La Senda del Turmo y el Mascún Real

 El Cañón del Mascún

En el Cañón del Mascún por la mañana de un precioso día en primavera.
Robert intenta superar la poza sin mojarse.

La ruta de Rodellar a Otín por la Costera es, junto con la de las Pasarelas de Alquézar y la visita de San Martín de la Val d’Onsera, una de las más famosas de toda la Sierra. La variante circular por la Senda del Turmo es un poco más exigente, difícil y por eso menos recorrido, pero la única y verdadera manera de conocer el Mascún Real al fondo. Encontraremos joyas de paisajes de tanta belleza que se escape de mi capacidad de expresarlas en castellano…

Ficha TurmoPara los barranquistas el Mascún es el corazón de Guara, dado que es técnico, largo, completo y muy bonito, especialmente los Oscuros de Otín, por su parte el corazón del Mascún, son la mar de bonito.

Con el perro no llegaremos a pasar por este tramo, pero todas las atracciones de la parte río abajo, el Mascún real e inferior, las podemos contemplar durante la excursión – justo lo que la mayoría de los barranquistas ya no percibe después de aproximadamente 7h de caminata y 11 rápeles. (Lo mismo les pasa en el Barasil después de las Gorgas Negras).

Dos quejigos características cerca de Otín

Dos quejigos característicos cerca de Otín.

El recorrido es fácil de seguir, ya que una parte discurre por el lecho del río y otra es un PR. En todos los libros se encuentran descripciones de la ruta o, por lo menos, unas variaciones de la misma. Los senderos están bien indicados y trazados, incluso el tramo del Turmo y los únicos obstáculos los encontraremos en el mismo río y eso lo debo detallar un poco más:

1) La fecha

En primavera o después de lluvias importantes, cuando el Mascún lleva agua, la excursión es muy bonita, insuperable, pero el avance, sea por el agua o por las sendas que evitan las pozas, es mucho más lento. Ademas, encontraremos agua en el Barranco de Otín cerca del pueblo, que el perro agradecerá.

En verano y otoño se seca. Entonces resulta menos atractivo, pero podemos caminar cómodamente en muchos tramos por el lecho del río.

La Iglesia de Otín

Otín, el Barrio de la Iglesia.
En cuando llegamos por la Senda del Turmo al collado, se abren las vistas a este pueblo abandonado delante de nosotros.

2) Las pozas y el caos

Los caminos que evitan las pozas o el caos son en general «sendas de cabras», mucha vegetación, mala traza, expuestos y varios resaltes y escalones para trepar. No son del todo fácil y requieren más bien una descripción que una simple mención.

Eso ofrecen dos libros:

  • La Guía Alpina «La Sierra de Guara de Oscar Ballarín y
  • La Guía de Barrancos «Sierras de Piedra y Agua» de Enrique Salamero.

3) El sentido de la ruta

La Senda del Turmo es una cuesta muy fuerte y larga, donde nos cargaremos las rodillas considerablemente, si la bajamos. Por eso, el sentido correcto de la excursión es el anti horario. Pero introducirse en el cañón bajando por dicha senda es un espectáculo inolvidable que no se debe descartar. Una persona entrenada, que tiene experiencia en bajar a plomo más de 400m de desnivel, puede asumir el riesgo y plantear la excursión en el sentido horario.

El Cañón del Mascún

El Cañón del Mascún.
Justo aquí la Senda del Turmo se desploma y se introduce al barranco.

La Peña Amán

El Salto de Roldán

El Salto de Roldán al fondo.
En el soleado camino Robert busca la sombra en los rincones donde hay buenas vistas a estos dos moldes de conglomerado.

Como su gemela, la Peña San Miguel, se trata de un pico llamativo para una excursión de media jornada. En su cima no se encuentran ruinas, ya que la plataforma cimera no ofrece suficiente espacio para unas edificaciones como las que se encuentran en el otro lado del Río Flumen, pero encontraremos paz y silencio, dado que la ascensión implica una caminata de casi dos horas y eso espanta a la gente que prefiere llegar en coche a los objetivos de sus excursiones.

Ficha Peña AmánLas vistas y el entorno son iguales de espectaculares y, al contrario que la peña gemela, el perro puede llegar a la penúltima plataforma, muy cerca de la cima. La última se logra por unas clavijas expuestas que superan un escalón de unos 4m. Mientras hacemos cima, el perro puede esperar a pie de dichas clavijas y después podremos tomar el almuerzo con él más abajo en una de las cornisas accesibles, donde las vistas nos dejarán también con boca abierta (evidentemente no mientras comemos).

El Salto de Roldán

El Salto de Roldán.
Las vistas desde la cornisa donde suelo tomar el almuerzo – un panorama inmejorable y con la compañía de mi perro y los buitres, nada más.

La senda hacia la cima es clara y bonita, con el objetivo casi siempre delante. En primavera podemos encontrar agua para nuestro amigo de cuatro patas en un riachuelo afluente del Barranco San Martín, cerca del coche, y en el manantial de la Fuendibién, situado más o menos en la mitad del ascenso. En verano se secan los barrancos y dicho manantial se reduce en unos charcos de barro, donde el perro puede más bien ensuciarse, en vez de refrescarse, pero menos es nada.

El balcón de la cara sur

El balcón de la cara sur

El balcón de la cara sur. El bloque que inicia la cornisa en primer plano y la Hoya de Huesca al fondo.

Después de haber pasado de nuevo el paso de I en la bajada y antes de seguir por las lazadas del camino hacia el collado, podemos desviarnos por la derecha y visitar un lugar singular en la cara sur de la peña.

Sólo debemos seguir una tímida trocha que sigue en horizontal por una faja por el este del molde. Esta faja se estrecha según avanzamos, pero la senda tiene continuidad hasta un mirador natural colgado sobre la Hoya de Huesca. Es la primera cornisa que interrumpe la verticalidad de la Peña Amán y inicia el sistema de panzas que forma la cumbre. Está visible desde lejos por un gran bloque desprendido que marca su inicio. Ya cerca de él, la senda cruza una canal donde la trocha queda tapada por el boj y se acerca bastante a los acantilados. ¡Cuidado en este punto!

