1.3 – Los perros

Dicen que cada perro es un mundo. Yo pienso que cada amo es un desafío.

Este capítulo va a tratar de los amos y de cómo tenemos que comportarnos para que nuestro perro se adapte a las normas del senderismo y la montaña.

La Educación

Sua en un campo cerca del Molino de Las Bellostas

Sua en un campo cerca del Molino de Las Bellostas.

Antes de ir a la montaña el perro debe estar educado. Esto es muy importante para la seguridad del perro mismo y de su entorno. Por ejemplo: las cabras montañesas saben saltar por las cornisas de los acantilados. El perro, que va detrás de ellas, no. El amo tiene que ser capaz de impedir al perro que persiga a estas cabras sin uso de la correa. O un perro inquieto puede tirar piedras sin querer hacia abajo y hacer daño a su amo. El amo tiene que ser capaz de mandarle quedarse quieto…

En concreto, hay que entrenar tres órdenes esenciales para ir con tranquilidad y seguridad en el entorno natural de las montañas:

  • El amo tiene que ser capaz de controlar que el perro no se aleje sin permiso y que vuelva cuando el amo le llame.

De esta manera, el perro puede ir a su velocidad y ritmo, olfateando y marcando con tranquilidad, siempre sin perderlo de vista.

  • El amo tiene que ser capaz de mandar al perro quedarse quieto.

En la montaña da igual, si el perro se sienta o se tumba. Lo importante es que se quede quieto hasta que el amo lo libere. De esta manera, resulta más fácil protegerlo de cualquier disgusto o peligro. (Disgustos o peligros como un cadáver putrefacto o excrementos para revolcarse, unas orugas Procesionarias… Mira el capítulo “Disgustos y Peligros”)

  • El amo tiene que ser capaz de obligar al perro a marchar detrás y a su ritmo sin el uso de la correa. (Mira el capítulo “Dificultad y Medidas de Seguridad”. También hay que tener en cuenta que en ciertos pasos la correa es una molestia y resulta más seguro quitarla. Mira el capítulo “La Correa”)

Es la manera más segura de superar pasos delicados como trepadas o cornisas estrechas. Es importante, que controlemos al perro de tal manera que no intente adelantarse. Eso podría provocar accidentes fatales, pues el perro intentará pasar justo entre nuestros pies.

Si controlamos el perro en estos tres puntos, vamos ya en buen camino. Sea como sea, un perro sin educación no tiene nada que hacer en la montaña y menos en un parque natural.

El Vinculo Amo – Perro

El amo debe conocer a su perro al fondo.

Según la raza, cada perro tiene un instinto y desarrolla un comportamiento típico y previsible. Hay pastores, cazadores, guardianes… y cada raza tiene su típico patrón de comportamiento.

El amo conoce mejor que nadie la personalidad del perro. Él sabe cómo se comporta con otros, con otras personas o si tiene alguna obsesión o manía. Él conoce la historia y el pasado de su mascota.

Robert “pescando” en una de las pozas de los Trucasians

Robert “pescando” en una de las pozas de los Trucasians.

Teniendo en cuenta la educación, la raza y la personalidad, el amo tiene que ser capaz de ver situaciones extraordinarias o peligrosas antes que el animal y prevenirlas. Por ejemplo: hay perros que ladran a personas vestidas de trajes de neopreno. El amo de dicho perro debería actuar antes de que pase un grupo de barranquistas y controlarlo para que no les asuste. Es una situación que se ve a menudo en la Sierra de Guara.

La Correa

El uso de la correa en la montaña debe verse como último recurso, siempre si las leyes no nos obligan a ponerla constantemente. Nosotros llevamos al perro a la naturaleza para que disfrute, y resulta que corriendo disfruta al máximo. Aún así, hay que llevar siempre una correa. Lo mejor es llevarla atada al cinturón para tenerla a mano cuando corra prisa. Por lo menos debemos llevarla en la mochila.

Si andamos con el perro atado, tenemos que tener en cuenta que hay situaciones donde el uso de la correa molesta, o llega incluso a ser peligroso. Eso ocurre concretamente en tres situaciones.

  • Primera, es aconsejable desatar el perro si tenemos que cruzar un río.

Pasando de piedra en piedra por encima del agua el perro puede tirar de la correa y desequilibrarnos.

  • Segunda, si hay que saltar por una grieta o un arroyo.

