La Bozosa de San Miguel

Una perspectiva íntima del Salto de Roldán

Una perspectiva íntima del Salto de Roldán.
Esto se halla entre la Peña San Miguel y Amán. El Río Flumen cortó un hondo desfiladero entre los dos moles conocido como las Palomeras del Flumen.
Es el paisaje que nos acompaña durante esta excursión. Sin embargo mi pequeña cámara no es capaz de captar el verdadero ambiente que nos espera allí:
Paredes infinitos a ambos lados, el ruido de las aguas del Flumen pasando po los estrechos y los incontables buitres dando vueltas por las peñas.

Nota personal:

En los cuadernos de los viejos mapas de Brames (ediciones de los años 1998 y 2002) Oscar Ballarín menciona una senda que salva las Palomeras del Flumen por la orilla derecha. No da muchas pistas por donde discurre la senda, pero advierte que está muy vestida y es un poco peligrosa.

Sea como sea, desde el momento que leí aquellas lineas intenté a encontrarla, ya que promete que haya vistas, espectaculares e intimas, al Salto de Roldán y las mismas Palomeras.

Perdidos por el boj a gatas por la cara norte y sufriendo bajo el cruel sol por la cara sur íbamos varias veces, Robert y yo, sin dar con la senda. Como no fue capaz de encontrarla, descarté el tema.

Pero en 2017 me he topado sorprendentemente con ella (recientemente limpiada) mientras hizo el descenso de las Palomeras del Flumen. Me he quedado asombrado y en las semanas siguientes la habíamos recorrido ya dos veces, dándome cuenta de que en una de las ocasiones años atrás estaba en la senda correcta. Sólo no la reconocí, como estuve arrastrándome a gachas entre el boj.

Supongo que fueron los guardas del parque que hicieron este trabajo y recuperaron una de las sendas más espectaculares de todo Guara: la Bozosa de San Miguel.

Se merecen una medalla.

Ficha PalomeraLa ruta de la Bozosa de San Miguel es verdaderamente espectacular y puede ser comparada con las Fajanas del Mascún o el Paso Lén del Vero presentándonos un gran cañón de Guara de una perspectiva desconocida y totalmente distinta. La diferencia es que en la ruta de hoy el contacto obligatorio con el agua es sólo hasta los muslos y, sobre todo, la ruta se puede hacer en una media jornada. Los demás características son muy parecidas.

Recorte Mapa Sigpac

Recorte Mapa Sigpac

Las dificultades encontramos en primer lugar en los pasos expuestas y, en segundo lugar, en un breve estrangulamiento que nos obliga avanzar por el lecho del río. Aunque siempre nos protege visualmente del abismo una fila de boj, la senda discurre muy cerca del borde de una estrecha faja. A veces la trocha es bastante empinada, lo que obliga al caminante avanzar con un paso seguro y cuidadoso. No recomiendo realizar esta ruta, si el terreno está mojado. El paso por el estrangulamiento no es más problemático que lo habitual, si el caudal es normal.

Se puede realizar esta ruta circular en los dos sentidos. No hay diferencias en respeto a la dificultad o la estética. Aquí he optado por el sentido antihorario por la simple razón de tener una fuente en la subida. Será bien venida. (Además el lector que no quiere mojarse los pies podrá retroceder por el mismo camino en vez de vadear por el Río Flumen sin perderse lo más espectacular.)

Robert descansa en la orilla del Flumen

Robert descansa en la orilla del Flumen

Tiempo:

Del aparcamiento a la bifurcación: 30min (subida 1h).

La Bozosa de San Miguel  : irrelevante, 1h

Del río al coche por Lavallo: 1h (bajada 30min).

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Total: irrelevante, 2h30, media jornada

Aparcamiento:

Aparcamos el coche en el Collado de San Miguel.

Acceso:

Retrocedemos por la carretera unos 250m. A mano izquierda desciende un camino por la falda sur de la Peña Miguel. Mucho más abajo llegamos a la primera bifurcación. En el suelo veremos una marca verde. Allí giramos a la izquierda.

La Peña Miguel de otra perspectiva

La Peña Miguel de otra perspectiva.

La senda se adentra en el Salto de Roldán en suave descenso. Después se arrima a la pared que baja en vertical de la Peña Miguel. Más adelante la senda baja por una empinada ladera en búsqueda de la faja que tiene continuación. Por ella discurre hasta un amplio bosquecillo colgado encima de las Palomeras. Por allí desciende dibujando una «Z» para después seguir por una cornisa que lleva a una proa en medio del cañón. Una vez en la proa sólo resta bajar por una canal muy pendiente hasta llegar al cauce del río.

