El Barrasil

El Barranco Barrasil

El Barranco Barrasil.
Robert en una de las pozas del Bozacal de los Gatos

El Barrasil es el tramo del Río Alcanadre que se encuentra entre las llanuras de Chasa y el Puente Pedruel y fue recorrido e, incluso, parcialmente cultivado desde siempre. Nosotros podemos aprovechar las sendas antiguas que llevaban a los campesinos, pescadores y cazadores a dentro del cañón y por las orillas para disfrutar de una composición de bellos paisajes: acantilados contra prados, pozas contra rápidos.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina.

En la primera parte de la circular podemos visitar la curiosa Cueva de Andrebod. Después llegamos al río en un lugar que refleja paz y vida – los Campos de Chasa, cruzamos un impresionante caos – el Bozacal de los Gatos, y salimos del cañón en su zona más bonita – la Caxigareta. En el retorno a Rodellar podemos pasar por el idílico y viejo Puente Coda, si nos quedan tiempo y ganas. Estos son los objetivos principales de la excursión, aunque tropezamos con más singularidades como la Fuente Mascún o los Ventanales.

Preparamos la mochila, llevamos una botella de agua, el almuerzo y la correa para explorar un lugar maravilloso que se ha convertido modernamente en terreno de los barranquistas y escaladores, pero que es igual de accesible para nosotros – los excursionistas – y merece, sin duda, nuestra visita.

Ficha Barrasil

Tiempo:

De Rodellar a los prados de Seral: 1h.

Bajada a Chasa: 45min.

Desde Chasa hasta la Caxigareta: Irrelevante.

Desde la Caxigareta al Puente Coda: 1h.

Del Puente Coda a Rodellar 30min.

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Total: irrelevante, 5h 30, jornada completa

Aparcamiento:

Rodellar

Acceso:

Bajamos de Rodellar a la Fuente Mascún. A escasa distancia río arriba desemboca la Garganta Baja por la cual sube el camino que debemos tomar.

Subimos por dicho camino, indicado con “Losa Mora” y nos introducimos en una canal de mucha vegetación. Después de apenas una media hora se abre la garganta un poco y el camino cruza una amplia pedrera que baja de la ladera a nuestra derecha donde vemos, unos 100m encima del camino, la boca de una cueva, grande y oscura.

La Cueva de Andrebot:

Aunque la subida es calurosa, incomoda y pendiente, vale la pena visitar esta cueva que carece de peligros en forma de agujeros o túneles por donde el perro se podría perder.

La Cueva de Andrebot

La Cueva de Andrebot.

Para subir a ella, nos situamos en el punto donde el camino sale de nuevo de la pedrera. Desde aquí adivinamos los rastros de una senda que sube en diagonal hacia la derecha hasta un bloque rodeado de boj donde suele haber un hito. A partir de dicho bloque hay una cuerda que nos ayuda subir el empinado canchal entre el boj y las zarzas. Guiado por esta llegaremos al llano delante de la boca. Ahora sólo queda seguir la tímida senda que nos llevará a dentro. La subida nos cuesta sólo 10min, pero mucho esfuerzo y sudor en verano.

En su interior encontraremos bonitas esculturas de toba cubiertas de una pátina verde y un poco de frescura que hará falta. Además se encuentran en la parte alta de la sala, detrás de un bloque, unos charcos de agua donde el perro puede beber.

De nuevo en el camino de la Garganta Baja seguimos subiendo hasta llegar a la Pardina de Seral. (‘Pardina’ porque se encontraba un edificio en este sitio. Hoy en día, sólo encontramos unas pocas piedras que quedan de los muros. Mira en la página: El Valle de Rodelar: La Caseta Seral).

En las Campas de Seral se encuentran varios caminos:

  • Hacia el norte, nuestra derecha, lleva una pista al Dolmen Losa Mora y los pueblos Otín y Nasarre.
  • Hacia el noreste una senda, tímida y bien camuflada, sube a un refugio pastoral ubicado en un covacho de los acantilados que bajan del Tozal de las Gleras. La subida a la misma cima es factible, pero la prolongación de la senda está perdida.
  • Hacia el suroeste arranca el camino que baja al Río Alcanadre (nuestra ruta). Al principio se junta con una pista que sube a la Plana Alta de la Peña Grau, pero se desvía de nuestro camino justo en el collado que nos separa de la cuenca del Alcanadre.

Cogemos el camino indicado como “Bco. Barasil” y bajamos al río sin perdida ganando primero un pequeño collado en el cual dejamos detrás la pista intransitable que sube hacia la Peña Grau. En un viejo cartel “Barasil”, ya cerca del río, seguimos mejor por el ramal a mano derecha que nos dejará más cerca de la Fuente San Cristóbal.

Los Campos de Casa:

Es un sitio precioso.

Los Campos de Chasa

Los Campos de Chasa.
Vista desde la Peña Castillazuala que se encuentra en la ladera opuesta del Alcanadre. Se distinguen los dos ramales del camino que baja desde Seral. Río arriba, debajo de los acantilados de las Cuás, se encuentran las Gorgas Negras. Se puede remontar el río a nado por bonitas pozas hasta una badina larga y fría nos introduciría en el mundo de los barranquistas que ya no es apto para el perro.

Nos encontramos en un llano donde el río pasa con tranquilidad formando bonitas pozas entre los campos antiguamente cultivados. La llanura está vigilada por los acantilados de la Peña Grau y del Puntal de la Rubiacha en el margen izquierdo y de la Peña Castillazuala en el lado opuesto. La importante Fuente de San Cristóbal encontraremos río arriba en la orilla derecha, después del último campo, entrando ya en la zona de los bloques. De vez en cuando baja el ganado de la Plana Alta a estos campos para abrevar y refrescarse. Nosotros deberíamos hacer lo mismo y sestear un rato en la sombra de los chopos para disfrutar de la paz que refleja este lugar.

Nos ponemos de nuevo en marcha siguiendo la corriente del río para enfrentarnos con el tramo más difícil y, al mismo tiempo, más espectacular de la excursión: el Barranco Barrasil.

Por casi todo el tramo del río que tenemos adelante, discurren viejas sendas por las orillas. Tenemos que cruzar el lecho del río varias veces donde nos mojamos hasta la cadera. Sólo en el Estrecho de la Ralleta tenemos que nadar un corto tramo. Las complicaciones se concentran en el caos que encontramos al principio y consisten en trepar y destrepar por los bloques que oprimen la orilla. En un punto clave tenemos que pasar a gatas por un agujero/túnel – por eso el nombre del caos: El Bozacal de los Gatos.

El Bozocal de los Gatos

El Bozocal de los Gatos.
Robert está un poco perdido por la inmensidad del caos.

Pero lo más importante es no perder la orientación y saber donde arranca el camino que nos lleva fuera del barranco.

Las llanuras de Chasa terminan en una bonita poza de bajo de una pared anaranjada, la Badina Abargüela. El otro ramal del camino que baja de Seral llega justo aquí. Ya se presentan acantilados y el cañón empieza a cerrarse y nos vemos enfrentados a los bloques del gran caos.

El Bozacal de los Gatos:

El Bozocal de los Gatos

El Bozocal de los Gatos.
La salida del agujero que hay que pasar a gatas.

Tenemos que empezar a avanzar por la orilla derecha para destrepar el caos. Aunque no hay camino visible vamos en buen camino, si buscamos los pasos más fáciles para superar los bloques.

Nunca estamos obligados a pisar o cruzar el agua, escalar o subir a las laderas cubiertas de vegetación. (Hay caminos de cabras que nos podrían engañar.) Además debemos prestar atención que nuestro perro no se acerca a las zonas peligrosas como los sifones o cascadas. Sin embargo, pasamos también por varias pozas, algunas semi-cubiertas, donde el agua no propone ningún peligro, pero durante todo el tramo del caos debemos controlar al perro atentamente.

Después de unos 200m llegamos a unos bloques que nos impiden el paso. Justo allí se encuentra un agujero a mano derecha por donde tenemos que pasar a gatas. En el otro lado vemos que la cantidad de bloques disminuya  y el río describe un giro a la izquierda. Ahora debemos cruzar el agua para evitar el ultimo resalte y llegar a una zona más tranquila y fácil de recorrer donde se va formando poco a poco una senda de nuevo.

El Estrecho de la Ralleta:

El Estrecho de la Rallata

El Estrecho de la Rallata.

Seguimos andando río abajo un buen rato pasando la Badina Lavaculos que nos obliga mojarnos hasta donde su nombre lo indica. La siguiente poza del Estrecho de la Ralleta nos obliga a nadar. El trayecto a nado es bastante corto si cruzamos la poza en diagonal de la derecha hacia la izquierda. Por todas maneras el agua en verano es de una agradable temperatura en este tramo del Alcanadre. Después de dicho estrecho el río describe una zeta para equivocar un bonito estrato cóncavo que baja de la izquierda. En esta bóveda hay vías de escalada y a veces se ven escaladores practicando este deporte allí. A escasa distancia más abajo nos topamos con un nuevo caos. Pero esta vez es de dimensiones modestas y consiste principalmente de sólo dos bloques gigantescos en el lecho del río.