Cuando saltamos, intuyendo bien la curva balística, el perro nos puede frenar con un tirón de la correa y nos podemos caer.

  • Tercera, molesta la correa en ciertos tramos de trepada.

En tales tramos es mejor que cada uno, perro y amo, ande a su propio ritmo y velocidad. Siempre controlando que el perro nos siga y que se quede debajo de nosotros (Mira el capítulo “Dificultad y Medidas de Seguro”).

Otra vez queda comprobado que una buena educación es fundamental para los paseos en la montaña.

Una sima en en el Tozal Blanco

Una sima en el Tozal Blanco.
Si el perro no está bien educado y tranquilo, puede ser una trampa mortal.

Para todas las excursiones de este libro sirve un collar y una correa corrientes. Sólo en algunos de los pasos delicados nos iría bien, que nuestro perro llevara un arnés y una correa fuerte, que aguantase un golpe de una caída.

Durante los años he adaptado la correa de Robert más y más a nuestras necesidades y he desarrollado una, que se puede emplear en situaciones especiales como arnés. La idea me surgía de tener la correa en la mochila siempre como un trasto. Me parecía más inteligente prepararla de una manera que pudiera servir también para otras cosas. Así, la preparé para que me sirviera de arnés, justo lo que me faltaba a veces como medida de seguridad.

La única molestia es que tenemos que preparar la correa a la medida del amo solo una vez y gastar un poco más de dinero en unos mosquetones de escalada. Si el perro es muy pequeño, este tipo de correa me parece sobredimensionada, pero para perros medianos y grandes es una buena opción. En este caso podemos reducir la cuerda a un cordino y los mosquetones a un tamaño XXS. ¡Eso no significa que reduzcamos la calidad de los mosquetones, sólo el tamaño!

La cuerda misma debe ser una dinámica de escalada de un diámetro de unos 10mm. La podemos pedir en una tienda de deporte a medida.

Medida

Estas medidas de los nudos las he medido en una cuerda de 11mm de diámetro. En cuerdas de menos diámetro los nudos ocupan un poco menos, pero se pueden calcular con los mismos números, pues el error no es grande. Sólo si usamos un cordino los nudos ocupan menos: Doble Pescador – 20cm, Mariposa – 45cm. (Para los que entienden de nudos: El Nudo Ocho lo he descartado porque ocupa mucha cuerda (90cm) y pesa mucho más que el Doble Pescador. La Vuelta del Pescador nos serviría igual, pero me parece que el Nudo Doble Pescador es en general más útil y merece la pena conocerlo antes que la Vuelta Pescador. La Gaza Simple podría substituir al Mariposa, pero resulta mucho más difícil de deshacer. El As de Guía se deshace demasiado fácil.)

Estos nudos son los más simples y corrientes que usan los escaladores. Se trata de nudos que no se sueltan solos a lo largo del uso, que son reconocibles visualmente, y que se deshacen relativamente fácil, incluso después de haber tirado con mucha fuerza, como en caso de una caída.

Es preferible empezar con los dos Nudos Doble Pescador en los dos cabos y buscar después el sitio correcto para el Mariposa. Los cabos que sobran deberían sobresalir unos 7cm. El tamaño de la lazada del Mariposa se puede elegir a gusto.

El Nudo Doble Pescador:
Doble Pescador

El Nudo Pescador desliza sobre la cuerda.
De esta manera obtenemos un lazo pequeño. Un mosquetón, puesto en el lazo, impide que desaparezca, y se deshaga el nudo.

El Nudo Mariposa:
Mariposa

El Nudo Mariposa hace un lazo de tamaño fijo en un sitio fijo de la cuerda.
Si tiramos por los dos lados de la cuerda (Fig. 6), el nudo cambia su aspecto, pero no se deshace. En esta posición la cuerda hace dos vueltas, que recuerdan a unas alas. Por eso, el nudo se llama Mariposa.

Si hemos conseguido hacer los nudos correctamente – para saber, si los nudos están hechos correctamente, comparamos primero el aspecto de nuestro nudo con él que sale en las imágenes y, segundo, preguntamos a una persona con experiencia si están bien hecho.- , podemos tirar de la cuerda con todas nuestras fuerzas como última prueba, si los nudos cambian de forma o si incluso se deshacen, hay que revisarlos o consultar un especialista. Después, si todo esta bien, podemos poner los dos mosquetones.

