uno de los tres caxicos que se encuentran en la Pardina de GuardiaUno de los tres caxicos que se encuentran en la Pardina de Guardia

Uno de los tres caxicos de la Pardina de Guardia.

Esta ruta fue inspirada por el maravilloso libro «El Camino de San Úrbez» de Óscar Ballarín y Arturo González. Uno de los pocos libros que aportan información, sobre estos parajes poco explorados del turismo, en este caso sobre la Guagera.

Ficha GuardiaSe trata de una excursión por un terreno olvidado y muy poco transitado para buscar la soledad y la naturaleza. La ruta describe una vuelta por un montículo llamado Sierra Guardia. Está flanqueado por tres barrancos: en el norte y al mismo tiempo nuestro acceso por el Guarga. En el suroeste la limita el cauce del Barranco Cuatre y en el este el Barranco Ricau, los dos son afluentes del Guarga. Cada uno de estos barrancos tiene su particularidad: en uno encontraremos una buena cantidad de quejigos, viejos y bonitos, y el otro excavó un bonito lecho del río por el cual podemos andar sin complicaciones. Estos dos objetivos principales incrustados en un paisaje solitario y abandonado que incluso carece de caminos en una gran parte, son los motivos para darse este paseo de media jornada.

Recorte Mapa Sigpac

Recorte Mapa Sigpac

Las únicas dificultades son los tramos donde vamos por libre, sin camino. Nos tenemos que preparar para saber orientarnos bien, ya que los mapas de esta zona son poco exactos.

El Río Guarga y el Barranco Ricau nos proponen suficiente agua durante todo el año. Así que, podemos realizar esta excursión también en verano sin demasiados sufrimientos por el calor. De hecho, avanzaremos en algunos tramos por el lecho del río. Por eso, debemos ir preparados para mojarnos hasta las rodillas.

Preparamos el almuerzo, el agua y la correa para pasar un medio día en soledad con nuestro perro.

Tiempo:

El avance por el Río Guarga: 30min.

Subida al Portilillo: 30min.

Desde Portilillo a las Galochetas de San Úrbez: irrelevante, 30min.

De las Galochetas al Tozal del «Palo»: 30min.

Desde el Tozal del «Palo» al Barranco Ricau: 30min.

Avance por el Barranco Ricau: irrelevante, 30min.

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Total: irrelevante, 3h, media jornada

Aparcamiento:

Cogemos la carretera de la Guagera A-1604 y la subimos desde el puente sobre el Río Guarga – base del Monrepós – hacia el Puerto de Serrablo. Tenemos que encontrar una pista que baja a mano derecha después de pasar el km. 14 justo enfrente de la desembocadura del Barranco Ricau. Cerca del cauce hay sito para dejar el coche.

Otra opción: dejar el coche en el principio de la pista que sube a Artosilla (un kilómetro antes).

(Desde allí podemos avanzar por el lecho seco del Baranco de la Canaleta, cruzar el puente de la carretera por debajo y iniciar la ruta el punto donde arranca la senda que sube al Portilillo. Lo que cambiar de esta manera, es que todo los tramos acuáticos por los cauces se juntan al final de la excursión.)

Acceso:

Bajamos al río.

Los bloques característicos en el Río Guarga

Los bloques característicos en el Río Guarga.

Avanzamos por el Río Guarga siguiendo la corriente. Tenemos que cruzarle varias veces. En un kilómetro llegamos a unos bloques grandes en la orilla izquierda. Un poco más río abajo encontramos un gran campo castigado por las riadas en la orilla izquierda. En medio de su borde izquierdo hay un cartel de caza. Allí se inicia un camino que sube por el bosque hasta un collado. La senda es buena, limpia y de una pendiente agradable. Acercándonos al collado empezamos a bajar un poco hasta que topamos con las vistas al sur y al Tozal de Guara en el mismo collado.

El Portilillo

Así se llama el collado. Notamos que es el punto donde el camino se pierde. Igual que la vegetación también las fuerzas de la erosión cambian en la vertiente sur y ésta está devorando la senda en gran parte de esta ladera. En el lado derecha vemos cerca un quejigo característico por el cual pasaba la trocha. En este lugar se puede identificar, pero en muchos otros no.

Lo mejor será ir por libre hasta el próximo punto de identificación y no gastar demasiado energía en buscar los restos del camino original. Todavía más: debemos bajar por libre buscando los árboles más destacados que vemos desde aquí. Hay quejigos muy bonitos que son dignos de ver.

Vistas desde el Portilillo

Vistas desde el Portilillo

Para avanzar de este modo debemos planear la ruta próxima desde aquí, ya que tenemos buenas vistas sobre todo el terreno cercano.

Uno de los quejigos majos en el Barranco Cuarte

Uno de los quejigos majos en el Barranco Cuatre.

Debajo de nosotros está el Barranco Cuatre. Este se junta con otro que viene desde el sur. La confluencia se encuentra a la derecha de nuestro campo de vista dentro de una zona boscosa. Tenemos que llegar a la loma divisoria entre estos dos barrancos. Más exacto: hay dos zonas peladas en dicha loma. Tenemos que llegar a la que está más abajo, más cerca – la que está en alineación con el Tozal de Guara al fondo.

