En la cordillera divisoria entre el Río Isuela y el Río Flumen el Piacuto es la peña más elevada en el extremo el sur. Esta situación promete muy buenas vistas sobre la Hoya de Huesca y nos da pie para planificar y realizar una buena ruta por este modesto molde.
Varios pozos de nieve, pinturas rupestres, el pueblo de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña) y, sobre todo, el Castillo y la Ermita de Ordás proporcionan suficientes motivos para pasar un día explorando estos rincones idílicos cerca de Huesca ciudad.
La ruta presentada es básicamente una circular que lleva a la Ermita de Ordás la cual será el objetivo principal. Además podemos asomarnos a los muchos más puntos de interés durante el trayecto, si estamos dispuestos a prolongar la marcha. El tiempo invertido en la aproximación a estos objetivos adicionales varia entre 5 y 30min. Así que, si queremos visitar todo lo propuesto, llenaremos fácilmente una jornada completa.
Los caminos están relativamente bien cuidados y son obvios, ya que encontraremos carteles indicativos en casi todos los puntos claves. Sólo en la subida a las pinturas rupestres, muy cerca de Santolarieta, hay un desvío poco visible que es difícil de averiguar.
Preparamos la mochila con el almuerzo, agua y la correa para dar un entretenido paseo por el Monte Piacuto.
Tiempo:
De Santolarieta al abrigo rupestre: 30min.
Del abrigo al cruce de pistas: 30min.
Del cruce de pistas hasta la senda que baja del Pico Águila: 30min.
Descenso a la Ermita de Ordás: 30min.
De Ordás al observatorio de buitres: 30min.
Volver a Santolarieta desde el observatorio: 30min.
Objetivos adicionales:
Aproximación al Pozo de hielo Paco Lapinosa: 10min.
Aproximación al Castillo de Ordás: 5min.
Aproximación al refugio de pastores: 15min.
Aproximación al Pozo de nieve de Ordás: 5min.
Ascensión al Piacuto: 30min.
Aproximación al Pozo de hielo de las Planas: 10min.
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Total: 5h, jornada completa
Aparcamiento:
Aparcamos a lado de la iglesia de Santolarieta (Santa Eulalia de la Peña).
La excursión arranca en esta misma plaza.
Empezamos la marcha como indican los carteles hacia Ordás o Pico Águila. En cuando hemos salido del pueblo unos carteles marcan el desvío de la senda al abrigo rupestre o los Pozos de hielo de Paco Lapinosa. Así que, nos separemos de la pista que sigue en dirección oeste y avanzamos por una senda de menos entidad en dirección norte. A poca distancia del cartel tenemos que prestar mucha atención a no saltarnos otro desvío a la derecha, poco visible. Esta senda tuerce hacia el este y nos lleva hacia detrás del pueblo, donde se encuentra de nuevo un cartel indicativo que nos da la seguridad de estar en el camino correcto – hacia el abrigo rupestre.
(En caso de no haberlo visto, seguiríamos por la senda de cabras – más visible en este tramo – y toparíamos de nuevo con la pista más adelante. Volviendo por ella haríamos un pequeño bucle y podríamos intentar a averiguar el desvío de nuevo.)
La senda correcta nos introduce en una modesta y empinada canal que asciende en el margen oriental de Santolarieta. Por varias lazadas gana altura rápidamente y nos situará finalmente en el abrigo donde se encuentran las pinturas rupestres.
Las pinturas rupestres del Abrigo de la Raja L
El camino pasa justo por la rejilla de metal que protege las pinturas. La vaca salta al ojo en seguida pero las otras figura hay que buscar con atención.
Seguimos por la trocha que nos lleva ahora a una zona más llana. En esta zona la senda está un poco desdibujada por la constante erosión. La senda tuerce hacia la derecha y sigue en paralelo a un lecho de un torrente hasta corona un suave collado, donde se encuentra un cartel indicativo que está a la vista ya desde lejos. En este collado por primera vez tenemos unas bonitas vistas al norte con el Pirineo como horizonte. Podemos optar por visitar el Pozo de hielo de Paco Lapinosa como indica el cartel.
El Pozo de hielo de Paco Lapinosa
Como los muchos otros en la Sierra de Guara es una construcción interesante de una profundidad considerable. Además se encuentra en la misma explanada un curioso depósito/ataúd que llama la atención.
Volvemos al collado y seguimos en dirección norte. Una vez en la otra vertiente de la loma veremos con claridad el cruce de las pistas y el mole del Monte Piacuto delante. Merece la pena estudiar bien la situación de los caminos para poder orientarnos con facilitad cuando llegamos al cruce.
Hay una pista en buen estado que sube desde el Collado de San Miguel – nuestra derecha – y sigue por la cara oeste del Monte Piacuto hacia Ordás. En un collado se desvía una pista en mal estado a la izquierda para bajar por San Mamés a Santolarieta. En el mismo collado arranca también una senda que rodea el Monte Piacuto en suave ascenso por su cara este. Al principio va cruzando una linea de alta tensión. Esta es la senda que tenemos que tomar. Desde aquí vemos que empieza junto a unos carteles de dos pilones. Es importante fijarse en esto ahora, ya que estando una vez en el collado, no se aprecia fácilmente donde nace.
Teniendo el trayecto claro avanzamos y tomamos dicha senda que revela muy buenas vistas a los acantilados de Cienfuens y el Pirineo al fondo. Últimamente esta senda está de moda para la practica de la BBT. Como suelen usarla en el sentido descendente y por eso llegar a velocidades considerables, debemos estar preparados y controlar el perro.