La Caxigareta:

La Ollata

La Ollata.
La piscina natural más perfecta que conozco.

Este idílico lugar es fácil de identificar, pues hay, aparte de los bloques, una marmita grande como una piscina a lado del segundo bloque (foto, llamado Olleta), tres cuevas en una pared a la derecha que forman una cara tumbada y un antiguo campo cultivado en la orilla izquierda enfrente de dichas cuevas. En el medio del campo se encuentra un hito grande que marca el nacimiento de un camino que lleva a lo alto de los acantilados del margen izquierdo – el Camino de la Caxigareta, nuestra salida. Por eso es importante identificar este lugar.

Aquí podemos aguantar hasta que se vaya el calor del día y aprovechar las pozas de aguas cristalinas para un baño tranquilo y refrescante. Debajo de la Olleta hay una pequeña fuente en la orilla derecha que no se suele secar de todo en verano. Si queremos podemos seguir bajando opcionalmente para explorar el último tramo del Barrasil antes de la Badina Ajuntadero y volver después a la Caxigareta para salir del barranco por dicho camino. Ida y vuelta nos costará 40min.

El Barrasil

El Barrasil.
La zona de la Caxigareta desde los acantilados que bajan de la Peña Castillazuala y forman el margen derecho (!) del cañón. Se observa bien el camino que cruza el viejo campo, los bloques que forman los Bozos de la Caxigareta, la Olleta y la cantidad de las bellas pozas que se hallan en este lugar. Se adivina el Camino de la Caxigareta que arranca en la parte derecha del campo, pasa por el terreno de roca suelta entre el boj para encontrar la faja que sube en diagonal de la derecha a la izquierda y sale de la foto en el punto donde se convierte en una cornisa.

La Badina Ajuntadero:

El inicio de la Badina Ajuntadero

El inicio de la Badina Ajuntadero.

Más allá de la Caxigareta encontramos primero otra bonita boza debajo de una bóveda y después la poza del Paso Mairal. Este paso es complicado y no nos queda remedio que cruzar la poza nadando. Más abajo vemos la Cueva Cerbuna en los acantilados del margen derecho y a poca distancia de ella empieza el largo estrecho hundido de la Badina Ajuntadero. Este pasillo tiene una longitud de 150m y no es apto para el perro. Por eso nos vale contemplarlo desde su inicio y volver a lugar dond arranca el camino de salida.

Para los nadadores:

Se puede nadar la mitad del estrecho hasta donde se encuentra la desembocadura del Mascún. Girar (nadando) a la izquierda y remontar (nadando) este ultimo tramo hundido y muy estrecho del Mascún para llegar al Puente Coda. La distancia de nadar supera los 100m y es en su totalidad por unas gargantas estrechas. Aunque las personas pueden hacer pie en, quizás, dos puntos, el perro tiene que nadar por todo el trayecto.

El Camino de la Caxigareta:

El Camino de la Caxigareta

El Camino de la Caxigareta.
El paso delicado.

Guiados por los hitos vamos por la senda que arranca justo en el campo, traspasa un bosquecillo de bojes y empieza a subir pegada a la pared. En seguida nos sitúa en una cornisa, muy empinada, por la cual discurre hasta alcanza una amplia y pedregosa canal. Ascendemos recto contra la pendiente en zigzag hasta alcanzar un repecho rocoso donde encontraremos un paso obvio, asegurado con una vieja cuerda. Alzamos al perro y le seguimos ahora por un terreno menos empinado. Poco después llegamos a una loma en la cual hay un cruce de caminos bien marcados. Si cogemos él de la izquierda, llegaremos en 10min a una bifurcación donde el ramal de la derecha baja al Mascún en la zona de la Chopera. Desde allí podemos subir al pueblo por cualquiera de las sendas posibles. Un retorno bien factible y corto (1h hasta el pueblo).

Cogemos el camino que baja a mano derecha. Nos lleva por terreno karstico hacia el Puente Coda.

El Puente Coda

Debajo de este puente idílico encontramos agua sólo en primavera, pero esta vieja construcción armoniza con el entorno de una manera espectacular y nos vale la pena bajar al cauce (seco) para verlo desde otra perspectiva.

El Puente Coda

El Puente Coda.
El cauce seco emite muchos olores interesante (eso lo parece a Robert por lo menos).

Retorno:

En el otro lado del puente hay dos caminos, él de la izquierda llevaría al Puente de Pedruel y al camping. Él de la derecha nos sube por un bonito paisaje de fajas y cornisas a Rodellar. Este camino es confuso y tenemos que prestar mucha atención a los hitos. Me parece que la trocha original ha sido cambiada por la construcción de la depuradora. De hecho, si nos acercamos a ella (se anuncia por el olor), debemos controlar al perro, dado que él podría ponerse en contacto con el agua sucia y coger un olor muy fuerte y malo. Si hemos prestado atención y cogido el camino correcto, no nos acercamos  mucho a dicha instalación y volveremos al pueblo por la zona del refugio nuevo.

Robert sestea en la orilla rocosa de la Olleta

Robert sestea en la orilla rocosa de la Olleta.

Visita al Cañón del Formiga

El Río Formiga

El Río Formiga.
Robert contempla la cascada, el ultimo destrepe del barranco.

El Formiga se ha convertido en el barranco más popular de la Sierra, pues tiene todo lo que desea un barranquista principiante  un caudal poco peligroso y un acceso corto y bonito. Nosotros podemos ver algunas de las maravillas de este cañón en forma de un paseo corto, sin tener que usar una cuerda, ni el neopreno.

Importante:

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

Para disfrutar del paraje tranquilamente debemos elegir una fecha y/o una hora, fuera de la temporada alta cuando no hay muchos grupos de barranquistas. Aún así, encontraremos algunos, pero por lo menos evitamos las conglomeraciones de gente en estas fechas. (Un amigo mío se ha encontrado con casi 200 personas una tarde en junio, haciendo el barranco. Este número nos da una idea de la cantidad de gente que pasan por el barranco cada día en verano.) Una buena hora fuera de los horarios de las empresas de guías sería la madrugada, pues por la mañana el sol juega con colores en la cascada y el estrecho, o antes del anochecer, como ilumina la cueva de una manera espectacular.

La ruta del paseo que presenta el blog dibuja una estrella. Vamos a hacer campo base en una poza, y desde allí podemos visitar a tres parajes singulares cercanas. No nos hace falta mucha preparación, a parte de agua y la correa, y vamos a descubrir, porque se ha hecho este cañón tan famoso.

Ficha Formiga

Tiempo:

 Hasta la poza base: 20min.

Desde la poza hasta la cascada: 15min

Hasta la Cueva de las Polverosas: 20min.

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Total: irrelevante, 2h 30, media jornada

Aparcamiento:

En la Carretera A-1227 entre Panzano y Bastarás hay una explanada justo en el puente sobre el Formiga.

Acceso:

Cogemos el camino tal como nos indican los carteles. Por un pinar de replantación llegamos en seguida a la poza base.

Antes de llegar allí, cruzamos un barranquillo. Si este lleva agua, podemos subir unos 10m por él y coger agua de una fuente que encontramos escondido a mano izquierda.

La poza y su entrono invitan a bañarse y tomar el sol. Por la orilla izquierda siguen dos caminos: uno recorre el cauce y el otro remonta la ladera.

El Cañón del Formiga:

La poza base en el Formiga

La poza base en el Formiga.

Si cogemos el primero camino, el que sirve  de retorno para los barranquistas, nos llevara río arriba hasta una zona, donde se estrecha cañoncito, y el río toma cada vez más forma de un barranco. El camino desaparece y nos obliga avanzar por el lecho. Si seguimos nos mojamos los píes. Al fin el Formiga se convierte en un verdadero barranco y nos asombra con una cascada que se cae por un agujero delante de nosotros. En las paredes de la sala vemos montones de piedras, que convierten el sitio en un “templo pagano”. Se trata de una costumbre moderna de los barranquistas que descendieron el cañón sano y salvo.

La bonita sala antes de llegar a la cascada del Formiga

La bonita sala antes de llegar a la cascada.

En esta zona podemos trepar en la orilla izquierda (nuestra derecha) por un paso obvio y fácil para superarla la cascada. Nos da acceso a una zona superior y muy bonita de dos “piscinas” abajo de una pequeña cascada.

Pozas en el Formiga

Pozas en el Formiga.

La Cueva de las Polverosas:

La Cueva de las Polverosas

La Cueva de las Polverosas encima del barranco.

