La Piedra de los Moros

La Piedra de los Moros

La Piedra de los Moros.
Al fondo se ve la vieja acequia que viene de Vadiello.

Una buena excusa para un romántico paseo por la cuenca del Guatizalema en la Hoya de Huesca nos da la Piedra de los Moros. Se trata de un conjunto de bloques de arenisco que fue adaptado por el humano como almacén, refugio o esculturas religiosas. Estaban en «funcionamiento» hace muchos años, hoy en día encontramos los bloques de estas curiosas formas dentro de un pequeño carrascal como unas reliquias que recuerdan de una época olvidada y lejana.

Merecen una visita sin duda.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Para hacer el paseo mas atractivo para el perro propongo un vuelta circular que pasa por la bonita poza del Azud de Sipán. Otra atracción que veremos son las ruinas de la Ermita de San Esteban y si nos quedan ganas y tiempo podemos prolongar la ruta hasta el Puente de Sipán.

Para no aburrirse en las pista que vamos a recorrer sería una buena jugada plantear este paseo en primavera – cuando los campos son verdes, las pistas flanqueadas por flores y el calor del día todavía es aguantable.

Preparamos la mochila con agua y un pequeño almuerzo, no nos olvidamos de la correa y damos este paseo por un terreno sin acantilados, cumbres o gorgas, pero sin embargo entretenido, curioso y bonito.

Ficha Piedra de MorosTiempo:

Desde Ayera a la Piedra de los Moros: 30min.

De la Piedra al Azud de Sipán: 30min.

Volver por Sipán: 1h

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Total: 2h30, media jornada

Visita adicional del puente y pueblo de Sipán (ida y vuelta): 1h

Aparcamiento:

Vamos hacia Almunia del Romeral por la HU-V-3314.

Antes de entrar en el pueblo tomamos una pista a mano derecha que lleva a la Ermita de San Esteban. Allí aparcamos el coche.

Acceso:

Buscamos la subida a la ermita.

La Ermita de San Esteban

La Ermita de San Estebán

La Ermita de San Esteban.

Entre la ermita, el cementerio y el curioso montículo donde se ubica se trata de un lugar muy interesante. Un panel explicativo nos informa sobre los detalles.

En la cara norte se pueden todavía contemplar los restos de unos silos que fueron escavados y pulidos en la roca.

Muy curiosa me parece la carrasca que crece por una grieta en un bloque. Se encuentra a lado del camino de acceso que fue empotrado en el arenisco igual.

Vamos por la pista indicada hasta el punto donde parte la senda a la Piedra de los Moros, también indicada.

La Piedra de los Moros

Uno de los bloques del conjunto de la Piedra del Moro

Uno de los bloques del conjunto de la Piedra del Moro.
Aquí vemos a Robert, pero si posaría Papa Pitufo tampoco estañaría.

Un panel indicativo nos habla de la edad, la funcionamiento y la leyenda que rodea este curioso lugar.

Volvemos a la pista y la seguimos en dirección norte. En el próximo cruce tomamos la pista que lleva a Sipán (indicada). Nos quedamos en la pista principal y en una bifurcación aguda tomamos el ramal izquierdo. Este topa en seguida con una pista que está flanqueada por unos hitos de cemento en los cuales está escrito «prohibido pastado». (Parece que la maleza está reservada para las abejas.) Giramos a la izquierda y bajamos al Río Guatizalema. Pronto veremos la poza del Azud de Sipán.

El Azud de Sipán

La Poza del Azud se Sipán

La Poza del Azud se Sipán.

Hay una senda, pendiente pero obvia, que baja a la orilla.

Este lado del río muchas veces está tocado de las crecidas y lleno de barro. Para llegar a la otra orilla opuesta podemos cruzar el río con cuidado por la presa. Nos mojaremos hasta los tobillos.

Volvemos por la pista a la zona de los hitos y seguimos por ella recto. Así avanzamos por esta larga pista derecha y ignoramos varios desvíos siempre tirando en linea recta. Finalmente llegamos a un cruce donde unos carteles indican que podríamos optar por bajar al pueblo de Sipán. Pero si queremos volver a Ayera debemos girar a la derecha y seguir por la pista que se aleja hacia el oeste.

El pueblo de Sipán

El Puente de Sipán

El Puente de Sipán.
Idílico puente sobre el Guatizalema; detrás se ve la iglesia del pueblo.

El pueblo con su bonito núcleo está a menos de 10min.

Si queremos andar un poco más podemos visitar el puente románico que está a 15min del pueblo. Allí el perro podrá bañarse de nuevo.

Debemos controlar al perro por el pueblo, ya que hay varios machos y en la bajada al puente tenemos cruzar la carretera.

De nuevo en el cruce encima del pueblo tomamos rumbo al oeste para llegar a Ayera. No hay ningún cartel que lo indique, pero el camino es obvio.

Retorno:

Volvemos por la pista mencionada hasta el coche.

Una carrasca valiente

La carrasca valiente cerca de la Ermita de San Esteban.