Los dos mosquetones deben ser de escalada. No nos sirven los mosquetones que venden como llaveros o para obras en tiendas de bricolage. En las tiendas de deporte hay una gran variedad de mosquetones. No nos hacen falta los más caros ni los más grandes, pero es preferible, que tengan una apertura de seguridad.

Ponemos los mosquetones con el lado más curvado en los lazos de los Nudos Doble Pescador y cerramos bien los lazos. De esta manera la apertura se abre en el lado más lejano de la cuerda. Después ponemos la correa al perro, tal como indica el dibujo:

Correa

De esta manera, nos preparamos una correa de alta calidad, que nos sirve en situaciones extraordinarias de arnés. Cómo convertimos la correa en un arnés y cómo la podemos usar, aprovechándonos de un pasamano, lo revela el capitulo “Dificultad y Medidas de Seguridad” más adelante.

Si el amo es una persona grande, cómo yo, la correa llega a ser muy larga. Lo dejo en manos de la creatividad de la persona, encontrar una manera de doblar la correa para acortarla sin cambiar de sitio los nudos.

Disgustos y Peligros

Para introducir este capitulo quiero decir que no soy biólogo, ni veterinario. Pero durante los años que he tenido perro, y explorando la selva de la Sierra de Guara, me he tenido que enfrentar con varios peligros, disgustos y amenazas contra mi perro. Así pues, este capítulo se puede entender como un pequeño resumen de lo que he encontrado durante todos estos años.

¡Cuidado cuando salimos de los caminos!

La Sierra de Guarra está salpicada del Erizón y la Aliaga, unas plantas de matorral bajo que pinchan. Si salimos de los caminos podemos llegar a zonas cubiertas íntegramente de ellas, donde el perro ya no puede pisar sin hacerse daño. No solo los perros pequeños tendrán problemas en el avance, también perros grandes que ya no podemos llevar en brazos se harían daño, pinchándose las patas e irritándose la piel en la tripa y las axilas.

¡Cuidado cuando se aleje el perro!

Los perros tienden a revolcarse en los excrementos de otros animales o en cadáveres. Parece que se camuflan de esta manera con un olor más fuerte que el suyo. Este comportamiento no supone ningún peligro para la salud del perro, pero, es muy incómodo para el amo y otras personas. Inevitablemente, acabará molestando en el coche, cuando estemos encerrados con un perro que apesta a excrementos o carne podrida.

También tienden a comerse excrementos –  estos pueden ser de cualquier animal, de otro perro o incluso humanos – y carne podrida. Parece que algunos tipos de excrementos llevan ciertos minerales y elementos nutritivos que en ese momento pide el cuerpo del perro. Esta necesidad causa que el perro se coma dichos excrementos. Esta conducta puede afectar a la salud del perro ya que los fecales son el medio de transporte de muchos parásitos. El veterinario vende pastillas que limpian el aparato digestivo de tales animales. Debemos dar al perro una pastilla cada tres meses para controlar este aspecto de su salud.

Para impedir estos comportamientos sirve básicamente una buena educación. Si el perro se queda cerca de nosotros, podemos vigilarle mejor e impedir sus acciones a tiempo.

Buitre Leonado muerto

Buitre Leonado muerto.
Un encuentro triste. Sin embargo, impresiona cuando se tropieza con un Buitre Leonado muerto. En este caso encontramos el cadáver, recién fallecido, a lado de la Cocineta en el Río Vero. Nunca antes había podido contemplar un buitre de cerca: el tamaño, las garras, las plumas o el rastro.

¡Cuidado con la caza mayor!

Hay varios cotos por la Sierra donde se caza. Eso nos afecta en tres puntos:

1) Si nosotros nos metemos en la zona donde se está cazando, molestamos mucho a los cazadores. (Los cazadores tienen que prepararse, quedar y formar un grupo de varias, incluso muchas personas. A veces incluso subastan el derecho para la caza y tienen que ir bajo la supervisión de un agente forestal para cumplir la ley. Por eso me parece justificado decir que somos nosotros los que les molestamos y no ellos a nosotros.)

2) Siempre pueden suceder accidentes. Se escucha a menudo que un cazador ha matado a un perro domesticado sin querer.

3) Los perros que se usa para la caza son fuertes y tienen, especialmente en los días de caza, mal genio. Por eso, pueden llegar con facilidad a pelear con nuestro perro.

