
El Barranco Cuello.
Robert disfruta de las vistas al Tozal de Guara mientras descansamos en una maravillosa poza.
El Barranco de la Pillera es bien conocido, ya que se accede por un paseo fácil, apto para toda la familia, que destaca con casi todas las atracciones que nos ofrecen los grandes cañones de Guara. Además le habita una vegetación distinta y más prospera que la del lado sur de la sierra. Todas las guías mandan a los excursionistas por la pista de acceso al barranco para reseñar allí una vuelta más o menos extensa. Por desgracia esta pista es fea, llena de polvo, y libre para la circulación de coches.
Para librarnos de este tramo de mal gusto en nuestra ruta haremos una vuelta por el Barranco Cajical – unos campos abandonados dentro de un caxical de gran belleza. Dado que sólo cazadores y campesinos visitan esta zona, el camino – en su tiempo noble y importante – está medio perdido. Resulta muy difícil de averiguar su trocha y sólo identificar su inicio parecerá un atrevimiento.

La Badina Estañonero.
El objetivo más llamativo y famoso de la ruta de hoy.
Debido a este primer tramo de la ruta y a un paso de trepada en el acceso al Barranco Cuello he clasificado la excursión como muy difícil (***). Si una persona no está acostumbrada a orientarse en la montaña sin camino obvio y resolver pequeñas trepadas, debería reducir la excursión a los tramos fáciles por el Barranco de la Pillera y el Río Guatizalema y aprovechar en coche la pista de acceso que lleva a la confluencia.

Recorte Mapa Alpina.
Durante todo el día vamos a gozar de las pozas y los bosques que podrían valer como escenario para una película de fantasía y cuentos – con los quejigos del Barranco Cajical, el Dolmen de Palomar, la Badina Estañonero, el Brazo del Mar, el Barranco del Cuello y la Ermita de San Andrés como objetivos principales.
Para pasar de este modo un día de cine, preparamos la mochila con las sandalias, el almuerzo y el agua, cogemos la correa del perro y reinventamos la visita del Barranco de la Pillera.
Tiempo:
De Nocito al collado del Barranco Cajical: 1h
Del collado al Dolmen de Palomar: 1h30
Del dolmen a la poza del Guatizalema: 30min
Opcional:
Vuelta por el Río Guatizalema hasta la pasarela: irrelevante, mas o menos 1h
De la poza a la Badina Estañonero: 1h
(si nos entretenemos en la Pillera hasta 2h30)
Remontar el Barranco Cuello: irrelevante, 1h
Vuelta a Nocito por el bosque: 30min
Opcional:
Subida a San Andrés: 45min
El tiempo descrito desde Nocito al dolmen es muy relativo. Debemos contar que gastaremos tiempo en buscar el camino en algún punto.
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Total: irrelevante, hasta 9h, jornada completa
Aparcamiento:
Aparcamos en la entrada del pueblo en Nocito, donde parte el GR 1 hacia Lusera.
Acceso:
La ruta empieza cuando ponemos el primer pie en las bonitas tierras de Nocito.
Tenemos que prestar mucha atención en el primer tramo, ante todo para encontrar el camino y después para seguirlo, ya que no hay carteles o hitos que lo podrían indicar. Ademas está perdido, poco transitado y invadido por la vegetación. En muchas partes tenemos que desviarnos por los campos colindantes, sin perder de vista el camino autentico.
Sin embargo, era importante y transitado en su tiempo, lo que podemos observar en muchos elementos los cuales también nos facilitarán identificar su trocha: al principio está flanqueado por dos muros que traspasan los campos que le rodean, más adelante veremos muretes de apoyo en algunos tramos y en otros todavía se distinguen las losas que servían de empedrado.

