Paseo al Abrigo de Muriecho

El Barranco Fornocal y el Portal de la Cunarda

El Barranco Fornocal y el Portal de la Cunarda.

El Parque Cultural del Río Vero

El Parque Cultural del Río Vero se creó en 1998 para gestionar el patrimonio cultural y natural que se halla en el curso del Río Vero. Al mismo tiempo facilita el flujo de informaciones al publico y potencia las visitas turísticas. Nosotros, acompañados por el perro, no buscamos los servicios de las instalaciones en los pueblos, como los centros de interpretación, o las rutas guiadas. Pero nos podemos aprovechar de los senderos limpios y balizados para dar unos bonitos paseos culturales por este paisaje asombroso.

Antes de iniciar el paseo podemos informarnos en la web del Parque Cultural del Río Vero.

Ficha Muriecho

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

La visita de estos abrigos conlleva un largo paseo por una pista que traspasa un pinar. La caminata resulta fácil y agradable, aunque monótono. Sólo al final, cuando nos acercamos a los acantilados del Barranco Fornocal donde se encuentran las pinturas, la excursión coge color y emoción. En el acceso al abrigo veremos el Portal de la Cunarda en el otro lado del cañón todo enmarcado por los acantilados y fajas que flanquean las orillas del Barranco Fornocal.

Como el paseo es corto, lo podemos combinar con la visita del cercano Abrigo de Barfaluy donde se encuentran también pinturas rupestres en un paisaje espectacular y llenar de esta manera una media jornada.

Tiempo:

Del aparcamiento al Abrigo de Muriecho: 45min.

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Total: 1h15

Aparcamiento:

En la carretera A-2205 (de Colungo a Boltaña) sale una pista a mano izquierda después de pasar el km9. Seguimos esta pista unos 50m y aparcamos en uno de los ensanches delante de la barriera.

Acceso:

La excursión empieza allí.

Sólo hay un cartel al lado de la barriera. Durante el camino tenemos que orientarnos con la ayuda del mapa, aunque en total no resulta difícil.

Avanzamos por la pista. Cuando salimos del pinar se acopla un ramal desde la derecha. (Debemos tenerlo en cuenta en la vuelta.) En la siguiente bifurcación tomamos el ramal que baja por la derecha. Después, en una curva de 90º hacia la izquierda, dejamos la pista y bajamos por una senda que nace allí a mano derecha.

Esta senda, clara y bien pisada, desciende a un barranco que cruzamos. En breve nos lleva a los abrigos.

Los Abrigos de Muriecho

Las pinturas rupestres del Abrigo de Muriecho

Las pinturas rupestres del Abrigo de Muriecho.

Paisaje y cultura.

No es de todo fácil encontrarlas, por eso es recomendable informarse sobre las pinturas vía la web anteriormente.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino, que nos revelará en esta dirección buenas vistas sobre la cabecera del Barranco Argatín, una parte del Vero y de la Choca donde se encuentran los Abrigos de Barfaluy.

Vistas al Barranco Argatín

Vistas al Barranco Argatín en un día lluvioso. Los visibles acantilados a la izquierda son los de la Choca.

Paseo al Abrigo de Barfaluy

Las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy

Unas de las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy.

El Parque Cultural del Río Vero

El Parque Cultural del Río Vero se creó en 1998 para gestionar el patrimonio cultural y natural que se halla en el curso del Río Vero. Al mismo tiempo facilita el flujo de informaciones al publico y potencia las visitas turísticas. Nosotros, acompañados por el perro, no buscamos los servicios de las instalaciones en los pueblos, como los centros de interpretación, o las rutas guiadas. Pero nos podemos aprovechar de los senderos limpios y balizados para dar unos bonitos paseos culturales por este paisaje asombroso.

Antes de iniciar el paseo podemos informarnos en la web del Parque Cultural del Río Vero.

Ficha Barfaluy

Recorte mapa Sig Pac

Recorte mapa Sig Pac.

La senda de Lecina a las pinturas rupestres del Abrigo de Barfaluy es fácil, agradable y de poco desnivel. Traspasa un bonito carrascal y revela en su final las espectaculares vistas a los acantilados del Barranco de la Choca.

Como el paseo es corto lo podemos combinar con la visita del cercano Abrigo de Muriecho donde se encuentran también pinturas rupestres en un paisaje espectacular y llenar de esta manera una media jornada.

Tiempo:

De Lecina al Abrigo de Barfaluy: 30min.

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Total: 1h

Aparcamiento:

Aparcamos en Lecina.

Acceso:

Seguir las instrucciones de los carteles.

Antes o después de visitar las pinturas debemos visitar el bonito pueblo de Lecina.

Lecina

El aljibe de Lecina

El aljibe de Lecina

Obligatoria es la visita de la Castañeda, la carrasca milenaria.

Lecina es un pueblo pintoresco que destaca con una bonita plaza.

El aljibe y la fuente del pueblo se encuentran cerca del sendero que lleva a las pinturas rupestres.

El camino hacia los Abrigos de Barfaluy está bien señalizado y limpio.

Los Abrigos de Barfaluy

La cornisa que alberga las pinturas rupestres de Barfaluy

La cornisa que alberga las pinturas rupestres de Barfaluy.

Hay varios covachos que ubican pinturas. Algunos son difíciles de identificar y por eso merece la pena informarse anteriormente en la web.

Encuentro con la vida pastoral

Encuentro con la vida pastoral.

Merece la pena inspeccionar toda la parte accesible de la cornisa, ya que fue también usado por la gente de la zona. He encontrado varios utensilios que yacen en rincones. (Aunque no estoy de todo seguro, si los han colocado por las visitas guiadas…)

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

La Castañeda

La Castañeda.
La carrasca milenaria de Lecina.

El Castillo de los Santos

Vistas en el acceso

Vistas en el acceso.
En primer plano la peña donde se camufla la torre del Castillo de los Santos. En segundo plano (derecha a izquierda): las cumbres de Guara, la Ronera y el Fragineto, el triangular Pico de Mondinero y el Matapaños al fondo.

La vuelta por el Castillo de los Santos es un paseo fácil, entretenido y de poco desnivel. Nos ocupará una media jornada. Destaca en primer lugar con las muy buenas vistas sobre el Cañón del Balcez, pero también encontraremos un bonito carrascal que alberga las ruinas de la Ermita del Cementerio. La senda balizada se inicia en el Mesón de Sebil, al cual conduce una larga pista desde Alquezar o Radiquero. Las dos opciones de pista son aptas para los coches normales, aunque algunos tramos «duelen». Por todos modos, hay que conducir con mucha atención y despacio.

Ficha SantosYa en la pista hay varias atracciones que merecen una parada, como la aldea de San Pelegrín, los campos y casetas pastorales en el vallecito después o los abrigos, los que recuerdan a los de Quizans, encima de la pista durante el último tramo.

La Ermita del Cementerio

La Ermita del Cementerio.

David Gómez describe esta ruta muy bien en el libro «Parque de los Cañones y la Sierra de Guara – Rutas, Descensos, Naturaleza». Guiados por este libro iremos bien.

Si planteamos la ruta como una circular, podemos visitar unos de los pocos tejos que se encuentran en la Sierra de Guara y aprovechar una balsa que suministra agua a nuestro perro, ya que la zona es árida.

Algunos autores inician la visita desde Alquézar o San Pelegrín. Una variante muy bonita, pero estaríamos expuestos al calor y lucharíamos con la falta de agua mucho tiempo. Por eso es preferible comenzar en el Mesón de Sebil.

