El Monte Peiró es el gran molde que vigila la parte alta del Valle del Garona y sombrea al pueblo Bentué de Rasal por la mañana. Está situado en la divisoria de las cuencas del Río Garona y Isuela. Como su hermano «pequeño», la Peña Gratal, destaca con muy buenas vistas sobre el Pirineo Aragonés, el sendero que asciende a la cima del Peiró, sin embargo, es una gozada.
Lo que le hace tan especial es un pequeño hayedo que cubre la cabecera del Barranco del Peiró. El sendero traspasa esta joya que brilla con todo su esplendor de múltiples colores en otoño.
Otra atracción que llama la atención son los estratos que definen la cara norte del Monte Peiró. Según subimos vamos a verlos de distintas perspectivas, lo que convierte algunos en impresionantes agujas.
El sendero está balizado y limpio y no sorprende con ningún obstáculo, salvo su pendiente inicial. Pero esta podemos superar fácilmente con una marcha lenta y controlada.
Preparamos la mochila con el almuerzo, el agua y la correa para pasear una media jornada por uno de los últimos rincones idílicos del Río Isuela.
Tiempo:
Ascensión a la cima: 1h30
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Total: 2h30, media jornada
Aparcamiento:
Cogemos la carretera de Arguis a Rasal o Bentué de Rasal. Ignoramos una primera pista a mano izquierda y antes de pasar por un collado al Valle del Garona nos desviamos a la izquierda por una pista en buen estado. Bajamos y en la primera bifurcación giramos a la derecha. Esta pista nos lleva a un aparcamiento donde se inicia la senda. Hay carteles.
Acceso:
Bajamos del coche y iniciamos la marcha a paso lento por una antigua tiradera que sube por un pinar.
No hay perdida, ya que la senda está condicionada. Llegamos al hayedo donde hay una bifurcación indicada con carteles y paneles informativos.
El Hayedo del Peiró
Merece la pena que nos introduzcamos al bosque, ya que se encuentran las hayas más viejas apartadas de la senda.
Resta la ascensión a la cumbre por una zona más árida.
Retorno:
Rehacemos el camino en descenso.