El rincón del Flumen donde cruza la senda de la Bozosa de San Miguel

El Río Flumen.
El rincón donde cruza la senda de la Bozosa de San Miguel.

El rincón que forma el Flumen en este tramo es verdaderamente espectacular. En el centro de este escenario, paradisíaco y salvaje, se encuentra una bonita poza flanqueada por dos bloques los cuales casi se tocan encima de la superficie del agua y forman de esta manera un tipo de puente. Por estas dos rocas llegamos con un corto brinco y un fácil destrepe a la otra orilla donde 10m más adelante la senda termina en la entrada de un estrecho. Es la badina que nos obliga mojarnos como mínimo hasta los muslos. Vadeamos estos 50m por el lecho del río hasta que veremos la continuación de nuestra senda en la orilla izquierda (nuestra derecha).

El Estrecho

El Estrecho.
Allí nos mojaremos los pies, si o si.

Recomiendo quedarse en la poza del puente hasta que se vaya el calor del día, ya que queda muy poco para que se inicia la fatigosa subida al coche.

De nuevo en marcha por la senda llegamos en seguida a un pequeño resalte rocoso que superamos con la ayuda de los bojes y las raíces (paso de II). Después de cruzar el río una última vez pisando unas piedras colocadas empezaremos ya la ascensión que nos situará finalmente en el Collado de San Miguel.

Pronto nuestra senda se une con otra y empieza a subir más decidido. Dejamos un refugio de pastores en ruinas a nuestra derecha y poco después veremos el desvío a mano izquierda que lleva a la fuente de los Lavallos.

El Manantial de Lavallos

El grupo de Carrascas cerca de la Fuente de los Lavallos

El grupo de Carrascas cerca de la Fuente de los Lavallos.

Ya hemos visto la caseta de pastores.

El agua que mana en la fuente sabe un poco raro, pero refresca igual.

Si nos acercamos a un grupo de grandes carrascas a mano derecha del camino un poco más arriba de la fuente, veremos más edificaciones en ruinas. Estas carrascas hacen una buena sombra y nos ofrecen un buen sitio para descansar con el agua recién cogido de la fuente.

Retorno:

El resto de la senda es de menor interés, fatigosa y calurosa. Nos lleva directamente al aparcamiento del Collado San Miguel.

El Salto de Roldán

El Salto de Roldán.
En el camino del retorno por la mañana.

Anexo 2019

La zona afectada

La zona afectada.

Hubo un desprendimiento que arrasó el boj en un pequeño tramo en el corazón de las Palomeras. La senda sigue intacta y tiene todavía continuidad, pero ha desaparecido todo el boj protector que flanqueaba el camino y la traza ha quedado más irregular. El abismo está mucho más presente ahora!

Vuelta por el Monte Piacuto

El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás.
Un portal hacia la luz.

En la cordillera divisoria entre el Río Isuela y el Río Flumen el Piacuto es la peña más elevada en el extremo el sur. Esta situación promete muy buenas vistas sobre la Hoya de Huesca y nos da pie para planificar y realizar una buena ruta por este modesto molde.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Varios pozos de nieve, pinturas rupestres, el pueblo de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña) y, sobre todo, el Castillo y la Ermita de Ordás proporcionan suficientes motivos para pasar un día explorando estos rincones idílicos cerca de Huesca ciudad.

La ruta presentada es básicamente una circular que lleva a la Ermita de Ordás la cual será el objetivo principal. Además podemos asomarnos a los muchos más puntos de interés durante el trayecto, si estamos dispuestos a prolongar la marcha. El tiempo invertido en la aproximación a estos objetivos adicionales varia entre 5 y 30min. Así que, si queremos visitar todo lo propuesto, llenaremos fácilmente una jornada completa.

Los caminos están relativamente bien cuidados y son obvios, ya que encontraremos carteles indicativos en casi todos los puntos claves. Sólo en la subida a las pinturas rupestres, muy cerca de Santolarieta, hay un desvío poco visible que es difícil de averiguar.

Ficha OrdásPreparamos la mochila con el almuerzo, agua y la correa para dar un entretenido paseo por el Monte Piacuto.

Tiempo:

De Santolarieta al abrigo rupestre: 30min.

Del abrigo al cruce de pistas: 30min.

Del cruce de pistas hasta la senda que baja del Pico Águila: 30min.

Descenso a la Ermita de Ordás: 30min.

De Ordás al observatorio de buitres: 30min.

Volver a Santolarieta desde el observatorio: 30min.

Objetivos adicionales:

Aproximación al Pozo de hielo Paco Lapinosa: 10min.