Desde la poza base tomamos el caluroso camino que remonta la ladera y nos lleva en breve a esta cueva colgada sobre el cañón, que impresiona por su tamaño, las vistas y las edificaciones rurales que narran de su uso pastoril: encontraremos muros de protección, una caseta y un coral ubicado dentro del abrigo.

Desaconsejo seguir por el camino hacia el sur porque nos llevaría a una cornisa estrecha justo encima del barranco, donde tenemos que prestar mucha atención a no tirar piedras con nuestros pasos, pues justo allí puede estar gente descendiendo por el barranco. Como el perro tira piedras sin control, seria mejor que no pase más allá de la cueva. Por todos modos, la senda lleva sólo a una instalación de un rápel para bajar al cauce del río.

La pasarela:

El últimos rápel del Formiga desde la pasarela

El últimos rápel del Formiga desde la pasarela.

Volviendo de la cueva buscamos una senda que se desvía a mano derecha hacia abajo. En un instante nos lleva en zigzag a un pequeño puente que está justo encima de una cascada y es un mirador de la atracción principal del descenso del Formiga. La cascada se cae 7m a un estrecho. Los barranquistas la bajan con un rápel, o opcional con un salto. Debajo del chorro de agua se esconde una curiosa gruta, que queda invisible para nosotros. También podemos bajar con cuidado hasta el agua en este lugar, para que se refresque el perro. Si seguiríamos por la otra vertiente, la senda nos llevaría tras pasar todo el desnivel de la loma a unos campos cultivos.

La Cueva de las Polverosas

La Cueva de las Polverosas desde la otra vertiente.

El Salto de Tosca

El Salto de Tosca

El Salto de Tosca.

El objetivo de esta excursión es una idílica poza debajo de un bonito salto. Un paseo sin dificultades a un rincón muy especial y de fácil acceso.

Ficha ToscaTiempo:

Desde la carretera hasta el salto: 15min

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Total: 30min.

Aparcamiento:

Seguir la carretea de Nocito hacia Bara. Pasar Used y el puente sobre el río Used.  Parar unos 2km antes de Bara justo después de cruzar un barranquillo y antes de llegar a un collado. Un poco antes del puente o en el collado hay sitio al lado de la carretera.

Acceso:

El GR 1 va en el tramo entre el puente y el colladito paralelo a la carretera en el lado izquierdo viniendo de Used. Cerca del colladito encontramos enseguida el GR y cerca del puente tenemos que cruzar el puente y unos campos para enlazar con él.

Siguiendo el GR 1, nos acercamos al Barranco del Cardito que forma a poca distancia el Salto de Tosca.

El Salto de Tosca:

El Salto de Tosca

El Salto de Tosca.
El agua se ve turbia por la tormenta de aquella noche.

Superando los estratos horizontales el agua se cae unos 4m a una poza redonda. El agua es de color verde, calentita e invita a bañarse. Es aconsejable subir a la cabecera, donde los más valientes pueden saltar al agua, comprobando primero la profundidad. El cauce está salpicado de pinos, y se encuentran varios rincones umbríos para sestear.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

 

 

Gymkana por la Cabecera del Vero

El Desfiladero de Lecina

El Desfiladero de Lecina.
Robert, pensativo, en la presa del molino.

El Río Vero forma desde la Fuente Lecina hasta la entrada a los Oscuros un cañón que se puede recorrer en ambos direcciones sin dificultad. Las innumerables pozas rodeadas por campos y árboles aseguran que el perro y el amo se divierten durante toda la excursión.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

A lo largo del canon encontraremos varios rincones extraordinarios que se esconden de los caminantes como tesoros. Visitando estos tesoros naturales durante un paseo entre el agua refrescante y las paredes agujerados que rodean el río, es el principal objetivo de este paseo.

Sólo nos hace falta coger agua, el mapa, el almuerzo y la correa, introducirnos en el canon y dejarnos llevar por una gymkana diseñada por la misma naturaleza.

Ficha Gincana por el VeroTiempo:

Considerándola como un paseo con un aspecto de gymkana, el tiempo es irrelevante. Pasaremos un medio día de paseo sin prisas. Sólo apunto los detalles para el modo circular:

Salida del canon hasta el cruce de las pistas: 45min

Del cruce hasta el coche: 40min.

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Total: irrelevante, 4h, media jornada

Aparcamiento:

Hay una explanada grande a la izquierda con paneles informativos y merendero en la carretera A-2205 (Colungo – Arcusa) entre los km16 y 17. Como está cerca del río este aparcamiento es el más aconsejable.

Acceso:

Desde el parking bajamos directamente al río. Así llegamos a una pequeña presa que sirve también de puente. La Fuente Lecina – nuestra limitación hacia el norte – está a pocos metros río arriba y la entrada a los Oscuros del Vero, la Gorga Negra – nuestra limitación hacia el sur – está a una distancia de casi 2 km río abajo al sur.

Si avanzamos por el cauce del Vero, no hay pérdida. Podemos ir por el mismo lecho del río, mojando nos hasta la cintura, o, mas bien, por caminos que recorren el fondo del canon, mojándonos solo los pies. Cerca de la presa del acceso, que hemos cruzado en el principio, nace un PR que salva los primeros estrechos por encima de las paredes de la orilla derecha para después bajar otra vez al lecho, cruzar el río varias veces y terminar al fin en la Ermita San Martín.

Típico paisaje del Vero

Típico paisaje del Vero.
Pozas, playas de piedra, paredes, bosques y cuevas.

Los límites de nuestro paseo son rincones singulares, que no podríamos pasar sin darnos cuenta:

La Fuente Lecina:

Esta fuente da luz a las aguas del Río Vero, las cuales corren bajo tierra hasta entonces. Por eso, el lecho encima de la fuente está normalmente seco. El manantial se encuentra debajo de unos chopos cerca de la presa del acceso y forma un rincón idílico.

El Pozo Negro:

Así se llama la badina a la cual se considera como la entrada a los Oscuros del Río Vero. Esta poza estrecha y profunda siempre lleva agua fría y es el primer trámite, que nos impide el paso a pie. Si cruzaríamos la poza nadando, llegaríamos a más pozas y saltos de agua, donde el avance resulta cada vez más difícil.

Empezamos a buscar los tesoros más fáciles, como se encuentran a sólo 10min o menos del río:

El Molino de Lecina:

El Molino de Lecina

El Molino de Lecina.

Cerca del puente pasamos por la presa vieja del molino, que forma una poza grande y bonita. El edificio del molino está en ruinas, pero todavía es pintoresco. Se puede todavía adivinar la toma de agua y el pozo. Encima del molino vemos la casa del molinero pegada a la pared y cerca de ella se halla un covacho amurallado que sirvió de refugio. Considerando el número y tamaño de los edificios, se nota que se trataba de un molino importante en su tiempo. La toma de luz en la pared y los viejos alambres colgados son los testigos que el molino funcionaba también como una mini-central. Un cambio de beneficios de la misma instalación que se puede observar en varios de los molinos en Aragón.

El Baranco Argatín:

Entre el molino y la presa se encuentra la desembocadura del Barranco Argatín. En su último tramo surge agua por la pared, lo que nos puede servir para llenar la cantimplora con agua fresca.

La sala del Cruciacha:

El Barranco Basender, afluente seco al Vero por la derecha, forma con el último salto esta bonita sala.

El Barranco Portiacha:

El último salto del Portiacha

El último salto del Portiacha.

Justo enfrente de la sala del Basender desemboca el Barranco Portiacha al Vero. Un pequeño camino escondido sube al último salto del barranco, un circo rocoso y espectacular de 35m de altura. Normalmente no baja agua por el barranco, pero ya el circo seco, sin cascada, impresiona.

La Ermita San Miguel:

Bajo las paredes del Cañón de la Choca, afluente al Vero por la derecha, se encuentra esta pequeña ermita. Desde la ermita podemos llegar por una senda a una fuente.

Nos quedan dos tesoros más alejados y más difíciles de encontrar:

El Abrigo del Gallinero:

En la región del Canon del Vero todas las cuevas que albergan pinturas rupestres están tapadas con rejas. En algunas se tiene que acercar por una escalera de hierro para ver las pinturas lo que puede dar miedo a gente que sufren vértigo. Por todas maneras, los perros no pueden pasar por estas escaleras, pero como el amo no se aleja mucho, no habrá problemas, si el perro espera al pie de la escalera. En verano se organizan visitas guiadas. Más detalles acerca de estas visitas dar la información turística de Alquézar.

De la ermita río arriba, cruzando el río dos veces, el terreno forma terrazas en la orilla derecha, antiguos campos cultivados: El Huerto Raso. Por estas terrazas alcanzamos en el extremo de la izquierda un sistema de fajas, por las cuales llegamos a unos covachos con pinturas rupestres. La senda está poco marcada y bastante empinada, pero siguiendo a los hitos con atención, alcanzaremos las cuevas en menos de una media hora.

