Vuelta por la Peña Balluals

Alastrué

Alastrué.
La misma fachada que adorna la portada del libro » La Montaña olvidada» de Arturo González.

La Peña Balluals es un mirador de primera categoría situada en el este del curso del Alcanadre entre Bibán y Bara – un paraje paradisíaco. Sin embargo, los caminos hacia su cima pasan por terrenos muy secos y están medio borrados por el incansable crecimiento del Erizón y de otras plantas (que pinchan). Por esta razón presento en esta entrada una circular que rodea esta peña, pasando de despoblado a despoblado, sin alejarse demasiado de los cursos del agua.

Como la cima sigue siendo llamativa y nos quedaríamos con las ganas, si no la hubiéramos coronado, presento también una variante, suave y fácil, que nos permite ascender a este vértice geológico, incluso con la presencia de nieve o hielo en invierno. El único handicap sigue siendo el terreno seco, repleto de maleza.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

En la ruta de hoy visitaremos también el bonito pueblo abandonado de Alastrué, él cual ha sido protagonista en la entrada «Alastrué y las raices del Mascún«. Aquella descripción relata el acceso desde Las Bellostas, desde el este. Esta vez nos acercamos desde Bara, desde el oeste. Es una variante más salvaje, más directa y igual de entretenida.

Además veremos Miz, un pequeña aldea de dos casas abandonadas que se encuentra en un entorno maravilloso y Bibán que fue mencionado ya en un parágrafo de la entrada sobre «despoblados del joven Alcanadre«. Por cierto, de este río veremos como objetivo principal la Badina Estañero que se encuentra cerca de Bara.

El Barranco Foroñón

El Barranco Foroñón.
Una poza escondida cerca de Alastrué.

Con una buena ración de agua y el almuerzo preparados en la mochila y la corea del perro en la mano nos dirigimos a Bara para explorar las faldas del Balluals.

Ficha MizTiempo:

Bara – Miz: 1h15.

Miz – Alasrué: 1h30.

Alstrué – Bibán: 45min.

Biban – Miz: 1h15.

Miz – Bara: 45min.

Opcional:

Ascensión a la Peña Balluals: 30min.

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Total: 6h15, jornada completa.

Aparcamiento:

Aparcamos en Bara.

Acceso:

Nos acercamos a la iglesia de Bara.

La Badina Estañero

La Badina Estañero.
Robert toma un baño en la cabecera de la Badina Estañero

Al principio avanzamos por el recorrido S 12 que parte de la iglesia y le seguimos hasta la Badina Estañero. Allí un cartel marca el desvío a Miz. Cruzamos el Alcanadre por una pasarela a la que faltan las ultimas piedras (con un brinco lo superaremos) y seguimos remontando el río por la otra orilla. Cuando estemos a la altura del molino que se encuentra en el otro lado del río la senda finalmente deja el Alcanadre y empieza a subir. Se arrima al Barranco de Miz, lo cruza y continua por la vertiente norte del vallecito derecho hasta Miz.

Miz

Miz

Miz.
Un antiguo arado escondido en una borda.

La pequeña aldea está ubicada en una explanada soleada de la cabecera del Barranco de Miz.

El núcleo lo forman sólo dos casas, mientras que la iglesia está un poco separada de ellas. Además hay unas cuantas bordas rodeando este conjunto. En el oeste se encuentra la chopera que salta a la vista desde lejos y revela la ubicación de este escondido asentamiento.

50m más allá de la iglesia se encuentra la fuente y a lado de ella un cruce de caminos con carteles indicativos.

Seguimos por la senda que lleva a Alastrué, como indicado. Esta senda abandona la cabecera del Barranco de Miz por un modesto collado y sigue travesando la falda de la Peña Balluals en dirección noreste hasta topar con el Barranco San Lázaro que forma marmitas, pequeñas pero bonitas,en esta zona y debería mantener un mínimo de caudal durante todo el año. Esta senda resultará muy agradable y bonito. Primero pasaremos por terreno seco, repleto de covachos y cuevas, dejaremos una bonita borda a nuestra derecha y traspasaremos finalmente un caxical, sano y viejo.

En el camino a Alastrué

En el camino a Alastrué.
La foto tomó desde una posible ascensión a la cima de la Peña Balluals, fuera de la senda. Esta pasa cerca de la borda.

Desde el barranco sólo resta una pequeña subida para llegar a la explanada que ubica el pueblo de Alastrué.

Alastrué

Alastrué

Alastrué.
Uno de los rincones pintorescos que encontraremos.

El pueblo y su entorno son una maravilla. La aldea se encuentra entre los pastos de una loma que divide dos barrancos antes de su desembocadura. En el camino de la subida hemos conocido ya al barranco de la derecha y sus acantilados. El otro, el Barranco Foroñón, podemos visitar también, aunque la ruta prevista no se acerca a él. Hay una descripción en la entrada «Alastrué y las raíces del Mascún«.

La iglesia está en la zona más expuesta hacia los acantilados que caen a la desembocadura, y es justo ella que se ha conservado mejor – una visita es imprescindible. Las casas y bordas debemos visitar también y buscar detalles de la arquitectura popular. Podemos aprovechar el ambiente encantador para descansar, ya que hemos llegado a uno de los objetivos principales de la excursión.

Para seguir con la ruta de hoy buscamos una vieja pista forestal que lleva a Bibán y parte en el norte del pueblo. Este tramo será la parte menos atractiva de la ruta triangular, pero también el flanco más corto.

En un suave collado cruzamos una valla y este es justo el punto donde podemos optar para hacer una visita a la Peña Balluals.

Peña Balluals (opcional)

La Peña Balluals

La Peña Balluals.
La vistas desde la cima hacia el suroeste: el valle de Bara y la Sierra de Guara.

Las buenas vistas nos proporcionan suficientes motivaciones para cargarnos con este ascenso adicional. Según algunas mapas hay tres maneras de hacer cima. La última propongo en esta descripción.

1. Desde el camino Miz – Alastrué:

Esta variante es la que está más presente en la literatura (por ejemplo Oscar Ballarín la ofrece en su guía “Sierra de Guara – Excursiones, Ascensiones y Travesías”).

Con el paso del tiempo la erosión ha puesto inconvenientes a esta opción. Muchos de los hitos se han perdido y algunas de las piedras que fueron colocadas como peldaños para salvar resaltes de rocas se han desplazado. Dichas deficiencia convierten esta ruta en una marcha libre por terreno complicado.

2. Desde el camino Bibán – Miz:

No he encontrado este camino bajando de la cima, ni he visto su inicio desde abajo. No se, si sigue existiendo hoy en día.

3. Desde el camino Alastrué – Bibán:

En el collado mencionado anteriormente cruzamos la valla, pero en vez de seguir por el camino a Bibán subimos a lado de dicha alambrada. En breve se forma una tímida senda que facilita el avance entre la maleza. Puede que se trata del camino de mantenimiento, ya que se arrima siempre a la valla. De esta forma coronamos una primera precima. En esta dejamos la valla y seguimos por la suave cresta hacia Balluals. Sigue habiendo una estrecha senda entre matojos de Erizón y sigue siendo visible en la mayor parte de su trayecto. Sin embargo, tenemos que prestar mucha atención en no perder la trocha entre la mar de Erizón. Pronto veremos el vértice geológico que marca la cumbre. La senda sigue por la crestería evitando un pequeño barranco que baja a nuestra izquierda y encuentra finalmente la plataforma cimera.

Volvemos por el mismo camino. Tenemos que prestar atención en no pasar de largo de la valla que encontraremos de nuevo en la precima.

Marchando de nuevo por el camino a Bibán llegaremos en breve a este despoblado.

Bibán

Bibán

Bibán.

Por donde entramos en el pueblo veremos una pequeña balsa a mano derecha. Si el agua está putrefacto debemos tener en cuenta que hay una fuente de agua fresca en la salida del pueblo.

De los gigantescos olmos sólo quedan los troncos y las ramas en el suelo donde se están desintegrando.

La iglesia, adosada a otro edificio, se encuentra en el barrio alto. Ya que es una construcción ordinaria, resulta difícil averiguar de cual de las ruina se trata.

En el barrio bajo tenemos que buscar un cartel que indica el camino a Miz. Este baja a lado de las ultimas bordas y se acerca al Barranco de Balluals. Un cartel indica la ubicación de una buena fuente en la orilla.

El bosque entre Bara y Miz

El bosque entre Bara y Miz

Seguimos por la senda que traspasa un bosque, viejo y bonito, en suave ascenso. Después de una larga y agradable marcha entre árboles, pasaremos a la vertiente sur de la falda de la Peña Balluals donde se abren de nuevo buenas vistas al entorno de Bara. Sólo resta bajar de zingla en zingla hasta llegar finalmente a Miz y cerrar de esta manera la ruta circular.

Retorno:

Volvemos por la misma senda de Miz a Bara.

Bara

Bara.

 

Vuelta por el Monte Piacuto

El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás.
Un portal hacia la luz.

En la cordillera divisoria entre el Río Isuela y el Río Flumen el Piacuto es la peña más elevada en el extremo el sur. Esta situación promete muy buenas vistas sobre la Hoya de Huesca y nos da pie para planificar y realizar una buena ruta por este modesto molde.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Varios pozos de nieve, pinturas rupestres, el pueblo de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña) y, sobre todo, el Castillo y la Ermita de Ordás proporcionan suficientes motivos para pasar un día explorando estos rincones idílicos cerca de Huesca ciudad.

La ruta presentada es básicamente una circular que lleva a la Ermita de Ordás la cual será el objetivo principal. Además podemos asomarnos a los muchos más puntos de interés durante el trayecto, si estamos dispuestos a prolongar la marcha. El tiempo invertido en la aproximación a estos objetivos adicionales varia entre 5 y 30min. Así que, si queremos visitar todo lo propuesto, llenaremos fácilmente una jornada completa.

Los caminos están relativamente bien cuidados y son obvios, ya que encontraremos carteles indicativos en casi todos los puntos claves. Sólo en la subida a las pinturas rupestres, muy cerca de Santolarieta, hay un desvío poco visible que es difícil de averiguar.

Ficha OrdásPreparamos la mochila con el almuerzo, agua y la correa para dar un entretenido paseo por el Monte Piacuto.

Tiempo:

De Santolarieta al abrigo rupestre: 30min.

Del abrigo al cruce de pistas: 30min.

Del cruce de pistas hasta la senda que baja del Pico Águila: 30min.

Descenso a la Ermita de Ordás: 30min.

De Ordás al observatorio de buitres: 30min.

Volver a Santolarieta desde el observatorio: 30min.

Objetivos adicionales:

Aproximación al Pozo de hielo Paco Lapinosa: 10min.

Aproximación al Castillo de Ordás: 5min.

Aproximación al refugio de pastores: 15min.

Aproximación al Pozo de nieve de Ordás: 5min.

Ascensión al Piacuto: 30min.

Aproximación al Pozo de hielo de las Planas: 10min.

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Total: 5h, jornada completa

Aparcamiento:

Aparcamos a lado de la iglesia de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña).

Acceso:

La excursión arranca en esta misma plaza.

Empezamos la marcha como indican los carteles hacia Ordás o Pico Águila. En cuando hemos salido del pueblo unos carteles marcan el desvío de la senda al abrigo rupestre o los Pozos de hielo de Paco Lapinosa. Así que, nos separemos de la pista que sigue en dirección oeste y avanzamos por una senda de menos entidad en dirección norte. A poca distancia del cartel tenemos que prestar mucha atención a no saltarnos otro desvío a la derecha, poco visible. Esta senda tuerce hacia el este y nos lleva hacia detrás del pueblo, donde se encuentra de nuevo un cartel indicativo que nos da la seguridad de estar en el camino correcto – hacia el abrigo rupestre.