Sobre el recorrido no me queda mucho de añadir, sólo lo siguiente.

Las vistas desde el Castillo de los Santos

Vistas a la Sierra de Balcez

Vistas a la Sierra de Balcez.
Se divisa bien la senda de la Fajacheto.

Desde el Castillo podemos observar perfectamente todo el curso del Balcez inferior y los afluentes que caen de la Sierra de Rufás. Si hemos hecho alguno de estos barrancos es una gozada verles de esta perspectiva.

No debemos pasar de largo de la zona encima de las ruinas. Podemos subir la pendiente hasta que topamos con una cresta. Desde allí tenemos espectaculares vistas sobre el Balcez superior y la Sierra de Balcez. Si nos asomamos a la izquierda veremos mejor, además podemos observar la copa del tejo que se encuentra justo debajo de esta cresta (donde hay dos bloques más grandes).

Últimos tramo para llegar a la crestería donde se ubica el Castillo de los Santos.

El último tramo para llegar a la crestería donde se ubica el Castillo de los Santos.

Para volver elegimos el camino que sigue subiendo por la base de la cresta. Hay un cartel. También indica un cartel la ubicación del tejo.

El Tejo de los Santos

El Tejo de los Santos

El Tejo de los Santos

A pesar que hay pocos ejemplares en la Sierra de Guara es algo muy especial encontrar uno tan majo en este lugar. Cerca del tejo se encuentra una hiedra impresionante que trepa por las rocas. Y en la ladera hacia A Creu veremos alguna haya que destaca entre el boj y los quejigos. Sin embargo, el acceso a estos árboles es incomodo, ya que están rodeados por el Erizón.

Más arriba, cuando llegamos a una bifurcación debemos tomar el ramal derecho, aunque un hito nos manda en la otra dirección. Las dos pistas llevan al mismo sitio, pero la de la izquierda está repleta de Erizón. Cuando llegamos a la pista principal veremos una balsa. Si hemos elegido bien la fecha, habrá agua limpio para el perro. Si el perro está bien refrescado, podemos visitar el Pozo de Nieve cercano o incluso explorar la zona hacia el norte, la Mallata Iglesieta – otro mirador natural. Si no había agua es preferente que sigamos las indicaciones de los carteles para volver por la pista al Mesón de Sebil.

El Castillo de los Santos

El Castillo de los Santos.
Entrando al recinto por un agujero en el muro.

El Ciervo de Chimiachas

El Ciervo de Chimiachas

El Ciervo de Chimiachas.

El Parque Cultural del Río Vero

El Parque Cultural del Río Vero se creó en 1998 para gestionar el patrimonio cultural y natural que se halla en el curso del Río Vero. Al mismo tiempo facilita el flujo de informaciones al publico y potencia las visitas turísticas. Nosotros, acompañados por el perro, no buscamos los servicios de las instalaciones en los pueblos, como los centros de interpretación, o las rutas guiadas. Pero nos podemos aprovechar de los senderos limpios y balizados para dar unos bonitos paseos culturales por este paisaje asombroso.

Antes de iniciar el paseo podemos informarnos en la web del Parque Cultural del Río Vero.

Entre todas las pinturas rupestres que he visto en la zona del Cañón del Vero, me ha gustado más esta. Como no entiendo de la prehistoria ni del arte, no puedo valorar su precio cultural, pero sí, veo que es un dibujo bien acabado y definido y a pesar que tiene más años que yo, impresiona…

Ficha ChimiachasEl camino hacia el covacho es caluroso, pero nos acercará a las Balsas de Basacol que suelen llevar agua y alivian el sufrimiento del perro por el calor. Ademas pasamos por los Corrales de Quizáns que merecen también una visita.

Se puede plantear la ruta como una circular hasta las balsas usando el camino por el Barranco de Payuala que arranca a lado de la piscina de Alquézar y el sendero que lleva al Collado de San Lucas. Todos estos senderos están bien marcados y balizados.

Las vistas desde Quizáns al Somontano

Las vistas desde Quizáns al Somontano.

Más información sobre esta parte de la excursión se encuentra en la entrada: «Las Clusas y los Oscuros del Vero«.

Lo que no se debe perder es el eco que hay en el Barranco de Chimiachas en la parte alta de la cornisa donde se encuentra el covacho del ciervo. Reproduce sin faltas ortográficas el bonito nombre «Segismundo». (En honor de un gran montañero que tenemos aquí en el fondo del Valle de Tena.)

Alquézar

Alquézar bajo la vigilancia de los buitres.

Las Pasarelas del Vero

El Puente de Villacantal

El Puente de Villacantal.
Robert disfruta de un baño en esta badina alargada.

Este paseo es muy bonito y ofrece a un amplio publico las bellezas típicas de la Sierra de Guara envuelto en un paseo fácil y relativamente corto. La desventaja para nosotros es que las pasarelas que salvan a las pozas y cascadas están hechas de unas rejas de metal que dan miedo a la mayoría de los perros. Eso debemos tener en cuenta, si optamos por esta ruta.

Ficha Pasarelas del VeroLa primera pasarela podríamos evitar cruzando la poza a nado, pero la segunda salva una cascada que nos obligará usar dicha vía metálica. La siguiente salva un caos y tramos de un cauce que parecen bastante difícil, lo que significa que optaremos de nuevo por la variante de las rejas en vez del agua. Por eso pienso que no debemos plantear la ruta como una acuática, sino aprovechar las pasarelas, aunque el perro no disfrutará en estos tramos determinados.

Las pasarelas en el Cañón del Vero

Las pasarelas en el Cañón del Vero.
En la foto se puede observa la inmensidad del cañón en comparación a las personas.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

Especialmente en verano, encontraremos mucha gente, niños y perros en el camino. Por eso, debemos controlarle en cada instante para no provocar incidentes y, por supuesto, recoger sus heces sin excepciones.

Los alrededores de las pasarelas son idílicos y nuestro perro puede jugar, correr y pasarlo bien, si la integridad social lo permite.

Hay cuatro bajadas al Río Vero desde Alquézar, las que voy a describir brevemente:

Al Puente de Villacantal

El Puente de Villacantal

El Puente de Villacantal.

Este sendero caluroso pasa por el Collado de San Lucas y nos sitúa en la zona más al norte del curso accecible del Vero por Alquézar, justo al final del Caos de Villacantal. Hay una bonita badina con playas de grava para disfrutar de una baño y una visera de un tamaño considerable. Un poco más arriba los bloques del famoso Caos de Villacantal oprimen el lecho y nos cierran el paso. Si queremos, podemos explorar alguna poza inferior.

En el tramo por el río entre el puente y la Cueva de Picamartillo donde llega el camino del Barranco de la Fuente al Vero no hay sendero. La mejor opción es ir por el mismo lecho del río y aceptar que nos mojaremos hasta las rodillas.

Los Covachos de Arpán y la Peña Villacantal

Cerca del puente en dirección a los Cavchos de Arpán o Asque, el Barranco Lumos forma un breve y espectacular estrecho por lo cual pasa el sendero.

El Barranco Lumos

El Barranco Lumos.
El estrecho es corto, pero impresiona a Robert.

Los dibujos rupestres de dicha cueva merecen una visita y si tenemos ganas de sudar un poco, podemos seguir subiendo hasta el borde del precipicio del la Peña Villacantal y disfrutar de unas vistas espectaculares sobre el Vero y las colinas conglomerados de Asque. Para llegar allí tenemos que continuar por la senda de los covachos hasta el punto más elevado. En esta loma giramos a la izquierda y recorremos la cresta hasta que topamos con el abismo.  El ascenso desde el puente realizaremos en una media hora.