Aproximación al Castillo de Ordás: 5min.

Aproximación al refugio de pastores: 15min.

Aproximación al Pozo de nieve de Ordás: 5min.

Ascensión al Piacuto: 30min.

Aproximación al Pozo de hielo de las Planas: 10min.

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Total: 5h, jornada completa

Aparcamiento:

Aparcamos a lado de la iglesia de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña).

Acceso:

La excursión arranca en esta misma plaza.

Empezamos la marcha como indican los carteles hacia Ordás o Pico Águila. En cuando hemos salido del pueblo unos carteles marcan el desvío de la senda al abrigo rupestre o los Pozos de hielo de Paco Lapinosa. Así que, nos separemos de la pista que sigue en dirección oeste y avanzamos por una senda de menos entidad en dirección norte. A poca distancia del cartel tenemos que prestar mucha atención a no saltarnos otro desvío a la derecha, poco visible. Esta senda tuerce hacia el este y nos lleva hacia detrás del pueblo, donde se encuentra de nuevo un cartel indicativo que nos da la seguridad de estar en el camino correcto – hacia el abrigo rupestre.

(En caso de no haberlo visto, seguiríamos por la senda de cabras – más visible en este tramo – y toparíamos de nuevo con la pista más adelante. Volviendo por ella haríamos un pequeño bucle y podríamos intentar a averiguar el desvío de nuevo.)

La senda correcta nos introduce en una modesta y empinada canal que asciende en el margen oriental de Santolarieta. Por varias lazadas gana altura rápidamente y nos situará finalmente en el abrigo donde se encuentran las pinturas rupestres.

Las pinturas rupestres del Abrigo de la Raja L

Las pinturas rupestres de Santolarieta

Las pinturas rupestres de Santolarieta.

El camino pasa justo por la rejilla de metal que protege las pinturas. La vaca salta al ojo en seguida pero las otras figura hay que buscar con atención.

Seguimos por la trocha que nos lleva ahora a una zona más llana. En esta zona la senda está un poco desdibujada por la constante erosión. La senda tuerce hacia la derecha y sigue en paralelo a un lecho de un torrente hasta corona un suave collado, donde se encuentra un cartel indicativo que está a la vista ya desde lejos. En este collado por primera vez tenemos unas bonitas vistas al norte con el Pirineo como horizonte. Podemos optar por visitar el Pozo de hielo de Paco Lapinosa como indica el cartel.

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa

El Pozo de hielo de Paco Lapinosa.
Podría haber sido un pequeño deposito para herramientas.

Como los muchos otros en la Sierra de Guara es una construcción interesante de una profundidad considerable. Además se encuentra en la misma explanada un curioso depósito/ataúd que llama la atención.

Volvemos al collado y seguimos en dirección norte. Una vez en la otra vertiente de la loma veremos con claridad el cruce de las pistas y el mole del Monte Piacuto delante. Merece la pena estudiar bien la situación de los caminos para poder orientarnos con facilitad cuando llegamos al cruce.

Hay una pista en buen estado que sube desde el Collado de San Miguel – nuestra derecha – y sigue por la cara oeste del Monte Piacuto hacia Ordás. En un collado se desvía una pista en mal estado a la izquierda para bajar por San Mamés a Santolarieta. En el mismo collado arranca también una senda que rodea el Monte Piacuto en suave ascenso por su cara este. Al principio va cruzando una linea de alta tensión. Esta es la senda que tenemos que tomar. Desde aquí vemos que empieza junto a unos carteles de dos pilones. Es importante fijarse en esto ahora, ya que estando una vez en el collado, no se aprecia fácilmente donde nace.

Las vistas a Cienfuens y el Pirineo

Las vistas a Cienfuens y el Pirineo desde la senda.

Teniendo el trayecto claro avanzamos y tomamos dicha senda que revela muy buenas vistas a los acantilados de Cienfuens y el Pirineo al fondo. Últimamente esta senda está de moda para la practica de la BBT. Como suelen usarla en el sentido descendente y por eso llegar a velocidades considerables, debemos estar preparados y controlar el perro.

Tras una larga travesía y finalmente un suave ascenso nos sitúa en un primer collado repleto de Erizón. En este punto existe una tímida senda sin señalización que baja directamente a Ordás, pero recomiendo no dejar el camino conocido, claro y bien pisado, que topa en breve con el sendero que desciende desde el Pico Águilas y lleva a Ordás también. Esta variante es un poco más larga, pero totalmente obvia y fácil de seguir en todo momento. En el cruce mencionado no hay carteles, pero obviamente tenemos que coger la nueva senda en el sentido descendente, es decir girar a la izquierda.