Allí se encuentran las Galochetas de San Úrbez, que son nuestro próximo objetivo. El itinerario que elegimos para llegar hasta allí no es tan importante, ya que por el terreno se avanza bien y el Barranco Cuatre no resulta difícil de cruzar.

Por eso, lo más interesante es visitar en la bajada el máximo de quejigos descomunales posible, cruzar el Barranco Cuatre en un punto que nos parece fácil y ir en búsqueda de la primera zona pelada de la loma opuesta. Cuando hemos llegado a la zona pelada debemos buscar las Galochetas de San Úrbez

Las Galochetas de San Úrbez

Las Galochetas de San Úrbez

Las Galochetas de San Úrbez.

Cuenta la leyenda que en esta plataforma estuvo el santo vigilando al ganado apoyándose en su palo. Durante los años se quedaban las marcas gravadas en el arenisco.

Hoy en día los rastros están muy erosionados y si no fuera por un hito y unas piedras que rodean las Galochetas, no se podrían identificar. Se encuentran a mano derecha subiendo la primera zona pelada de la loma.

A 20m se encuentra un quejigo – el Caxico de las Galochetas – no demasiado grande, pero fácil de identificar, ya que debajo de él se ve de nuevo el camino original. (En seguida se pierde de nuevo.)

Robert y las Galochetas de San Úrbez

Robert y las Galochetas de San Úrbez.
La leyenda humana dice que las marcas son del santo. Pero la versión canina cuenta que las marcas proceden del perro de San Úrbez. Mientras el santo pastor vigilaba el ganado, el perro descansaba en esta losa comiéndose un palo.

Sea como fuere, el lugar es bonito, aislado y invita a tomar un descanso.

Seguimos avanzando por la misma loma, siempre buscando la linea anticlinal. Seguimos sin camino, pero guiados por la misma loma. Traspasamos la segunda zona pelada y ganamos altura. Según avanzamos desaparecen los árboles y arbustos y se forma una tímida senda. Se trata de una vieja pista totalmente desfigurada y intransitable, pero nos facilita el paso a pie. Acercándonos a la zona más alta de la loma vemos un pequeño tozal en el cual un palo clavado en un hito marca la cima. TENEMOS QUE LLEGAR A ESTE TOZAL. No debemos seguir por la pista que tuerce hacia el sur. Es fácil que la pista nos engaña, porque en los últimos cien metros hacia la cima no hay ninguna senda y tenemos que cruzar una zona de pinos jóvenes.

El Tozal del Palo

Las vistas hacia el oeste

Las vistas hacia el oeste.

No se como se llama, por eso le he bautizado trivialmente «Tozal del Palo» en esta entrada, para facilitar las explicaciones.

No es una cima espectacular, pero muy idílico y solitario. Tenemos unas vistas de 360º – la boscosa Sierra de Guardia, el Canciás, la Sierra de Aineto, Guara y Belarra. Pero aún más especial son las hacia el oeste: el valle del Barranco Cuarte, el camino que hemos superado y, con buen tiempo, las divisamos la Sierra de Santo Domingo al fondo.

El Tozal del Palo es además una parte de la divisoria de las cuencas. Estamos entre la del Barranco Cuatre y la del Barranco Ricau. Este último es el siguiente objetivo.

El salto del Barranco Reguero

El salto inicial del Barranco Reguero.

Antes de dirigirnos nos hacia el este – todavía sin camino – debemos observar el terreno: nuestra cima está flanqueado por dos barranqueras que bajan hacia el este. Más abajo, ya no a la vista, estos dos torrentes se juntan en un gran salto de agua donde nace el Barranco Reguero, afluente del Ricau. Este salto es muy característico y nos sirve muy bien de baliza.

Así que, debemos avanzar hacia el este procurando que nos quedemos entre los dos barranqueras que hay en los dos lados. Entonces nos situaremos inevitablemente en la cabecera del salto.

Seguimos por el borde rocoso izquierdo del Barranco Reguero. Podemos andar cómodamente por estas losas horizontales, libres de vegetación. Más adelante traspasamos un pinar que llega hasta el borde. Después del bosque debemos seguir por una zona calva, que resulta de nuevo más fácil para andar. Esta nos hace alejar finalmente del Barranco Reguero.

Allí vemos que se eleva un pequeño montículo delante de nosotros. A su derecha baja el barranco, pero nosotros elegimos un vallecito que baja por su izquierda. La breve bajada es pendiente, pero no resulta difícil. Abajo nos encontramos en un llano boscoso que sólo tenemos que cruzar en la misma dirección para llegar al lecho del Barranco Ricau. El torrente que se ha formado en la bajada nos puede servir de guía.

El Barranco Ricau

El Barranco Ricau

El Barranco Ricau.

Una vez en el lecho del Barranco Ricau, ya no hay pérdida, tenemos que seguir la corriente hasta su confluencia con el Río Guarga, donde está el coche.