Una vez pasado el bloque nos podemos acomodar en la cornisa y disfrutar del vacío, del vuelo de los buitres, de la soledad y de las buenas vistas a la capital.

La Peña San Miguel y el Fraile

La Peña San Miguel y el Fraile.
Se divisan 2 de los objetivos descritos en la entrada «La Peña San Miguel«:
– La cornisa que tiene continuidad es la que arranca en un pequeño campo en la cara sur (izquierda) de la peña.
– Detrás de la peña, donde la pista pasa por el resalte rocoso en la izquierda de la foto se encuentra el mirador.

La Peña San Miguel

La Peña San Miguel

La Peña San Miguel.
En el sistema de cornisas que rodea la peña Robert me indica el camino.

Por las instalaciones de escaleras y clavijas que abren el paso a la cima, las ruinas árabes, su cercanía de Huesca, su fácil alcance con el coche y por su extraña belleza la Peña San Miguel fue siempre un objetivo solicitado de los excursionistas. El perro no llegará a la cima, ya que su alcance obliga a superar varias vertiginosas escaleras de metal y algunas clavijas, pero podemos completar una media jornada con tres otros objetivos que nos asombrarán tanto como la cima.

Ficha Peña San Miguel

1. El Mirador del Salto de Roldán

Siguiendo por la pista podemos alcanzar a pie en pocos minutos un mirador que ofrece una buena perspectiva del conjunto del Salto de Roldán y de los acantilados de Cienfuens. Como la pista está restringida no habrá mucho trafico.

2. El cauce del Río Flumen

Desde el mismo aparcamiento en el Collado de San Miguel baja por la vertiente norte una pista que se convierte en seguida en una senda. Esta nos llevará a las ruinas y los Campos de Santolarieta. Próxima a estos se encuentra el Manantial de los Lavallos. Podemos acercarnos a la fuente por una corta senda a mano derecha. Ahora nos separa sólo poca distancia del mismo lecho del río. En una bifurcación podemos seguir por el ramal izquierdo para llegar a la pasarela del camino que asciende por la cara norte de la Peña Amán o por el otro que nos llevará a la pasarela de piedras del camino que se introduce a las Palomeras del Flumen.

El retorno al collado puede ser muy caluroso, si elegimos mal la hora y eso podrá pasar fácilmente, dado que en el fondo del valle el sol se va pronto y nos da una sensación de frío que no es verdadera en la subida. Por eso está bien que sepamos donde se halla la fuente.

Si queremos realizar una marcha más seria y larga podemos optar por la ruta de la Bozosa de San Miguel. Esta tiene su propia entrada en el blog.

El Río Flumen

El Río Flumen.
El típico color verde intenso del Flumen en esta zona invita a tomar un baño. Lo que nos se ve en la foto son las inmensas paredes que bajan del Fraile y la Peña Amán a las orillas – Robert las está admirando… ¿o son los buitres los que le llaman la atención?

3. La vuelta a la Peña San Miguel

Esta muy bien descrito en el mencionado libro de Enrique Salamero.

La ruta no es apta para seres que sufren vértigo, pero en ningún momento tenemos que trepar o escalar. Si se evaluase sólo el camino y la traza que se pisa y no se concentrase en el abismo que está cerca y tan presente, se podría decir que es una senda que carece complicaciones. En la parte más estrecha se encuentran los anclajes para montar un pasa manos, aunque no hay ninguna instalación permanente. El último tramo, en la cara norte el camino está algo vestido.

Sea como fuere, las vistas a la Peña Amán y el Fraile, la roca, los buitres y la impresión de la verticalidad hacen que esta vuelta será inolvidable y nos dejará con la boca abierta.

Las Palomeras del Flumen

Las Palomeras del Flumen desde la cornisa que rodea la Peña Amán.
El abismo desde la cornisa impresiona.

Ascensión al Tozal de Asba

El Tozal de Asba

La Cima del Tozal de Asba.
El Vignemale, Taillón, Marboré, Monte Perdido y Robert están presente.
Como se trata del pico más elevado del margen oriental de la Sierra de Guara propone muy buenas vistas sobre el Pirineo y el Somontano.

El Tozal de Asba es un pico suave y cómodo, acompañado de un ambiente de leyendas y brujería. Por eso vale la pena informarse sobre los múltiples cuentos y misterios que rodean la zona, como la bonita historia sobre la encina de Lecina. Más sobre eso se encuentra en el estupendo libro «Leyendas de Guara» de Javier Casasus Latorre o en las paginas web de los pueblos que rodean la zona.

Ficha AsbaLa ascensión se puede iniciar desde Santa María de la Nuez (más entretenido) o desde Betorz (tramo largo de pista). Para extenderla a una excursión para una jornada completa recomiendo la circular entre estos tres objetivos. Los caminos están todos balizados y fácil de perseguir. Hay fuentes en los pueblos: la de Betorz han reformado hace poco y es bonita. También vale la peña visitar la mágica Fuente Laspuña que nos costará un 1h más de caminata. En la Balsa de Asba suele haber agua fuera de las temporadas más calurosas del año. De hecho, este sitio encantador será uno de los objetivos principales de la excursión. Allí se encuentra un pequeño bosquecillo de boj que asombra con el tamaño de sus árboles y la frescura que mantiene en el interior.

La Balsa de Asba

La Balsa de Asba con el idílico refugio de pastores.
A la izquierda se encuentra el bosque de boj y a la derecha la balsa, casi seca en otoño.

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda.
Robert sestea en su sombra.

Un impresionante objetivo que asombra cada vez que aparece a la vista, incluso después de varias visitas. Las vistas al Barranco Fornocal (afluente del Río Vero), a la parte inferior de conglomerado y a la superior de caliza, son de la primera y enmarcan esta excursión con insospechados detalles, sorpresas y bellezas.