La Cueva de Lucien Briet:

La Cueva de Lucien Briet

La Cueva de Lucien Briet.
Robert está impresionado.

Entre la Ermita de San Martín y la Gorga Negra nace un camino en la orilla izquierda. Este sendero sube en zigzag por una pedrera pendiente y traspasa después en un bosquecillo, para salir más adelante por una canal del cañón.

Antes de entrar en el bosque nos fijamos en lo alto hacia nuestra izquierda. Se ve claramente una boca grande de una cueva y se adivina una senda desdibujada desviándose del camino principal.

Dicha senda hacia la boca es muy empinada y pasa por zarzas que pueden llegar a molestar. Encima hay muchos ramales (caminos de cabras) que no tienen salida. Aun así, vale la pena visitar esta cueva, especialmente por la tarde cuando el sol ya está bajo e ilumina la boca.

Si tomamos la senda, que sube a la cueva, nos faltan para llegar unos 100m de desnivel por una pedrera salpicada de zarzas. Nos acercamos mejor por los ramales de la izquierda, que nos llevan al fin a la pared que vemos a la derecha de la cueva. Hay pequeñas trepadas al final que no resulten difícil para el perro ni el amo.

La cueva misma no es muy profunda y no es peligrosa para los perros. (Quiere decir, que no hay agujeros, ni sistemas de túneles, por los cuales el perro se podría perder o caer.) Eligiendo bien la hora, la cueva se convierte en una catedral rocosa, iluminada por sus “ventanas”.

Retorno:

Podemos volver por donde hemos venido, pero para completar la gincana con unos caminos nuevos y una perspectiva distinta, aprovechamos el mismo camino que hemos encontrado para subir a la Cueva de Lucien Briet. De esta manera acabamos la excursión por un circular que nos permite encontrar dos tesoros más y contemplar casi todo el recorrido que hemos hecho durante el día desde un mirador.

Hay que tener en cuenta, que no encontraremos agua en cuando salimos del lecho, y la subida bajo el sol del mediodía resultará muy fatigosa. ¡Tenemos que elegir bien la hora para volver ya fuera de las horas de calor!

Subiendo por el camino descrito para la cueva de Lucien Briet, no nos desviamos hacia la cueva y seguimos por el camino principal. Así salimos sin perdida del cañón y llegamos a un cruce de pistas con indicadores.

El Abrigo de la Mallata:

El Abrigo de la Mallata

El Abrigo de la Mallata.
Buenas vistas sobre el Cañón del Vero.

Podemos aprovechar la cercanía de las cuevas con pinturas rupestres del Tozal de la Mallata y visitarlas. Nos costará unos 10min para encontrarlas. Aparte de las pinturas, hay buenas vistas desde este abrigo sobre el Vero y la Choca.

Seguimos desde el cruce hacia el Parking del barranco Portiacha. Antes del parking la pista baja a una vaguada. En este punto hay que controlar el perro por el peligro que presenta la cercanía de la carretera.

El Barranco Portiacha:

En el punto donde cruzamos la vaguada, podemos bajar por el barranquillo unos pocos metros y disfrutar con cuidado del primer salto de 30m que forma este barranco. Incluso podemos bajar por una cornisa a mano izquierda sin dificultades y ver el circo desde abajo. Como hemos visto antes el último resalte del mismo barranco, conocemos ahora las dos atracciones principales del Barranco Portiacha. Eso nos dar una imagen de la belleza que se revela a los practicantes del deporte del descenso de barrancos.

El Mirador del Vero:

Ya en el aparcamiento, en frente de la carretera, bajamos al mirador del Vero. Vale la pena visitarle y buscar los sitios, por los cuales hemos pasado durante el día. El Barranco Basender está justo enfrente de nosotros y más hacia el sur adivinamos la desembocadura del Cañón de la Choca donde se halla la Ermita de San Martín.

Robert en el Mirador del Vero

Robert en el Mirador del Vero.

Salimos del aparcamiento, cerca de la bajada al mirador, en dirección norte. Este camino, bien trazado, baja al Barranco Argatín. Le cruzamos y subimos hasta el parking, donde está el coche.

Los Estaños de Labata

Los Estaños de Labata

Los Estaños de Labata.
Robert se toma un baño en la poza.

Labata es un pueblo bonito a los pies de la Sierra digno de visitar. El camino que nos lleva a los Estaños, un salto con una poza, es salvaje, idílico y siempre está cerca del río. Ya son razones suficientes para visitar este lugar con nuestro perro.

Ficha LabataTiempo:

Irrelevante

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Total: irrelevante, 1h

Aparcamiento:

En el pueblo de Labata

Acceso:

Bajamos por una pista desde el pueblo al Río Calcón. Hay carteles que nos indican la pista.

Justo donde la pista cruza el río, nace el camino que nos lleva en 15min a la cascada. Hay un cartel, no hay pérdida.

La hiedra:

¿Hiedra o árbol?

¿Hiedra o árbol?

Este barranco salvaje parece invadido por la hiedra. Quizá es justo esta planta la que despierta la impresión de jungla. Andando por el camino vale la pena fijarse en los árboles: ¿Que parte del conjunto es el árbol y cual es la hiedra?

Los Estaños:

Una poza bonita, salvaje y entretenida. Los más valientes pueden subir por la orilla derecha a la plataforma de la cabecera de la cascada y saltar los 5m al agua. El agua es siempre fresquita, pues procede del Embalse de Guara.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino hasta el pueblo.

Labata:

Vale la pena visitar la iglesia y las ruinas del castillo árabe que han convertido en una aérea de recreo con paneles informativos, miradores y merendero.

Vistas a la Sierra desde Labata

Vistas a la Sierra desde Labata.
Las cumbres están nevadas.

Paseo por las praderas del joven Alcanadre

Robert en el joven Alcanadre

Robert en el joven Alcanadre.
Sólo tiene interés por el bocadillo que llevo.

Con este paseo rendimos homenaje al río más importante que pasa por la Sierra de Guara. En la zona cerca del Puerto de Serrablo no es nada más que un arroyo y no parece nada al Alcanadre que conocemos de las zonas más al sur como Tamara o San Martín.

El mismo nacimiento del Alcanadre está aún más en el norte, en la Sierra del Galardón, y es digno de visitar también. No obstante, la subida hacía la Mallatas del Alcanadre es muy caluroso y por un terreno cubierto de Erizón. Por eso lo he descartado en el blog.

Nuestro paseo nos llevó por praderas interminables, suaves y atípicas para Guara en las orillas del río hasta tropezar con las primeras pozas salvajes que forma el protagonista. Encima visitamos un pueblo abandonado, una ermita, un molino y una pardina, todos en ruinas.

No extraña que la gente de los pueblos vecinos use estos prados para el ganado durante el verano. Por eso hacemos bien en elegir una fecha fuera de esta época. Preparamos la mochila, la correa y un poco de agua, y gozamos con nuestro perro de los prados y las pozas.

Ficha Joven Alcanadre

Tiempo:

 Desde el coche a la Pardina de Matidero: 30min.

Hasta el puente derruido: otros 30min.

Hasta las primeras pozas: 0tros 20min.

La subida a la Virgen de los Palacios: 15min.

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Total: irrelevante, 4h, media jornada

Aparcamiento:

La carretera de la Guargera A-1604 cruza entre los km 31 y 32 el Alcanadre. Justo antes del puente hay una explanada a mano izquierda.

Acceso:

Cruzamos la carretera y el campo a lado. En la esquina izquierda del campo, cerca del río arranca el camino.

Nuestro guía por todo el paseo es el mismo río. Siempre debemos ser conciente de su curso. Hay innumerables sendas, caminos e incluso pistas por los prados en los dos lados del río que llevan a sitios desconocidos. Encontraremos varios vados que se pueden confundir. Además hay que estar atento y distinguir el Alcanadre de sus afluentes que en primavera también llevan agua.

La ruta siguiente se debe ver como una sugerencia, por que el camino que tomamos finalmente elijaremos en función de equivocar los lugares donde se encuentra el ganado para molestarle lo menos posible.

La Pardina de Matidero

La Pardina de Matidero.
Robert está disfrutando en los amplios prados.

El camino nos lleva por un bosque a un primer prado. Si nos fijamos en la otra orilla, vemos la pista que lleva directamente al pueblo Matidero. Eso deberíamos memorizar, porque esta pista nos puede servir de retorno. Seguimos por la orilla derecha, pasamos otro tramo de bosque y más prados. Pronto nos encontramos con unas ruinas en el borde de un inmenso campo: La Pardina de Matidero.

Seguimos por el camino que traspasa todo el campo de la pardina y nos lleva a una zona más húmeda. Es un buen momento para cruzar el río y seguir por las sendas en la otra orilla.  En estos prados podemos ver en una colina a mano izquierda la silueta de Matidero. Si queremos podemos subir desde aquí por una senda obvia.