El Ricau siempre lleva agua y ha modelado un cauce bonito y entretenido en el valle que tenemos delante. En la parte más estrecha encontraremos marmitas, toboganes y pozas. Es también la parte más bonita, donde podemos descansar una última vez. Las pozas finales, las más profundas y vestidas, podemos evitar por la derecha por una tímida senda bastante vestido. Así que, bajo circunstancias normales referente al caudal, nos mojaremos hasta las rodillas. Si encontramos un caudal elevado o incluso el agua turbio en crecida, podemos evitar todo este trayecto por una senda que discurre por media ladera en la vertiente izquierda del barranco.

El Barranco Ricau

El Barranco Ricau en otoño con poco caudal.

La senda por el Barranco Ricau

Al principio, cerca de la desembocadura del Barranco Reguero, hay un pinar en la orilla izquierda. En este bosque se forma una senda, visible y limpia. Esta sube por la vertiente izquierda para bajar más adelante a la desembocadura del Ricau. Es una opción para evitar el agua, pero no nos facilita cruzar al Río Guarga.

Obviamente este camino puede ser un acceso, fácil y corto, para visitar únicamente el Barranco Ricau. (Visto de este sentido tenemos que buscar su inicio en la ladera herbosa justo en la desembocadura del Barranco Ricau. Entrando en el bosque de la orilla izquierda en seguida vemos que se forma una senda juntando varios ramales.

La Pardina de Guardia

Caxico de la Pardina de Guardia

Caxico de la Pardina de Guardia.

Cogiendo esta senda nos lleva cerca de otra atracción escondido en el bosque de la Sierra de Guardia.

En el punto más alto de la senda, marcado con un hito, podemos seguir cresta arriba. Nos guia la misma cresta y después la loma que corona en el Tozal de Guardia. Si subimos unos 20min, mucho antes de llegar a la cima boscosa, podemos encontrar 3 quejigos viejos y las ruinas de la Pardina de Guardia, todo bien escondido en el pinar presente. De la pardina sólo quedan algunos muros de apoyo, terrazas de cultivo y montones de piedras, pero los árboles resisten y merecen una visita, aunque su alcance es otra vez una caminata libre sin camino obvio.

Retorno:

Cruzamos el Río Guarga.

El Barranco Ricau

El Barranco Ricau.
Robert cruza la penúltima poza a nado. Yo lo evito por la derecha, ya que es tarde y no quiero mojarme más.

Los Caxicos de Lorente

El Campo Lorente

El Campo Lorente.
Se ve muy claro a quien pertenece el terreno en realidad. (No hablo de Robert.)

Recorte Mapa Sigpac

Recorte Mapa Sigpac

Inspirado por el maravilloso libro «El Camino de San Úrbez» de Oscar Ballarín y Arturo González voy a describir este corto y simple paseo que nos lleva a unos verdaderos maravillas de la naturaleza. Se trata de dos majestuosos quejigos en un campo vallado de un viejo murete de piedras.

Debajo de estos árboles hay una paz intensa, un ambiente que ayuda olvidarnos de todo el estrés que tenemos durante el día a día.

Ficha LlorentePreparamos, si queremos, la mochila con un almuerzo, cogemos la correa del perro y visitamos respetuosamente estos seres monumentales.

Tiempo:

Del coche al Campo Lorente: 15min.

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Total: 40min.

Aparcamiento:

En la carretera de la Guagera A-1604 aparcamos en la ultima curva a la izquierda (km 26,5) antes de entrar en el pueblo. A mano izquierda se ven los cipreses del cementerio y a mano derecha hay una pista que describe un semicírculo. En esta pista hay sitio para dejar varios coches.

Acceso:

Buscamos un sendero entre muretes de piedras que nace unos pocos metros antes del desvío de la pista.

El sendero que baja a los Campos de Llorente

El sendero que baja a los Campos de Lorente.

El viejo sendero, bonito y entretenido, nos baja entre campos hacia una zona más llana. Allí la trocha se desdibuja un poco, pero nosotros tenemos que seguir en el mismo sentido sin cambiar la dirección. Según avanzamos hay cada vez más sendas de ganado que nos pueden desorientar. A mano derecha se divisa la cuenca de un barranco, que NO debemos cruzar y a mano izquierda podemos observar ya las copas de los dos árboles descomunales en cierta distancia. Sólo resta acercarnos a ellos.

Los Caxicos de Lorente

Uno de los Caxicos de Llorente

Uno de los Caxicos de Lorente.

Yo me quedé sin palabras inteligentes cuando entré en el campo – sólo se me escapó un «hostias» mal pronunciado con la boca abierta. Y no sólo la primera vez.

Que suerte tenemos que el dueño del campo no tenia la intención de hacer leña con la abundante madera que se ha acumulado en estos dos árboles.

En el conjunto con los muros da a este lugar un ambiente de paz profunda y la seguridad de un refugio.

Saliendo del campo en dirección oeste podemos bajar fácilmente al cauce del barranco cercano. Tenemos incluso el agua para el perro asegurado.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Los Caxicos de Lorente

Los Caxicos de Lorente.