Por el Barranco de la Fuente

El Sendero del Barranco de la Fuente

El Sendero del Barranco de la Fuente

Cerca de la panadería arranca este bonito camino que se adentra en el Barranco de la Fuente y baja entre los paredes hasta el cauce del Vero. El camino es pendiente, pero está bien acondicionado y es el más umbrío de los cuatro, ya que hay mucha vegetación en esta canal.

La Cueva de Picamartillo

Enfrente de la desembocadura del Barranco de la Fuente, el Río Vero forma un giro debajo de una gran visera. En la zona abierta hay una amplia playa de grava. Es un buen sitio para almorzar.

En el tramo entre dicha cueva y la central están las 3 pasarelas de rejas metálicas. Entre estas siempre hay acceso al río en lugares muy idílicos.

A la antigua presa

Este camino, empinado y muy expuesto al sol, discurre por una faja debajo del castillo. Se inicia en las terrazas/miradores que se encuentran cerca del portal del castillo y baja a la presa cerca de la central.

La pista a la central o el Puente Fuendebaños

La bajada al Puente de Fuendebaños

La bajada al Puente de Fuendebaños.
Nos esperan estas fabulosas pozas abajo, lo que nos motiva a acelerar el paso.
Los dos inmensos bloques al fondo a la derecha los llamo los Pepes del Vero.

Arranca en el Barrio Arrabal y baja a una balsa artificial, donde hay una bifurcación. El ramal de la izquierda lleva a la central y el de la derecha, el GR, baja al Puente de Fuendebaños. Como se trata de una pista por un terreno con poca vegetación, es también un camino caluroso, aunque menos inclinado. La balsa en el medio suele estancarse en pleno verano y no es el mejor sitio para que nuestro amigo de cuatro patas tome un baño.

El Molino de Alquézar

La presa del Molino de Alquézar

La presa del Molino de Alquézar.
La foto la tomé en primavera cuando hay mucho caudal y el agua todavía está fresca, muy fresca.

Río arriba del Puente de Fuendebaños está el viejo molino, un edificio bonito y grande. Una senda por la orilla derecha no lleva hacia él. Siguiendo dicha senda encontraremos a poca distancia la curiosa presa del molino. Hay preciosas pozas y el agua, verde y cristalina, invita a tomar un baño refrescante.

La Cueva Cortante

Desde el Puente de Fuendebaños hay una senda muy vestida que lleva en aproximadamente una hora a dicha cueva. Más información se encuentra en la página de las «Excursiones no realizadas» (scroll down).

En las guías las rutas se diferencian por los distintos accesos, aunque el PR balizado desciende por el Barranco de la Fuente y asciende por la pista de la central. Pero en realidad cada uno puede elegir la combinación que le encaja mejor en su tiempo disponible.

La badina de Villacantal

La badina de Villacantal.
Al fondo está la playa de grava y el puente.

Por el cañón del joven Vero

El Vero superior

El Vero superior.
Robert descansa en el resalte que inicia los estrechos debajo de Almazorre.

El Río Vero ha cortado en su camino entre el Santuario de Santa María de la Nuez y el Molino de Almazorre un pequeño cañón olvidado. No tiene tanta fama como su hermano mayor entre Lecina y Alquézar, pero merece una visita sin duda ninguna. Toboganes, cascadas o pozas inviten a bañar y las ruinas de un castillo árabe, un horno de cal y los dos molinos entretienen durante el recorrido entre las dos aldeas, las cuales son dignas de una visita igualmente.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina.

Por desgracia, este tramo del Vero se seca en verano y en primavera podemos encontrar ya la mitad del cañón – el tramo inferior entre los dos molinos – sin agua y justo esta circunstancia es el secreto de la excursión de hoy:

Si encontramos el cañón con mucha agua, el avance por el tramo de los estrechos, especialmente la parte de Almazorre por abajo se complica bastante. Pero si encontramos el río totalmente seco o con las pozas estancadas, pierde todo su encanto y encima sufriremos de la sed. Por eso es más importante de lo habitual, elegir una buena fecha en primavera.

Pues, nos preparamos para una excursión por un terreno olvidado, cogemos agua, el almuerzo y la correa para explorar esta zona olvidada y bella del joven Río Vero.

Ficha joven Vero

Tiempo:

Bajada al río: 30min.

El recorrido por el río: 2 – 3h

Subida a Santa María de la Nuez: 30min.

El retorno por el PR hasta el río: 1h 30

La bajada por los estrechos hasta el Molino de Almazorre: 1h30 – 2h

Desde el Molino hasta Almazorre: 30min.

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Total: depende mucho al caudal, 6 – 8h, jornada completa

Aparcamiento:

En el barrio bajo de Almazorre

Acceso:

Subimos por el camino que conecta los dos barrios del pueblo hasta la iglesia. Como estamos en un pueblo, controlamos al perro.

Desde el bonito recinto de la iglesia, el cementerio y el esconjuradero sale un camino balizado hacia el norte que lleva al dolmen: “La Caseta de Balanzas”. Seguimos por este camino hasta el lecho del Barranco de las Pilas muy cerca de su desembocadura al Río Vero. Durante la bajada debemos prestar atención al caudal.

  • Si las pozas están totalmente secas o estancadas no recomiendo seguir por esta ruta. En este caso, podemos continuar por el PR, visitar el dolmen y conformarnos con este paseo caluroso.
  • Si el barranco no lleva caudal, pero las pozas contienen agua en condiciones, podemos seguir. No vamos a encontrar cascadas en el primer tramo, pero por lo menos nuestro perro se puede refrescar en los restos del agua que encontraremos durante este primer trayecto, y el avance por el lecho será rápido.
  • Si encontramos agua bajando por el lecho, podemos alegrarnos con anticipación por la belleza que nos ofrecerá el Río Vero en el tramo entre Almazorre y Santa María de la Nuez, pero la bajada al Molino de Almazorre sólo es factible con neopreno y mochila acuática. Por todas maneras el avance por el lecho del río será más despacio.
La iglesia de San Esteban de Almazorre

La iglesia de San Esteban de Almazorre.

Seguimos el PR que nos lleva al lecho del Barranco de las Pilas, lo cruza y empieza a subir en la otra vertiente. A pocos metros de la orilla pasamos por un horno de cal donde un panel explica el funcionamiento. Más arriba dejamos el PR y seguimos la senda que da acceso al Castillo de Zaba, balizado a mano izquierda.

El Castillo de Zaba:

El Castillo de Zaba

El Castillo de Zaba.

De este castillo árabe quedan sólo ruinas, pero contemplando los restos de los muros uno se puede imaginar la estructura de las edificaciones y los campos. La carrasca que crece en la misma torre es curiosa y el lugar nos sirve para orientarnos, ya que es un montículo con buenas vistas sobre esta zona:

Mirando hacia el sur vemos la desembocadura del Barranco de las Pilas con el Río Vero. Este último viene del norte pasando por nuestra derecha. Debajo de nosotros se adivinan los primeros estrechos que nos vamos encontrar remontando el lecho.

Para llegar al lecho del Río Vero podemos rehacer el camino hasta el Barranco de las Pilas o más bien bajar directamente al Vero por una senda de cabras obvia.