Matidero:

El pueblo no esta abandonado de todo y se ven varias reformas. Podemos inspeccionar la iglesia, el edificio de la escuela (Los niños de Bibán iban por los caminos de nuestra ruta a la escuela de Matidero.) y el impresionante olmo muerto.

Continuando río abajo, la senda se convierte en pista y llegamos a un primer salto de agua más importante. El lugar es bonito, invita a descansar en el banco de piedras bajo el árbol y nos sirve también como referencia inconfundible.

Más adelante hay un vado más significativo donde se adivinan los restos de un puente, pues vemos una placa de cemento en la orilla opuesta. También encontramos de pronto unas balizas verdes que señalizan algún tipo de recorrido. Seguimos por la orilla izquierda hasta cruzamos un barranco que desemboca en el Alcanadre: el Barranco dela Virgen. Cruzando el barranco llegamos a un cruce de pistas que es para nosotros un punto importante porque se hallan la ermita y el molino muy cerca.

La Virgen de los Palacios:

La Ermita Virgen de los Palacios

La Ermita Virgen de los Palacios.

La pista que sube por el barranco a mano izquierda nos lleva a las ruinas de la ermita que asombra por su tamaño. Parece que era en su tiempo un centro religioso importante. Por su ubicación en un campo a lado del barranco da una impresión salvaje y romántica.

La pista que sigue en la orilla izquierda del Alcanadre está bloqueada por árboles caídos. Por eso cambiamos la orilla y buscamos enfrente de la desembocadura los restos del Molino de Matidero, que se esconden allí.

El Molino de Matidero:

Sólo queda la bóveda de píe. A mano izquierda de las ruinas encontramos una muela partida. En este punto arrancan dos caminos.

El más marcado sigue por la orilla y el menos marcado sube por la ladera. Cómo el primero se pierde a poca distancia, cogemos el que sube y da acceso a la pista que está a pocos metros encima de nosotros. Cuando la pista gira a la derecha para superar un afluente, bajamos por los campos debajo de nosotros y llegamos fácilmente a la primera poza de verdad del Alcanadre.

Las primeras pozas:

Ahora podemos descansar en unas de las rocas planas a lado de la poza y disfrutar de un baño. El siguiente tramo del río es una secuencia de pozas de considerable tamaño. Si nos antoje, podemos bajar por el lecho del río, o mejor, por un camino en la orilla derecha que salva las pozas y los saltos.

Las primeras pozas del Alcanadre

Las primeras pozas del Alcanadre

Otro bonito camino que conecta todos los tramos y pueblos del Alcanadre hasta Barra, recorre por lo alto a nuestra derecha y baja después de la zona de las pozas para cruzar el cauce y alcanzar el pueblo Bibán. Es una buena opción para volver, si hemos bajado todo este tramo por el río. Este camino se une con la pista que hemos dejado para bajar a la poza justo en el barranquillo que desemboca a nuestra derecha.

La subida al bonito pueblo de Bibán dejé para otro día, aunque es fácilmente factible, pero mejor que lo dejamos para unos bonitos paseos desde Bara, como él por el recorrido S12.

Retorno:

Intentamos volver por la misma ruta.

Poza entre Matidero y Bibán

Poza entre Matidero y Bibán.

Vadiello total – Vuelta por el Borón y los Mallos de Aliana

Los Pepes

Los Pepes.
Como pone esta cara de explorador, parece que Robert es el primer ser vivo en llegar hasta los Pepes, pero mi perro sólo está presumiendo…

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

El ambiente de Vadiello es un famoso terreno para practicar el senderismo y el descenso de barrancos, ya desde hace décadas. Antes del hundimiento de las Gargantas del Guatizalema por el embalse, ellas fueron un barranco bien frecuentado y relativamente fácil de recorrer, púes no hacia falta el uso de la cuerda. Hoy en día, sólo nos queda la posibilidad de extrapolar el contorno del paisaje e imaginar la belleza que yace debajo de estas aguas. Sin embargo, el pantano tiene también muchísimo encanto, y por eso, encontramos varias de las rutas más recorridas de toda la Sierra por su entorno.

También equiparon en los años 50 la Canal del Palomar como una de las primeras “Vías Ferratas” de España y daban con estas clavijas el acceso de un público más amplio al mirador natural y rincón maravilloso: la Canal d’o Ciego.

La ruta que presento es larga, pero nos revela casi todas las atracciones de la zona que nos sorprenderán, no sólo por su singularidad, sino por los contrastes y bruscos cambios que van formando a largo del camino: el agua y la roca; acantilados escarpados contra pastos suaves; conglomerados, calizos y areniscos; oasis rodeados por desiertos.

Los objetivos principales son el fascinante entorno del Embalse de Vadiello, las pozas del Río Guatizalema, los Pepes y la Ermita de San Chinés. Nos decidimos ya durante la planificación, si queremos hacer la variante larga y acuática o la versión corta, en cuál cruzamos dos veces el río mojándonos sólo los pies descalzados, y preparamos la mochila adecuada con un buen almuerzo, agua y la correa.

Ficha Vadiello total

Tiempo:

Vadiello hasta el Proyectil y el río: 2h

La Senda de los Carboneros hasta el río: 1h 30

Bajada por el río hasta el desvío a Matosa: 1h 30

Del río hasta los corrales de Matosa: 30min

Desde Matosa hasta el Collado de Aliana: 1h 30

Rodear los Mallos de Aliana: 15min

Bajada de los Pepes a San Chinés: 45min

Retorno desde San Chinés: 1h

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Total: irrelevante, 9h, jornada completa

Aparcamiento:

Dejamos el coche en uno de los aparcamientos entre Vadiello y la presa.

Acceso:

Seguimos de pie por la carretera vieja pasando los túneles hasta el puente en ruinas. Allí arranca el camino a Nocito que va rodeando el embalse. En esta zona tenemos que controlar al perro, púes circulan coches, aunque estamos en el fin de la carretera.

Los Mallos de Ligüerri

Los Mallos de Ligüerri desde la orilla opuesta.
El Puro (camuflado por la pared detrás), Peña San Jorge, La Mitra y la Patata. Más a la derecha: El Pico Borón

Seguimos el recién arreglado camino que da varias vueltas por los barranquillos afluentes hundidos del embalse y supera unas cuantas colladas hasta subir definitivamente a un collado que está casi 200m encima del embalse.  En todo este tramo tenemos vistas espectaculares sobre este extraño paraje cómo el Huevo y la Peña de San Cosme o el pantano y las Canales del Fragineto. A nuestra izquierda nos asombran ya desde el principio los Mallos de Ligüerri y las Crestas del Borón.

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales.

El camino se desploma después de la collada al pantano y sigue su curso hacia el norte más cerca del agua. Pronto llegamos a una pequeña explanada justo debajo de una aguja rocosa, el Proyectil, y enfrente de los últimos estratos de las Canales del Fragineto.

Es un buen punto para orientarnos. Si el embalse esta llena, estamos justo en su cola y debajo de nosotros en la otra orilla vemos una senda que sube por la ladera debajo de los estratos rocosos. Se trata de la Senda de los Carboneros y es nuestro próximo trámite. Pues, cuando bajamos ahora al lecho del río no debemos coger ramales de senda que discurren por la orilla río arriba, no, tenemos que seguir el camino y los hitos que nos llevan aguas abajo para cruzar el lecho y encontrar el inicio de la senda observada. Si no nos dejaríamos engañar por los ramales que suben por el río, no tendríamos ningún problema, púes todos los senderos están bien trazados y limpios.

El Proyectil y, al fondo, el Borón

El Proyectil y, al fondo, el Borón.

La Senda de los Carboneros gana altura al principio y recorre el valle del Guatizalema a media ladera por el bosque. Después de quizás una media hora llegamos a un desvío hacia nuestra izquierda. Esta senda sería un acortamiento que nos lleva directamente al río. Allí deberíamos remontarle por la misma orilla hasta que vemos en la otra un bloque cuadrado con unas flechas (pocos visibles) que indican el inicio del camino a la Matosa, Si vamos por el atajo nos ahorramos más o menos dos horas y media, pero nos perdemos el tramo más bonito de la Senda de los Carboneros y la parte acuática de los hermosos resaltes y pozas del Río Guatizalema.

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Púes, seguimos por la vieja senda que gana ahora altura para superar una pared rocosa que sube desde el río. Cuando el camino culmina, estamos a unos 150m encima del Guatizalema con buenas vistas sobre el recorrido que hemos hecho y el que nos espera todavía por el Valle de la Matosa. Incluso vemos en lo lejos la silueta de los Mallos de Aliana, lo que nos confirme (pero no asusta) que la ruta de hoy es larga, sin ninguna duda.