(En caso de no haberlo visto, seguiríamos por la senda de cabras – más visible en este tramo – y toparíamos de nuevo con la pista más adelante. Volviendo por ella haríamos un pequeño bucle y podríamos intentar a averiguar el desvío de nuevo.)

La senda correcta nos introduce en una modesta y empinada canal que asciende en el margen oriental de Santolarieta. Por varias lazadas gana altura rápidamente y nos situará finalmente en el abrigo donde se encuentran las pinturas rupestres.

Las pinturas rupestres del Abrigo de la Raja L

Las pinturas rupestres de Santolarieta

Las pinturas rupestres de Santolarieta.

El camino pasa justo por la rejilla de metal que protege las pinturas. La vaca salta al ojo en seguida pero las otras figura hay que buscar con atención.

Seguimos por la trocha que nos lleva ahora a una zona más llana. En esta zona la senda está un poco desdibujada por la constante erosión. La senda tuerce hacia la derecha y sigue en paralelo a un lecho de un torrente hasta corona un suave collado, donde se encuentra un cartel indicativo que está a la vista ya desde lejos. En este collado por primera vez tenemos unas bonitas vistas al norte con el Pirineo como horizonte. Podemos optar por visitar el Pozo de hielo de Paco Lapinosa como indica el cartel.

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa.
Podría haber sido un pequeño deposito para herramientas.

Como los muchos otros en la Sierra de Guara es una construcción interesante de una profundidad considerable. Además se encuentra en la misma explanada un curioso depósito/ataúd que llama la atención.

Volvemos al collado y seguimos en dirección norte. Una vez en la otra vertiente de la loma veremos con claridad el cruce de las pistas y el mole del Monte Piacuto delante. Merece la pena estudiar bien la situación de los caminos para poder orientarnos con facilitad cuando llegamos al cruce.

Hay una pista en buen estado que sube desde el Collado de San Miguel – nuestra derecha – y sigue por la cara oeste del Monte Piacuto hacia Ordás. En un collado se desvía una pista en mal estado a la izquierda para bajar por San Mamés a Santolarieta. En el mismo collado arranca también una senda que rodea el Monte Piacuto en suave ascenso por su cara este. Al principio va cruzando una linea de alta tensión. Esta es la senda que tenemos que tomar. Desde aquí vemos que empieza junto a unos carteles de dos pilones. Es importante fijarse en esto ahora, ya que estando una vez en el collado, no se aprecia fácilmente donde nace.

Las vistas a Cienfuens y el Pirineo

Las vistas a Cienfuens y el Pirineo desde la senda.

Teniendo el trayecto claro avanzamos y tomamos dicha senda que revela muy buenas vistas a los acantilados de Cienfuens y el Pirineo al fondo. Últimamente esta senda está de moda para la practica de la BBT. Como suelen usarla en el sentido descendente y por eso llegar a velocidades considerables, debemos estar preparados y controlar el perro.

Tras una larga travesía y finalmente un suave ascenso nos sitúa en un primer collado repleto de Erizón. En este punto existe una tímida senda sin señalización que baja directamente a Ordás, pero recomiendo no dejar el camino conocido, claro y bien pisado, que topa en breve con el sendero que desciende desde el Pico Águilas y lleva a Ordás también. Esta variante es un poco más larga, pero totalmente obvia y fácil de seguir en todo momento. En el cruce mencionado no hay carteles, pero obviamente tenemos que coger la nueva senda en el sentido descendente, es decir girar a la izquierda.

Después de una abrupta bajada pisaremos de nuevo la pista forestal que lleva a Ordás. La seguimos girando a la derecha y en apenas 2min. llegaremos a la ermita.

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás.
Si hay agua limpia, el perro puede refrescarse en el estanque a lado de la Ermita de Ordás.

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás.
El detalle más llamativo de la construcción antigua: el marco.

A primera vista este lugar no tiene nada especial, ya que los obreros han dejado algunos escombros en los alrededores del pequeño templo y las instalaciones no se cuidan demasiado (2016). Además la ermita está encajonado y oculto por el refugio adosado. Así que, no extrañaría que la primera impresión que se despertase cuando llegamos a este lugar sea la decepción.

Pero cuando vemos a ciertos detalles y sobre todo los alrededores quizá nos damos cuenta de la magia y singularidad del lugar. 

Sobre todo destaca el marco del portal de la ermita. Estas piedras revelan estupendamente la historia que se esconde entre estos muros y como la autentica ermita fue tapada por construcciones más recientes. Para saber más  recomiendo una vez más la pagina de Antonio García Omedes: «La Guía digital del Arte Románico«.

Si hemos elegido bien la fecha, el perro podrá bañarse en el estanco mientras visitamos la ermita y el refugio. Después debemos dedicarnos a explorar los alrededores.

La caseta de pastores

La caseta de pastores.
Robert sigue vigilando como un buen pastor mientras me echo la siesta.

La caseta de pastores

Las vistas al Castillo de Ordás

Las vistas al Castillo de Ordás y la Hoya de Huesca.

Tras un breve descenso llegamos a esta curiosa construcción que sigue en pie e intacta. Un cartel informativo muestra algunos datos interesantes.

Ademas veremos al castillo desde una perspectiva diferente. También merece la pena asomarse a la zona detrás de la caseta donde se encuentran unos muros de apoyo que forman pequeños campos o terrazas entre las rocas; un conjunto muy curioso y bonito.

Volvemos por la misma senda a la ermita. (Por cierto, esta senda tiene continuación y conecta con un pequeño aparcamiento que se encuentra junto a la Autovía del Monrepós. Tardaríamos apenas 15min en bajar.)

 El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás.

Es quizás la construcción más interesante con la cual topamos en la excursión de hoy, a pesar de que se trata sólo de un muro. Este muro separa la plataforma cimera de una expuesta proa de su único acceso y convierte la cimera a una zona segura.

Cerca se esconden varios cuevas en un abrigo detrás del boj – quizás se trataba de los cobijos de los asediadores.

Sea como sea, el lugar es de cine, ya que hay muy buenas vistas a la Peña Gratal y sobre la Hoya de Huesca y por eso merece la pena detenerse un rato y almorzar, si hay ganas.

Ya de nuevo en la ermita iniciamos el retorno. En la misma terraza donde se ubica el templo arranca detrás una tímida senda hacia el sur. Esta lleva en breve a la Fuente y al Pozo de nieve de Ordás

El Pozo de nieve de Ordás

El Pozo de nieve de Ordás.

La Fuente y el Pozo de nieve de Ordás

La Fuente de Ordás

La Fuente de Ordás.
Arquitectura española moderna: botella de PVC y chapa oxidada.

Pasamos directamente por la fuente que suele llevar agua todo el año y un poco más adelante un cartel indica la bajada al pozo.

Regresamos a la senda principal y seguimos en dirección sur. Tras de pasar un pinar repoblado nos deja de nuevo en la pista forestal, por la cual seguimos como indicado.

A poco distancia podemos atajar la pista de nuevo. Esta vez arranca la senda a mano izquierda y salva unas amplias lazadas. Después de una corta marcha por la senda nos encontramos de nueva con la pista y la seguimos en el sentido ascendente. Pronto llegaremos al cambio de ras donde veremos la caseta del observatorio de buitres a mano derecha y enfrente marcan dos hito la senda que asciende al Piacuto.

El Piacuto

El Piacuto

El Piacuto.
Vistas a la Peña Gratal.

En la subida hay que superar varios pasos de I, nada preocupante, pero tenemos que tener en cuenta que después debemos ser capaces de bajar por estas mismas trepadas.

En apenas 30min estamos en la cima y podemos disfrutar de las vistas a casi todo el recorrido que hemos efectuado durante la jornada de hoy. Merece la pena.

Una variante para bajar de la cima existe en la cara este de la peña. La senda está mucho menos definida, pero carece totalmente de tramos complicados. Discurre hacia el norte por la cresta hasta un suave collado. Allí tuerce a la derecha y sigue bajando entre campos abandonados hasta topar con la senda que hemos recorrido  ya antes.

De nuevo en el observatorio de buitres seguimos por la pista, ahora bajando, hasta el cruce que conocemos ya. Esta vez seguimos en dirección Santolarieta como indica el cartel. Tras una incomoda marcha por piedras sueltas al principio llegamos a un desvío donde indica un cartel el Pozo de hielo de las Planas.

El Pozo de hielo de las Planas

La Carrascas de la Plana

La Carrasca de la Plana.

En la aproximación pasamos por la Balsa de San Mamés. Recomiendo controlar al perro en este lugar, ya que el agua está rodeado por una zona de barro putrefacto. (El perro, como el amo, tendrá de nuevo agua fresca en el pueblo.)

Cerca del pozo veremos un grupo de carrascas a 100m encima de la senda. Merece la pena visitarlas, ya que hay un ejemplar bastante viejo y sus copas hacen una sombra agradable que será bienvenida para sestear un ratito antes de volver al coche.

Retorno

Volvemos a la pista y seguimos por ella hasta el pueblo que se halla ya muy cerca.

Llegando al Castillo de Ordás

Llegando al Castillo de Ordás.

La Ermita de Nuestra Señora de Sescún

La Ermita de Sescún

La Ermita de Sescún.
Los últimos metros antes de llegar a la ermita o el final de la romería.
Un momento beato y glorioso para Robert.

En la vertiente oriental de la Sierra de Gabardiello yacen las ruinas de esta ermita en una modesta explanada. Era una construcción bella y muy curiosa, teniendo similitudes obvias a las iglesias del Serrablo. También se encuentran junto a dicha ermita las ruinas de varios edificaciones anexos, campos abandonados y un importante manantial. Sin duda ninguna merece la pena una visita.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

El acceso recomendado se efectúa desde el Puerto de Orlato, Valle de Nocito, cara norte de Guara. Cualquier otro acceso sería de mucho desnivel, menos bonito y más largo aún. Como el lugar donde se encuentra nuestro objetivo está totalmente apartado del mundo moderno o de la infraestructura circulatoria, el acceso se hace fatigoso, pero es muy bello y nos introduce en una zona salvaje, intacta y poco transitada.

El sendero está señalizado claramente en todo el recorrido. Se ha recuperado una senda, vieja y noble, que conectaba a los pueblos de la cara norte de Guara con los de la Hoya de Huesca y cuya trocha vamos a pisar durante casi todo el trayecto. Esta circunstancia se refleja en los restos del buen empedrado del camino en algunos tramos o en los muchos muretes de apoyo. Andar por esta senda es como hacer un viaje en el tiempo. Esta sensación culmina llegando a las ruinas del Mesón de Sescún, la antigua «área de servicio» en esta ruta de transito. Más al sur del mesón una pista forestal substituye el sendero y esta presencia está ensombreciendo el estado de la trocha histórica, ya que no se limpia desde años y parcialmente fue destruida por la construcción de la pista. Pero no nos molesta en esta excursión, ya que es justo en el Mesón de Sescún donde nos desviamos por otra senda en búsqueda de la ermita.

Ficha SescúnDurante todo el trayecto debemos controlar al perro, ya que traspasamos pastos donde siempre se encuentra mucho ganado que no debemos molestar o asustar.

Así que, preparamos la correa y la mochila con el almuerzo, el agua y un mapa para efectuar este viaje en el tiempo a la Ermita de Nuestra Señora de Sescún.

Tiempo:

Del coche al Mesón de Sescún: 2h15.

Del Mesón al la Ermita de Sescún: 40min.

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Total: 5h30, jornada completa

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito, antes de bajar a este ultimo pueblo pasamos por el Puerto de Orlato, una amplia zona de campos. A mano izquierda veremos el cartel de madera que indica el nacimiento del sendero. 20m más adelante hay una explanada en el mismo margen de la carretera donde podemos aparcar cómodamente.

Acceso:

Volvemos por la carretera los 20m al cartel mencionado.