Ficha Portal de la CunardaDebido a la falta de agua durante todo el camino en verano debemos elegir como fecha el invierno o la primavera, ya que entonces encontraremos agua para el perro en la cabecera del Barranco de las Palomeras y el calor todavía no «mata».

El Barranco de las Palomeras

El Barranco de las Palomeras.
Robert toma un baño, pero yo sigo pasando calor.

En todas las guías figura como inicio de la ruta el pueblo Colungo, pero me parece más apto dejar el coche en el desvió del PR de la pista que lleva Suelves. Es fácil de encontrar, como un cartel lo indica y hay una pequeña explanada para un vehículo. De tal modo iniciamos nuestra ruta en un sendero evitando todos los tramos, donde nos podría molestar el trafico y nos ahorramos más que una media hora de caminata incomoda. Dicha pista se desvía de la carretera a mano derecha justo detrás el puentecillo que salva el Barranco de los Pilones 1km después de Colungo (baliza de GR).

La ruta circular que describe Oscar Bailarín en su libro «Sierra de Guara» no es aconsejable para nosotros dado que implica en la vuelta un largo tramo de pista donde circulan coches a menudo. Resulta mejor, volver rehaciendo el acceso. Pero sí, recomiendo bajar, sin camino obvio, a la plataforma rocosa debajo del Portal que menciona. Nos sorprenderá con la nueva perspectiva del mismo y nuevas, bonitas vistas.

Nota personal:

Dicha plataforma está ya cerca del río, pero un acantilado impide la bajada inmediata. Me parece que había una senda para acercarse desde lo alto al cauce del Fornocal que hoy en día está borrada por la vegetación y hasta ahora no he encontrado una buena manera para completar la excursión con un baño en una de las bonitas pozas de dicho barranco. Espero que en un futuro puedo anotar por donde se puede bajar desde el Portal hasta el barranco. ¡Ojala!

El Portal de la Cunarda

El Portal de la Cunarda.

Por la Sierra de Bonés al Nacimiento del Río Flumen

El nacimiento del Río Flumen

El Nacimiento del Río Flumen.
Entre prados y riachuelos, boj y pino – Robert lo pasa pipa.

Las campas de Bonés donde nace el Río Flumen son atípicos para Guara. No encontraremos pozas profundas, agujas, covachos, acantilados o terreno seco como nos ofrecen los cañones de los ríos que traspasan la sierra en otras zonas. Parecido a las Mallatas del Alcanadre se trata de una ‘esponja’ natural salpicada de boj y pino entre las Sierras de Bonés y Javierre que mana en varios puntos los aguas que se unen finalmente en una cascada y forman el Río Flumen.

Pasear con el perro por estos prados amplios es el objetivo principal de esta excursión. De paso descubriremos pozas, cascadas o árboles dignos de ver. Además visitaremos una ermita y una acequia que tienen encanto. Preparamos la correa para el perro y un picnic para pasar una media jornada en un paisaje más verde de lo habitual.

Ficha Bones

Tiempo:

Del Mesón Nuevo hasta encontrar el PR: 20min

Del encuentro con el PR al collado: 20min

Del collado a las Campas de Bonés: 20min

De la cascada hasta el Mesón Nuevo por la acequia: 1h

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Total: (Calculando un paseo por las Campas) 3h 30, media jornada

Aparcamiento:

Coger la carretera vieja de Monrpós y aparcar en el Mesón Nuevo.

Acceso:

Tomamos una pista muy vieja y erosionada que arranca 400m antes del Mesón a mano derecha (bajando).

Para bajar hacia ella y evitar la carretera nos podemos meter en el terreno que se encuentra encima de la carretera y seguir la canal. A partir del cruce del canal con la carretera el avance campo a través se hace muy pesado y complicado. Por eso, recomiendo ir los últimos 200m con el perro atado por la carretera.

Subimos la pista principal que nos acerca al oleoducto y por varias lazadas cerradas nos situará en la vereda del mismo. Seguimos por una senda muy poco marcada unos 40m recto por arriba para topar con el PR que viene desde Arguis. (Para la orientación: el PR  atraviesa el oleoducto 20m encima del cartel «103».)

Todo este acceso es feo: molesta el ruido de la autopista, el terreno es hostil y el oleoducto sólo nos sirve para la orientación,  pero a partir del encuentro con el PR que es un camino antiguo todo cambia y podremos disfrutar de lo que es el senderismo.

En el sendero que baja de la Sierra de Bonés

El sendero que baja de la Sierra de Bonés a los prados.
Robert posa debajo de un viejo pino.

Pronto llegamos por una senda de buena traza al collado donde se abren la primera vez las vistas al Pirineo y las Campas de Bonés. Siguiendo por el sendero nos bajamos sin complicaciones por un bonito pinar hasta topar con una pista. Desde allí advertimos bien la Ermita de la Magdalena que nos sirve como campo base o referencia principal de orientación.

Las Campas de Bonés:

Las Campas están limitadas en el sur y oeste por la pista en la cual estamos situados. Esta da la vuelta por toda la explanada y sube a la cresta de la colina que tenemos enfrente (la Sierra de Javierre) y la cual nos sirve de limite hacia el norte. En función del tiempo que queremos invertir podemos explorar toda la zona a mano izquierda (oeste) de la ermita (la cual es el limite hacia el este) . Podemos pasear por todos los prados en función a la presencia del ganado y intentar a no molestarle demasiado.

Mapa de los prados de Bonés

Recorte del mapa de Sigpac.

El Río Flumen dibuja meandros por distintos ramales entre los prados verdes. Como toda la zona está salpicada de pinos y bojes, ocurrirá que nos perderemos en algún momento, pero, dado que  la ermita está situada en un pequeño montículo, se recupera la orientación fácilmente. Se ofrecen varias atracciones que merecen una visita:

La Ermita de la Magdalena:

La Ermita de la Magdalena de Bonés

La Ermita de la Magdalena debajo de la tormenta.