Empezamos a remontar el río. Ya al principio tropezamos con una secuencia de marmitas que podemos evitar por la orilla derecha (nuestra izquierda según subimos). A lo largo del recorrido vamos encontrar varias pozas y saltos que podemos superar fácilmente. En la cascada más grande (de 1m y medio) podemos trepar por la orilla derecha ayudando al perro con un empujón. El paso no es aéreo, ni difícil en la subida. En la cabecera de la cascada vemos unos hitos que indican un camino que sube por la orilla izquierda y enlaza con el PR al dolmen. El camino que sube por la orilla derecha se pierde.

Nosotros seguimos por el lecho y pronto llegamos a las ruinas de un viejo molino con una bonita poza debajo. A partir de allí podemos seguir por la acequia en la orilla derecha que se convierte pronto en camino y tiene continuidad hasta las zonas abiertas fuera del cañón en las cercanías de Santa María de la Nuez y Paúles.

Robert en las ruinas de un molino en el joven Vero

Robert en las ruinas de un molino en el joven Vero.
No se cómo se llama el molino, ni a que pueblo pertenecía, ya que no figura en ningún mapa o libro. A pesar que Almazorre tiene su propio molino río abajo, supongo que este usaban las poblaciones río arriba o el Santuario de Santa María de la Nuez.

Cuando vemos a nuestra izquierda los primeros campos laborados, el camino se parte en varios ramales. Seguimos cerca del agua en la orilla derecha (nuestra izquierda) para encontrar a poca distancia una pista que baja de los campos. Subimos por esta pista que da muchas vueltas entre los campos y barrancos. Nos llevará a otra pista horizontal, donde encontramos las balizas de un PR: el camino de Santa María de la Nuez a Betorz y Almazorre.

Santa María de la Nuez:

Siguiendo la pista hacia el norte llegamos en 10 min a la aldea y el Santuario. Sin duda vale la pena elegir dicho lugar para un descanso cultural.

Después de la visita del santuario volvemos por el PR a Almazorre. La pista se convierte pronto en un bonito camino que traspasa un bosque de encinas en la falda del Tozal de Asba. En el punto más elevado encontramos a mano derecha el Mirador de las Corralizas, donde vemos una parte del recorrido que hemos hecho por el cañón y poco después llegaremos a la bifurcación, donde empezamos a bajar hacia el Vero en dirección Almazorre. Otra vez en el lecho podríamos seguir por el PR y llegar en un cuarto de hora a la iglesia, donde iniciamos la excursión, pero si las condiciones están en nuestro favor, debemos bajar por este lecho seco, pulido y precioso que nos llevará a las pozas del Molino de Almazorre que invitan a un último baño fresco.

La primera secuencia de marmitas destrepamos por la orilla derecha. Son las que se ven detrás de Robert en la imagen inicial de esta entrada y nos informan bien sobre las dificultades que nos esperan río abajo:

  • Si las marmitas están secas, podemos avanzar sin grandes dificultades mojándonos sólo los pies.
  • Si las pozas están llenas, vamos a encontrar pozas más profundas en el estrecho abajo donde nos tendremos que meternos en el agua entero.
  • Si hay caudal, recomiendo aprovechar estas mismas pozas preciosas que forman las marmitas para sestear un buen rato y volver por el camino directo a Almazorre. El estrecho que se encuentra río abajo será complicado y no apto para el perro.
El joven Vero debajo de Almazorre

El joven Vero debajo de Almazorre.
En algunos tramos sorprende con un paisaje parecido al Cañón de Vero por la zona de Alquézar.

Después de un corto tramo por un cauce abierto el cañón se estrecha y nos introducimos en un mundo subexcavado donde domina la sequía y la cal blanca que cubre la roca pulida. Ser capaz de pasar con el perro por este extraño paisaje es una verdadera gozada. El caos al principio resolvemos por la orilla izquierda pegado a la pared de la bóveda. Más adelante tendremos que solucionar alguna trepada y cruzar algún charco de agua.

El paisaje seco del joven vero en el estrecho debajo de Almazorre

El paisaje seco de un cauce subexcavado en el cañón del joven vero en el estrecho debajo de Almazorre.
Se puede observar que el avance sería a nado, si el barranco llevaría caudal.

Al fin volvemos a la civilización que se anuncia por campos abandonados y los retos de la presa del molino. Por la culpa de una fuente en la orilla derecha el cauce suele llevar agua en primavera y pronto nos topamos con las bonitas pozas del Molino de Almazorre – aguas cristalinas y frías, el sitio perfecto para almorzar y sestear. A poca distancia se encuentra ya el último objetivo de esta excursión:

Las pozas del Molino de Almazorre

Las pozas del Molino de Almazorre.
Robert está contento que salimos del paisaje lunar.

El Molino de Almazorre

El Molino de Almazorre

El Molino (izquierda) y el Tejar (derecha) de Almazorre.

Fue restaurado hace poco y se pueden hacer visitas guiadas. A nosotros informan los paneles informativos sobre el tejar y el molino y su funcionamiento. Las ruinas de la presa hemos visto justo encima de las pozas.

A mi me extraña cada vez que miro las edificaciones, que se encuentre un molino de este tamaño y importancia considerable en un río de tan poco caudal, el cual llega incluso a secarse en verano.

Retorno:

Desde el molino sube un PR directamente al pueblo donde está el coche.

Robert y el molino sin nombre

Robert y el molino sin nombre.

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda.
Robert sestea en su sombra.

Un impresionante objetivo que asombra cada vez que aparece a la vista, incluso después de varias visitas. Las vistas al Barranco Fornocal (afluente del Río Vero), a la parte inferior de conglomerado y a la superior de caliza, son de la primera y enmarcan esta excursión con insospechados detalles, sorpresas y bellezas.

Ficha Portal de la CunardaDebido a la falta de agua durante todo el camino en verano debemos elegir como fecha el invierno o la primavera, ya que entonces encontraremos agua para el perro en la cabecera del Barranco de las Palomeras y el calor todavía no «mata».

El Barranco de las Palomeras

El Barranco de las Palomeras.
Robert toma un baño, pero yo sigo pasando calor.

En todas las guías figura como inicio de la ruta el pueblo Colungo, pero me parece más apto dejar el coche en el desvió del PR de la pista que lleva Suelves. Es fácil de encontrar, como un cartel lo indica y hay una pequeña explanada para un vehículo. De tal modo iniciamos nuestra ruta en un sendero evitando todos los tramos, donde nos podría molestar el trafico y nos ahorramos más que una media hora de caminata incomoda. Dicha pista se desvía de la carretera a mano derecha justo detrás el puentecillo que salva el Barranco de los Pilones 1km después de Colungo (baliza de GR).

La ruta circular que describe Oscar Bailarín en su libro «Sierra de Guara» no es aconsejable para nosotros dado que implica en la vuelta un largo tramo de pista donde circulan coches a menudo. Resulta mejor, volver rehaciendo el acceso. Pero sí, recomiendo bajar, sin camino obvio, a la plataforma rocosa debajo del Portal que menciona. Nos sorprenderá con la nueva perspectiva del mismo y nuevas, bonitas vistas.

Nota personal:

Dicha plataforma está ya cerca del río, pero un acantilado impide la bajada inmediata. Me parece que había una senda para acercarse desde lo alto al cauce del Fornocal que hoy en día está borrada por la vegetación y hasta ahora no he encontrado una buena manera para completar la excursión con un baño en una de las bonitas pozas de dicho barranco. Espero que en un futuro puedo anotar por donde se puede bajar desde el Portal hasta el barranco. ¡Ojala!