El trayecto hasta el Mesón es largo, pero totalmente obvio en todo momento. Al principio avanzamos por una pista entre campos, pero pronto se convierte en un sendero.

A medio camino, cerca del desvío que baja al Río Guatizalema o a Nocito, un cartel indica que hay una fuente escondido en el bosque debajo de la senda. El agua mana con poco caudal y forma sólo unos charcos en el suelo. Así que no sirve para nosotros, pero es suficiente para que el perro se refresque. Si los charcos al principio del camino están secos, será la única posibilidad hasta el Mesón para que nuestro amigo pueda abrevar.

El Mesón de Sescún

El Mesón de Sescún

El Mesón de Sescún.

Está ubicado en un lugar privilegiado: soleado, acogedor y rodeado por viejos prados. Además pasa cerca un torrente – el Barranco del Mesón – que suele llevar por lo menos un hilo de agua. Todavía se pueden observar las bordas y el recinto donde guardaban el ganado y la terraza donde los viajeros podían tomar algo después de un viaje, largo y fatigoso; todo derrumbado, sin embargo, con alguna imaginación las ruinas recuerdan al funcionamiento de los refugios de montaña existentes.

Recomiendo explorar a los alrededores. A parte de las aguas frescas del riachuelo, encontraremos unas bonitas carrascas, un caxico bien majo y en particular el viejo nogal que ha sobrevivido a lado del mesón desplomado.

La Ermita de Nuestra Señora de Sescún

La Ermita de Sescún

La Ermita de Sescún.

Para saber más detalles sobre la construcción y su arte recomiendo la pagina de Antonio García Omedes: «La Guía digital del Arte Románico«. Las ruinas y el entorno son francamente bonito, pero para nuestro perro lo más importante será el manantial.

Un acceso relativamente cómodo a una de las varias fuentes se encuentra un poco más abajo de las ruinas. En el ultimo cartel que indica la ermita veremos un pastizal húmedo justo delante que se convierte en una empinada canal. Por el margen izquierdo podemos descender hasta donde el agua sale a la superficie. Según la estación hay que bajar más o menos, pero suele manar agua por lo menos en la canal que sigue.

Retorno:

Volvemos por el mismo recorrido.

Volviendo por la noble senda

Volviendo por la noble senda.

 La Pardina de Orlato

La Pardina de Orlato

La Pardina de Orlato.
El único edificio que sigue en pie y sirve ahora de refugio pastoral.

En el otro lado de la carretera se encuentran a poca distancia las ruinas de dicha pardina. Si sobran fuerzas, podemos ir a explorar este lugar. Los más bonito del conjunto son los amplios campos que la rodean.

Si es necesario encontrar agua, nos podemos dirigir por estos mismos campos hacia el norte hasta topar con el GR1. Este sendero nos llevara al Barranco de Orlato que suele tener caudal permanente.

Vuelta por la Sierra de Gabardiella

El Gabardiella

El Gabardiella.
Disfrutando de las vistas mientras conquistamos la cima.

El Gabardiella es la peña más elevada en la divisoria que separa la cuenca del Río Flumen a la del Gutizalema. Además es la cima norte de esta cordillera. Hechos que prometen muy buenas vistas al Pirineo. La cresta de la Sierra de Gabardiella es relativamente cómoda para recorrer y no propone ningún obstáculo para nuestro perro o nosotros. Sin embargo, hay tramos curiosos como buitreras, hayas o acantilados, y según avanzamos, se abren las vistas a nuevos terrenos de la cuenca del Guatizalema y la zona de Sescún que se observan únicamente de aquellos lugares.

Ficha GabardiellaDado a estas características, hay mucha información sobre esta circular en las guías y Internet. Además la ruta esta bien trazada y marcada durante todo el trayecto de casi 7h.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

Encontraremos agua en las cercanías del coche, al principio y final de la excursión. Durante la marcha pasaremos por una balsa en un pequeño collado, la cual veremos llena, si elegimos bien la fecha, pero se suele secar con facilitad.

El inicio de la excursión se encuentra en la carretera entre Belsue y Nocito. Hay un espacioso campo colindante a mano derecha de la carretera donde se encuentra un cartel indicativo. Este aparcamiento se encuentra antes del segundo zig-zag después del desvío a Lusera. La senda cruza por un vado o el Barranco de Lusera  que suele llevar agua en esta zona.

Colores de otoño

Colores de otoño.
La tomé en la bonita senda que baja a Cienfuens.

Si hay demasiado caudal debemos aparcar un zig-zag antes, cerca del desvío a Lusera. Allí hay carteles indicativos sobre la zona Cienfuens y podemos cruzar el río por un puente. Girando a la izquierda después del puente anclamos con la senda de ascensión en breve.

Puntos claves

La basa mencionada

La basa mencionada.
En aquella excursion en otoño la encontré seca.

La balsa se encuentra un collado antes de llegar al amplio Collado de Paúles. En este colladito nos tenemos que dirigir hacia la izquierda y en seguida aparecerá la pequeña balsa.

En el mencionado Collado de Paúles tenemos que girar a la derecha y seguir por el medio de los prados. (Cuidado allí con el ganado.)

En la zona herbosa no se divisa la pista, pero más adelante veremos que estábamos todo el rato siguiéndola.

Así se presentan los paredones de Cienfuens en la vuelta

Así se presentan los paredones de Cienfuens en la vuelta.

Más adelante, en un punto determinado y obvio dejamos la pista y seguimos bajando por una senda. Últimamente esta senda está muy de moda para la practica del BTT. Por eso debemos controlar al pero toda esta parte empinada, donde las bicis cogen velocidad y no pueden frenar como uno desea.

El viento levanta las orejas

El viento levanta las orejas…

Ascensión a la Fuente Charrachón y el Cabezo de Guara

Vistas a las Gorgas Negras con el Pirineo al fondo

Vistas a las Gorgas Negras con el Pirineo al fondo.
Esta impresionante perspectiva «íntima» a dentro del famoso barranco no tenemos en la cima, sino en el borde de la Canal Alta, un poco más al este y más abajo del Cabezo.

La ascensión desde Pedruel a la cima más oriental de la verdadera Sierra de Guara es bien conocida, y por eso, el camino bien condicionado. Hay carteles en los puntos claves y la trocha está limpia y visible en todos momentos.

Ficha CabezoLa única desventaja que tiene la conquista de este hermoso pico es la falta de agua en el largo trayecto. La mayoría de las guías avisan de estas circunstancias, pero para que podamos disfrutar de esta exigente ruta con nuestro perro, debemos saber donde se encuentran los escasos puntos que le proporcionan agua. Y después de todo, nos salva una pequeña fuente en la segunda parte de la ruta.

Se trata de la Fuente Charrachón. Se ubica en un rincón escondido de gran belleza. De hecho, para el amo y el perro sería más que satisfactorio ascender sólo hasta la fuente, pero el montañero dentro de nosotros nos empujará a subir más y más para hacer cima. Finalmente tampoco nos vamos a arrepentir, ya que las vistas son espectaculares.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Pues, con la preparación adecuada para encontrar agua durante el camino, la mochila hecha y la correa disponible a mano, podemos ir para conquistar a uno de los grandes de la Sierra de Guara.

Tiempo:

Ascensión a la Fuente Charrachón: 3h.

Ascensión restante al Cabezo: 1h.

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Total: 7h00, ida y vuelta, jornada completa.

Aparcamiento:

En la carretera HU-341 a Rodellar, justo en el pueblo Las Almunias hay un desvío a Pedruel. Seguimos por esta carretera hasta el puente sobre el Alcanadre y seguimos en la orilla opuesta. A poca distancia está un cartel que indica el sendero que sube a Pedruel. Unos 30m antes podemos aparcar cómodamente a mano izquierda en una losa inclinada.

Acceso:

Subimos a Pedruel por el sendero indicado.

Como la ruta es clara, trato en primer lugar los puntos donde encontraremos agua.

Con la modificación del aparcamiento cerca del Río Alcanadre, en vez del pueblo, aseguramos un baño al principio y al final de la excursión. Se puede bajar fácil al cauce y el pueblo está a 5min por el sendero balizado. Estaría bien que se refresque y bebe antes de arrancar la marcha.

La Fuente Charrachón

La Fuente Charrachón

La Fuente Charrachón.

Está cerca de la Mallata de las Cabras. En este campo tenemos que prestar atención, ya que la senda de la fuente está escondida, aunque limpio y ancho. El itinerario que sube al Cabezo cruza la mallata por debajo de la cresta. Para llegar a la fuente hay que dejar esta trocha y acercarse a la cresta unos 20m encima de nosotros. (Esto vale la pena por todos modos, porque es la primera vez que la perspectiva nos deja ver al Midi.) Al extremo izquierdo de los campos hay una faja en horizontal por la cual discurre el camino que da acceso a la fuente, fácil de identificar.

Un vistazo por el ventanal en el acceso a la Fuente Charrachón

Un vistazo por el ventanal en el acceso a la Fuente Charrachón.

Este camino es impresionante de bonito. Nos adentra en el cañón con espectaculares vistas al mismo y al Pirineo en segundo plano. En breve nos acerca a un curioso ventanal y en 10min nos sitúa en la Fuente de Charrachón. Este manantial no se suele secar, aunque se reduce en verano a unos charcos. Sea como sea, el perro podrá refrescarse y el amo disfrutar de este rincón singular. La senda sigue unos cuantos metros más, pero cuando la faja se entrega en una pedrera, se pierde. Parece que antaño discurrió en descenso por la Canal Alta, dicha pedrera, hasta el cauce.

Más arriba topamos con una pista que sube desde Bastáras. Veremos una de las balsas artificiales del coto a 500m debajo a mano derecha de la pista. Si hay agua, nos podemos acercar, ya que finalmente han quitado la valla.

Nota personal:

En algunos libros he leído de una balsa natural que recoge las aguas de la lluvia. Se trata de una formación rocosa que tiene forma de hoya, denominada «Laco Grande» o «Laco de Arangol» (Supongo que se trata del mismo laco). Todavía no sé donde se ubica exactamente, pero parece que está escondido en medio de esta amplia ladera oriental de la Sierra de Arangol. Pienso que podría ser otro punto para encontrar agua, pero al otro lado habrá que desviarse del camino bastante. No se, si vale la pena efectuar este rodeo, pero seguiré investigando.

Variantes:

Vistas al Barrasil

Vistas al Barrasil desde los acantilados.

Algunas guías proponen la bajada por la Peña Castillazuala y/o los acantilados del Barrasil.

Optando por este itinerario veremos nuevas perspectivas del barranco que, sin duda, son impresionantes.

La senda se va perdiendo y hay que traspasar un terreno de Karst muy irregular. Según avanzamos aumenta la presencia del Erizón y complica el avance considerable.

Por eso y teniendo en cuenta que hay que rehacer los últimos metros del desnivel (más que 1300m), no recomiendo esta variante.

Otros consejos:

En la cima debemos acercarnos a los extremos de la misma. Especialmente al oeste donde veremos los Llanos de Cupierlo – el terreno que la tierra tomó prestado de la luna – y al este, al borde de la Canal Alta. Este espolón revela vistas excepcionales a las Gorgas Negras, como de ningún otro lugar, ni de la Fuente Charrachón.

La Cruz de la Lacuna Alta

La cruz de la Lacuna Alta.
La Hoya de Huesca debajo de un mar de nubes.

Al Dolmen de la Piatra por Cienfuens o «Cuevas y Buitres»

La cresta de Cienfuens

La cresta de Cienfuens o el Escalar.

Este paisaje espectacular se conoce más bien dentro del circulo de los escaladores y espeleólogos. En algunas guías figura una excursión que tiene como principal objetivo el Dolmen de la Piatra. Normalmente se describe una vuelta, más o menos amplia por el Escalar. Pero todas estas documentaciones ignoran las sendas más espectaculares: la que discurre por la cresta y la que se acerca por el pie de los paredes de Cienfuens al gran desplome debajo de la buitrera.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Si optamos por la ruta presentada, hay que reconocer que no se trata de un paseo, sino de una excursión relativamente delicada, ya que nos obliga crestear por un terreno muy irregular. También los accesos a la cresta son incómodos y poco definidos.