Hoy en día sirve de refugio para cazadores, pastores o excursionistas. A su lado se encuentra una pequeña balsa artificial y el Río Flumen rodea el montículo que la ubica por debajo.

El Nacimiento del Río Flumen:

Un poco más arriba de la ermita encontraremos la fuente que se considera como el Nacimiento del Flumen. En el bonito pino que se halla encima de la fuente hay una pequeña estatua de María con su hijo en brazos. Mucho más tío arriba, donde cruza la pista, se encuentra otro manantial importante: la Fuente Latar.

El Nacimiento del Río Flumen

El Nacimiento del Río Flumen.

La cresta de Santa Cruz:

Por toda la cresta que limita las Campas por el norte discurre una pista por la cual podemos llegar a varios miradores con vistas al Pirineo. Podemos subir por la misma pista o por distintas sendas de ganado. ¡Cuidado con el calor! Esta vertiente del valle se llama «Solano de Santa Cruz», lo que indica el clima que se estabiliza en verano allí. Además, es una zona seca.

Y más..

  • En el extremo suroeste se encuentra un pinar, bonito y pequeño, que atrae por la posible presencia de setas.
  • El panel explicativo que se encuentra en la pista menciona una necrópolis medieval, pero no sé donde se encuentra exactamente.

Para terminar nuestra ruta y volver al Mesón Nuevo tenemos que bajar por los campos en la orilla derecha del río sin camino obvio. Aunque no hay ningún camino señalizado en los siguientes tramos, resulta fácil encontrar los objetivos. A poca distancia se unen todos los ramales y barrancos en una bonita cascada. Para mí es el clímax de la excursión: La hermosa cascada y la hierba, suave y verde – nos invitan a descansar y tomar el almuerzo allí.

El Nacimiento del Río Flumen

El Nacimiento del Río Flumen.
La cascada debajo de la Emita de la Magdalena.

Siguiendo por la orilla derecha una tímida senda nos lleva a una pequeña presa que desvía una parte de las aguas del Flumen a la Acequia de Bonés que las conduce al Embalse de Arguis. Allí tenemos que coger una senda que discurre por la orilla izquierda de esta canal.

Dicha senda, suficientemente bien trazada, nos introduce en un bosque mixto, fabuloso y salvaje, siempre siguiendo la dirección de la canal. La perseguimos hasta topar con el oleoducto. Allí se podría seguir por la canal, pero la vegetación llega a molestar en este segundo tramo. Por eso aconsejo subir por la trocha del oleoducto unos 50m y seguir por la pista en la misma dirección.

Puente sobre la canal

La Acequia de Bonés que lleva una parte de las aguas del Flumen al Embalse de Arguis.
Un idílico puente nos permite alcanzar la pista que discurre paralelo, si nos cansamos de ir por sendas salvajes. Si bajamos desde allí por unos campos abandonados al mismo río, encontraremos otra bonita cascada con una poza somera.

Retorno:

Seguimos la pista una media hora hacia el este. Más adelante vemos un cartel que indica el arranque del viejo sendero que nos llevará al Mesón Nuevo de nuevo. Este discurre cerca de la canal de antes, y hay algún punto de acceso al agua para el perro (el más fácil está en el mismo collado).

Por las pozas de la Pardina de Ascaso

Pozas del Río Flumen

Pozas del Río Flumen.

Este paseo es el marco para pasar unas horas de relax en la orilla de un río maravilloso. El Flumen forma en este tramo, cerca de la Pardina de Ascaso, una cadena de pozas verdes y fabulosas. La temperatura del agua es sorprendentemente agradable y su color verde transparente invita a bañarse. Se puede minimizar toda la ruta a un paseo de por el mismo lecho del río, remontandole sin dificultades.

Preparamos la mochila según la duración del paseo que nos apetezca, cogemos la correa y disfrutamos de un día sin prisas, ni estrés.

Ficha Ascaso

Tiempo:

Irrelevante

Desde las primeras pozas al aparcamiento: 15min.

Desde el aparcamiento a la desembocadura del Barranco Barón por la orilla derecha: 45min

Desde la desembocadura del Barranco Barón al aparcamiento: 45min.

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Total: irrelevante, 2h 30, media jornada

Aparcamiento:

En la carretera de Belsué a Nocito cruzando la primera vez el Río Flumen, aparcamos en la chopera, justo después del puente a mano izquierda.

Acceso:

Desde la chopera cogemos la pista que arranca del aparcamiento y cruza el río en seguida. Subimos al pueblo abandonado de Santa María de Belsué. Allí empieza la excursión.

Santa María de Belsué:

La aldea está situada en el centro de un meandro del Río Flumen. Entre las ruinas encontramos una curiosa iglesia parroquial del siglo XI. 

Andamos por el GR que se dirige hacia el oeste y cruza en seguida el río. (En este punto podríamos seguir ya por el lecho. Mas adelante encontraremos otras posibilidades para bajar al río.) El sendero nos lleva en lo alto a unos edificios en ruinas.

La Pardina de Ascaso:

La Pardina de Ascaso

La Pardina de Ascaso y la bonita poza debajo.

La poza más grande se encuentra debajo de las ruinas de la Pardina de Ascaso. Los edificios de la misma pardina sirvieron de campamento juvenil hace décadas. Hoy en día quedan sólo ruinas. Alrededor de las ruinas encontramos los viejos campos de cultivo, viejos árboles frutales y corrales para el ganado.

Para seguir nuestro camino debemos estar atentos en este punto. El GR se va alejando del río, pero nosotros vamos en búsqueda de un sendero que discurre por los viejos campos paralelo al Flumen. Lo más fácil es, fijarse en una glera de margas que tenemos más delante. Justo encima de dicha glera pasa el camino que buscamos y nos podemos acercar a el por los viejos campos que bordean la zona de margas. De nuevo en un sendero, le seguimos hasta que nos sitúa en la orilla del río, cerca de la confluencia.

El Barranco Barón:

En la desembocadura del Barranco Barón, se encuentran dos pozas, una en cada río: la que lleva el agua calentita del Flumen y la que lleva el agua fría del Barón. ¡Un spa natural!