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda.

Gymkana por la Cabecera del Vero

El Desfiladero de Lecina

El Desfiladero de Lecina.
Robert, pensativo, en la presa del molino.

El Río Vero forma desde la Fuente Lecina hasta la entrada a los Oscuros un cañón que se puede recorrer en ambos direcciones sin dificultad. Las innumerables pozas rodeadas por campos y árboles aseguran que el perro y el amo se divierten durante toda la excursión.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

A lo largo del canon encontraremos varios rincones extraordinarios que se esconden de los caminantes como tesoros. Visitando estos tesoros naturales durante un paseo entre el agua refrescante y las paredes agujerados que rodean el río, es el principal objetivo de este paseo.

Sólo nos hace falta coger agua, el mapa, el almuerzo y la correa, introducirnos en el canon y dejarnos llevar por una gymkana diseñada por la misma naturaleza.

Ficha Gincana por el VeroTiempo:

Considerándola como un paseo con un aspecto de gymkana, el tiempo es irrelevante. Pasaremos un medio día de paseo sin prisas. Sólo apunto los detalles para el modo circular:

Salida del canon hasta el cruce de las pistas: 45min

Del cruce hasta el coche: 40min.

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Total: irrelevante, 4h, media jornada

Aparcamiento:

Hay una explanada grande a la izquierda con paneles informativos y merendero en la carretera A-2205 (Colungo – Arcusa) entre los km16 y 17. Como está cerca del río este aparcamiento es el más aconsejable.

Acceso:

Desde el parking bajamos directamente al río. Así llegamos a una pequeña presa que sirve también de puente. La Fuente Lecina – nuestra limitación hacia el norte – está a pocos metros río arriba y la entrada a los Oscuros del Vero, la Gorga Negra – nuestra limitación hacia el sur – está a una distancia de casi 2 km río abajo al sur.

Si avanzamos por el cauce del Vero, no hay pérdida. Podemos ir por el mismo lecho del río, mojando nos hasta la cintura, o, mas bien, por caminos que recorren el fondo del canon, mojándonos solo los pies. Cerca de la presa del acceso, que hemos cruzado en el principio, nace un PR que salva los primeros estrechos por encima de las paredes de la orilla derecha para después bajar otra vez al lecho, cruzar el río varias veces y terminar al fin en la Ermita San Martín.

Típico paisaje del Vero

Típico paisaje del Vero.
Pozas, playas de piedra, paredes, bosques y cuevas.

Los límites de nuestro paseo son rincones singulares, que no podríamos pasar sin darnos cuenta:

La Fuente Lecina:

Esta fuente da luz a las aguas del Río Vero, las cuales corren bajo tierra hasta entonces. Por eso, el lecho encima de la fuente está normalmente seco. El manantial se encuentra debajo de unos chopos cerca de la presa del acceso y forma un rincón idílico.

El Pozo Negro:

Así se llama la badina a la cual se considera como la entrada a los Oscuros del Río Vero. Esta poza estrecha y profunda siempre lleva agua fría y es el primer trámite, que nos impide el paso a pie. Si cruzaríamos la poza nadando, llegaríamos a más pozas y saltos de agua, donde el avance resulta cada vez más difícil.

Empezamos a buscar los tesoros más fáciles, como se encuentran a sólo 10min o menos del río:

El Molino de Lecina:

El Molino de Lecina

El Molino de Lecina.

Cerca del puente pasamos por la presa vieja del molino, que forma una poza grande y bonita. El edificio del molino está en ruinas, pero todavía es pintoresco. Se puede todavía adivinar la toma de agua y el pozo. Encima del molino vemos la casa del molinero pegada a la pared y cerca de ella se halla un covacho amurallado que sirvió de refugio. Considerando el número y tamaño de los edificios, se nota que se trataba de un molino importante en su tiempo. La toma de luz en la pared y los viejos alambres colgados son los testigos que el molino funcionaba también como una mini-central. Un cambio de beneficios de la misma instalación que se puede observar en varios de los molinos en Aragón.

El Baranco Argatín:

Entre el molino y la presa se encuentra la desembocadura del Barranco Argatín. En su último tramo surge agua por la pared, lo que nos puede servir para llenar la cantimplora con agua fresca.

La sala del Cruciacha:

El Barranco Basender, afluente seco al Vero por la derecha, forma con el último salto esta bonita sala.

El Barranco Portiacha:

El último salto del Portiacha

El último salto del Portiacha.

Justo enfrente de la sala del Basender desemboca el Barranco Portiacha al Vero. Un pequeño camino escondido sube al último salto del barranco, un circo rocoso y espectacular de 35m de altura. Normalmente no baja agua por el barranco, pero ya el circo seco, sin cascada, impresiona.

La Ermita San Miguel:

Bajo las paredes del Cañón de la Choca, afluente al Vero por la derecha, se encuentra esta pequeña ermita. Desde la ermita podemos llegar por una senda a una fuente.

Nos quedan dos tesoros más alejados y más difíciles de encontrar:

El Abrigo del Gallinero:

En la región del Canon del Vero todas las cuevas que albergan pinturas rupestres están tapadas con rejas. En algunas se tiene que acercar por una escalera de hierro para ver las pinturas lo que puede dar miedo a gente que sufren vértigo. Por todas maneras, los perros no pueden pasar por estas escaleras, pero como el amo no se aleja mucho, no habrá problemas, si el perro espera al pie de la escalera. En verano se organizan visitas guiadas. Más detalles acerca de estas visitas dar la información turística de Alquézar.

De la ermita río arriba, cruzando el río dos veces, el terreno forma terrazas en la orilla derecha, antiguos campos cultivados: El Huerto Raso. Por estas terrazas alcanzamos en el extremo de la izquierda un sistema de fajas, por las cuales llegamos a unos covachos con pinturas rupestres. La senda está poco marcada y bastante empinada, pero siguiendo a los hitos con atención, alcanzaremos las cuevas en menos de una media hora.

La Cueva de Lucien Briet:

La Cueva de Lucien Briet

La Cueva de Lucien Briet.
Robert está impresionado.

Entre la Ermita de San Martín y la Gorga Negra nace un camino en la orilla izquierda. Este sendero sube en zigzag por una pedrera pendiente y traspasa después en un bosquecillo, para salir más adelante por una canal del cañón.

Antes de entrar en el bosque nos fijamos en lo alto hacia nuestra izquierda. Se ve claramente una boca grande de una cueva y se adivina una senda desdibujada desviándose del camino principal.

Dicha senda hacia la boca es muy empinada y pasa por zarzas que pueden llegar a molestar. Encima hay muchos ramales (caminos de cabras) que no tienen salida. Aun así, vale la pena visitar esta cueva, especialmente por la tarde cuando el sol ya está bajo e ilumina la boca.

Si tomamos la senda, que sube a la cueva, nos faltan para llegar unos 100m de desnivel por una pedrera salpicada de zarzas. Nos acercamos mejor por los ramales de la izquierda, que nos llevan al fin a la pared que vemos a la derecha de la cueva. Hay pequeñas trepadas al final que no resulten difícil para el perro ni el amo.

La cueva misma no es muy profunda y no es peligrosa para los perros. (Quiere decir, que no hay agujeros, ni sistemas de túneles, por los cuales el perro se podría perder o caer.) Eligiendo bien la hora, la cueva se convierte en una catedral rocosa, iluminada por sus “ventanas”.