Por esta misma razón el perro debe estar bien acostumbrado a marchas de este tipo. No lo digo sólo por la áspera superficie del Karst, que puede dañar a las almohadillas. Lo digo en primer lugar por el comportamiento. No recomiendo llevarle atado por la cresta. Dado a las características del terreno, pondríamos en peligro a los dos, amo y perro. Al otro lado, tampoco se debe alejar o empezar a correr sin conocimiento. En resumen: que el perro este bien entrenado y educado son unos de los requisitos más importantes para esta excursión.

La visita de la buitrera es algo especial. Nunca he estado en un mejor observatorio natural. Pasar quieto unos 10min, media hora o medio día mirando a los buitres y sus comportamientos es verdaderamente una gozada. Esta experiencia será para nuestra ruta la punta sobre la i. Como el acceso discurre por debajo de los acantilados, es recomendable llevar un casco.

Otros objetivos de la ruta son más simples de visitar: el Dolmen de la Piatra, el Embalse de Cienfuens, el Refugio de Peña Guara o la Cueva del Toro.

Hay dos cuevas que están pegadas a nuestro camino. Ninguna de las dos resulta difícil de visitar, especialmente la Cueva Artica es sencilla, ya que tiene poco desarrollo. Pero no es recomendable meterse con el perro, ya que hay agujeros, pozos y una oscuridad absoluta. Más vale controlar el perro a tope mientras exploramos las bocas de las cuevas. Referente a esto, las entradas más interesantes son las de la Cueva del Torro.

La fecha perfecta para la excursión es cuando los embalses están llenos de agua. Así que en los primeros días de primavera o invierno (mientras no haya nieve) tenemos la mayor posibilidad de encontrar este paisaje de cine – agua y roca. Aunque en los últimos años se encuentran los pantanos cada vez con más frecuencia vacíos, quizás es un efecto secundario de la apertura del Embalse de Montearagón.

Antes he mencionado la falta de buenas descripciones en la literatura. Esto no es de todo cierto. Se encuentra una inagotable fuente de informaciones – anécdotas, cultura y arquitectura rural, historia o toponimia – en el libro «La senda entre el boj» de Miguel Ortega Martínez. No se trata de una guía de montaña, sino más bien de un resumen de sus observaciones, impresiones y investigaciones durante los muchos viajes efectuados por Miguel en el municipio de Nueno; finalmente publicado en un libro francamente bello.

Preparamos la mochila, el almuerzo, un frontal (en caso de tener ganas de explorar las bocas de las cuevas más a fondo) agua y la correa para llegar al limite de la verticalidad.

Ficha CienfuensTiempo:

Desde el aparcamiento a la presa: 30min.

Subir al refugio: 15min.

Del refugio hasta el Campo del Escalar: irrelevante, 1h30.

Bajar a la pista: 15min.

Subir al Collado de la Travesada: 30min.

Bajada al Dolmen de la Piatra: 30min.

Volver por el Camino de la Toba hasta la presa del Embalse de Santa María de Belsué: 1h.

Visita de la caseta de la central: 30min ida y vuelta.

Volver al coche: 30min.

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Total: 5h30, jornada completa

Visita adicional de la Cueva Atica: inmediata.

Visita adicional del Corral del Gargantal: 15min.

Visita adicional del Corral de Ciprés: 10min.

Visita adicional de la buitrera: 1h

Visita adicional de la Cueva del Toro: 15min.

Visita adicional de las ruinas de las casas de la construcción: 30min

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito cruzando la primera vez el Río Flumen, hay una chopera a mano derecha, justo después de ella arranca en el mismo lado una pista que discurre más o menos paralela a la carretera. En cuando la pista encuentra de nuevo con la carretera giramos a la derecha y nos acercamos al río lo más posible por un ramal de dicha pista. Hay mucho espacio para aparcar.

Si el embalse está lleno y el nivel de agua impide el paso a la otra orilla, debemos aparcar medio kilómetro más allá en la carretera, en el lugar predestinado para la visita de Cienfuens. Hay carteles. (Andaremos media hora más)

Acceso:

Buscamos unos hitos que indican un paso fácil para cruzar el río cerca de un puente derrumbado. Desde dicho puente subimos en linea recta para encontrar a unos 50m el sendero que discurre por toda la orilla del Embalse de Santa María de Belsué. Le seguimos en dirección sur hasta la presa del embalse.

La Garganta de Cienfuens desde las cercanías del Refugio de Santa María de Belsué

La Garganta de Cienfuens desde las cercanías del Refugio de Santa María de Belsué.

Desde la presa tenemos una primera impresión de las Gargantas de Cienfuens – el paisaje que vamos a descubrir. En la otra orilla se encuentra el Refugio de Santa María de Belsué a media ladera, visible ya desde un rato. Debajo de la presa vemos las ruinas de las casas de la construcción. Hay una escalera por el margen izquierdo de la presa que lleva a ellas, pero recomiendo enfilar esta visita al final, ya que hay muchas más cosas interesantes delante.

Las escaleras que ascienden al Refugio de Santa María de Belsué

Las escaleras que ascienden al Refugio de Santa María de Belsué.

Así que, cruzamos la presa y giramos a la derecha. No cruzamos todavía ningún túnel, sino nos dirigimos en la otra orilla unos 10m hacia el norte para encontrar el inicio de las escaleras que ascienden al refugio. A mano derecha se encuentran las ruinas de un viejo recinto. Más adelante en un recodo hacia la izquierda vemos una grieta en la roca, la Cueva Artica.

La Cueva Artica

Si queremos pasar por esta diminuta boca al interior, hacemos bien en atar el perro fuera. La entrada a la cueva es un destrepe fácil y en seguida lleva a una pequeña sala llena de estalactitas, finas y bonitas.

Un poco más adelante llegamos a una bifurcación. El ramal izquierdo lleva a un bonito mirador y el derecho al refugio.

El Refugio de Santa María de Belsué

El Refugio de Santa María de Belsué

El Refugio de Santa María de Belsué.

Era la casa del ingeniero de la obra de la presa y fue transformado a un refugio por el club de montaneros «Peña Guara» después del final de las obras. Las escaleras llegan a unas eras donde se ven todavía los restos de unas instalaciones que se usaban para la construcción de la presa. En esta zona se encuentra también el manantial donde brota agua temporalmente y llena una cisterna. Esta tiene un pequeño agujero en el techo y debemos que tener cuidado que no se cae el perro a dentro. Del mismo lugar parte una senda en horizontal hacia el sur y llega a otro bonito mirador. Todo el terreno está alambrado por una valla metálica, oxidada y rota.

La senda que asciende a la Cresta del Escalar

La senda que asciende a la Cresta del Escalar.
Se ve la puerta en la valla, la traza entre el boj y el pino de referencia al fondo.

Para seguir la ruta debemos dirigirnos hacia detrás de la casa y acercarnos a un pino, característico y solitario, en el extremo sureste. Este es el mejor punto para identificar la antigua senda que subió al Escalar. Hoy en día está en malas condiciones y un poco más arriba se pierde totalmente. Pero en el primer tramo nos libra de pisar el Erizón y nos da más seguridad. La senda dibuja amplias lazadas hasta una zona donde domina finalmente el Karst y justo por la presencia de este tipo de roca la senda se pierde. Entonces es lo más provechoso que nos acerquemos a la misma cresta y seguir por ella. De este modo avanzamos por una zona relativamente limpio, aunque irregular. Al mismo tiempo veremos como se forma el impresionante abismo a nuestra izquierda. De este modo llegamos a un primer promontorio.

El Escalar

Las vistas del Escalar

Las vistas del Escalar.
Al fondo se divisa la Peña San Miguel.

El Escalar es una crestería que culmina en dos puntos. Debajo de la más alta – la segunda según nuestro avance – se encuentra una colonia de buitres importante. La morfología de la crestería es muy particular: Al este forma una ladera suave y amplia y la otra vertiente son paredes que caen a plomo hasta el Río Flumen – los Acantilados de Cienfuens.

En varios puntos de la cresta debemos parar y disfrutar de las espectaculares vistas. Debajo está el Río Flumen represado por la presa de Cienfuens. Si el embalse está vacío se divisa exactamente la potente Fuente de Cienfuens. Debajo de la presa se encuentra la vieja caseta de la central, que sera nuestro único acceso cómodo al lecho del río en el retorno. Más adelante se asoma el Salto de Roldán al fondo del escenario y hacia él se extiende la selva del Gargantal. Hay tanta vegetación que no vemos el agua en el lecho del río. Discurren dos senderos por las laderas del valle. En nuestro lado se trata de la Senda de la Toba que será nuestro camino de retorno. En la vertiente opuesta vemos la senda que se suele usar como retorno del Pico Gabardiella y baja del Collado de Paúles.

Los Acantilados de Cienfuens

Los Acantilados de Cienfuens.
El embalse esta totalmente seco.

Además de este espectáculo descrito, veremos muchos buitres de cerca, ya que estamos a una altura superior a sus nidos.

Después de todo, serán unos impresiones inolvidables.

Seguimos por la cresta que resulta más incomoda y difícil, según avanzamos. Después de la segunda cima veremos un campo, verde y aislado, en una vaguada de la crestería. Este es el siguiente objetivo, pero está rodeado por una muralla de Boj que no resulta fácil de penetrar. Merece la pena invertir tiempo en buscar un paso y no intentar penetrar el Boj a lo bruto, ya que hay también zarzas entre los arbustos. Parece que hay un paso relativamente cómodo cerca de la cresta y otro está a unos 50m más en el interior.

La Mallata de Lañaecho

El Campo

El Campo.
Al fondo el Salto de Roldán.

Parece irreal encontrar esta oasis de hierba después de haber traspasado un terreno tan hostil. Es un buen sitio para descansar, ya que el perro puede jugar sin correr peligro de despeñarse, ni hacerse daño en las patas.

El campo está totalmente rodeado por el boj. Hacia el sur sigue la cresta, pero los acantilados son de menor altitud y poco a poco la forma de una arista escarpada se convierte en una loma suave, cubierta de Erizón y Boj. Por eso resulta mucho más incomodo seguir avanzando por la cresta a partir de aquí. Más recomendable es buscar la senda que conecta con una pista que discurre unos 500m más abajo.

Recorte Fotografía Sigpac

Recorte Fotografía Sigpac.
Se adivina la tímida senda mencionada.

Esta senda es pequeña y tenemos que prestar mucha atención a seguirla correctamente. La encontramos en la parte más baja del campo. Allí arranca entre el boj en linea recta. Después se tuerce ligeramente hacia la izquierda, según el sentido de nuestro avance, y finalmente topa con la pista justo a lado de un pequeño pino. La pista es la que conecta el Refugio de Santa María de Belsué con el Cuello de la Travesada. Este último es justo nuestro objetivo siguiente.

Así que, avanzamos por ella hacia el sur. Será la media hora más aburrida de la excursión. Nos entretienen las buenas vistas al Valle de Belsué, una caseta en ruinas y – ya cerca del collado – la Caseta del Carro.

En el Cuello de la Travesada tenemos que girar a la izquierda y empezar a bajar por la pista principal. Hay carteles que indican el Dolmen de Belsué. La pista es muy pendiente y incomoda, pero finalmente nos acerca en breve a nuestro objetivo cuya losa protectora vemos desde lejos. Cuando se allana el terreno un cartel nos confirma que estamos en buen camino (también indica la Senda de la Toba – nuestro retorno a la presa) y el paisaje vuelve a ser idílico como suele ser por estas tierras.