Confluencia del Barranco Barón con el Río Flumen

Confluencia del Barranco Barón con el Río Flumen.
El de la izquierda es el Flumen y baja calentito; a la derecha se ve la última poza del Barranco Barón – más bonita, pero más fría.

Además se encuentran varios caminos en este punto, aunque no es obvio donde arrancan los caminos, pues no hay carteles, ni hitos:

Por la orilla izquierda del Río Flumen sube una senda hacia el Monrepós (Más información en la entrada «El tramo olvidado del Flumen«). Por la orilla izquierda del Barranco Barón sube una a la Pardina de Ubsieto (Más información en la entrada «Vuelta por el Tozal de Lusera«) y en la orilla izquierda debajo de la desembocadura encontraremos otra que conduce a Santa María de Belsué. Esta última nos podría servirá de retorno.

La traza no se pierde de todo, pero está ya invadida por las zarzas y el matorral, especialmente al principio y al final. Por eso, aconsejo recorrerla solamente con pantalones largos y zapatos, que protegen los pies. Otra molestia de la senda se manifiesta en el calor, que pasaremos, pues discurre por el valle del Flumen en lo alto, donde no encontraremos agua y La bajada al río es factible en algunos puntos, pero nada fácil. Nos lleva en unos 30min a Santa María de Belsué, pasando por buenos miradores de la zona, que hemos remontado antes

Vistas al Flumen y la Pardina de Ascaso

Vistas al Flumen y la Pardina de Ascaso desde la senda de retorno.

No es obvio donde arrancan los caminos, pues no hay carteles, ni hitos. El camino, que conduce a Santa María de Belsué, le encontramos fácilmente en la orilla izquierda de la última poza del Barranco Barón. (Es justo la poza fría del mencionado spa.)

No se olvida que todo el retorno se puede efectuar opcionalmente por el lecho del río.

Retorno:

Volvemos desde Santa María de Belsué al coche por el mismo camino.

Variantes:

En la carretera del Mesón Nuevo a Belsué aparcamos en la primera curva cerrada hacia la derecha.

Hay sitio para dos coches. A mano izquierda nace en la curva una pista en muy mal estado. Pronto se convierte en una senda que nos lleva hasta las ruinas de la Pardina de Ascaso, que vemos ya desde lejos. Nos costará un poco más de una media hora.

¡Cuidado en la vuelta! Por la Pardina pasa el GR 1 hacia Belsué. Nos podríamos equivocar y tomar el GR como retorno.

El camino correcto arranca a mano derecha, mirando desde el río, no está balizado y discurre por media ladera. El GR, al contrario, discurre por un barranquillo.

Si hay tiempo, vale la pena visitar la población abandonada de Lúsera. Hay rincones recién arreglados, como la iglesia, debajo de Lúsera, el otro lado de la carretera se encuentra la bonita poza final del Barranco Caruaca. Bonito, recomendable y acceso inmediato.

Nota personal:

Mi pareja de entonces y dos amigos austriacos visitábamos hace años el pueblo Lúsera. Paseando por las casas abandonadas escuché un grito de la novia, que estaba por el otro lado de la casa:

Robert se cayó en un pozo de unos 4m de profundidad. Olfateaba el agua y saltó por el murillo del pozo. Allí abajo estuvo llorando y nadando por el agua oscura.

El tenía 1 año y por el calor que pasábamos todos tenía mucha sed.

Menos mal que uno de los austriacos es guía de montaña, llevaba (como siempre) unas cuerdas en el coche y pudo instalar un rápel. Mientras él estaba instalando, hubo un momento, en cual ya no escuchamos más los chillidos de Robert. Yo, pensando lo peor, empecé a perder la calma. Pero la novia bajó heroicamente al pozo para salvar al pobre perro. Lo encontró agarrándose en una cornisa dentro del pozo temblando de miedo. Después de este susto, nos fuimos a las pozas del Flumen para relajarnos.

En situaciones como esta, nos damos cuenta de la importancia del manejo de los nudos y las cuerdas. Yo, por lo menos, me aficioné a los nudos aquel día.

Como están rehabilitando el pueblo, el pozo está tapado hoy en día, pero hay otro, que la gente usa y está abierto. ¡Cuidado!

Pozo en Lusera

Uno de los pozo en Lusera.

El Torreón de Santa Eulalia la Mayor

Vistas desde el Torreón

Vistas desde el Torreón.
En primer plano en la esquina derecha: La Peña del Pipre y el Mallo Loco.
En segundo plano: La Peña San Cosme (debajo estos paredes se esconde de nuestros ojos la ermita del mismo nombre).
Detrás: el Pico de Mondinero con la Predicadera (las paredes blancas)
Al fondo: Fragineto y, el más alto en las nubes, el Tozal de Guara

Se trata de un pequeño paseo, sin complicaciones pero con muchas atracciones: la atalaya, el aljibe, la Ermita de la Virgen de Sescún, el merendero, el lavadero, el pueblo y, sin duda, las vistas.

Ficha Eulalia

Tiempo:

Desde la ermita a la atalaya: 10min

Desde la ermita al lavadero: 10min

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Total: 40min.

Aparcamiento:

En lo alto del pueblo a lado de la ermita.

Acceso:

La excursión empieza saliendo del coche.

Una variante más larga sería aparcar el coche en la carretera a Vadiello cerca del km 9 o del km 12. Desde estos puntos suben sendas señalizadas al pueblo de Santa Eulalia (cada uno 45min de ascensión).

No hay ninguna complicación en encontrar dichos objetivos, ya que todos están señalizados y los caminos acondicionados. Así, nos podemos concentrar en las esplendidas vistas sobre la zona de Vadiello, las cumbres de Guara y la Hoya de Huesca o, con un poco de suerte, observar los vuelos de los buitres.

La Ermita de la Virgen de Sescún y la atalaya desde el camino al lavadero

La Ermita de la Virgen de Sescún y la atalaya.
Visto desde el camino al lavadero.