Después de una abrupta bajada pisaremos de nuevo la pista forestal que lleva a Ordás. La seguimos girando a la derecha y en apenas 2min. llegaremos a la ermita.

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás.
Si hay agua limpia, el perro puede refrescarse en el estanque a lado de la Ermita de Ordás.

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás

La Ermita de Ordás.
El detalle más llamativo de la construcción antigua: el marco.

A primera vista este lugar no tiene nada especial, ya que los obreros han dejado algunos escombros en los alrededores del pequeño templo y las instalaciones no se cuidan demasiado (2016). Además la ermita está encajonado y oculto por el refugio adosado. Así que, no extrañaría que la primera impresión que se despertase cuando llegamos a este lugar sea la decepción.

Pero cuando vemos a ciertos detalles y sobre todo los alrededores quizá nos damos cuenta de la magia y singularidad del lugar. 

Sobre todo destaca el marco del portal de la ermita. Estas piedras revelan estupendamente la historia que se esconde entre estos muros y como la autentica ermita fue tapada por construcciones más recientes. Para saber más  recomiendo una vez más la pagina de Antonio García Omedes: «La Guía digital del Arte Románico«.

Si hemos elegido bien la fecha, el perro podrá bañarse en el estanco mientras visitamos la ermita y el refugio. Después debemos dedicarnos a explorar los alrededores.

La caseta de pastores

La caseta de pastores.
Robert sigue vigilando como un buen pastor mientras me echo la siesta.

La caseta de pastores

Las vistas al Castillo de Ordás

Las vistas al Castillo de Ordás y la Hoya de Huesca.

Tras un breve descenso llegamos a esta curiosa construcción que sigue en pie e intacta. Un cartel informativo muestra algunos datos interesantes.

Ademas veremos al castillo desde una perspectiva diferente. También merece la pena asomarse a la zona detrás de la caseta donde se encuentran unos muros de apoyo que forman pequeños campos o terrazas entre las rocas; un conjunto muy curioso y bonito.

Volvemos por la misma senda a la ermita. (Por cierto, esta senda tiene continuación y conecta con un pequeño aparcamiento que se encuentra junto a la Autovía del Monrepós. Tardaríamos apenas 15min en bajar.)

 El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás

El Castillo de Ordás.

Es quizás la construcción más interesante con la cual topamos en la excursión de hoy, a pesar de que se trata sólo de un muro. Este muro separa la plataforma cimera de una expuesta proa de su único acceso y convierte la cimera a una zona segura.

Cerca se esconden varios cuevas en un abrigo detrás del boj – quizás se trataba de los cobijos de los asediadores.

Sea como sea, el lugar es de cine, ya que hay muy buenas vistas a la Peña Gratal y sobre la Hoya de Huesca y por eso merece la pena detenerse un rato y almorzar, si hay ganas.

Ya de nuevo en la ermita iniciamos el retorno. En la misma terraza donde se ubica el templo arranca detrás una tímida senda hacia el sur. Esta lleva en breve a la Fuente y al Pozo de nieve de Ordás

El Pozo de nieve de Ordás

El Pozo de nieve de Ordás.

La Fuente y el Pozo de nieve de Ordás

La Fuente de Ordás

La Fuente de Ordás.
Arquitectura española moderna: botella de PVC y chapa oxidada.

Pasamos directamente por la fuente que suele llevar agua todo el año y un poco más adelante un cartel indica la bajada al pozo.

Regresamos a la senda principal y seguimos en dirección sur. Tras de pasar un pinar repoblado nos deja de nuevo en la pista forestal, por la cual seguimos como indicado.

A poco distancia podemos atajar la pista de nuevo. Esta vez arranca la senda a mano izquierda y salva unas amplias lazadas. Después de una corta marcha por la senda nos encontramos de nueva con la pista y la seguimos en el sentido ascendente. Pronto llegaremos al cambio de ras donde veremos la caseta del observatorio de buitres a mano derecha y enfrente marcan dos hito la senda que asciende al Piacuto.

El Piacuto

El Piacuto

El Piacuto.
Vistas a la Peña Gratal.

En la subida hay que superar varios pasos de I, nada preocupante, pero tenemos que tener en cuenta que después debemos ser capaces de bajar por estas mismas trepadas.

En apenas 30min estamos en la cima y podemos disfrutar de las vistas a casi todo el recorrido que hemos efectuado durante la jornada de hoy. Merece la pena.