La senda se acerca al río poco a poco y pasa ahora por viejos campos y terreno más luminoso. Si nos fijamos en el tipo de roca, nos damos cuenta que llegamos ahora – después de pasar por zonas de caliza y anteriormente conglomerado – a una zona de arenisco. Finalmente llegamos al agua. La Senda de los Carboneros sigue su trayecto hasta Nocito por la otra vertiente, pero como enlaza pronto con una pista pierde mucho de su encanto. Nosotros nos hemos alejado ya suficiente de nuestra base en Vadiello y tenemos que pensar en volver (3h 30, aún no hemos llegado a la mitad del recorrido).

Empieza la bajada por el río en dirección contraria, aguas abajo. Pasamos por innumerables pozas, resaltes en un paisaje de cuentos. Los resaltes se pueden salvar con pequeñas trepadas que carecen de dificultades y algunas pozas profundas podemos evitar por sendas en las orillas. Si no queremos tomar un baño y nadar, nos mojamos hasta las rodillas.

Hace años, cuando la Senda de los Carboneros no estaba limpia y difícil de encontrar y seguir, algunas guías mandaban los lectores en la travesía Vadiello – Nocito directamente por el lecho del Guatizalema. Era más fácil de recorrer. Como la senda está limpia ahora y la gente lo usa, los caminos por las orillas, al contrario, se cierran poco a poco, pero todavía son factibles y nos podemos aprovechar de ellos.

La zona donde arranca el camino a la Matosa

La zona donde arranca el camino a la Matosa.

Después de una hora y media llegamos a una zona de piscinas con toboganes pequeños, anchos y planos (tipo Flumen o Sieste). A nuestra izquierda sube una pared más marcada que los de antes y enfrente vemos al Pico Borón por la primera vez desde hace un rato. En esta zona nace un camino que sube a los corrales de la Matosa. Empieza en la orilla derecha en el último resalte, sigue cerca del río unos 100m por un bosquecillo y empieza a subir definitivamente cuando se encuentra con un sendero que baja de la izquierda y cruza el río – el atajo de antes. Hay varias posibilidades para salir del lecho al camino y algunas están marcadas con hitos. Como estamos en las últimas pozas grandes a lo largo del recorrido, debemos aprovecharlo y refrescarnos antes de alejarnos del Guatizalema y enfrentarnos al tramo más exigente de la excursión.

La senda sube en suave ascenso al Valle de la Matosa y otra vez pasamos por un brusco cambio paisaje: en el centro del valle se ubican dos corrales, el Corral de Vallés y de la Matosa, que dan, junto con el cambio de la perspectiva del Borón, la impresión de unos pastos pirenaicos.

La Ventana de la Matosa:

La Ventana de la Matosa

La Ventana de la Matosa.
Robert me está esperando, dado que no puede pasar por el paso horizontal delicado. Si la roca no está mojada se puede rodear por debajo, pero aquel día llovía.

Para acceder a la ventana tenemos que acercarnos antes de llegar al corral de Vallés a la pared abovedada que está a la vista ya desde hace un buen rato. No hay ningún camino, pero el terreno no es demasiado difícil de recorrer. Al otro extremo de la pared tenemos que superar un paso de II, donde el perro, según su habilidad, podría tener problemas. Como la ventana, con estas buenas vistas sobre toda la zona, se encuentra sólo unos 20m más allá, nuestro perro nos puede esperar antes del paso delicado. En total la visita costará 40min.

Después del Corral de la Matosa (el segundo) tenemos que prestar mucha atención al camino. Como hay varios ramales de caminos de ganado se equivoca fácilmente. Lo más importante es que nos introducimos al valle que forman las laderas del Borón y las de la Loma Perula – de las tres vaguadas accesibles que tenemos adelante la a mano izquierda. El camino auténtico, balizado por hitos, baja al río, sube primero por la ladera opuesta, cruza otro barranco y se mete a media ladera (la opuesta a la del Borón) en dicho valle.

El sendero, bien trazado, nos lleva por prados y bosques hasta el fondo del valle y asciende a un collado que forma la Loma Perula. Allí encontramos una pista que procede del Cuello Bail, y de la cual nos aprovechamos por muy poco rato. Ya en la otra vertiente antes de la primera curva pronunciada a la derecha nace una senda, marcado con un hito, que nos lleva por un pinar de repoblación a otro collado superior debajo de los Mallos de Aliana. Al principio el sendero no tiene mucho encanto, pero acercándose a los paredones, ya fuera del bosque, vuelve a su vieja traza y nos damos cuenta de que estamos en uno de los antiguos accesos al Valle de la Matosa. Además nos conmueven los mallos de cerca y las vistas al pirineo que no hemos esperado en este punto de la excursión. Finalmente nos situamos en el Collado de Aliana, el inicio del tramite por un paisaje asombroso y nos podemos preparar mentalmente a la siguiente etapa de la excursión, la más complicada y impresionante.

Si resulta que no vamos a poder seguir por la ruta descrita, podemos “escapar” de este mundo conglomerado por la senda que arranca justo en la suave cresta a nuestra derecha (hitos) y que encuentra más adelante la pista que baja del Cuello Bail a la carretera, cerca del Refugio Vadiello. Es una vuelta larga, pero fácil.

Tenemos que rodear a los Mallos de Aliana. Por eso vamos por una senda muy desdibujada hacia nuestra izquierda, al este, por los pies de las paredes. Los mallos tenemos a mano izquierda y avanzamos sin perder mucha altura buscando el itinerario más adecuado entre el Erizón. En seguida vemos enfrente la primera brecha accesible, o más bien grieta, entre la línea de los mallos. Nos dirigimos hacia esta grieta, la pasamos y llegamos al otro lado a una faja ancha y suave, salpicada de boj. La senda está mejor trazada ahora y sigue por la misma dirección para llevar nos a la Cresta de los Pepes, la cara este de los Mallos de Aliana.
El Mallo occidental de Aliana:
Como punto culminante de la excursión (1202m) podemos acceder a este mallo sin ninguna dificultad. Sólo falta girar a la izquierda después de pasar la grieta y remontar la loma de conglomerado. Allí podemos disfrutar de las vistas, la verticalidad y de los vuelos de los buitres como en ningún otro lugar. Pocas veces es un mallo tan fácil de acceder.
Vistas desde el Mallo occidental de Aliana

Vistas desde el Mallo occidental de Aliana.
En primer plano: los Mallos de Aliana (detrás, escondido se encuentran los Pepes) y parte de la faja por la cual discurre la senda.
En segundo: la Sierra de Ligüerri y un afluente al Barranco San Chinés (la grieta negra). Robert disfruta quizás más que yo.

La Cresta de los Pepes:

Cresta de los Pepes

Cresta de los Pepes.

Los dos mallos gemelos están situados en una cresta que enlaza con el macizo de Ligüerri. De hecho, se puede llegar por la cresta a la Punta de Ligüerri y el camino que discurre por este macizo (ascensión al Borón). Hay dos tramos de escalada, fácil pero no aptos para el perro, que hay que superar. Por eso, esta manera de volver al coche más rápida (más o menos 1h) tenemos que descartar.

El sitio es sobrecogedor, pues nos encontramos en un mirador encima de estas sierras de Conglomerado. Debajo de nos otros hacia el sur hay un inmenso circo de conglomerado con paredes verticales. Los barrancos que bajan por las laderas han formado varias grietas verticales y oscuras que cortan las láminas horizontales. Justo adelante vemos el Barranco A Foratata que se cae en forma de una cascada (seca) de 150m al abismo. A sus pies a mano izquierda encontramos el abrigo que ubica las ruinas de la Ermita de San Chinés que parece de juguete en comparación a estos paredones. Hacia el norte vemos a los picos que hemos rozado por sus pies durante todo el día: el Boron y Fragineto.

Parece imposible, pero podemos bajar por toda la ladera hasta enlazar con la senda que llega a la ermita. Como la senda es poco frecuentada y discurre por un terreno de conglomerado, no hay traza, ni hitos que nos podrían guiar. De esta tarea se hacen cargo las leyes de la física en esta parte de la excursión: tenemos que buscar y bajar por los tramos menos inclinados y evitar la roca suelta.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Empezamos en el medio de la cresta. Más abajo, podemos pasar a una vaguada que se forma a nuestra izquierda. Cuando la vaguada toma formas de un barranco más encajonado, podemos salir de ella a mano izquierda y seguir bajando por esta loma más suave.