 

El Barrasil

El Barranco Barrasil

El Barranco Barrasil.
Robert en una de las pozas del Bozacal de los Gatos

El Barrasil es el tramo del Río Alcanadre que se encuentra entre las llanuras de Chasa y el Puente Pedruel y fue recorrido e, incluso, parcialmente cultivado desde siempre. Nosotros podemos aprovechar las sendas antiguas que llevaban a los campesinos, pescadores y cazadores a dentro del cañón y por las orillas para disfrutar de una composición de bellos paisajes: acantilados contra prados, pozas contra rápidos.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina.

En la primera parte de la circular podemos visitar la curiosa Cueva de Andrebod. Después llegamos al río en un lugar que refleja paz y vida – los Campos de Chasa, cruzamos un impresionante caos – el Bozacal de los Gatos, y salimos del cañón en su zona más bonita – la Caxigareta. En el retorno a Rodellar podemos pasar por el idílico y viejo Puente Coda, si nos quedan tiempo y ganas. Estos son los objetivos principales de la excursión, aunque tropezamos con más singularidades como la Fuente Mascún o los Ventanales.

Preparamos la mochila, llevamos una botella de agua, el almuerzo y la correa para explorar un lugar maravilloso que se ha convertido modernamente en terreno de los barranquistas y escaladores, pero que es igual de accesible para nosotros – los excursionistas – y merece, sin duda, nuestra visita.

Ficha Barrasil

Tiempo:

De Rodellar a los prados de Seral: 1h.

Bajada a Chasa: 45min.

Desde Chasa hasta la Caxigareta: Irrelevante.

Desde la Caxigareta al Puente Coda: 1h.

Del Puente Coda a Rodellar 30min.

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Total: irrelevante, 5h 30, jornada completa

Aparcamiento:

Rodellar

Acceso:

Bajamos de Rodellar a la Fuente Mascún. A escasa distancia río arriba desemboca la Garganta Baja por la cual sube el camino que debemos tomar.

Subimos por dicho camino, indicado con “Losa Mora” y nos introducimos en una canal de mucha vegetación. Después de apenas una media hora se abre la garganta un poco y el camino cruza una amplia pedrera que baja de la ladera a nuestra derecha donde vemos, unos 100m encima del camino, la boca de una cueva, grande y oscura.

La Cueva de Andrebot:

Aunque la subida es calurosa, incomoda y pendiente, vale la pena visitar esta cueva que carece de peligros en forma de agujeros o túneles por donde el perro se podría perder.

La Cueva de Andrebot

La Cueva de Andrebot.

Para subir a ella, nos situamos en el punto donde el camino sale de nuevo de la pedrera. Desde aquí adivinamos los rastros de una senda que sube en diagonal hacia la derecha hasta un bloque rodeado de boj donde suele haber un hito. A partir de dicho bloque hay una cuerda que nos ayuda subir el empinado canchal entre el boj y las zarzas. Guiado por esta llegaremos al llano delante de la boca. Ahora sólo queda seguir la tímida senda que nos llevará a dentro. La subida nos cuesta sólo 10min, pero mucho esfuerzo y sudor en verano.

En su interior encontraremos bonitas esculturas de toba cubiertas de una pátina verde y un poco de frescura que hará falta. Además se encuentran en la parte alta de la sala, detrás de un bloque, unos charcos de agua donde el perro puede beber.

De nuevo en el camino de la Garganta Baja seguimos subiendo hasta llegar a la Pardina de Seral. (‘Pardina’ porque se encontraba un edificio en este sitio. Hoy en día, sólo encontramos unas pocas piedras que quedan de los muros. Mira en la página: El Valle de Rodelar: La Caseta Seral).

En las Campas de Seral se encuentran varios caminos:

  • Hacia el norte, nuestra derecha, lleva una pista al Dolmen Losa Mora y los pueblos Otín y Nasarre.
  • Hacia el noreste una senda, tímida y bien camuflada, sube a un refugio pastoral ubicado en un covacho de los acantilados que bajan del Tozal de las Gleras. La subida a la misma cima es factible, pero la prolongación de la senda está perdida.
  • Hacia el suroeste arranca el camino que baja al Río Alcanadre (nuestra ruta). Al principio se junta con una pista que sube a la Plana Alta de la Peña Grau, pero se desvía de nuestro camino justo en el collado que nos separa de la cuenca del Alcanadre.

Cogemos el camino indicado como “Bco. Barasil” y bajamos al río sin perdida ganando primero un pequeño collado en el cual dejamos detrás la pista intransitable que sube hacia la Peña Grau. En un viejo cartel “Barasil”, ya cerca del río, seguimos mejor por el ramal a mano derecha que nos dejará más cerca de la Fuente San Cristóbal.

Los Campos de Casa:

Es un sitio precioso.

Los Campos de Chasa

Los Campos de Chasa.
Vista desde la Peña Castillazuala que se encuentra en la ladera opuesta del Alcanadre. Se distinguen los dos ramales del camino que baja desde Seral. Río arriba, debajo de los acantilados de las Cuás, se encuentran las Gorgas Negras. Se puede remontar el río a nado por bonitas pozas hasta una badina larga y fría nos introduciría en el mundo de los barranquistas que ya no es apto para el perro.

Nos encontramos en un llano donde el río pasa con tranquilidad formando bonitas pozas entre los campos antiguamente cultivados. La llanura está vigilada por los acantilados de la Peña Grau y del Puntal de la Rubiacha en el margen izquierdo y de la Peña Castillazuala en el lado opuesto. La importante Fuente de San Cristóbal encontraremos río arriba en la orilla derecha, después del último campo, entrando ya en la zona de los bloques. De vez en cuando baja el ganado de la Plana Alta a estos campos para abrevar y refrescarse. Nosotros deberíamos hacer lo mismo y sestear un rato en la sombra de los chopos para disfrutar de la paz que refleja este lugar.