Si la caza está organizada correctamente, los cazadores acotan con carteles de aviso todos los caminos, pistas y sendas que conducen a la zona. ¡No nos debemos saltar los carteles! Como a veces se olvidan de cortar unos accesos secundarios, tenemos que estar atentos, si escuchamos ladridos de perros y tiros de escopetas o si encontramos varios todoterrenos con remolques de perros. Estos indicios ya son suficiente razón para darnos la vuelta y dejar la excursión planeada para otro día.

En general, la caza se realiza en otoño e invierno. La caza de media veda se realiza en agosto y septiembre. La veda general empieza en octubre y termina en febrero, salvo permisos especiales fuera de la temporada de caza.

Detalle de la garra

Buitre Leonado muerto.
Detalle de la garra.

¡Cuidado con ciertos animales!
Hay varios animales en la Sierra de Guara que pueden ser una amenaza para el perro. Todos estos animales suponen cierto peligro, pues tienen mecanismos de defensa si se ven en apuros o atacados.Creo que ningún animal sano en esta zona nos atacaría a nosotros o a nuestro perro por cazar. Pero tenemos que prestar más atención, si un animal está criando.

Especialmente las hembras de los jabalíes desarrollan un instinto de protección muy fuerte, que puede culminar fácilmente en agresión. Muchas de las jabalinas paren en primavera y cuidan a los jabatos durante unos cuantos meses, pero se encuentran jabalinas que paren en cualquier fecha del año.

Por otro lado, para poner en marcha los mecanismos de defensa no hace falta que el perro ataque de verdad. A veces los animales se encuentran aterrorizados solo por nuestra cercanía y el comportamiento. Por eso, de nuevo, un perro bien educado corre menos peligro de caer en una trampa de estos mecanismos de defensa, que un perro sin educación.

Por ejemplo, hay peligro de picaduras como las de las abejas, avispas, escorpiones o escolopendras. En general, estas picaduras no son muy peligrosas, pero, si le pican en la boca o garganta, se hinchará esta parte del cuerpo y eso puede cortar la respiración. También pueden provocar una reacción alérgica que puede llegar a ser algo serio, especialmente, si hay una gran cantidad de picaduras.

Hay sapos que se defienden con una secreción en la piel, que afecta al perro, si lo chupa o muerde.

El jabalí puede herir a un perro gravemente y la mordedura de una víbora puede incluso ser mortal.

Escolopendra

Escolopendra muerta de unos 12cm.
La encontré en los Articóns del Río en el Mascún y es la única, aunque muerta, que he visto hasta ahora.

Pero, muchos de estos animales, como el jabalí o la víbora, son muy tímidos y se esconden antes de ser vistos, y otros como la escolopendra se esconden durante el día y casi nunca se dejan ver. Por eso, de entre todos los animales que pueden hacer daño al perro voy a tratar más detalladamente sólo dos que nos acompañan todos los años en las excursiones por la Sierra de Guara y que implican ambos: el peligro y un disgusto.

La Garrapata

Las garrapatas son ácaros que se alimentan de la sangre de mamíferos (Mamífero incluye también a los humanos. Por eso, de vez en cuando se puede enganchar una garrapata en nuestra piel y molestarnos.). En la Sierra de Guara hay normalmente muchas. Las garrapatas esperan en las hojas de la hierba o en el matorral bajo hasta que un huésped pasa rozando la hoja. En este momento se agarran al animal y empiezan a subir por las patas, hasta que encuentran un lugar protegido para engancharse y alimentarse de la sangre. La búsqueda de dicho lugar, dura varias horas, pues andan despacio por la piel entre los pelos. Una vez enganchadas, se quedan en el mismo sitio varios días cada vez más fuerte y profundamente clavadas. Los lugares preferidos en los perros son las orejas y el cuello, pero se encuentran también en otros lugares como en la frente, el lomo, entre las garras, cerca de los testículos o cerca de los ojos, al fin y al cabo en cualquier lugar.

Una garrapata enganchada en la oreja de Robert

Una garrapata enganchada en la oreja de Robert.