Tras una larga travesía y finalmente un suave ascenso nos sitúa en un primer collado repleto de Erizón. En este punto existe una tímida senda sin señalización que baja directamente a Ordás, pero recomiendo no dejar el camino conocido, claro y bien pisado, que topa en breve con el sendero que desciende desde el Pico Águilas y lleva a Ordás también. Esta variante es un poco más larga, pero totalmente obvia y fácil de seguir en todo momento. En el cruce mencionado no hay carteles, pero obviamente tenemos que coger la nueva senda en el sentido descendente, es decir girar a la izquierda.
Después de una abrupta bajada pisaremos de nuevo la pista forestal que lleva a Ordás. La seguimos girando a la derecha y en apenas 2min. llegaremos a la ermita.

La Ermita de Ordás.
Si hay agua limpia, el perro puede refrescarse en el estanque a lado de la Ermita de Ordás.
La Ermita de Ordás
A primera vista este lugar no tiene nada especial, ya que los obreros han dejado algunos escombros en los alrededores del pequeño templo y las instalaciones no se cuidan demasiado (2016). Además la ermita está encajonado y oculto por el refugio adosado. Así que, no extrañaría que la primera impresión que se despertase cuando llegamos a este lugar sea la decepción.
Pero cuando vemos a ciertos detalles y sobre todo los alrededores quizá nos damos cuenta de la magia y singularidad del lugar.
Sobre todo destaca el marco del portal de la ermita. Estas piedras revelan estupendamente la historia que se esconde entre estos muros y como la autentica ermita fue tapada por construcciones más recientes. Para saber más recomiendo una vez más la pagina de Antonio García Omedes: «La Guía digital del Arte Románico«.
Si hemos elegido bien la fecha, el perro podrá bañarse en el estanco mientras visitamos la ermita y el refugio. Después debemos dedicarnos a explorar los alrededores.
La caseta de pastores
Tras un breve descenso llegamos a esta curiosa construcción que sigue en pie e intacta. Un cartel informativo muestra algunos datos interesantes.
Ademas veremos al castillo desde una perspectiva diferente. También merece la pena asomarse a la zona detrás de la caseta donde se encuentran unos muros de apoyo que forman pequeños campos o terrazas entre las rocas; un conjunto muy curioso y bonito.
Volvemos por la misma senda a la ermita. (Por cierto, esta senda tiene continuación y conecta con un pequeño aparcamiento que se encuentra junto a la Autovía del Monrepós. Tardaríamos apenas 15min en bajar.)
El Castillo de Ordás
Es quizás la construcción más interesante con la cual topamos en la excursión de hoy, a pesar de que se trata sólo de un muro. Este muro separa la plataforma cimera de una expuesta proa de su único acceso y convierte la cimera a una zona segura.
Cerca se esconden varios cuevas en un abrigo detrás del boj – quizás se trataba de los cobijos de los asediadores.
Sea como sea, el lugar es de cine, ya que hay muy buenas vistas a la Peña Gratal y sobre la Hoya de Huesca y por eso merece la pena detenerse un rato y almorzar, si hay ganas.
Ya de nuevo en la ermita iniciamos el retorno. En la misma terraza donde se ubica el templo arranca detrás una tímida senda hacia el sur. Esta lleva en breve a la Fuente y al Pozo de nieve de Ordás
La Fuente y el Pozo de nieve de Ordás
Pasamos directamente por la fuente que suele llevar agua todo el año y un poco más adelante un cartel indica la bajada al pozo.
Regresamos a la senda principal y seguimos en dirección sur. Tras de pasar un pinar repoblado nos deja de nuevo en la pista forestal, por la cual seguimos como indicado.
A poco distancia podemos atajar la pista de nuevo. Esta vez arranca la senda a mano izquierda y salva unas amplias lazadas. Después de una corta marcha por la senda nos encontramos de nueva con la pista y la seguimos en el sentido ascendente. Pronto llegaremos al cambio de ras donde veremos la caseta del observatorio de buitres a mano derecha y enfrente marcan dos hito la senda que asciende al Piacuto.
El Piacuto
En la subida hay que superar varios pasos de I, nada preocupante, pero tenemos que tener en cuenta que después debemos ser capaces de bajar por estas mismas trepadas.
En apenas 30min estamos en la cima y podemos disfrutar de las vistas a casi todo el recorrido que hemos efectuado durante la jornada de hoy. Merece la pena.
Una variante para bajar de la cima existe en la cara este de la peña. La senda está mucho menos definida, pero carece totalmente de tramos complicados. Discurre hacia el norte por la cresta hasta un suave collado. Allí tuerce a la derecha y sigue bajando entre campos abandonados hasta topar con la senda que hemos recorrido ya antes.
De nuevo en el observatorio de buitres seguimos por la pista, ahora bajando, hasta el cruce que conocemos ya. Esta vez seguimos en dirección Santolarieta como indica el cartel. Tras una incomoda marcha por piedras sueltas al principio llegamos a un desvío donde indica un cartel el Pozo de hielo de las Planas.
El Pozo de hielo de las Planas
En la aproximación pasamos por la Balsa de San Mamés. Recomiendo controlar al perro en este lugar, ya que el agua está rodeado por una zona de barro putrefacto. (El perro, como el amo, tendrá de nuevo agua fresca en el pueblo.)
Cerca del pozo veremos un grupo de carrascas a 100m encima de la senda. Merece la pena visitarlas, ya que hay un ejemplar bastante viejo y sus copas hacen una sombra agradable que será bienvenida para sestear un ratito antes de volver al coche.
Retorno
Volvemos a la pista y seguimos por ella hasta el pueblo que se halla ya muy cerca.