El Dolmen de la Piatra

El Dolmen de la Piatra o de Belsué

El Dolmen de la Piatra o de Belsué.

Se encuentra fácilmente, ya que su tamaño es considerable. Por todo el Collado de la Piatra, donde se ubica el dolmen, tenemos buenas vistas al Salto de Roldán que está ya relativamente cerca. Además llama la atención el cobijo entre el Boj donde encontraremos sombra a cualquier hora del día.

Volvemos al cartel cercano o más bien cogemos un atajo obvio para tomar rumbo a la presa del Embalse de Cienfuens. El sendero que nos lleva es noble y agradable. En los mapas figura como la Senda de la Toba. Antiguamente conectaba los muchos corrales y campos que se encuentran entre nuestra posición y el Salto de Roldán con el Valle de Belsué. Nada más empezando la marcha veremos unas ruinas a ambos lados de la senda.

El Corral del Gargantal y el de Ciprés

Las ruinas del Gargantal

Las ruinas del Gargantal.

El de Gargantal se encuentra a nuestra izquierda y el de Ciprés a mano derecha. A los dos podemos acceder por los campos que les rodean. Los tejados de todas las edificaciones están derrumbados, pero todavía nos dan una impresión de la vida rural de antaño, si las vemos de cerca.

De nuevo en la Senda de la Toba seguimos avanzando y nos introducimos poco a poco a las Gargantas de Cienfuens. El paisaje vuelve a ser más espectacular y lo primero que atrae la atención es el gran desplome rojizo debajo de la buitrera.

Madroños a lado de la senda y la buitrera central al fondo

Madroños a lado de la senda y la buitrera central al fondo.
Antes hemos estado allí arriba.

El Río Flumen está debajo de nosotros, no muy lejos pero el terreno que nos separa de él parece impenetrable. Suavemente ganamos altura y en un punto culminante vemos una caseta en las orillas del río.

La central antigua

La caseta de la vieja central

La caseta de la vieja central.

Para llegar a ella tenemos que seguir por la Senda de la Toba un rato más hasta que vemos un cartel que indica el Dolmen de Belsué por el camino por el cual estamos viniendo. Allí arranca el acceso a la caseta. Bajamos la senda que nos lleva directamente a la central. Por desgracia, este pequeño paraíso – la poza debajo de la caseta, la cascada y gran parte de las eras – está totalmente invadido por las zarzas y las cañas. En único sitio cómodo para llegar al río – aunque no hay ninguna poza – está a mano izquierdo.

Además de complacer a nuestro perro por darle la posibilidad de refrescarse y beber agua, podemos contemplar las instalaciones, tuberías y otros detalles técnicos de la central.

Volvemos a la Senda de la Toba que nos lleva en breve a la presa del Embalse de Cienfuens. Estamos en el centro de la garganta y desde la presa podemos contemplar los acantilados en su totalidad.

Seguimos por la pista que discurre por la orilla del pantano y pronto aparecen los primeros túneles que dan un atractivo especial a este tramo. En total hay ocho. Tenemos que prestar atención para no perdernos los inicios de las sendas a las atracciones restantes.

La Buitrera

Debajo de los Acantilados de Cienfuens

Debajo de los Acantilados de Cienfuens.

Después del cuarto túnel veremos a mano derecha unas ruinas pegadas a la roca debajo de la pista. Allí se encuentra una bajada al lecho del río o al embalse. Puede ser interesante, si hay agua.

En caso contrario, deberíamos concentrarnos únicamente en el otro lado de la pista. Veremos unas marcas de pintura desteñida en una cornisa que indican la subida a las vías de escalada. Una vez pasados por las primeras cornisas se forma una senda, tímida pero visible, que podemos seguir con facilidad. Nos lleva al margen inferior de los acantilados y discurre por debajo de toda esta larga pared. El paisaje desde esta perspectiva es excepcional de nuevo.

Más arriba la senda traspasa una zona de boj y discurre por un paso obvio que da acceso a la vertiente del gran desplome de bajo de la buitrera. Un poco antes de llegar al desplome veremos un pequeña boca de una cueva. (Me parece que se trata de la Cueva Negra.)

En el gran desplome debajo de la buitrera

En el gran desplome debajo de la buitrera.
La imagen no refleja el espectáculo que luce en estas paredes.

En el gran desplome hacemos bien, si nos sentamos tranquilamente en un rincón escondido, fuera de las zonas de caída de las piedras. (Estas se detectan fácilmente por las marcas de los heces de los aves.) Desde nuestro escondite podemos observar los buitres que anidan unos pocos metros encima de nosotros. En ningún otro lugar de tan fácil acceso podremos contemplarlos como aquí.

La Cueva del Toro

La Cueva del Toro

La Cueva del Toro.

Después del sexto túnel debemos subir por una senda que arranca a mano derecha (¡!) en dirección contraria y discurre por encima del túnel. Nos llevará por una pedrera empinada a la boca grande de la Cueva del Toro que se encuentra unos 80m encima de nosotros.

Hay que controlar al perro, ya que en el fondo de la boca hay un agujero que lleva al interior, donde se podría perder.

Hay una segunda boca de la misma cavidad que se encuentra unos 100m más al sur. Esta es más difícil de encontrar (por estar escondida detrás del boj), menos espectacular (por ser mas pequeña), pero más interesante.

Se ven como profundizaciones en las paredes que servían de anclajes para unas vigas. En alguna siguen todavía los restos de la madera dentro del hueco. Supongo que se trataba de la construcción de un segundo piso, una galería o cama. Después de un corto paso estrecho se ensancha en seguida y forma una bonita sala muy alta. En otro paso parece que haya losas en suelo que facilitan el paso. Concluyente, en esta boca se encuentran más rastros de la vida pastoral y el acceso al interior es mucho más fácil.

Las casas de la construcción

Las casas de la construcción

Las casas de la construcción.
Se ve la bajada mencionada, la torre de luz y los restos de las casas.

Otra vez en la pista, un poco más adelante, antes de cruzar otro túnel, veremos una bajada a las casas de la construcción.

Casi no queda nada en pie y como siempre la vegetación cubre las paredes de las casas y las eras. Un poco más río abajo hay un carro que recuerda a la traza de raíles que había desde las casas hasta la presa de Cienfuens.

Después de visitarlas podemos volver a la presa de Santa María de Belsué por las escaleras que hemos visto al principio de la excursión. La senda hacia ellas está un poco más perdida, pero obvio. En una bifurcación cogemos el ramal izquierdo, pegado a la pared. Traspasamos una zona muy invadida de unas plantas (que no pinchan) y llegamos finalmente a la presa en el extremo opuesto. Sólo resta pasar al otro lado para llegar al pie de la escalera.

El coche que yace en el Embalse de Cienfuens

El coche que yace en el Embalse de Cienfuens.

Nota personal – La Fuente de Cienfuens

Si el embalse está vacío, podemos acercarnos a la Fuente de Cienfuens por el cauce del Flumen. Hay un buen camino, ancho y tallado en la roca, que baja por un colladito al antiguo lecho del río. En media hora llegaremos al potente manantial.

Por desgracia, todo fue tocado por el hombre y el agua brota por unos tubos metálicos. Estéticamente no merece la pena, pero el agua sigue siendo fresco y podría matar la sed del perro.

Otras «atracciones» que veremos en este camino son un coche (¡!) que yace debajo de la pista y los restos de la construcción que se encuentran según avanzamos: ruedas, carros, hierros, latas…

La Fuente de Cienfuens

La Fuente de Cienfuens.
Robert toma un baño.

En breve llegamos a la presa de Santa María de Belsué.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Robert en la pista de Cienfuens

Robert en la pista de Cienfuens.

Ascensión al Pico de Mondinero

El Pico de Mondinero

El Pico de Mondinero.
Las vistas al Cuello Lizana en invierno.

Esta ascensión es una excursión relativamente popular. Hay descripciones en varias guías como en la de Enrique Salamero, Oscar Ballarín (las dos muchas veces citadas), Manuel López Sarrión (una guía editada por Penthalón en el año 1990) o Juanjo Alonso (esta se llama «Excursiones en la sierra y cañones de Guara» editada por Desnivel y lo describe como retorno de la Cresta de la Ronera).

Sin embargo, opto por tratarla en el blog de manera detallada y presentar una versión que es más apta para nuestro perro. Esta variante circular por el Cuello Lizana y las Gargantas de Fabana no es ningún invento nuevo, pero poco mencionada en las guías y los mapas de Guara.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

Si planteamos la ruta de este modo encontraremos agua en la vuelta, lo que nos agradecerá nuestro perro, ya que la subida al pico por la cara sur es muy calurosa, intensa y carece de agua.

La desventaja es que la senda que baja desde la cima al Cuello Lizana es delicada. Hay pasos de II y la trocha resulta a veces difícil de identificar. Sin embargo es apta para los perros y nos introduce en un viejo bosque de gran belleza.

Así que, preparamos la mochila con un buen almuerzo, abundante agua y la correa para coronar el Pico de Mondinero.

Ficha MondineroTiempo:

Acension al Pico de Mondinero: 2h.

Bajada al Cuello Lizana: 30min.

Regreso por la Garganta de Fabana a la Tejería: 1h.

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Total: 3h30, media jornada

Aparcamiento:

En la carretera A-1227 entre Aguas y Cscullano hay un desvío bien indicado hacia San Cosme o la presa del Embalse de Guara/Calcón. Seguimos por esta carretera hasta una rotonda. Allí tomamos la pista que lleva a San Cosme. Más adelante, en un cruce de cuatro pistas hay un aparcamiento declarado. El lugar se llama la Tejería.

Acceso:

Seguimos por la pista de San Cosme (carteles). Marchando por ella nos entretenemos por las buenas vistas sobre la zona. Justo cuando la pista empieza a bajar y torcerse hacia la izquierda hay un desvío. Tomamos la pista a mano derecha que sigue discurriendo por la loma y no pierde altura. (En dicha bifurcación arranca también una senda que lleva a la Ermita de Fabana (y Nocito). Esta senda está señalizada. Nosotros ignoramos estos carteles y avanzamos por dicha pista.) La seguimos hasta llegar al cauce.

Vistas al Mondinero desde la pista de acceso

Vistas al Mondinero desde la pista de acceso.
El itinerario: La pista pasa por las dos carrascas características (en realidad son tres). Justo antes de llegar por ella al cauce del barranco que vemos a mano derecha nace la senda. Esta sube al Bolo, el gran bloque redondo en medio de la foto. Sigue en zigzag por las pedreras de la canal entre los acantilados en la margen izquierda. Saliendo de la canal continua de este mismo modo hasta la cima.

La Predicadera

La Predicadera

La Predicadera.

El gran mole blanco, escarpado y vistoso a mano derecha se llama «la Predicadera». Hay varias vías de escalada por su vertical cara sur e incluso se esconden entre las grietas y bóvedas unos barrancos. Especialmente él que esta en el extremo oeste y baja hacia la gran canal que tenemos delante es relativamente interesante, ya que su final es un rapél volado de 56m de altura.

Nuestra senda arranca justo antes de que la pista llega al cauce del barranco. Se acerca directamente al gran bloque redondeado.

El Bolo o el Pito

El Bolo

Debajo del Bolo.
Los restos del refugio de piedra seca.

Una vez debajo de esta gigantesca roca nos damos cuenta de la inmensidad de la misma. Pastores instalaron un refugio mínimo en la bóveda que forma con el suelo.

En algunos libros figura el bloque como «El Bolo» en otros como «El Pito». Los mapas llaman así al mallo occidental de la Predicadera. Según el comentario de Jesús, a las canicas llaman por la zona  «pitos»; chugar a pitos. Así que las dos denominaciones son validas y describen claramente la perfecta y curiosa forma de este bloque.

La senda deja al Bolo a mano derecha y empieza a subir por las pedreras de la canal. La subida es empinada y fatigosa. Hay que prestar atención a los hitos y a la traza para no perder el camino.