Retorno:

Podemos volver por donde hemos venido, pero para completar la gincana con unos caminos nuevos y una perspectiva distinta, aprovechamos el mismo camino que hemos encontrado para subir a la Cueva de Lucien Briet. De esta manera acabamos la excursión por un circular que nos permite encontrar dos tesoros más y contemplar casi todo el recorrido que hemos hecho durante el día desde un mirador.

Hay que tener en cuenta, que no encontraremos agua en cuando salimos del lecho, y la subida bajo el sol del mediodía resultará muy fatigosa. ¡Tenemos que elegir bien la hora para volver ya fuera de las horas de calor!

Subiendo por el camino descrito para la cueva de Lucien Briet, no nos desviamos hacia la cueva y seguimos por el camino principal. Así salimos sin perdida del cañón y llegamos a un cruce de pistas con indicadores.

El Abrigo de la Mallata:

El Abrigo de la Mallata

El Abrigo de la Mallata.
Buenas vistas sobre el Cañón del Vero.

Podemos aprovechar la cercanía de las cuevas con pinturas rupestres del Tozal de la Mallata y visitarlas. Nos costará unos 10min para encontrarlas. Aparte de las pinturas, hay buenas vistas desde este abrigo sobre el Vero y la Choca.

Seguimos desde el cruce hacia el Parking del barranco Portiacha. Antes del parking la pista baja a una vaguada. En este punto hay que controlar el perro por el peligro que presenta la cercanía de la carretera.

El Barranco Portiacha:

En el punto donde cruzamos la vaguada, podemos bajar por el barranquillo unos pocos metros y disfrutar con cuidado del primer salto de 30m que forma este barranco. Incluso podemos bajar por una cornisa a mano izquierda sin dificultades y ver el circo desde abajo. Como hemos visto antes el último resalte del mismo barranco, conocemos ahora las dos atracciones principales del Barranco Portiacha. Eso nos dar una imagen de la belleza que se revela a los practicantes del deporte del descenso de barrancos.

El Mirador del Vero:

Ya en el aparcamiento, en frente de la carretera, bajamos al mirador del Vero. Vale la pena visitarle y buscar los sitios, por los cuales hemos pasado durante el día. El Barranco Basender está justo enfrente de nosotros y más hacia el sur adivinamos la desembocadura del Cañón de la Choca donde se halla la Ermita de San Martín.

Robert en el Mirador del Vero

Robert en el Mirador del Vero.

Salimos del aparcamiento, cerca de la bajada al mirador, en dirección norte. Este camino, bien trazado, baja al Barranco Argatín. Le cruzamos y subimos hasta el parking, donde está el coche.

Por las Clusas a los Oscuros del Vero

Robert “buscando setas” en los Oscuros del Vero

Robert “buscando setas” en los Oscuros del Vero.

Mapa Oscuros

Recorte del Mapa Sigpac.

Los Oscuros son un caos de bloques enormes, que transforma el lecho del río en una cueva por la cual pasa el agua. Las Clusas es el tramo del cañón del Vero más encajonado. Su visita es una excursión difícil y larga. Hay varias formas de planearla pero, volviendo a la misma canción, la más bonita es la más exigente. Para disfrutar de ella sin miedo, se han de valorar los riesgos de los pasos difíciles y considerar si ambos, el perro y el amo, son capaces de superarlos usando las medidas de seguridad adecuadas.

Por caminos calurosos vamos por la mañana desde Alquézar hasta la Gran Visera, un desplome de tamaño gigantesco por lo cual pasa el río debajo formando un caos, y volvemos por la tarde desde los Covachos de Quizáns a Alquézar. Mientras tanto, remontamos, incluso nadando, el Río Vero por una de las zonas más encajonadas: las Clusas, visitamos su corazón: los Oscuros y volvemos por una senda colgada, que cruza todo el tramo de las Clusas por lo alto: La Senda de Paso Lén. Allí nos enfrentamos a los tramos difíciles. Ver las paredes de las Clusas desde distintos ángulos y perspectivas hasta meternos casi bajo tierra en los Oscuros serán nuestros objetivos principales en la excursión.

Hacemos bien en arrancar con los primeros y volver con los últimos rayos de sol, pues tanto el acceso como el retorno llevan por terrenos secos que carecen de árboles donde el perro pudiera sestear en las sombras. Nos llevamos agua, mapa, almuerzo y material de seguridad y disfrutamos de un día en uno de los paisajes más espectaculares de la Sierra de Guara.

Ficha Oscuros

Tiempo:

Alquézar – Gran Visera: 1h 30 bajando, 2h subiendo

La Gran Visera – los Oscuros: irrelevante, 1 a 2h

Los Oscuros – Quizans: 2h bajando, 2h 30 subiendo

Quizans – Alquézar: 1h bajando, 1h 15 subiendo

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Total: irrelevante, 7-8h, jornada completa

Aparcamiento:

 Alquézar

Acceso:

Salimos del pueblo por el PR, que conduce al Collado de San Lucas. En el collado tomamos el PR, que nos lleva a las Balsas de Basacol. (Se puede llegar a Basacol por una pista en mal estado, pero transitable. Esta arranca 400m antes del gran parking de Alquézar a mano izquierda. Pasa por el pueblo San Pelegrín y nos deja después de una amplia vuelta en las Balsas de Basacol. Nos ahorraríamos unos 45min, pero nos perderíamos un camino con muy buenas vistas.) Pasando por las balsas ya en la pista, estamos atentos a una senda que solo está balizada con un pequeño hito y arranca a mano derecha al final de la balsa superior. La senda baja suavemente a media ladera por un bosquecillo hacia el cañón del Vero que estamos viendo ya desde el collado a nuestra derecha. Saliendo del bosque la senda se une con otra, que viene de la pista que lleva a Basacol desde San Pelegrín. Seguimos bajando introduciéndonos en el cañón hasta llegar cerca del cauce, justo enfrente de la Gran Visera. Seguimos por la vestida senda, que remonta el caos de la Gran Visera en una altura de unos 30m por la orilla derecha. En cuanto se acaba el caos debajo de nosotros y vemos la boca de una cueva a mano izquierda justo encima de nosotros, podemos bajar por varios ramales del camino al lecho del río.

La Gran Visera:

Vistas a la Gran Visera

Vistas a la Gran Visera.

Este desplome descomunal es el más grande en la Sierra y merece una visita. Si estamos dispuestos a mojarnos ya hasta la tripa podemos bajar por el río sin problemas hasta el bloque central. Desde allí podemos contemplar al caos y al techo anaranjado en su totalidad. En la orilla derecha vemos ahora la mencionada cueva que podemos visitar por una pequeña senda que se desvía desde nuestra senda de acceso y lleva a la plataforma de la boca donde se encuentran también dos pequeños refugios de pastores. Nos ofrece buenas vistas de la vertical cara oeste de la Peña Bobín, de la Gran Visera y del caos debajo. Además tiene un curioso techo extraordinariamente simétrico que recuerda a una bóveda gótica. Por la faja que ubica la cueva discurre una senda, perdida en muchos tramos, que sube a los Corrales de Quizans.

Empezamos a remontar el río, ahora por su lecho, mojándonos hasta la cintura. Enseguida vemos que el cañón se cierra más y altas paredes empiezan a oprimir las orillas: estamos entrando en las Clusas. Siguiendo, prestamos atención a nuestra izquierda, donde aparece una gran boca de una cueva. Vale la pena introducirse.