Siempre tenemos que tener delante de nosotros la cascada seca del Barranco A Foratata, como principal objetivo. Cuando estamos ya cerca del Barranco Isarre en el fondo del valle, tenemos que prestar muchísima atención para encontrar el paso por la vegetación hasta la otra orilla. Nos tenemos que situar enfrente de dicha cascada antes de meternos en la vegetación espesa. Allí encontraremos algún hito, pero no seguimos a ningunos hitos que nos alejarían de la cascada. Al contrario, tenemos que encontrar un barranquillo seco que baja al Isarre en frente de la cascada. Allí marcan varios hitos una bajada por una rampa rocosa y inclinada. Una vez en su cauce podemos seguirle cómodos y sin molestias de vegetación los últimos 50m hasta llegar al barranco principal y la pequeña explanada donde chocan las aguas de A Foratata en forma de lluvia con el suelo. Desde allí sube un camino evidente a la Ermita de San Chinés que encontramos en el covacho que hemos localizado ya en la bajada.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

Más vale hacer algunas vueltas y buscar el paso correcto antes de meterse en el cauce por la densísima vegetación. Si por alguna razón llegamos al Isarre más abajo o arriba de lo previsto, debemos remontar o seguir el barranco hasta llegar a la explanada de la cascada. No hay ningún camino que conecta el cauce del Isarre con la ermita, salvo a cual, que arranca cerca de la desembocadura del Barranco A Foratata.

¡Cuidado! Como toda la bajada realizada es por un terreno de roca dura, un perro poco entrenado se podría dañar las patas.

La Ermita de San Chinés:

San Chinés

San Chinés.
Vistas hacia el Macizo de Ligüerri.

Lo que queda de este antiguo santuario, estaban aprovechando los pastores ya hace un siglo para encerrar el ganado. Por eso, el suelo está cubierto de sirrio. Las vistas, ahora desde el fondo del circo hacia los Pepes, impresionan igual y nos podemos sentar un buen rato para disfrutar de la inmensidad de la naturaleza: con o sin la existencia de una ermita, este lugar tiene una faceta “religioso” que no se puede negar.

Enfrente de la ermita vemos a las grietas que bajan más o menos vertical por las paredes. Se trata de los barrancos hermanos del A Foratata. Toda la familia de barrancos en los macizos de Ligüerri, Lazas, Aliana y Foratata, son similares y conocidos por su verticalidad y estrechez. Aquí vemos al Barranco de San Chinés y de las Pinzas. En el retorno podremos contemplar también el de Lazas que es el más vertical de todos y cómo último y más famoso: la Canal de Palomar.

Retorno:

Seguimos por el único camino existente: el PR de San Chinés. Al principio sin perdida, pero cuando llegamos a la pista y la caseta de San Román, tenemos que prestar atención, porque el camino está mal señalizado. Un cartel indica Vadiello por la derecha, pero nosotros cogemos la pista hacia nuestra izquierda. (Dado que el PR está planteado como un circular, su retorno a Vadiello es por una larga pista (3,5km) que no nos interesa. Nosotros seguimos por el acceso del PR a la ermita, que en nuestra dirección, la inversa, no está indicada.) Bajamos a una zona más húmeda y pronto llegamos al Manantial de Isarre que no se seca nunca, y donde se encuentra la toma de agua para las casas de Vadiello. Aquí falta otra vez un cartel de la señalización, pero a causa del terreno ya no hay pérdida. Guiado por las balizas llegamos por pista y a ratos por senda al primer aparcamiento de Vadiello.

Robert en Vadiello

Robert en la bonita senda encima del Embalse de Vadiello.

El Molino de Pedro Buil

El puente del molino sobre el Vero joven

El puente del molino sobre el joven Vero.

En el Molino de Pedro Buil podemos estudiar bien el funcionamiento de un típico molino de estas zonas, pues está bien conservado y hay paneles explicativos interesantes. Encima se encuentra en un entorno pintoresco: un pequeño puente sobre el Río Vero lleva a él. Por lo tanto se trata de un agradable y informativo paseo sobre la arquitectura de agua.

Ficha Pedro Buil

Tiempo:

 Al molino: 10min.

Hasta la presa: 30min.

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Total: irrelevante, 1h

Aparcamiento:

Antes de llegar a Sarsa de Surta vemos a mano izquierda el puente y los paneles. Hay mucho sitio para aparcar.

Acceso:

Inmediatamente

Cruzamos el puente, subimos un poco para cruzar un barranco seco. Bajamos en el otro lado por una pista que lleva directamente al arenal. Río arriba vemos al molino.

El Molino:

El interior del molino

El interior del molino.

Con las informaciones del panel todavía en mente podemos explorar el molino. La planta principal está cerrada, pero nos podemos meter por la boca del desagüe y contemplar los mecanismos que actuaban como un motor para las muelas en la planta superior. Para ver todo eso en condiciones debemos llevar una linterna o un frontal.

Para ver las ruinas de la presa, la toma y el conducto del agua, tenemos que subir unos 400m por el bonito cauce del joven Vero mojándonos los pies hasta los tobillos en caso de que lleva agua.

Robert me espera fuera del molino, porque le dan miedo las cuevas.

Robert me espera fuera del molino, porque le dan miedo las cuevas.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

 

La Poza O Bullutero

Robert en el túnel de la tubería

Robert, en el túnel de la tubería.

Vale la pena visitar estas bonitas pozas justo debajo del pueblo La Almunia del Romeral, ya que es una excursión que no exige grandes esfuerzos. En su cercanía se hallan también un minibarranco y una pequeña, pero curiosa cueva – un corto paseo entretenido.

Ficha O Bullutero

Tiempo:

Desde el pueblo a la poza O Bullutero: 15 min.

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Total: irrelevante, 45min.

Aparcamiento:

En La Almunia del Romeral

Hay una posibilidad para bajar al Bullutero desde la carretera de Vadiello. En el km9 desciende una pista al río. Está cortada para el tráfico pero hay sitio para dos coches en un pequeño ensanche de la carretera. Desde allí andamos por dicha pista unos 20min hasta la pasarela.

Acceso:

Bajamos desde el pueblo por una pista donde un cartel indica “Pasarela del Guatizalema, Sipán”. Pasamos la pasarela y remontamos el río por el sendero.

O Bullutero:

O Bullutero

O Bullutero.
La poza, el mini-barranco y la presa

Se trata de una poza de considerables dimensiones a la cual cae el agua por un tobogán. Este, a su vez, es la salida de un barranco diminuido. Un poco más arriba hay una vieja presa.

El agua procede desde el Embalse de Vadiello y es, por eso, siempre fresca y – si sueltan agua desde el pantano – a veces abundante. Bajo circunstancias normales todos estos “juguetes”, el tobogán, el barranco y la poza, son fácilmente accesibles.

En la orilla derecha de la vieja presa podemos seguir por una senda a las tuberías de agua que bajan paralelo al río y atraviesen las paredes del estrecho siguiente por túneles. Nos lleva a un extraordinario paisaje parecido a los grandes cañones de Guara.

La Cueva:

Dentro de la cueva

Dentro de la cueva.

En el otro lado del río vemos la alargada boca de una cueva. Podemos remontar la pendiente e introducirnos. Si seguimos por la senda unos 2min más, llegamos a otra bonita poza debajo de una vieja presa y con una playa de grava. ¡Cuidado con la caseta de la tubería de agua: le falta una puerta por donde el perro se podría caer! A partir de aquí la senda se hace pesada por las zarzas. Por eso, aconsejo no explorar más y darse la vuelta en esta poza.

También podemos cruzar los estrechos a nado para volver a la Poza O Bullutero.

Retorno:

En la orilla izquierda de la Poza O Bullutero arranca una pequeña senda que nos lleva directamente al bonito pueblo de La Almunia del Romeral.

Morcat y el Cañón de Sieste

La Poza Chinchirigoy

Robert en la Poza Chinchirigoy.

Mapa Sieste

Recorte del Mapa Sigpac.

Como el Río Sieste entrega sus aguas al Río Ara y está escondido en el noreste de Guara, fue ignorado constantemente, si se habló del entorno de Guara. Eso es un error, porque se trata de un oasis maravilloso que encontramos entre las áridas tierras de esta sierra, justo debajo de El Pueyo de Morcat.

El Barranco Fondo y San Martín son las raíces del Río Sieste y los tres forman pozas, toboganes y cascadas espectaculares en el tramo que vamos a visitar. Morcat es un bonito pueblo abandonado, ubicado en una loma de la cabecera del barranco que revela unas impresionantes vistas sobre el Pirineo.

Ficha Sieste

Tiempo:

Del coche a Morcat: 1h.

De Morcat a San Velián: 30min.

De San Velián hasta el río: 30min.

Por el río hasta el Coñolmundo: irrelevante

Del Coñolmundo hasta su cabecera: 1h

De la cabecera hasta el coche: 1h 30

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Total: irrelevante, 5h 30, jornada completa

Aparcamiento:

En la carretera desde el Puerto Serrablo a El Pueyo de Morcat nace una pista en el km 2,9 a mano izquierda antes de llegar al pueblo. Hay una explanada y un cartel indicativo al principio de la misma.

Acceso:

Andamos una media hora por la pista indicada hasta que encontramos una bonita borda a mano derecha.

Hay otro acceso fácil y más rápido por Boltaña y el Valle de Sieste.

La Carrasca de Morcat:

La Carrasca de Morcat

La Carrasca de Morcat.