Las garrapatas viven hasta 5 años y pasan por varios estados de madurez. Estos estados varían en duración debido al tipo de garrapata. Se conocen más de 900 tipos en todo el mundo. En primavera salen de los huevos las larvas, garrapatas pequeñas (0,5mm) con solo 6 patas. Después de una primera alimentación de sangre que consiguen de mamíferos pequeños como ratones, se convierten en ninfas, garrapatas medianas (1,2mm) con ya 8 patas. Después de otra metamorfosis, que puede tardar un invierno entero, se forman las garrapatas adultas, que son más grandes (2,5mm) y se distinguen entre hembra y macho. Después de la fecundación, que tiene lugar en la piel del huésped, el macho se muere y la hembra produce hasta 2000 huevos. Se deja caer del huésped y pone los huevos en el envés de las hierbas antes de morirse. Larvas, ninfas y adultas necesitan sangre para seguir con su ciclo natural, especialmente la hembra para producir los huevos.

Durante una alimentación de sangre las garrapatas aumentan el volumen del cuerpo hasta cuatro veces, las hembras para la producción de los huevos hasta ocho veces y pueden llegar por lo tanto a una longitud de 2cm. Para conseguir un cambio tan brusco, están enganchadas en la piel del huésped unos cuantos días, la hembra incluso hasta semanas. Una vez enganchada en la piel, echan constantemente un líquido, la saliva, dentro de la herida que han provocado. Esta mezcla de químicas consigue que la sangre no coagule, la herida no se inflame y reduce el picor.
La misma garrapata atrapada por la pinza especial

La misma garrapata atrapada por la pinza especial.

La garrapata misma no supone un peligro para sus huéspedes (con la excepción de una posible reacción alérgica al “mordisco” de la garrapata.), pero por la saliva, que llega al cuerpo del huésped, se pueden transmitir enfermedades. De qué enfermedades se trata, cómo se manifiestan y cómo se curan, es materia de la veterinaria. No quiero meterme como aficionado en este tema complejo y serio. Nosotros tenemos que tener en cuenta que las enfermedades, que se pueden transmitir, son serias.

Como es la saliva infectada la que transmite las enfermedades, es lógico que haya menor posibilidad de infección, si quitamos la garrapata lo antes posible o, incluso, podemos reducir la posibilidad a 0%, si impedimos, que la garrapata se enganche al perro.

Para conseguir esto, nos sirven, en primer lugar, unas pepitas o collares que nos vende el veterinario. Estas medidas de prevención llevan una substancia que repele y mata a garrapatas y otros parásitos. Pero cómo algunas garrapatas aun consiguen agarrarse al perro a pesar de haberle puesto protección, deberíamos buscar garrapatas por la piel de nuestro perro después de cada excursión o incluso en el descanso de la misma. Así somos capaces de impedir que se enganchen en la piel y pongan en peligro a nuestro perro (y encima le gusta mucho al perro que le demos cariño de esta manera.). Si encontramos a una garrapata corriendo por la piel, podemos quitarla con las uñas. Si está enganchada ya, o si incluso está hinchada, la quitamos mejor con una pinza diseñada para garrapatas. Hay varios modelos que se venden por Internet, en las farmacias o tiendas de animales.

Un ejemplo de una pinza para garrapatas

Un ejemplo de una pinza para garrapatas.
Si se aprieta el botón arriba, se abren las tenazas.

¡Cuidado, si intentamos quitar una garrapata enganchada con las uñas! Se parte fácilmente. Se puede romper el cuello de la garrapata, si tiramos del cuerpo. Por eso, hay que tirar de la cabeza, lo que consigue una pinza de garrapatas. Si se rompe, la cabeza se queda dentro de la piel, y el organismo del perro la va echando como una astilla. Normalmente no es problemático, si la saliva de la garrapata no está infectada, pero debemos vigilar el grano, que se forma, e impedir, que se inflame.

Si una garrapata se nos escapa de la búsqueda y se queda enganchada más de dos días –  se habrá hinchado ya considerablemente y habrá cambiado el color del cuerpo a un tono mucho más claro – tenemos que estar atentos e ir al veterinario si vemos alguna rareza en el comportamiento del perro en los días siguientes como fiebre, problemas de respiración, sangre en la orina o en la nariz, vómitos o una infección de la herida provocada por la garrapata.

Este tipo de garrapata me encontró en el Formiga

Este tipo de garrapata me encontró en el Formiga.
Me la quité de la pierna antes de engancharse. Era sorprendentemente grande y con un dibujo ‘bonito’ en la espalda. Es distinta de la habitual, pero no se su denominación.