Una variante para bajar de la cima existe en la cara este de la peña. La senda está mucho menos definida, pero carece totalmente de tramos complicados. Discurre hacia el norte por la cresta hasta un suave collado. Allí tuerce a la derecha y sigue bajando entre campos abandonados hasta topar con la senda que hemos recorrido  ya antes.

De nuevo en el observatorio de buitres seguimos por la pista, ahora bajando, hasta el cruce que conocemos ya. Esta vez seguimos en dirección Santolarieta como indica el cartel. Tras una incomoda marcha por piedras sueltas al principio llegamos a un desvío donde indica un cartel el Pozo de hielo de las Planas.

El Pozo de hielo de las Planas

La Carrascas de la Plana

La Carrasca de la Plana.

En la aproximación pasamos por la Balsa de San Mamés. Recomiendo controlar al perro en este lugar, ya que el agua está rodeado por una zona de barro putrefacto. (El perro, como el amo, tendrá de nuevo agua fresca en el pueblo.)

Cerca del pozo veremos un grupo de carrascas a 100m encima de la senda. Merece la pena visitarlas, ya que hay un ejemplar bastante viejo y sus copas hacen una sombra agradable que será bienvenida para sestear un ratito antes de volver al coche.

Retorno

Volvemos a la pista y seguimos por ella hasta el pueblo que se halla ya muy cerca.

Llegando al Castillo de Ordás

Llegando al Castillo de Ordás.

La Peña San Miguel

La Peña San Miguel

La Peña San Miguel.
En el sistema de cornisas que rodea la peña Robert me indica el camino.

Por las instalaciones de escaleras y clavijas que abren el paso a la cima, las ruinas árabes, su cercanía de Huesca, su fácil alcance con el coche y por su extraña belleza la Peña San Miguel fue siempre un objetivo solicitado de los excursionistas. El perro no llegará a la cima, ya que su alcance obliga a superar varias vertiginosas escaleras de metal y algunas clavijas, pero podemos completar una media jornada con tres otros objetivos que nos asombrarán tanto como la cima.

Ficha Peña San Miguel

1. El Mirador del Salto de Roldán

Siguiendo por la pista podemos alcanzar a pie en pocos minutos un mirador que ofrece una buena perspectiva del conjunto del Salto de Roldán y de los acantilados de Cienfuens. Como la pista está restringida no habrá mucho trafico.

2. El cauce del Río Flumen

Desde el mismo aparcamiento en el Collado de San Miguel baja por la vertiente norte una pista que se convierte en seguida en una senda. Esta nos llevará a las ruinas y los Campos de Santolarieta. Próxima a estos se encuentra el Manantial de los Lavallos. Podemos acercarnos a la fuente por una corta senda a mano derecha. Ahora nos separa sólo poca distancia del mismo lecho del río. En una bifurcación podemos seguir por el ramal izquierdo para llegar a la pasarela del camino que asciende por la cara norte de la Peña Amán o por el otro que nos llevará a la pasarela de piedras del camino que se introduce a las Palomeras del Flumen.

El retorno al collado puede ser muy caluroso, si elegimos mal la hora y eso podrá pasar fácilmente, dado que en el fondo del valle el sol se va pronto y nos da una sensación de frío que no es verdadera en la subida. Por eso está bien que sepamos donde se halla la fuente.

Si queremos realizar una marcha más seria y larga podemos optar por la ruta de la Bozosa de San Miguel. Esta tiene su propia entrada en el blog.

El Río Flumen

El Río Flumen.
El típico color verde intenso del Flumen en esta zona invita a tomar un baño. Lo que nos se ve en la foto son las inmensas paredes que bajan del Fraile y la Peña Amán a las orillas – Robert las está admirando… ¿o son los buitres los que le llaman la atención?

3. La vuelta a la Peña San Miguel

Esta muy bien descrito en el mencionado libro de Enrique Salamero.

La ruta no es apta para seres que sufren vértigo, pero en ningún momento tenemos que trepar o escalar. Si se evaluase sólo el camino y la traza que se pisa y no se concentrase en el abismo que está cerca y tan presente, se podría decir que es una senda que carece complicaciones. En la parte más estrecha se encuentran los anclajes para montar un pasa manos, aunque no hay ninguna instalación permanente. El último tramo, en la cara norte el camino está algo vestido.

Sea como fuere, las vistas a la Peña Amán y el Fraile, la roca, los buitres y la impresión de la verticalidad hacen que esta vuelta será inolvidable y nos dejará con la boca abierta.

Las Palomeras del Flumen

Las Palomeras del Flumen desde la cornisa que rodea la Peña Amán.
El abismo desde la cornisa impresiona.