Pronto nos lleva a las paredes de los mallos de la izquierda y sigue cerca de ellas hasta la altura de los moles rocosos de los dos lados. A partir de aquí el terreno se suaviza un poco, pero la senda sigue sin tregua en zigzag hasta la cima. Se pierde muy fácil en esta zona, ya que parece que hay varios itinerarios. Para evitar zonas de Erizón lo mejor posible debemos prestar mucha atención a a los hitos. Finalmente lograremos coronar y podremos descansar disfrutando de las estupendas vistas.

Nota personal:

Por toda la zona no se encuentran fuentes, pero en días después de lluvias hay dos puntos cercanos donde puede que haya agua, aunque será poca cantidad.

1. En el Barranco de las Canaletas podemos encontrar un hilo de agua. Si hay, se escuchan las gotas que caen por las cascadas finales desde lejos. Este barranco discurre por la base de la Predicadera y se alcanza por una tímida senda que arranca en la pista de acceso unos 20m más allá de nuestro camino y discurre incómodamente por media ladera.

2. En la subida por el embudo topamos en un punto con la pared del acantilado izquierdo. Si nos fijamos bien veremos un barranco colgado que gotea al boj debajo. No hay ninguna poza, pero el rincón puede ser bien húmedo y refrescante.

La cara oeste de la Predicadera

La cara oeste de la Predicadera vista durante la subida por la canal.
La grieta es el ultimo salto del Barranco de la Predicadera.

La bajada al collado por la cara norte es la parte más delicada de la excursión, aunque se trata de un recorrido relativamente corto.

En general la senda discurre por la vertiente oeste de la cresta. El inicio se encuentra a unos tres metros a mano izquierda del mismo pico. En seguida nos hace destrepar por unos pequeños resaltes y nos lleva a una cercana plataforma herbosa que hemos vistos ya desde arriba. Allí tuerce a la izquierda y discurre por el borde de un resalte hasta un paso evidente. Más abajo llegamos al escalón más alto donde una cuerda facilita el avance. Para evitar otras dificultades la senda hace una amplia lazada a la izquierda, cruza unas pequeñas pedreras y se acerca finalmente al Cuello Lizana desde el oeste. En todo este tramo hemos perdido tanta altura que finalmente tenemos que subir un poco para llegar al collado.

El Cuello Lizana

Uno de los caxicos cerca del Cuello Lizana

Uno de los caxicos cerca del Cuello Lizana.

Ya en la bajada hemos podido contemplar pinos y caxicos bien majos. El bosque que rodea el collado herboso es viejo y hacemos bien, si nos acercamos a los árboles más destacados alrededor.

La senda que desciende a las Gargantas de Fabana se inicia en el extremo sureste del collado; en una zona de magas rojizas y bloques de toba. Aunque no hay balizas, resulta fácil identificar. El ambiente sigue igual y nos sorprenderá con algún pino y quejigo mágico.

Pronto llegaremos al Río Calcón que a estas alturas no es nada más que un arroyo. Seguimos como indican ahora los carteles río abajo y en seguida nos encontraremos entre los paredes que forman las Gargantas de Fabana.

Las Gargantas de Fabana

En la parte alta de las Gargantas de Fabana

En la parte alta de las Gargantas de Fabana.

En este tramo el camino discurre por el mismo lecho del barranco. En circunstancias normales referente al caudal, no nos mojaremos los pies.

El paisaje es espectacular y el perro disfruta por la presencia de agua. Dos razones para ir lento, con los ojos bien abiertos y atentos. Debemos tomar el siguiente tramo con tranquilidad.

En una zona de toba el agua desaparece por un agujero para aparecer unos 50m más abajo de nuevo – el Solencio de Fabana. Una de las singularidades de esta garganta.

Saliendo del barranco encontramos una pista que discurre paralelo al río. En una bifurcación tomamos el ramal que lleva a la Ermita de Fabana y la Tejera (indicada).

El sendero por las Gargantas de Fabana en invierno

El sendero por las Gargantas de Fabana en invierno.

La Ermita de Fabana

La Ermita de Fabana

La Ermita de Fabana.
Vistas al Embalse del Calcón.

Situada en un claro de la boscosa vertiente derecha del Calcón la ermita parece un poco perdida. Hoy en tiempo lo es, pero antaño fue habitada y rodeada por campos cultivos.

Más testigos de una vida rural antigua por esta zona encontraríamos en el bosque que se halla entre la Ermita y las orillas del Río Calcón, en forma de terrazas, muros y viejos caxicos, pero nuestro camino empieza a subir por un pinar de repoblación hacia la Tejería.

Retorno:

Seguimos por el sendero que lleva a la Tejería. Queda ya poco.

Vistas desde la Cima del Pico de Mondinero

Vistas desde la Cima del Pico de Mondinero en un día nubosos.

Además…

Otra vez en el coche y regresando por la pista de acceso debemos parar en un cartel que indica la senda al Horno de los Mozos que nace a mano izquierda. Está justo después del tramo pendiente y en un ensanche enfrente al cartel cabe un coche.

El Horno de los Mozos

Las vistas desde el Horno de los Mozos al Pico de Mondinero

Las vistas desde el Horno de los Mozos al Pico de Mondinero.
Unos Cipreses marcan el lugar donde hemos dejado el coche – la Tejería.

La senda nos lleva en apenas 15min a la cumbre escarpada de un montículo. Se trata de un muy buen mirador sobre toda la zona – desde los Mallos de Ligüerri hasta el Embalse del Calcón. Especialmente veremos gran parte del recorrido del cual hemos disfrutado esta media jornada. Supongo que el nombre se deduzca del pequeño mallo que se encuentra cerca del mirador, ya que podría ser una chimenea de un horno…

Sea como sea, este lugar merece una visita. 

Gymkana por las maravillas de Naya

Poza y árbol

Poza y árbol, sello personal de la excursión de hoy.
Un rincón de gran belleza en el inicio de la Codera Naya.

Diseñar esta excursión me ha costado mucho tiempo – tanto que la tenia ya descartada en la pagina «Excursiones no recomendadas». El problema es la falta de agua y en nuestras múltiples visitas acabamos, Robert a menudo y yo también a veces, agotados…

Ficha NayaLa zona de Naya es una suave ladera en la cara sur de la Sierra de Arangol. En el oeste está limitada por el Barranco Foncina que verte sus escasas aguas al Cañón de Tresuns por un inmenso salto. Hacia el sur los campos de Naya se esconden detrás de una ordinaria colina cuya ladera meridional se llama «la Costera de Naya» – un terreno hostil y seco, que conecta por largas pistas con el pueblo Morrano. Y por el este lo bordean los acantilados del mismísimo Río Alcanadre.

Se trata de un conjunto de campos, terrazas y recintos que fueron adaptados y cultivados desde la antigüedad. Encima de esto destaca el Castillo de Naya – una mole rocosa que, según cuentan, fue la ubicación de un castillo en su tiempo. No llegaremos a la plataforma cimera, así que no lograremos a ver los restos de este castillo. Pero aun así, este «porrón» de conglomerado nos revelará muchas otras singularidades.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Como mencionado, se puede acceder desde Morrano o más bien desde Pedruel. En los dos caminos hay que caminar largas distancias por pistas muy calurosas. Los pocos excursionistas llegan normalmente desde las cercanías de Morrano, ya que esta ruta destaca con buenas vistas al espectacular Cañón de Tresuns y figura en algunas de las guías. Hay dos descripciones buenas sobre este acceso: Una en el libro de David Gómez “Parque de los Cañones y la Sierra de Guara – Rutas, Descensos, Naturaleza” y otra en el de Óscar Ballarín “Sierra de Guara – Excursiones, Ascensiones y Travesías”.

Por Robert – y todos nuestros amigos de cuatro patas – la he dado la vuelta a la tortilla y recomiendo en este articulo el acceso desde Pedruel. De este modo no podremos disfrutar de las vistas mencionadas al Salto de Tresuns, pero nos aprovecharemos de las aguas frescas del Río Alcanadre. He convertido la visita de Naya en una excursión acuática.

La primera parte, el acceso, es idéntico al paseo que se suele dar para visitar de la Ermita de la Trinidad. Este paseo por si mismo es muy recomendable, siempre cerca de la orilla del Alcanadre. La segunda parte es la aproximación a Naya por parte de la pista calurosa, mencionada anteriormente. Después de la visita de Naya donde podemos jugar a la gymkana y encontrar todas estas maravillas, nos introducimos al Cañón de la Peonera superior y regresamos a la ermita por las fabulosas pozas que se encuentran en este tramo del Alcanadre. Un día muy completo.

El Castillo de Naya

El Castillo de Naya desde el cruze central de las pistas.
Se asoma uno de los caxicos detrás de los arbustos.

¡Aún así tenemos que elegir bien la fecha! En veranos calurosos puede que este tramo del río se estanca. Normalmente no se seca de todo, pero si iríamos en pleno verano, perdería mucho de su encanto. La época o fecha para programarla es la primavera.

La Poza de Santo Tornil

La Poza del Puente de Santo Tornil.
A la izquierda en primavera y a la derecha en verano.

En la excursión de hoy nos afrontamos a muchos extremos:

  • traspasaremos terrenos muy secos y otros a nado,
  • pistas largas, monótonos y acantilados abruptos o
  • objetivos populares – como la Ermita de la Trinidad – y terrenos totalmente olvidados – como la los campos en lo alto de la Codera Naya.

Así que preparamos la mochila acuática, el almuerzo, una extra ración de agua y la correa para reinventar la visita de Naya.

Tiempo:

Del aparcamiento a la Ermita de la Trinidad: 30min.

De la Ermita al vado: 15min.

Avance por la pista hasta la Fuente Güega: 45min.

Visita de Naya: Total ~3h

  • Los Caxicos de Naya: 15min
  • El Castillo de Naya desde los caxicos: 30min a 1h
  • El Barranco Dorado desde los caxicos: 30min
  • La loma de la Codera Naya desde la Fuente Güega: 15min
  • Las Cuevas de Naya desde la Fuente Güega: 10min.

Bajada al Rio Alcanadre: 30min.

Regreso al vado: irrelevante, 1h.

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Total: 6h30, jornada completa

Aparcamiento:

En la carretera HU-341 a Rodellar, justo en el pueblo Las Almunias hay un desvío a Pedruel. Seguimos por esta carretera hasta el puente sobre el Alcanadre y aparcamos en uno de los ensanches de la pista que arranca a mano izquierda antes del puente. Hay sitio para dos o tres coches.

Acceso:

Seguimos las instrucciones para llegar a la Ermita. La pista se mantiene en la cercanía del río hasta la subida a la ermita.

La Ermita de la Trinidad

La Ermita de la Trinidad

La Ermita de la Trinidad.

Está ubicada en un montículo en medio de un amplio meandro del río. Detrás del edificio hay una bajada al río. Ya desde lo alto se ve que dicho meandro es una zona bonita de playas de grava y pozas. Un panel informa sobre la construcción y la costumbre que rodea esta ermita.

Para seguir debemos coger un camino que parte en la ultima curva de la pista antes de la ermita. Esta tímida senda nos lleva hacia el sur por lo alto de la colina. Después de haber flanqueado un campo nos sitúa en la cabecera de un salto rocoso. Unos hitos nos indican donde podemos bajar sin demasiadas complicaciones por estos escalones (Paso de I). De este modo empieza a bajar hacia el río cerca de una poza, inmensa y bonita, y más adelante topa con una pista que baja desde San Saturnino. Por esta pista llegamos finalmente al río al cual cruzamos por un vado natural.

Una de las pozas más grandes del Alcanadre

Una de las pozas grandes del Alcanadre.
La senda nos lleva a esta plataforma rocosa que invita a dar un buen brinco al agua.