Mientras nos hemos acercado a la borda, hemos visto ya un pinar de repoblación al lado derecho de la pista y en su otro extremo una copa gigantesca de una carrasca. Ahora podemos traspasar en sólo 10min este bosquecillo de manera obvia y fácil para encontrar la carrasca monumental de Morcat.

De nuevo en la pista, un poco más delante de la borda se desvía un sendero balizado a mano derecha que gana suavemente altura y nos lleva directamente a nuestro segundo objetivo: el pueblo abandonado de Morcat.

Morcat

Morcat.
Al fondo (izquierda a derecha): El Macizo del Perdido, la Sierra de las Tucas, la Punta Fulsa y Suelsa, la Bachimala, el Bocolón, Espadas, la Peña Montanesa y la Cotiella)

Morcat:

Morcat

La Torre del templo de Morcat.

Las ruinas de sus casas están ubicadas en una loma herbosa con buenas vistas hacia el norte. Desde la Collarada hasta la Cotiella, tenemos una buena selección panorámica de casi todo el Pirineo Aragonés delante de nosotros. Encima del pueblo divisamos en la cima un viejo castillo. Por el antiguo camino, ya perdido, podemos subir para contemplar los restos de sus muros. En el pueblo se hallan, entre muchas más curiosidades, 2 pozos. Uno de ellos se esconde curiosamente en una pequeña habitación dentro de la iglesia.

La Fuente de Morcat

La Fuente de Morcat.

Seguimos por una pista que arranca cerca de la iglesia y baja en serpentinas por la loma. Pronto pasamos por la bonita fuente abovedada y más adelante llegamos a un cruce donde encontramos de nuevo la pista que hemos dejado antes. Allí tenemos la posibilidad de bajar ya directamente al río (tomando la pista a mano izquierda y desviándose un poco más adelante por una senda indicada como “Pozas de Sieste”), pero elegimos una senda que nos lleva en apenas 20min a San Velián.

San Velián:
Las Vistas desde San Velián sobre el Río Sieste

Las Vistas desde San Velián sobre el Río Sieste.

Esta pequeña aldea no está abandonada de todo, aún se resiste de ser olvidada. En el otro extremo del pueblo hay una pista que sube desde el Valle de Sieste. Las vistas también son buenas, y la primera vez podemos contemplar una pequeña parte del oasis que nos está esperando abajo en el valle: las pozas y toboganes del Cañón de Sieste.

Si veríamos las pozas secas o estancadas, sería mejor darse la vuelta en este punto y dejar la excursión para otro día.

Volvemos a la entrada del pueblo y bajamos a las pozas de Sieste, como indica un cartel. En un primer desvío tomamos el sendero a mano izquierda y pronto topamos con la fuente represada de San Velián. Seguimos por el sendero que baja ahora más decidido y se une con el otro que arranca en el la pista anteriormente mencionada. El camino nos deja justo en la preciosa zona de las pozas que hemos visto desde el pueblo y nos podemos aprovechar de ellas con un primer baño. Como esta zona del río es fácilmente accesible desde Sieste, encontraremos gente, incluso en primavera, y perderemos la sensación de aislamiento que hemos tenido en la ruta hasta ahora.

Seguimos por el lecho río arriba, usando los ramales de sendas en las orillas, o, más rápido, por el mismo lecho, si aceptamos que nos mojemos hasta los tobillos. Pasamos por una toma de agua y una zona de menor interés hasta el barranco se estrecha un poco. Allí pasamos por una visera encima de la orilla izquierda que ubica una pequeña poza. A poca distancia de la visera llegamos a un tobogán donde el río describe una zeta. En este punto tenemos que prestar atención para encontrar los hitos que marcan una senda que sube en la orilla derecha (nuestra izquierda) por el bosque. En seguida podemos bajar de nuevo al lecho por un desvío a nuestra derecha. Si remontamos el barranco unos 100m más, llegamos a una de las pozas más bonitas de toda la Sierra.

La Poza Chinchirigoy:

La Poza Chinchirigoy en invierno

La Poza Chinchirigoy en invierno

Una parte de esta poza está cubierta de una cueva y el agua cae por varios chorros y escalones a la misma, es verde, cristalina y suficiente profunda para nadar cómodamente – un sitio de cine.

Para seguir nuestra ruta río arriba tenemos que retroceder a la senda y tomar en el desvío el ramal que sube. La senda nos deja en la cabecera de la cascada de la Poza Chinchirigoy que coincide con la desembocadura del Barranco Fondo. Subimos un poco más por el amplio cauce del Barranco San Martín, él que baja a nuestra izquierda, y nos quedaremos boca abierta de asombro cuando descubrimos la cascada que nos espera a apenas 100m de distancia. Un salto de tal tamaño y belleza no hemos esperado.

El Chorro del Coñolmundo:

Debajo del Conolmundo

En la cueva del Conolmundo.

Por este inmenso salto el agua cae más que 50m en dos escalones a una bonita poza. El nombre original de la cascada es “Cascada del Confesionario”, pero no se puede negar que su nombre moderno le pega mejor.  Nos podemos introducir en una cueva detrás de la cascada y buscar la subida a la cabecera de la última cascada con la ayuda de una cadena – el inicio de la Via Ferrata (trepada de II), mientras el perro nos espere abajo.

Para continuar y explorar la zona encima del salto, tenemos que volver a la desembocadura del Barranco Fondo. Justo allí encontramos un hito en la orilla izquierda que marca el inicio de una pequeña senda que remonta dicho barranco a media ladera. Desde el principio gana altura describiendo algún zigzag, y nos permite ver el Coñolmundo de otra perspectiva. Como es poco transitada y marcada, tenemos que prestar atención a los hitos y la dirección principal. Después de superar unos resaltes de roca, nos deposita encima de un bonito circo. El agua cae unos 20m a una poza en un llano donde se distinguen todavía los antiguos campos cultivados.

El Barranco Fondo:

Barranco Fondo

Barranco Fondo.
Curiosas cuevas en un recinto.

Si queremos bajar a la poza y los campos, tenemos que volver por la senda y buscar un camino obvio de acceso al circo. Esta bajada está invadida por la vegetación, pero todavía se puede bajar sin demasiadas molestias. Abajo encontramos, aparte de los campos perdidos, la bonita poza y la cascada, unas curiosas cuevas dentro de un recinto que era un refugio para el ganado y los pastores desde hace tiempo. Cerca de la poza hay un conjunto de piedras que forma cuatro sillas y una mesa. Como el circo es muy idílico y solitario, podemos aprovechar este sitio para descansar cómodamente.

Desde la cabecera seguimos por la senda en la otra vertiente del valle. Muy pronto llegamos a un mirador que se encuentra encima de la confluencia del Barranco Fondo y el Cañón San Martín. Tenemos la poza de la visera, la Poza Chinchirigoy y el Chorro del Coñolmundo debajo de nosotros y en la colina en la vertiente a mano derecha distinguimos a las casas de San Velián. La senda discurre ahora por el valle del Río Sieste y se va acercando más y más a su lecho lo que pisamos finalmente sin ninguna dificultad unos 100m encima del Chorro del Coñolmundo.

La cabecera:

La Cabecera del Coñolmundo

La cabecera del Coñolmundo.

Lo primero que encontramos en el lecho ancho hacia la cascada es una bonita marmita que invita bañarse. La morfología del lecho de roca lisa facilita la búsqueda de un rincón, donde podemos tomar el sol o sestear en la sombra. En la orilla izquierda encontramos una fuente con agua buena y fresca. Por eso, este sitio es un buen lugar para descansar y esperar hasta que se vaya el calor del día para que podremos volver al coche cómodamente por un terreno mucho más seco.

Si queremos, podemos bajar por el lecho hasta llegar, sin problemas, al salto. Con un poco de prudencia podemos, incluso, destrepar hasta el arbusto del Coñolmundo.

Retorno:

Justo donde hemos pisado el lecho vemos en el otro lado del río, la orilla derecha, un hito y una marca de color amarillo en un árbol. Allí arranca el camino, que nos lleva otra vez a la pista de acceso. Los primeros metros son un poco confusos pero, si prestamos atención encontraremos las marcas amarillas y los hitos que nos guían en zigzag por la ladera hasta una collada. La senda es tímida y poco frecuentada, pero marcada y libre de vegetación en todo su recorrido, gracias a los cazadores y guardabosques. En la collada gozaremos de nuevo de buenas vistas a los Pirineos, pero nos concentramos a las marcas e hitos para no perder la senda que es mucho más difícil de averiguar en este último tramo. Desde el collado seguimos derecho por arriba entre pinos de repoblación hasta topar con la pista en un poco más de una media hora. Giramos a la derecha y la seguimos hasta regresar al coche.

La Borda cerca de la Carrasca de Morcat

La Borda cerca de la Carrasca de Morcat.
Robert está buscando la sombra y la frescura.