Nos ponemos de nuevo en marcha siguiendo la corriente del río para enfrentarnos con el tramo más difícil y, al mismo tiempo, más espectacular de la excursión: el Barranco Barrasil.

Por casi todo el tramo del río que tenemos adelante, discurren viejas sendas por las orillas. Tenemos que cruzar el lecho del río varias veces donde nos mojamos hasta la cadera. Sólo en el Estrecho de la Ralleta tenemos que nadar un corto tramo. Las complicaciones se concentran en el caos que encontramos al principio y consisten en trepar y destrepar por los bloques que oprimen la orilla. En un punto clave tenemos que pasar a gatas por un agujero/túnel – por eso el nombre del caos: El Bozacal de los Gatos.

El Bozocal de los Gatos

El Bozocal de los Gatos.
Robert está un poco perdido por la inmensidad del caos.

Pero lo más importante es no perder la orientación y saber donde arranca el camino que nos lleva fuera del barranco.

Las llanuras de Chasa terminan en una bonita poza de bajo de una pared anaranjada, la Badina Abargüela. El otro ramal del camino que baja de Seral llega justo aquí. Ya se presentan acantilados y el cañón empieza a cerrarse y nos vemos enfrentados a los bloques del gran caos.

El Bozacal de los Gatos:

El Bozocal de los Gatos

El Bozocal de los Gatos.
La salida del agujero que hay que pasar a gatas.

Tenemos que empezar a avanzar por la orilla derecha para destrepar el caos. Aunque no hay camino visible vamos en buen camino, si buscamos los pasos más fáciles para superar los bloques.

Nunca estamos obligados a pisar o cruzar el agua, escalar o subir a las laderas cubiertas de vegetación. (Hay caminos de cabras que nos podrían engañar.) Además debemos prestar atención que nuestro perro no se acerca a las zonas peligrosas como los sifones o cascadas. Sin embargo, pasamos también por varias pozas, algunas semi-cubiertas, donde el agua no propone ningún peligro, pero durante todo el tramo del caos debemos controlar al perro atentamente.

Después de unos 200m llegamos a unos bloques que nos impiden el paso. Justo allí se encuentra un agujero a mano derecha por donde tenemos que pasar a gatas. En el otro lado vemos que la cantidad de bloques disminuya  y el río describe un giro a la izquierda. Ahora debemos cruzar el agua para evitar el ultimo resalte y llegar a una zona más tranquila y fácil de recorrer donde se va formando poco a poco una senda de nuevo.

El Estrecho de la Ralleta:

El Estrecho de la Rallata

El Estrecho de la Rallata.

Seguimos andando río abajo un buen rato pasando la Badina Lavaculos que nos obliga mojarnos hasta donde su nombre lo indica. La siguiente poza del Estrecho de la Ralleta nos obliga a nadar. El trayecto a nado es bastante corto si cruzamos la poza en diagonal de la derecha hacia la izquierda. Por todas maneras el agua en verano es de una agradable temperatura en este tramo del Alcanadre. Después de dicho estrecho el río describe una zeta para equivocar un bonito estrato cóncavo que baja de la izquierda. En esta bóveda hay vías de escalada y a veces se ven escaladores practicando este deporte allí. A escasa distancia más abajo nos topamos con un nuevo caos. Pero esta vez es de dimensiones modestas y consiste principalmente de sólo dos bloques gigantescos en el lecho del río.

La Caxigareta:

La Ollata

La Ollata.
La piscina natural más perfecta que conozco.

Este idílico lugar es fácil de identificar, pues hay, aparte de los bloques, una marmita grande como una piscina a lado del segundo bloque (foto, llamado Olleta), tres cuevas en una pared a la derecha que forman una cara tumbada y un antiguo campo cultivado en la orilla izquierda enfrente de dichas cuevas. En el medio del campo se encuentra un hito grande que marca el nacimiento de un camino que lleva a lo alto de los acantilados del margen izquierdo – el Camino de la Caxigareta, nuestra salida. Por eso es importante identificar este lugar.

Aquí podemos aguantar hasta que se vaya el calor del día y aprovechar las pozas de aguas cristalinas para un baño tranquilo y refrescante. Debajo de la Olleta hay una pequeña fuente en la orilla derecha que no se suele secar de todo en verano. Si queremos podemos seguir bajando opcionalmente para explorar el último tramo del Barrasil antes de la Badina Ajuntadero y volver después a la Caxigareta para salir del barranco por dicho camino. Ida y vuelta nos costará 40min.

El Barrasil

El Barrasil.
La zona de la Caxigareta desde los acantilados que bajan de la Peña Castillazuala y forman el margen derecho (!) del cañón. Se observa bien el camino que cruza el viejo campo, los bloques que forman los Bozos de la Caxigareta, la Olleta y la cantidad de las bellas pozas que se hallan en este lugar. Se adivina el Camino de la Caxigareta que arranca en la parte derecha del campo, pasa por el terreno de roca suelta entre el boj para encontrar la faja que sube en diagonal de la derecha a la izquierda y sale de la foto en el punto donde se convierte en una cornisa.

La Badina Ajuntadero:

El inicio de la Badina Ajuntadero

El inicio de la Badina Ajuntadero.

Más allá de la Caxigareta encontramos primero otra bonita boza debajo de una bóveda y después la poza del Paso Mairal. Este paso es complicado y no nos queda remedio que cruzar la poza nadando. Más abajo vemos la Cueva Cerbuna en los acantilados del margen derecho y a poca distancia de ella empieza el largo estrecho hundido de la Badina Ajuntadero. Este pasillo tiene una longitud de 150m y no es apto para el perro. Por eso nos vale contemplarlo desde su inicio y volver a lugar dond arranca el camino de salida.

Para los nadadores:

Se puede nadar la mitad del estrecho hasta donde se encuentra la desembocadura del Mascún. Girar (nadando) a la izquierda y remontar (nadando) este ultimo tramo hundido y muy estrecho del Mascún para llegar al Puente Coda. La distancia de nadar supera los 100m y es en su totalidad por unas gargantas estrechas. Aunque las personas pueden hacer pie en, quizás, dos puntos, el perro tiene que nadar por todo el trayecto.