La Cocineta:

La Cocineta

La Cocineta.

Observando la fisura en el techo, nos damos cuenta de que no se trata de una cueva. Estamos dentro de una impresionante sala que forma el último salto del Barranco Chimiachas antes de entregar sus aguas al Río Vero.

Seguimos por el lecho río arriba y llegamos a la parte más acuática de nuestra ruta: La Badina Esparraguera. Es el momento para ponerse el neopreno, si sentimos frío, porque vamos a pasar nadando por debajo de las paredes verticales que dominan este tramo del río. Se trata de un pasillo inundado que está interrumpido por un pequeño caos y nos obliga a nadar en tres intervalos. El segundo intervalo se puede evitar en la orilla derecha tras superar un resalte de sólo 1,5m que, por desgracia, no es nada fácil de subir. Si no somos capaces de escalarlo, podríamos – si queremos – subir al perro para que él podrá salvar este tramo estrecho y acuático de unos 15m en seco mientras nosotros seguimos nadando hacia el caos.

Finalmente llegamos a un pequeño salto donde el cañón se abre de nuevo y podemos salir del agua por una marmita unos pocos metros antes de la cascada. Después de este bonito estrecho seguimos, otra vez andando, por varias pozas mojándonos hasta la cintura.

Antes de meternos de nuevo en el agua para cruzar una poza ancha que nos obliga a nadar, nos fijamos en la orilla derecha. Hay una rampa que se convierte en una faja que sube por las paredes hacia el sur. En la rampa nace una senda que discurre por toda la faja, y nos llevará fuera del cañón. Al final de la rampa encontramos un cartel escondido entre los arbustos indicando el inicio de la senda del Paso Lén. ¡Cuidado en este punto de la excursión! Hay una faja muy parecida río abajo. Por aquella faja llega un camino a unos campos antiguos pero, la faja no tiene continuación. Si no encontramos el cartel, estamos en el sitio equivocado y tenemos que subir por el río un poco más.

Una vez identificado este sitio, podemos dejar la mochila allí, dado que volveremos obligatoriamente, y seguir más ligero río arriba, cruzando esta última poza para llegar a los Oscuros inmediatamente.

Aviso personal – El uso del neopreno:

Como se trata de la excursión más acuática del blog, quiero informar sobre el uso del neopreno.

El frío que notamos en el barranco es un estado que se manifiesta despacio. Además, si una vez tenemos frío, es bastante difícil entrar en calor de nuevo. Por eso, tenemos que estar atentos y ponernos el neopreno antes de sentir el frío. El traje completo consiste de unos escarpines (calcetines de neopreno), un pantalón (también llamado peto), la chaqueta (también se venden monos) y los guantes. En nuestro caso (verano, sol y el Río Vero), tenemos suficiente protección contra el frío con el peto solo, pero no debemos ir sin él. Si cambia el tiempo o si se levanta viento, necesitamos su protección. Llevarlo y no ponérselo es tolerable, pasar frío y no tener el neopreno nos fastilla toda la excursión.

Si llegamos a pasar frío en una excursión acuática deberíamos parar, quitarnos toda la ropa mojada y tumbarnos en una roca plana y seca hasta que nos encontramos bien de nuevo. Las rocas se calientan bastante durante el día por el sol y las podemos aprovechar como radiadores naturales para entrar en calor más rápidamente. ¡Cuidado – este truco sólo funciona en días soleados!

Los Oscuros del Vero:

El Pozo Verde de los Oscuros

El Pozo Verde de los Oscuros.

Los Oscuros son un caos con un bloque enorme y característico que cubre el río como un gigantesco techo. Subiendo por el río se llega primero a un tramo plano y amplio salpicado por bloques los cuales están soldados al lecho por la cal del agua. Setas de roca – un rincón singular e idílico, que refleja paz.

A continuación, un pasillo se introduce directamente al centro de los Oscuros. Allí, el conjunto de rocas de bajo del bloque enorme reduce la iluminación creando un mundo fantástico y umbrío. Como las pozas no son profundas, el paso por esta zona no resulta difícil hasta llegar a la Gorga Verde, la única poza profunda debajo del bloque. Podemos pasar a nado por un arco natural para salir de este mundo umbrío o trepar por la orilla izquierda. 

Río arriba, después de la Gorga Verde, varios bloques oprimen al lecho de tal manera que se forman marmitas (algunas profundas) y saltos de agua (incluso un tobogán). El paso resulta más difícil ahora, especialmente para el perro. Antes de llegar otra vez a un cauce abierto hay que pasar nadando por una poza estrecha, alargada y profunda: la Gorga Negra.

La senda de los Oscuros:

El Techo de los Oscuros

El techo de los Oscuros.
Inmenso bloque que cubre al caos de los Oscuros. Este contiene por si mismo ya bloques del tamaño de una casa ¡!

Hay rastros de un camino, ya perdido, que discurrió por la boscosa ladera de la orilla izquierda encima de los Oscuros. Hoy en día resulta muy difícil averiguar el camino en muchos de los tramos, además hay pasos aéreos y otros de trepada. La senda daba acceso al río en tres puntos.

Río arriba, justo en el salto de la Gorga Negra, hay en la orilla izquierda una rampa que da acceso a una cornisa aérea por la cual discurre la senda. Esta nos lleva a una plataforma que está a unos 70m encima del río y revela buenas vistas al bloque gigante que forma el tejado de los Oscuros y a la ladera boscosa que rodea todo este tramo del río. A unos 200m vemos en la misma altura otra plataforma rocosa sobresaliendo del bosque. A esta hay que llegar. Travesando todo el espeso bosque por los rastros de la senda nos acercamos a dicha plataforma. Pero ¡cuidado! en el bosque perdemos las plataformas de vista Detrás de la segunda plataforma baja la senda en zigzag a la poza donde arranca en el otro lado la senda del Paso Lén.

Otra vez en la primera plataforma. Bajando de ella al bosque, la senda cruza en seguida una pequeña glera por la cual se puede bajar, sin camino pero guiado por la vaguada y las piedras, hasta una zona menos pendiente, donde aparecen los primeros bloques debajo de los árboles. Por una trepada (paso de II) podemos bajar entre dos bloques grandes al río en la zona de las marmitas y saltos.

Nosotros exploramos los Oscuros hasta donde nuestra prudencia y el perro nos permiten y volvemos al inicio de la senda del Paso Lén, donde podemos descansar y esperar hasta el calor del día disminuya y nos permite una ascensión más agradable.

Por la senda del Paso Lén no hay pérdida. En los tramos de trepada el perro no tiene problemas y nosotros nos aprovechamos de unas cadenas que nos facilitan el paso. Principalmente, subimos y con cada paso se mejoran las vistas. Detrás de nosotros vemos el bloque característico de los Oscuros. Cuando pasamos debajo de una pequeña aguja, tenemos que controlar al perro y preparar las medidas de seguridad, porque nos acercamos al Paso de los Articazos.

Paso de los Articazos:

Paso de los Articazos:

Paso de los Articazos.

En este tramo horizontal de unos 30m se pasa por una cornisa de unos 40cm de anchura.  De esta manera, salvamos una pared para después cruzar el cauce seco del barranco Chimiachas. Un pasamano que nos da seguridad está instalado en la cornisa. Aunque se pisa bien y la cornisa es plana tenemos una pared, casi vertical, de mucha caída debajo de nosotros. (Practicando el deporte de descenso de barrancos se baja del Paso de los Articazos en tres rápeles de 6, 23 y 45m al techo de la Cocineta y de allí con uno de 45m a dentro de la Cocineta, suma 119m. En la orilla derecha del barranco nos podemos asomar hasta un punto, donde vemos el fondo de la Cocineta, justo donde hemos estado unas pocas horas antes.)  ¡No se debe pisar el Paso de los Articazos cuando la roca está mojada!