En la orilla opuesta seguimos por la pista que asciende hasta que topa con otra que viene de Pedruel. En este punto encontramos carteles. Tomamos la dirección «Salto de Bierge» o «Fuente de la Tamara». Desde la pista tenemos buenas vistas al río, especialmente a la Poza del Puente que nos da información sobre el caudal del río por este tramo. Es un buen momento para evaluar, si la excursión merece la pena.

La Poza de Santo Tornil

La Poza del Puente de Santo Tornil desde la pista.

Después de un largo trayecto por esta misma pista llegaremos a una balsa artificial. Esta será nuestro «pase» a Naya.

La Fuente Güega

La balsa de la Fuente Güega

La balsa de la Fuente Güega.
Robert se refresca.

La balsa rectangular se ve inevitablemente a mano izquierdo de la pista. En el otro lado encontramos un cartel que indica la fuente. Se halla a poca distancia escondida entre el matorral. Hay también una mesa de pic-nic allí.

Como indica el nombre, la fuente marca la frontera entre dos zonas. Así que las tierras que tenemos delante son las de Naya.

Para nuestra excursión esta fuente es un punto clave. Si no encontramos agua en la fuente o la balsa, recomiendo bajar al Río Alcanadre inmediatamente y dejar la exploración de Naya para otro día. Por toda la zona de Naya no vamos a encontrar más agua. Por eso, es muy importante que se moje y bebe el perro aquí.

Seguimos por la pista principal que nos adentra a la zona de Naya. Esta sube en zigzag y nos lleva en 15min a una bifurcación donde hay un cartel indicando el Castillo de Naya. Subiendo por esta pista llegaremos en seguida a  los caxicos que se encuentran muy cerca, así que ellos serán como el campo base de la exploración de toda la zona.

En el próximos párrafos se encuentran las descripciones de los «tesoros» de la gymkana, siempre partiendo desde los dos quejigos. No obstante, se pueden encontrar atajos entre las atracciones campo a través.

Croquis sobre la fotografía de Sigpac

Croquis sobre la fotografía de Sigpac.

Los Caxicos de Naya

Uno de los caxicos de Naya

Uno de los caxicos de Naya.

Destacan dos árboles descomunales muy cerca de la bifurcación mencionada.

Especialmente el primero es uno de los más viejos de toda la Sierra. Debemos contemplarle de todos los ángulos, ya que tiene un lado bastante cicatrizado y otro relativamente sano. En la última visita (Mayo 2015) tenía un aspecto más débil por la falta de hojas en algunas ramas en comparación a otros años. (Espero que no haya cogido ninguna enfermedad y que viva muchos siglos más.)

El más «joven» invita a sestear en la sombra de su amplia copa. Es un buen sitio para descansar.

No son los únicos árboles en Naya que merecen una visita. Hay más carrascas y caxicos en la ladera del extremo suroeste, entre la pista hacia el Salto de Tresuns y la senda a Morrano. De hecho, ya en la subida desde la fuente hemos podido ver alguna encina maja.

El viejo Caxico de Naya

El viejo Caxico de Naya.

El Castillo de Naya

La cara norte del Castillo de Naya

La cara norte del Castillo de Naya.

Podemos acercarnos desde la pista indicada o, más bien, por los campos de la cara sur del molde. Sea como sea, merece la peña rodear toda la montaña y explorar las cornisas y los abrigos accesibles. En muchos encontraremos restos de muros, recintos o otros testigos de la vida pastoral antigua, para no hablar de las muy buenas vistas que tenemos sobre toda la zona de Naya.

La parte más interesante son los abrigos desde la cara suroeste hasta la brecha (o cara norte del molde) y los de la peña continua. Allí se encuentran restos de refugios pastorales y grandes recintos en la faja principal. También hay una pila tallada en un bloque que recoge el agua de lluvias que gotea por los paredes. (En periodos de sequía no es potable, ni para el perro.)

El Castillo de Naya

El Castillo de Naya.
Robert en el recinto con la pila mencionada.

El Barranco Dorado

El Barranco Dorado

El Barranco Dorado.

Dado que el inicio de la pista que nos lleva hasta allí está camuflado por los campos y terrazas, nos debemos orientar por una torre de vigilancia por la cual pasa. Esta torre se encuentra en la loma divisoria entre los desagües de Naya (el Barranco Naya u él de la Fuente Güega) y el Barranco Focina que destaca con las atracciones mencionadas.

Pasando esta torre la pista baja directamente al lecho del barranco y lo cruza. Para visitar la ultima cascada del pequeño estrangulamiento dorado sólo resta subir unos pocos metros por el mismo cauce (normalmente seco). Veremos que la cascada esta cubierto con una pátina amarillento de distintos tonos y forma un rincón atípico.

Hay otro salto más arriba cuyo acceso es más complicado, ya que tendríamos que trepar y destrepar (¡!) por los laterales del primero.

La patina se produce por los minerales que lleva el agua que mana temporalmente en la Fuente Foncina. Este efecto geológico he visto también en una fuente temporal cerca de Nocito. Si la pátina está mojada tiene un color más intenso.

El Barranco Dorado

El Barranco Dorado.
Detalle de la ultima cascada.

El Salto de Tresuns

El Salto Tresuns

El Salto Tresuns.
Vistas desde el camino a Morrano. Aquel día de primavera llevó caudal.

Desde la misma pista podemos bajar (con ciertas molestias) por el cauce hasta la cabecera del salto. Por desgracia no hay buenas vistas, sólo podemos adivinar la caída y el abismo que tenemos cerca. Por todos modos hay que controlar al perro en esta zona.

Para ver el salto y el cañón mejor tendríamos que tomar el camino que lleva a Morrano y seguirlo hasta que encontremos un buen punto de vista en la cresta por la cual discurre. Sería una marcha adicional de aproximadamente 1h, por eso sólo lo recomiendo, si haya agua en el Barranco Foncina.

Después de haber visto todo eso o cuando no aguantamos más al calor, podemos volver a la Fuente Güega. Allí nos podemos refrescar, el perro y nosotros, y de este modo nos vamos preparando para explorar la Codera de Naya – ahora por arriba y después por abajo, si hay tiempo.

La loma de la Codera Naya

La Codera de Naya

La Codera de Naya.
Vistas al Alcanadre y la Cueva de San Martín en la otra orilla.

El Río Alcanadre describe allí un abrupto cambio de dirección entre los acantilados – la Codera Naya. Por la cresta que forma la lazada discurre un camino que lleva una brecha en el extremo este, un estupendo mirador natural sobre este tramo del río.

Tomamos la pista que parte junto a la balsa artificial hacia el este. En seguida nos lleva a una gran explanada. Desde allí vemos claramente la suave crestería delante. La tímida senda evita una zona kárstica al principio por la derecha, pero después discurre de nuevo por la misma cresta. Si no tenemos claro por donde encontrar la senda, podemos avanzar sin problemas por dicho centro de la loma.

Más adelante llegamos a una zona de campos abandonados. Todavía se ven los muros y terrazas, todo rodeado por un paisaje espectacular. Al fin nos corta el paso un resalte de roca, parte de una brecha. (Parece que se puede escalar o destrepar por la derecha para llegar al fondo de la brecha. Allí parece que una senda desciende hasta el río por una ladera a mano izquierda. Como el perro no podrá superar el destrepe, nunca lo he comprobado.)

A mano izquierda vemos abajo el Río Alcanadre y las bonitas pozas que forma entre los acantilados – la Codera Naya. Justo en el extremo opuesto de la lazada – no visible desde nuestro punto de vista – está la constante Fuente Los Arenales y la desembocadura del barranco del mismo nombre. A mano derecha el lecho está obstruido por los paredes y varios bloques. Este tramo lo llaman «los Bozos de Telito» y es el primer caos que de la Peonera superior.

La Codera de Naya

La Codera de Naya.
Mirando a las pozas del Alcanadre.

Volvemos a la explanada cerca de la balsa artificial. A mano derecha veremos dos hitos que marcan el inicio de una senda, tímida pero visible.

Las Cuevas de Naya

Las Cuevas de Naya

Las Cuevas de Naya

Esta senda nos lleva en suave descenso por una faja a unos abrigos – las Cuevas de Naya.

Dado a la presencia de unos muretes supongo que estas cavidades fueron usados por los pastores para guardar y proteger el ganado durante las noches. Como en muchos otros lugares de la Sierra de Guara los ganaderos se aprovechaban de la forma escarpada del terreno que limitaba el acceso y convierte el abrigo en un lugar relativamente seguro.

El siguiente objetivo es encontrar la bajada al Río Alcanadre. Ya hemos visto que el terreno es abrupto y la zona poco recorrida. Por estas razones va a ser la parte más delicada de la excursión. Por el camino descrito no hay que destrepar, ni escalar, pero pasaremos por tramos expuestos y zonas donde ya no se ve la trocha de la senda. ¡Hay que prestar atención y controlar al perro!

Primero nos tenemos que situar donde están los dos hitos que marcan el inicio de la senda a las Cuevas de Naya. Siguiendo esta senda veremos a muy poca distancia – quizás 20m – otro hito más pequeño debajo del camino. Este marca la bajada al río. La senda está poco configurada y parece más bien de cabras, pero las rocas teñidas de rojo que producen las pisadas -sean de humanos o de las cabras – nos guían bastante bien.

Río Alcanadre

Río Alcanadre.
Vistas desde la proa mencionada.

Al principio desciende en linea recta hasta una bifurcación. La senda derecha nos llevaría a una proa expuesta de muy buenas vistas. Después la senda terminaría en una cueva cuyo acceso es algo delicado. Así que no vale perseguirla.

La senda izquierda, nuestra bajada al río, nos introduce a otra cueva que se encuentra a poca distancia más abajo. Allí tenemos que pasar al otro extremo de la boca y bajar el pequeño resalte de roca. Delante de nosotros se extiende un bosque por el cual no se ve ningún rastro de camino. Pero eso engaña, la continuación de la senda esta cerca.

Así que, desde el extremo izquierdo de la cueva (mirando hacia fuera) tenemos que bajar en linea recta traspasando el boj sin camino obvio. En unos 5m topamos con una senda que sube desde la izquierda. Esta senda está bastante vestida, pero se ve claramente su existencia. En suave descenso nos lleva a unos campos abandonados desde donde hay varias posibilidades para bajar al lecho del río. Sólo resta buscar la mejor y llegaremos a uno de los rincones más bellos del Río Alcanadre.

El Estrecho O Caxigo

El Estrecho O Caxigo

El Estrecho O Caxigo.

El rincón en el que nos encontramos destaca con dos pozas que se dan las manos, una cueva y unos cuantos quejigos que bordean la orilla.  Las playas de grava invitan a sestear y las pozas… Es uno de los momento para disfrutar de la Sierra de Guara – sólo, sin moverse. Flotando, escuchando y mirando.

Para nuestra excursión estas pozas son el punto donde termina la parte árida y empieza la acuática. La ruta sigue río arriba, pero si el tiempo lo permite podemos explorar la zona río abajo hasta la Fuente de los Arenales – la Codera Naya.

Es muy recomendable, pero nos costará como mínimo 2h ida y vuelta. Así que sólo es una opción, si la visita de Naya fue más corta de lo previsto.

La Fuente de los Arenales

El estrecho siguiente a la Fuente de los Arenales

El estrecho siguiente a la Fuente de los Arenales.
Agua fresca y limpia.

Bajamos por el lecho del río cruzando varias pozas a nado, especialmente la penúltima es muy larga.

El rincón que forma la desembocadura del Barranco de los Arenales es muy idílico, ya que la fuente proporciona agua fresca y limpia. Especialmente en épocas de caudal reducido se aprecia el agua transparente que mana. Si nos atrevemos a dar un baño en la poza después de la fuente, notaremos la diferencia de las temperaturas las aguas.