La Procesionaria

La Procesionaria es una oruga de 5cm de longitud que vive en pinares. Sus nidos se ven a menudo en las ramas de los pinos por la zona de la Sierra de Guara. En el suelo se mueven siempre en conjuntos de filas que se componen de hasta 30 orugas. Con este comportamiento intentan protegerse de sus enemigos naturales como algunos pájaros con el propósito de hacerse pasar por una culebra.

Típico nido de Procesionarias en un pino en la orilla del Flumen

Típico nido de Procesionarias en un pino en la orilla del Flumen.
Se puede observar, que la rama que sujeta el nido ya está seca.

El ciclo que atraviesan tarda hasta 3 años. De los huevos que se encuentran en las cimas de los pinos, salen las orugas que empiezan a construir en las ramas del pino unos nidos comunales, que les sirven para pasar los días y el invierno durmiendo. Por la noche se van en búsqueda de comida. Se alimentan del mismo árbol que se secará y morirá al fin. Por eso, intentan los guardabosques controlar radicalmente el número de orugas. Para la metamorfosis se marchan del árbol en búsqueda de tierra blanda, donde construyen un capullo subterráneo. De este capullo salen al verano siguiente las polillas, que ponen en su corta vida los huevos en los pinos y cierran, de tal modo, el ciclo.

El cuerpo de la oruga está completamente cubierto de unos pelos finos que llevan una substancia tóxica. Esta puede ser muy peligrosa para el perro y muy molesta para el humano, pues nos puede causar alergias e irritaciones. Estos pelos son tan finos que se rompen fácilmente y flotan con el aire. Por eso, nos pueden afectar aún sin haber tocado las orugas, irritando la piel, la pituitaria o la garganta.

Procesionarias

Procesionarias amontonadas en la entrada a su capullo subterráneo.
La foto fue tomada en la pista de la Ripera, Panticosa, Valle de Tena.

Si un perro chupa una oruga y pone de esta manera su lengua en contacto con los pelos, va a perder la parte intoxicada de la lengua. La lengua se pone negra y se necrosa. Un proceso doloroso, pero no mortal; el perro normalmente aprende a alimentarse y beber con la lengua mutilada. Si un perro se traga una oruga, puede incluso morir. De vez en cuando se encuentra un nido caído del árbol en el suelo. Como los nidos están llenos de los mismos pelos son una amenaza igual que las propias orugas.

Tenemos que tener cuidado especialmente con los perros jóvenes que son mas curiosos y controlarlos bien cuando vemos una cierta cantidad de nidos en los pinos. Si lo inesperado pasa y el perro tiene contacto con las orugas hay que ir al veterinario inmediatamente.

Anécdota personal:

Robert y yo hemos tenido ya una mala experiencia con estas orugas.Estuvimos de vacaciones en Córcega en una travesía, cuando nos topamos con un pinar contaminado de procesionarias. Hubo tantas filas de orugas que no sabía donde pisar.

Tuvimos mucha suerte de que nuestros perros no tuviesen ningún interés en estas orugas y pasaron totalmente de ellas.

Llegando otra vez al coche empecé a notar un picor en los brazos y las piernas. Entonces, pensé que me habían picado unos mosquitos. Pero, por la tarde mis extremidades se llenaron de granitos picando para volverme loco. Me tuvieron que tratar con una pomada de cortisona y tuve que aguantar siete largos días hasta que los granos desaparecieron.

Era una alergia a la Procesionaria. A mis compañeros no les afectó porque iban en manga larga.  Nuestros perros, Robert y su amiga Sua, sólo tuvieron la garganta irritada, y se curaron ellos solos comiendo hierbas.

Unos seis meses después me puse la camiseta que había llevado aquel día en Córcega de nuevo (Por supuesto lavada y limpia). En el mismo día me empezó a picar el tronco y aparecieron unos granitos de nuevo. Había menos granitos, pero me parecía que me habían echado el mal de ojo encima, que estaba bajo la maldición de la Procesionaria.

La explicación es que el tóxico es una substancia proteínica que se desintegra con el calor. Pero como lavé la camiseta a sólo 40º C seguían afectándome los restos de los pelos clavados en la textura de la camiseta.

¡Ojo!