El Camino de la Caxigareta:

El Camino de la Caxigareta

El Camino de la Caxigareta.
El paso delicado.

Guiados por los hitos vamos por la senda que arranca justo en el campo, traspasa un bosquecillo de bojes y empieza a subir pegada a la pared. En seguida nos sitúa en una cornisa, muy empinada, por la cual discurre hasta alcanza una amplia y pedregosa canal. Ascendemos recto contra la pendiente en zigzag hasta alcanzar un repecho rocoso donde encontraremos un paso obvio, asegurado con una vieja cuerda. Alzamos al perro y le seguimos ahora por un terreno menos empinado. Poco después llegamos a una loma en la cual hay un cruce de caminos bien marcados. Si cogemos él de la izquierda, llegaremos en 10min a una bifurcación donde el ramal de la derecha baja al Mascún en la zona de la Chopera. Desde allí podemos subir al pueblo por cualquiera de las sendas posibles. Un retorno bien factible y corto (1h hasta el pueblo).

Cogemos el camino que baja a mano derecha. Nos lleva por terreno karstico hacia el Puente Coda.

El Puente Coda

Debajo de este puente idílico encontramos agua sólo en primavera, pero esta vieja construcción armoniza con el entorno de una manera espectacular y nos vale la pena bajar al cauce (seco) para verlo desde otra perspectiva.

El Puente Coda

El Puente Coda.
El cauce seco emite muchos olores interesante (eso lo parece a Robert por lo menos).

Retorno:

En el otro lado del puente hay dos caminos, él de la izquierda llevaría al Puente de Pedruel y al camping. Él de la derecha nos sube por un bonito paisaje de fajas y cornisas a Rodellar. Este camino es confuso y tenemos que prestar mucha atención a los hitos. Me parece que la trocha original ha sido cambiada por la construcción de la depuradora. De hecho, si nos acercamos a ella (se anuncia por el olor), debemos controlar al perro, dado que él podría ponerse en contacto con el agua sucia y coger un olor muy fuerte y malo. Si hemos prestado atención y cogido el camino correcto, no nos acercamos  mucho a dicha instalación y volveremos al pueblo por la zona del refugio nuevo.

Robert sestea en la orilla rocosa de la Olleta

Robert sestea en la orilla rocosa de la Olleta.

El Gorgonchón

El Gorgonchón

El Gorgonchón

Esta grieta, ubicada en el Somontano ya fuera de las sierras, es un tramo muy corto (150m), pero espectacular y singular. En nuestro paseo corto vamos a ver el cambio del Formiga de un río, que refleja paz y vida, a un río que se cae furiosamente por la entrada a Hades, el submundo – expresándolo por imágenes estereotípicas. No hace falta que llevamos más que agua y la correa para explorar este paraje de contrastes.

Ficha Gorgonchón

Tiempo:

Hasta el río: 20min.

_______________

Total: 1h

Aparcamiento:

En la carretera A-1227 nace una pista a mano derecha 200m después de Bastarás. Hay carteles informativos y sitio para dejar el coche.

Acceso:

Bajamos por la pista y sus atajos hasta que llegamos al río y el camino que le recorre por su orilla izquierda.

Primero vamos río abajo, donde encontramos en seguida unas cascadas y pozas someras. El perro puede disfrutar en esta zona. Más adelante se abre la grieta, y hacemos bien en controlar al perro.

El Gorgonchón:

El inicio del Gorgonchón

El inicio del Gorgonchón.

El agua se cae vehemente en escalones 15m a dentro de la grieta que llega a tener en su final más profundidad. En la cabecera vemos los saltos de agua y por el ruido nos podemos hacer una idea del recorrido sucesivo, ya que sólo podemos intuir donde esta el fondo de la grieta.

El camino sigue paralelo a la grieta por una distancia prudencial. Si nos acercamos al borde tenemos que tener mucho cuidado que no se caen piedras por nuestra culpa o la del perro. Por eso aconsejo no salir del camino y atar al perro en esta zona. Podemos avanzar hasta llegamos a un espolón aéreo que nos revela las vistas a la salida de los estrechos a la zona abierta de las Huertas de Yaso. Se puede bajar por una cornisa evidente en apenas 15min y ver el espectáculo desde abajo, pero recomiendo pantalones largas.

Volvemos por el mismo camino, pero en vez de subir por los atajos de la pista, le seguimos río arriba. Nos lleva en seguida a un bosquecillo y, atravesando este, a un vado que da paso a un campo.

El vado:

El Vado

El Vado.
Un lugar idilico y tranquilo

Este lugar es idílico e invita a sestear bajo un árbol. El perro puede correr y jugar sin pasar miedo o peligro. Sólo tenemos que asegurarnos de que, si hay ganado cerca, no le espante. Curioso: solo estamos a unas pocas centenas de metros del Gorgonchón, pero aquí no se nota nada de la furia y la ferozidad que tomará el agua que está pasando a nuestros pies ahora con tanta paz.

Nota personal:

El Gogonchón – Un barranco negro:

En la segunda cascada – la que ya no vemos – hay una morfología peligrosa: el agua se cae a una cavidad que sólo tiene la salida por un agujero al fondo y todo el agua pasa por allí. Pero es tan estrecho, que una persona no puede penetrarlo. Un fenómeno de este tipo se llama sifón aspirante. Si se acerca una persona a un sifón aspirante, bloquea la corriente del agua y se queda atrapado por la presión de la misma.

En este caso se han muerto ya 4 personas por bajar a esta trampa.

Hoy en día, hay un pasamano instalado que permite el descenso salvando el sifón, y los numerosos carteles avisan a los barranquistas del peligro.

El descenso de barrancos es un deporte serio, que requiere cierta experiencia y mucha preparación o las habilidades de un guía.

Retorno:

Volvemos por la pista que llega al vado.

El Río Formiga

El Río Formiga.
La zona encima del Gorgonchón donde llegamos al río.