Cruzando dicha poza estrecha, y otra más, se llega al inicio del Bozacal del Telito – un gran caos de inmensas rocas. Como el avance por allí es más complicado dejamos su exploración (los quejigos (¡!), sifones, saltos y pozas) para otro día cuando estemos equipados correctamente y no llevemos el perro.

Volvemos al Estrecho O Caxigo.

La Peonera Superior cerca de la Fuente de los Arenales

La Peonera Superior cerca de la Fuente de los Arenales.

Rumbo contra la corriente avanzamos poza por poza a veces a nado. De este modo nos acercamos a una preciosa poza con una carrasca característica encima de un bloque donde se encuentra un puente en ruinas.

La Poza del Puente

La Poza Santo Tornil

La Poza del Puente Santo Tornil con la carrasca característica.

En la orilla derecha halla todavía un zócalo y enfrente un anclaje de apoyo de madera entre los bloques. Dos testigos del desaparecido Puente de Santo Tornil.

La poza destaca con varios bloques de tamaño mediano dentro del agua. Estas rocas en combinación con la carrasca convierten la poza en un lugar fabuloso.

Seguimos vadeando y nadando por el río. Más adelante (exactamente en la octava poza, la del Punte de Santo Tornil incluida) hay una salida del cauce a unos campos en la orilla izquierda, nuestra derecha. Por estos campos discurre una senda que nos facilita el camino restante hasta el vado que conocemos del acceso. Sólo resta volver a la ermita. Si nos queda tiempo, se ofrece la bonita poza que se encuentra antes de la subida por el salto rocoso para descansar antes de volver.

Robert y el Río Alcanadre

Robert y el Río Alcanadre.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino por la ermita al coche.

En la Fuente de los Arenales

En la Fuente de los Arenales.
Robert ha encontrado su rinconcito.

Ascensión al Tozal de Guara – Circular por la cara norte

Cerca de la cima del Tozal de Guara

Cerca de la cima del Tozal de Guara.
Robert me espera impacientemente.

Óscar Ballarín ofrece en su guía “Sierra de Guara – Excursiones, Ascensiones y Travesías” esta ruta circular. En su versión se inicia (y termina) en Bentué de Nocito.

Ficha TozalPara tener más recorrido a lado del río la he modificado iniciando (y terminándola) en el aparcamiento de la pista de la Pillera. De este modo puede refrescar y limpiarse el perro antes de llegar al coche. Incluso nosotros podemos descansar los pies en una de las maravillosas pozas de este barranco. Como es una ruta, larga y de mucho desnivel, nuestros pies nos agradecerán el frescor del agua recién nacido.

Además he cambiado el sentido de la circular, porque resulta que los caminos se encuentran más fácil de esta manera. Aunque no iremos tampoco equivocados si seguimos plenamente los pasos de Óscar Ballarín.

Las atracciones, aparte de la cima y las vistas sobre el Pirineo, son los atípicos paisajes de amplios pinares de la cara norte del Tozal de Guara y – otra vez más – el Barranco de la Pillera.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Hay muchas maneras de ascender a esta cima y todas son duras. Pero especialmente esta versión es una ruta muy exigente y larga. Hay que superar casi 1400m de desnivel acumulado y por el planteamiento circular el recorrido se extiende considerablemente, superando 20km. Con estos datos la excursión se convierte en la más exigente referente a la forma física de todo el blog.

Para realizar la excursión de manera constante debemos llevar botas de montaña y sandalias. En el tramo por la Pillera cruzaremos varias veces el río y según el caudal nos mojaremos los pies más o menos. Allí avanzaremos más cómodos con las sandalias. Durante el resto de la ascensión, especialmente en el tramo por la cara sur cerca de la cima, debemos llevar las botas de montaña.

También debo mencionar que parte de esta ruta discurre por el borde de la zona céntrica del Parque Natural. Esta prohibido llevar al perro por esta zona, atado o no. Especialmente en la bajada al Refugio de los Fenales la traspasamos. Desde el punto donde dejamos la cresta hasta la loma por donde entramos en el vallecito que conduce al refugio).

No sé hasta que punto los guardias nos dirán algo, si nos pillan en estos 500m de la senda con el perro atado, pero que tengamos en cuenta: allí estamos infringiendo la ley.

Un buen almuerzo, agua y la correa serán unos de las cosas demás que rellenan la mochila para coronar la Sierra de Guara por su cara más interesante y recomendable, si vamos con el perro.

Tiempo:

Del aparcamiento hasta el Collado de Petreñales: 2h30

De Petreñales hasta la cima: 1h45

De la cima al Refugio de los Fenales: 1h30

Desde los Fenales al Paúl de Bentué: 1h

Del Paúl de Bentué a la Pillera (Badina Etañonero): 1h

Volver al coche: 30min

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Total: 8h15, jornada completa

Aparcamiento:

Bajamos la pista a la Pillera desde Nocito. Aparcamos en una de las explanadas cerca de la bifurcación.

Acceso:

Tomamos la pista que sube al Barranco de la Pillera.

Todo el recorrido está bien señalizado, así que me queda muy poco que añadir.

El Collado de Chemelosas

El Collado de Chemelosas.
Se abren impresionantes vistas al Pirineo.

El Collado de Petreñales

Un refugio en la roca

Un refugio minimalista en la roca.

Antes de llegar al Collado de Petreñales (el segundo, el primero es el de Chemelosas) no debemos pasar de largo de varias atracciones.

Aparte de las agujas y pozas de la Pillera al principio merecen unas paradas una pared abovedada en la caliza que sirvió de refugio como cuentan los rastros de ceniza, un tejo bien majo y raro por estas tierras y las impresionantes vistas al Pirineo. Todo esto encontramos inmediato al sendero.

Fuente del Chinebro

En dicho collado pasamos a la cara sur lo que se refleja instantáneamente en la temperatura y poco a poco en la vegetación. Más adelante, antes de salir del bosque que nos protege del calor, se encuentra la Fuente del Chinebro (cartel, enebro y tejo). Si lleva agua, es la ultima posibilidad para nuestro perro de refrescarse hasta que llegamos a los Fenales en la vuelta, mucho más delante. Debemos parar y dejarle beber, mojarse y – si hay barro – ensuciarse. Según avanza el año la fuente se reduce a un charco de barro, hasta puede que se seca.

El Tozal de Guara

La cumbre del Tozal de GuaraLa cumbre del Tozal de Guara

La cumbre del Tozal de Guara.
Sua descansa en la sombra después de la paliza.

Las vistas de 360º hablan por si mismo. Personalmente me gusta el hecho que el Tozal de Guara está en alineación con el Valle de Tena. Resulta que se ve a dentro del valle, Sallent, la Foratata, el embalse…

Las vistas desde el Tozal de Guara

Las vistas desde el Tozal de Guara.
(Robert está planeando la próxima caminata por la zona de Nocito.)

Bajamos por la cresta hacia el este. En el primero collado tomamos una senda, bien visible, que desciende recto en diagonal por la vertiente norte. Después de una larga travesía, se introduce en un bonito valle, el Vallón de las Cerolleras, que lleva directamente a los Fenales de Guara. Por este camino, muy cómodo y bonito, llegamos al libre Refugio de los Fenales.

El Refugio de los Fenales

El Refugio de los Fenales

El Refugio de los Fenales.

Hay una fuente a lado de la casa. Con la bomba mecánica podemos sacar agua desde el recipiente subterráneo, que recolecta los aguas de las lluvias. Es mejor que no lo bebamos, pero sin preocupación ninguna lo podemos servir a nuestro perro.

Seguimos por una pista que baja por la otra vertiente del vallecito tomando rumbo al oeste. Después de una larga curva hacia la derecha, tenemos que prestar atención a un hito a mano izquierda que marca el inicio de una senda que baja a plomo a una zona de campos, denominados el Paúl de Bentué.

La Fuente de la Paúl

La Fuente de la Paúl.

Allí encontramos de nuevo una fuente natural, la Fuente de la Paúl. Más adelante topamos con el noble camino que conecta Used con Nocito por lo alto. A partir de aquí carteles nos guiarán por toda la ultima parte.

Nota personal

En dirección Used se encuentra muy cerca la Ermita de Can de Used. Como todavía queda un buen rato de caminata recomiendo seguir avanzando por la ruta en dirección contraria a dicha ermita, en vez de visitarla, y dejar su exploración para otro día.

Tomamos rumbo a Nocito o las Cañatas que es el siguiente punto significativo para nosotros. Llegando a la Caseta de las Cañatas debemos cambiar de camino y seguir en dirección a la Pillera. Esta senda baja al Barranco Petriño, afluente de la Pillera y se aprovecha finalmente del cauce seco del barranco como trocha. Pronto llegaremos a la Fuen de Guaril, el Brazo del Mar y la Badina Estañonero. Todo por un paisaje espectacular que quizás no estimamos de todo, debido al cansancio y las ganas de llegar al coche.

La Badina Estañonero

La Badina Estañonero.
Sua disfruta de los aguas frescas.

Retorno:

Volvemos por la pista de la Pillera al coche.

Si queda tiempo podemos descansar en uno de las pozas del barranco. La ultima antes de que el camino se aleja del cauce es la Badina Rallabatán, fácil de identificar por un muro de cemento que le flanquea por la orilla derecha.

El Tozal de Guara

El Tozal de Guara.
Vista hacia detrás desde el coche.

Ascensión al Monte Peiró

El Hayedo del Peiró.

El Hayedo del Peiró.
Los colores de otoño impresionan a todos.

El Monte Peiró es el gran molde que vigila la parte alta del Valle del Garona y sombrea al pueblo Bentué de Rasal por la mañana. Está situado en la divisoria de las cuencas del Río Garona y Isuela. Como su hermano «pequeño», la Peña Gratal, destaca con muy buenas vistas sobre el Pirineo Aragonés, el sendero que asciende a la cima del Peiró, sin embargo, es una gozada.

Ficha PeiróLo que le hace tan especial es un pequeño hayedo que cubre la cabecera del Barranco del Peiró. El sendero traspasa esta joya que brilla con todo su esplendor de múltiples colores en otoño.

Recorte Mapa Sig Pac

Recorte Mapa Sig Pac

Otra atracción que llama la atención son los estratos que definen la cara norte del Monte Peiró. Según subimos vamos a verlos de distintas perspectivas, lo que convierte algunos en impresionantes agujas.

El sendero está balizado y limpio y no sorprende con ningún obstáculo, salvo su pendiente inicial. Pero esta podemos superar fácilmente con una marcha lenta y controlada.

Preparamos la mochila con el almuerzo, el agua y la correa para pasear una media jornada por uno de los últimos rincones idílicos del Río Isuela.

Tiempo:

Ascensión a la cima: 1h30

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Total: 2h30, media jornada

Aparcamiento:

Cogemos la carretera de Arguis a Rasal o Bentué de Rasal. Ignoramos una primera pista a mano izquierda y antes de pasar por un collado al Valle del Garona nos desviamos a la izquierda por una pista en buen estado. Bajamos y en la primera bifurcación giramos a la derecha. Esta pista nos lleva a un aparcamiento donde se inicia la senda. Hay carteles.

Acceso:

Bajamos del coche y iniciamos la marcha a paso lento por una antigua tiradera que sube por un pinar.

No hay perdida, ya que la senda está condicionada. Llegamos al hayedo donde hay una bifurcación indicada con carteles y paneles informativos.

El Hayedo del Peiró

En el Hayedo del Peiró

En el Hayedo del Peiró.

Merece la pena que nos introduzcamos al bosque, ya que se encuentran las hayas más viejas apartadas de la senda.

Resta la ascensión a la cumbre por una zona más árida.

Vistas del Monte Peiró al Valle del Garona

Vistas del Monte Peiró al Valle del Garona.

Retorno:

Rehacemos el camino en descenso.

En el Hayedo del Peiró

Una de las viejas hayas en el Hayedo del Peiró.