Procesionarias

Procesionarias en un cruce de dos filas.
Esta foto fue tomada en Córcega

Las “necesidades”

No vamos a impedir que el perro haga sus necesidades, pero nos tenemos que encargar de sus excrementos. Eso es muy importante, pues siempre es uno de los argumentos más recitados en la polémica en contra de los perros. Da igual dónde estemos, en la ciudad, en un pueblo, en la playa o en el monte, si hay la posibilidad que alguien pise los excrementos de nuestro perro, tenemos que quitarlos. No es correcto dejar los en un sendero o una pista, ni en un parking.

Muchas veces se escuchan justificaciones. Cito:

“En las caminatas por el monte pisamos cagadas de vacas u otro ganado, zorros, pájaros y de muchos más animales y, por eso, ya da igual si hay también cagadas de mi perro”
“Las cagadas del perro son algo natural. Como estamos en la naturaleza, no hace falta que quito las cagadas de mi perro”
“Se desintegra, en unos días ya no estará”…

Pero esas son nada más que unas excusas falsas. A todos nos molesta pisar unos excrementos en el suelo. ¡Sólo este argumento debería ser suficiente razón para que todos los amos recojan los excrementos de su perro! Encima, no cuesta nada:

Si hay contenedores de basura o papeleras cerca, los metemos dentro de una bolsita y los tiramos. Si estamos lejos de la civilización sin ningún contenedor cerca, podemos meter la bolsita dentro de nuestra bolsa de basura donde llevamos los envoltorios y restos de la comida y llevarla hasta el aparcamiento, donde habrá otra vez basura. Eso sería lo ideal, ecológicamente y socialmente hablando.

El Barranco Focinas

El Barranco Focinas.
Aguas cristalinas y limpias en primavera.

Pero en este libro quiero dar consejos prácticos y no idealizados, los cuales al fin nunca se cumplen. Puesto que muchas veces no llevamos bolsitas o nos parece muy incómodo llevar los excrementos hasta el coche, debemos quitar los excrementos del camino con un palo de madera o una piedra alargada, tirándolos de esta manera hacia el borde del camino, al bosque, adentro del matorral,… simplemente adonde nadie los pueda pisar. No es suficiente taparlos con una piedra en medio del camino. Solo si los excrementos son demasiado blandos para recogerlos y tirarlos, como en caso de diarreas, podemos taparlos con una piedra. Si estamos en un sitio donde no hay rincones para esconderlos de esta manera, como en un parking, una plaza de un pueblo, o – importante – una ruta muy turística donde hay muchos perros a lo largo de la temporada (en rutas como los senderos a la Fuente Tamara, el Mascún inferior, el Salto de Bierge, la Cabecera del Río Vero o por las cercanías de Alquézar. Por la cantidad de perros que hay en aquellos sitios tenemos que actuar con más responsabilidad), no hay más remedio que recogerlos con una bolsita.

Procediendo de tal manera, libramos los senderos de una contaminación óptica, y los excrementos del perro se desintegrarán dentro de 1 a 4 semanas en un rincón escondido sin molestar a nadie.

Para terminar, me gustaría comentar que se puede aplicar, con algunas modificaciones pequeñas y obvias, este capítulo sobre las “necesidades” de los perros a las de los amos. Lo que hay que añadir es que nosotros usamos papel higiénico. ¡Este papel contamina el entorno gravemente y lo tenemos que llevar en nuestra bolsa de basura al coche!

Robert en el Dolmen de la Losa Mora

Robert, en el Dolmen de la Losa Mora.

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ÍNDICE DE LAS EXCURSIONES

… por duración

… por dificultad

… por temas

5 comentarios en “1.3 – Los perros

  1. Hola, me han encantado tus consejos para ir a la montaña con perros.
    En concreto, he decidido no soltar a mi bichon maltes si voy a las pasarelas del Vero este verano porque no era consciente de los peligros y molestias que puedo causar.
    Además quería consultar si conoces algún lugar donde dejar a mi perro en agosto, mientras hacemos un barranco de un día en la sierra de Guara. Tipo guarderia de perros o algo asi.

    Gracias anticipadas y saludos, Ana

  2. Buenas tardes. Hoy (3 de enero) he intentado ir a Bones por el sendero que sale de Igries. Tras descrestarme y pasar a la cara norte me ha sorprendido encontrarme con el sendero plagado de procesiónaria. He hecho fotos y he vuelto porque no quería poner en peligro a mi perra. Asombroso!!!

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