Nota Enero 2021

Descendiendo el Barranco Chimiachas me he topado con el Paso de Articazos. He observado que la sirga se encuentra en estado precario.

La parte hacia el fondo del barranco está suelto y todo el cable de acero se está pelando. Además hay muchas zonas donde los alambres están rotos y los cabos afilados y oxidados sobresalen del conjunto pinchan en las manos. Se parece a un alambre de púas.

Hasta que se arregle no se podrá utilizar en gran parte de este paso expuesto. ¡Cuidado!

La Sirga delPaso de los Articazos Enero 2021

La Sirga del Paso de los Articazos Enero 2021.
El cable está roto.

Seguimos por la senda otra vez subiendo una pendiente fuerte. Cuando salimos de la vegetación y se abre una vista sobre una gran parte del Cañón del Vero, nos estamos acercando al segundo paso serio: El Paso Lén. Si hemos quitado las medidas de seguridad, hay que prepararlas una última vez y, por supuesto, controlar al perro.

Paso Lén:

El Paso Lén

Vista al Paso Lén desde el otro lado del cañón.
Es la línea clara justo debajo del desplome de la roca naranja.

Como en el Paso de los Articazos, se trata de una cornisa estrecha y aérea. Esta es un poco más ancha, igual de plana y larga, pero la verticalidad debajo de ella es más impresionante. Dado que las características son muy parecidas a la primera cornisa, nuestras medidas de seguridad y el comportamiento serán igual a los de antes. Pero antes de cruzar la cornisa, debemos parar y contemplar las vistas. Estamos en el mejor mirador del Cañón del Vero: vemos detrás de nosotros como el Tozal de la Mallata se desploma sobre el río. Una canal empinada baja como una lengua verde de la boca de la Cueva de Lucien Briet y los pirineos se ofrecen como un marco estéticamente perfecto a este escenario.

Vemos enfrente la Corona del Tozal formando con sus acantilados las paredes izquierdas de las Clusas. Observando las cuevas y covachos, las fajas y cornisas que poseen estas paredes, nos damos cuenta que nosotros estamos en el acantilado gemelo en una de sus cornisas que discurren por unas paredes iguales como en el otro lado. ¿Cómo podía abrir la gente de la zona esta senda por un terreno tan vertical? Vemos debajo de nosotros el Cañón del Vero y como baja el agua descansando de vez en cuando en una de las pozas verdes y brillantes hasta que se pierde de vista en el Somontano. Estas son las vistas habituales, pero maravillosas, que tienen los buitres y águilas que están rodeándonos en este momento. A mi me dan mucha envidia.

Vistas desde el Paso Lén

Vistas desde el Paso Lén.

Seguimos todavía subiendo por la senda que nos conduce finalmente a una pista, ya fuera del cañón, por cual seguimos en la misma dirección para llegar a un cruce de caminos donde encontramos un poste de carteles indicativos. Hemos superado unos 500m de desnivel y al fin podemos bajar guiados por dichos indicadores hacia Quizans.

Los Abrigos de Quizans:

Una de las pinturas rupestres de Quizans

Una de las pinturas rupestres de Quizans.
A mi me parece a una ardilla !?

En Quizans encontramos corrales antiguos pegados a un resalte rocoso que alberga en sus covachos unas pinturas rupestres. Hay también un panel informativo que nos indica entre otras cosas, que hemos vuelto a la civilización.

Retorno:

Bajamos por un PR a las Balsas de Basacol donde encontramos agua para el perro y enlazamos con el camino de acceso. Podemos volver por este mismo, o mejor, coger en el otro lado de las balsas un camino que está indicado como “Alquézar por el barranco” y nos lleva por el Barranco Payuala siguiendo la tubería de agua hasta las piscinas de Alquézar.

La galería de los Oscuros del Vero.

La galería de los Oscuros del Vero.

El Santuario de Treviño

Los tres cipres de Treviño

Los tres ciprés de Treviño

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

Este paseo esta lleno de simbolismo en el cual domina la trinidad. El numero mágico, tres, está tan presente en Treviño, nuestro primer objetivo donde empezamos el recorrido triangular visitando una carrasca monumental y la fuente de Adahuesca. La iglesia, el árbol y el agua.

Como la excursión es corta y nos lleva principalmente por pistas y terreno, donde no hace falta prestar mucha atención a la orientación, podemos elegir el anochecer como buen momento para realizarla.

Ficha Treviño

Tiempo:

Total 1h.

Aparcamiento:

Cogemos la pista que se desvía del pueblo Adahuesca hacia el Santuario de Treviño. Detrás de la iglesia hay una explanada donde podemos dejar el coche.

Acceso:

Bajar del coche.

El Santuario de Treviño:

El sitio es místico y se siente la energía que emiten aquellos lugares que visitaba la gente desde cientos de años en búsqueda de paz y fe. En realidad estamos pisando las ruinas de un viejo monasterio que tenia importancia en su tiempo, pero del cual sólo nos queda la iglesia para contemplar. Pero usando las informaciones del panel y la imaginación se puede adivinar donde estaban algunas partes de las edificaciones.

Empezamos nuestro paseo por la pista al pueblo de donde hemos venido. A poca distancia tomamos otra a mano izquierda, donde un cartel indica un camino a las fuentes. Seguimos las balizas que nos mandan por otra pista a mano derecha que se convierte en seguida en camino y baja a una bonita zona húmeda y llena de vegetación. Nos acercamos a una borda rehabilitada que se utiliza en verano de campamento juvenil. Pues, si vemos o escuchamos a una multitud de niños debemos controlar al perro, ya que el camino pasa directamente por el prado de las instalaciones. Después tropezamos con una pista la cual seguimos bajando hacia la izquierda, y nos lleva a la pequeña Fuente de la Alcantoriella y sus huertas. Seguimos por la principal ahora en suave ascenso hasta llegamos a una loma, donde encontramos a nuestra derecha el gran árbol.

La Carrasca de Roque:

La Carrasca de Roque

La Carrasca de Roque.

Es uno del los árboles monumentales de la zona que son digno de visitar, cómo sus hermanas más famosas de Lecina o de Becha. Después de este cambio brusco del catolicismo al paganismo, podemos sestear un rato en su sombra y reflejar sobre la vida. (En sitios como este siempre ocurren las mejores ideas.)

Volvemos por el mismo camino y pasamos esta vez por el campamento sin salir de la pista. Esta nos lleva por corales y edificios abandonados hasta las instalaciones de una fuente importante a mano derecha.

La Fuente de Adahuesca:

La Fuente de Adahuesca

La Fuente de Adahuesca.

Encontramos todas las instalaciones típicas de una fuente del pueblo tradicional: fuente, caseta, lavadero y merendero. Aunque la gran mayoría de los elementos están restaurados, una escritura tallada revela la fecha de la construcción de la misma fuente en el año 1322. Supongo que ella es la razón, porque existe el pueblo de Adahuesca.

Retorno:

Un cartel nos manda desde la fuente a la ermita donde está el coche. Vamos primero por un camino que enlace con la pista por la cual hemos venido con el coche.

El Santuario de Treviño

El Santuario de Treviño.