Una borda en Nocito a lado del GR 1.
Iniciamos la marcha por el GR 1 hacia Lusera. En seguida llegamos a un punto donde una pista cruza el sendero. ALLÍ PARAMOS Y NO SEGUIMOS POR EL GR, NI POR LA PISTA.
A mano izquierda está el extremo de un largo muro que se extiende hacia el terreno delante de nosotros. Se trata del muro que marca nuestro camino. Así que debemos avanzar por el terreno que está entre el muro y el GR siguiendo esta linea de piedras. Quizás tenemos que saltar una valla eléctrica y no será la única a lo largo de la ruta. Más adelante podemos ver a la izquierda del campo un viejo camino lleno de zarzas que está debajo del muro que nos está guiando. Pronto este estará limpio y nos permitirá ir por la trocha original.
De este modo llegamos al bosque. El camino sigue entre muros. En este punto ancho, limpio y fácil de identificar por los rastros de una fuente temporal que tiñe a las losas del camino de un bonito amarillo.

Unos quejigos majos.
El escenario del camino que sube al collado.
El bosque es precioso y su belleza nos entretiene, pero debemos continuar de forma concentrada como antes: en los tramos donde no podemos avanzar por el camino pasamos al bosque o los campos colindantes sin perder de vista el camino autentico.
Más adelante el camino traspasa un denso bosque de boj. A partir de aquí no habrá más muros que nos guían y resulta más seguro quedarse en la trocha original, aunque no está del todo limpia. Llegamos a otra zona de campos donde cuesta identificar el camino de nuevo: tenemos que seguir en suave ascenso saltando otra valla eléctrica que nos guiará un rato marcando, más o menos, nuestra izquierda. Ahora empezamos a ganar altura. Después de pasar por un largo tramo de bosque en linea más bien recta, llegaremos finalmente a los campos alrededor de un collado que da acceso al Barranco del Cajical donde realizaremos la bajada hacia el Río Guatizalema.

En el camino al Barranco Cajical.
Robert se convierte en un ser mítico del bosque.
En los campos debemos avanzar en suave ascenso hasta que lleguemos al campo en el mismo collado donde se abren las vistas al otro valle. Por todo este tramo (y el siguiente) vamos sin rastro de camino obvio, debido a las formas estrechas y alargadas de los campos que camuflan el autentico camino a la perfección.
En la otra vertiente, todavía sin camino, podemos descender en zigzag por las terrazas que forman los campos por los pasos que resultan más fáciles. Después de unos 70m de descenso se forma un pequeño barranco en medio de los campos/terrazas. Debemos usarlo como guía y continuar bajando por estos escalones de hierba cerca de él. Finalmente llegaremos a un campo grande y llano en el fondo del valle donde parte una senda, bien marcada en el otro extremo a lado de los restos de un muro grande y ancho. Por allí salimos de este caxical mágico por una trocha bien visible.
El Barranco del Cajical

Uno de los quejigos descomunales en el Barranco del Cajical.
Como toda la zona está casi abandonada, refleja un sentimiento de aislamiento muy intenso. En combinación con la incertidumbre provocada por la falta de un camino claro, el paseo se convierte por esta zona en una verdadera aventura – y no sólo la primera vez. La guarnición del paseo por este paraje proporcionan las vistas a la Ronera y el Tozal de Guara, algunos elementos de la vida antaño como el mismo camino o las ruinas de un refugio pastoral en el collado y unos quejigos excepcionales que están a la altura de los de Albás, San Úrbez o Naya.
Nota personal:
El itinerario descrito es una buena y rápida manera para traspasar el Barranco Cajical, pero podemos adentrarnos en el bosque mucho más. Por desgracia el camino es realmente difícil de identificar y la vuelta que describe relativamente larga. Por estas razones no es parte de la ruta escogida, pero debo mencionarlo. Es sencillamente un mundo de maravillas.

Recorte Fotografía Sigpac.
Desde el collado debemos descender suavemente tirando hacia el noroeste y encontrar la terraza correcta que tiene continuidad y que se convierte más adelante en senda. Esta se pierde en otro momento de nuevo, pero cerca del lecho del río se hace más visible y en la otra vertiente ya no resulta difícil de seguir. La senda es noble y tiene historia, ya que encontraremos como antes muchos elementos que lo comprueban. Incluso vamos a pasar por un hito gigante. No voy a relevar más detalles, ya que tampoco conozco el bosque a fondo y cada vez que paso por allí encuentro nuevos desvíos y supuestas sendas.
Impresiones del ambiente y de los árboles se encuentran en un sector de la página «Arboles«.

El Barranco Cajical.
Continuamos por la senda que pasa por el muro. A nuestra derecha tenemos un barranco que suele llevar agua. Todavía debemos prestar atención a no equivocarnos y encontrar la Senda de los Carboneros en el Valle del Guatizalema.
IGNORAMOS un primer desvío, poco visible, que cruza el lecho del río y sube en la otra orilla. La senda correcta sigue recta y se aleja un poco del cauce. Pronto llegamos a otro desvío, poco visible, donde tomamos el ramal que desciende ortogonalmente a mano derecho. ¡AHORA NO SEGUIMOS RECTO! (La senda recta nos llevaría a las ruinas del Mesón de Nocito y a la pista de acceso mencionada en la introducción.) La nuestra baja, traspasa un campo, cruza el río y discurre después por la orilla derecha hasta que topa con la Senda de los Carboneros justo en una pasarela sobre el Barranco del Cajical.
Giramos a la derecha y seguimos por este sendero ancho sin ninguna complicación. En un primer cartel hacemos caso a las instrucciones para llegar al Dolmen de Palomar, continuamos recto.
El Dolmen de Palomar

El Dolmen de Palomar.

Recorte Fotografía Sigpac
En ninguno de los mapas la ubicación del dolmen está bien definida. Por eso he preparado un croquis que facilitará la búsqueda. Se encuentra en el ultimo collado antes de llegar al Barranco Palomar.
La construcción es curiosa y se distingue de otros dolmenes por la falta de la losa que tapa la cámara mortuoria.
En primavera o después de lluvias fuertes debemos visitar también la cascada del Barranco Palomar y una visita del refugio sólo vale la peña, si buscamos setas en otoño.
Bajamos por la pista al Río Guatizalema. En un primer cartel giramos a mano derecha y bajamos por la Senda de los Carboneros casi al cauce del río. Por un barranco seco podemos llegar a una fabulosa poza que ya estuve a la vista desde lo alto antes de llegar al dolmen.

El Río Guatizalema.
Se hallan pozas divinas en su lecho. Este es el primero que encontraremos en la ruta.
El Río Guatizalema
Desde la poza podemos bajar por el lecho del río hasta topar con una pasarela y volver por la senda. De esta manera exploramos una bonita zona del río que no está tocado por la construcción de la pista forestal. Para avanzar cómodamente y rápido debemos prepararnos para mojarnos hasta las rodillas por lo menos.
Partimos de la poza volviendo por la Senda de los Carboneros hacia Nocito. Hacemos bien en coger la senda y no la pista, ya que es mucho más bonita y se trata de la autentica trocha.
Así llegamos al cruce donde parte la pista de la Pillera.

La Pillera.
Robert disfruta de un baño en aguas cristalinas y frescas.
El camino por la Pillera está bien señalizado y no encontraremos ninguna dificultad. Tenemos que subir hasta la Badina Estañonero que se identifica fácil, ya que es la única poza de grandes dimensiones situada en la desembocadura del Barranco Cuello el cual forma una bonita cascada en su final. El camino aprovecha una pista intransitable que cruza el río varias veces. Nos mojaremos los pies hasta los tobillos, pero sólo, si hay mucho caudal.

La Pillera.
Robert y la primera poza que encontraremos en el camino. Se llama Badina Rallabatán.
A parte de dicha badina hay singularidades que no nos debemos saltar aunque no están en el camino:
El Mirador de la Badina Estañonero:

La Badina Estañonero por la mañana desde el mirador.
Donde indica el cartel la ascensión al Tozal de Guara podemos subir unos 10 min para llegar a un punto de estupendas vistas a dicha poza.
El Brazo de Mar:
Se trata de una pequeña cueva con una poza interior que se encuentra en el final del PR un poco más arriba de la Badina Estañonero. No es peligrosa, ya que no es más que un pequeño pozo inclinado, pero se merece una visita sin duda ninguna.
La Fuen de Guaril:
Si continuamos por la senda que lleva al Brazo de Mar por unos 10min más, llegaremos al manantial donde brota el abundante agua que baja por el Barranco de la Pillera. La fuente, los pinos y tejos en conjunto crean un ambiente que tiene mucho encanto.

El paso de clavijas al Barranco Cuello.
Robert me espera en la cornisa. Cuando haya subido yo al mismo sitio, le ayudaré empujándole los 1,5m restantes hasta que el podrá trepar por si mismo.
Para seguir y remontar el Barranco Cuello tenemos que retroceder de la Badina Estañonero al último vado. Justo antes de volver a cruzar el río giramos a nuestra derecha y avanzamos por una senda casi invisible subiendo una pedrera que nos situará en el pie de un resalte rocoso de unos 4m de altura.
Con la ayuda de unos cables superamos este obstáculo y continuamos sin más complicaciones por la tímida senda que tuerce un poco más arriba hacia la derecha. En la bajada al cauce nos podemos asomar por el precipicio y contemplar la poza de antes debajo de nosotros.
Al principio remontamos el barranco por el mismo cauce. Si el caudal es normal, podemos evitar que nos mojemos. El lugar es mucho menos recorrido que la Pillera, el agua un poco más cliente y nos podemos relajar sin preocupaciones en alguna de las pozas. Especialmente la de la primera foto es una joya, por las vistas al Tozal y la rampa de piedra que nos puede servir de hamaca perfecta.

La Badina Estañonero.
Desde el acceso al Barranco Cuello podemos asomarnos a este mirador.

La fuente del Barranco Cuello.
Más arriba se forma una senda en la orilla derecha, nuestra izquierda, por la cual podemos avanzar más rápido. Tenemos que estar atentos a un sendero que se junta con el nuestro desde la izquierda. En este punto podemos cruzar el lecho del río para llegar a una bonita fuente.
Continuamos por la senda remontando el barranco. En una zona más suave de pinos de repoblación giramos a nuestra izquierda y nos alejamos del cauce del Barranco Cuello. Un hito grande y visible indica este desvío. No obstante, si le pasamos de alto podemos tomar más adelante la senda señalizado que baja desde el Collado a Nocito.
Nuestra senda se une con otra y empieza a bajar suavemente por un bosque sombrío a Nocito. Ya cerca del pueblo topamos con un PR. Si giramos a la derecha bajamos al pueblo. El camino de la izquierda nos llevará a la cima y la Ermita de San Andrés.

Robert encontró un parasol en la vuelta a Nocito.
San Andrés

Las vistas al Tozal de Guara desde la cima de San Andrés.
El sendero, recién limpiado, es claro y bonito, pero supera 200m de desnivel que, después de un día entero de caminar, depurará con nuestras reservas.
Sin embargo, las vistas de la cima son espectaculares y revelan una gran parte del recorrido de hoy. (Si somos capaces de orientarnos bien, podemos incluso divisar el olmo muerto de la Pardina Latorre.) Por esta simple razón debemos «coronar» la ruta con la ascensión a la cima de San Andrés.
De la ermita sólo quedan ruinas, pero nos quedaremos impresionados por la expuesta ubicación de la misma.
Nota personal:
Me parece que había un camino que conectaba la ermita con la fuente del Barranco Cuello. Tiene toda la lógica, ya que los ermitaños necesitan agua, aparte de la fe, para vivir y además sería una parte de la conexión más rápida con el Monasterio de San Úrbez.
De hecho, arranca un camino, majo y viejo, en dicho manantial que sube a unos campos abandonados, colgados encima del barranco. Y es justo allí donde siempre pierdo su rastro. Pero estoy convencido que tenia continuidad y subía hasta la ermita por fajas y crestas. Ya la existencia de los campos reafirma mi teoría, por que creo que pertenecían a la ermita.
También estoy convencido que alguna gente del lugar conoce la existencia de esta senda y los pasos, ya que he visto algún hito perdido.
Si en un futuro limpiasen esta senda (y la del Barranco Cajical), la ruta circular de hoy sería perfecta, fácil y se convertiría en mi favorita.
Retorno:
Desde la ermita bajamos por el PR al pueblo.

Nocito en otoño.
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