El Salto de Tosca

El Salto de Tosca

El Salto de Tosca.

El objetivo de esta excursión es una idílica poza debajo de un bonito salto. Un paseo sin dificultades a un rincón muy especial y de fácil acceso.

Ficha ToscaTiempo:

Desde la carretera hasta el salto: 15min

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Total: 30min.

Aparcamiento:

Seguir la carretea de Nocito hacia Bara. Pasar Used y el puente sobre el río Used.  Parar unos 2km antes de Bara justo después de cruzar un barranquillo y antes de llegar a un collado. Un poco antes del puente o en el collado hay sitio al lado de la carretera.

Acceso:

El GR 1 va en el tramo entre el puente y el colladito paralelo a la carretera en el lado izquierdo viniendo de Used. Cerca del colladito encontramos enseguida el GR y cerca del puente tenemos que cruzar el puente y unos campos para enlazar con él.

Siguiendo el GR 1, nos acercamos al Barranco del Cardito que forma a poca distancia el Salto de Tosca.

El Salto de Tosca:

El Salto de Tosca

El Salto de Tosca.
El agua se ve turbia por la tormenta de aquella noche.

Superando los estratos horizontales el agua se cae unos 4m a una poza redonda. El agua es de color verde, calentita e invita a bañarse. Es aconsejable subir a la cabecera, donde los más valientes pueden saltar al agua, comprobando primero la profundidad. El cauce está salpicado de pinos, y se encuentran varios rincones umbríos para sestear.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

 

 

Gymkana por la Cabecera del Vero

El Desfiladero de Lecina

El Desfiladero de Lecina.
Robert, pensativo, en la presa del molino.

El Río Vero forma desde la Fuente Lecina hasta la entrada a los Oscuros un cañón que se puede recorrer en ambos direcciones sin dificultad. Las innumerables pozas rodeadas por campos y árboles aseguran que el perro y el amo se divierten durante toda la excursión.

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

A lo largo del canon encontraremos varios rincones extraordinarios que se esconden de los caminantes como tesoros. Visitando estos tesoros naturales durante un paseo entre el agua refrescante y las paredes agujerados que rodean el río, es el principal objetivo de este paseo.

Sólo nos hace falta coger agua, el mapa, el almuerzo y la correa, introducirnos en el canon y dejarnos llevar por una gymkana diseñada por la misma naturaleza.

Ficha Gincana por el VeroTiempo:

Considerándola como un paseo con un aspecto de gymkana, el tiempo es irrelevante. Pasaremos un medio día de paseo sin prisas. Sólo apunto los detalles para el modo circular:

Salida del canon hasta el cruce de las pistas: 45min

Del cruce hasta el coche: 40min.

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Total: irrelevante, 4h, media jornada

Aparcamiento:

Hay una explanada grande a la izquierda con paneles informativos y merendero en la carretera A-2205 (Colungo – Arcusa) entre los km16 y 17. Como está cerca del río este aparcamiento es el más aconsejable.

Acceso:

Desde el parking bajamos directamente al río. Así llegamos a una pequeña presa que sirve también de puente. La Fuente Lecina – nuestra limitación hacia el norte – está a pocos metros río arriba y la entrada a los Oscuros del Vero, la Gorga Negra – nuestra limitación hacia el sur – está a una distancia de casi 2 km río abajo al sur.

Si avanzamos por el cauce del Vero, no hay pérdida. Podemos ir por el mismo lecho del río, mojando nos hasta la cintura, o, mas bien, por caminos que recorren el fondo del canon, mojándonos solo los pies. Cerca de la presa del acceso, que hemos cruzado en el principio, nace un PR que salva los primeros estrechos por encima de las paredes de la orilla derecha para después bajar otra vez al lecho, cruzar el río varias veces y terminar al fin en la Ermita San Martín.

Típico paisaje del Vero

Típico paisaje del Vero.
Pozas, playas de piedra, paredes, bosques y cuevas.

Los límites de nuestro paseo son rincones singulares, que no podríamos pasar sin darnos cuenta:

La Fuente Lecina:

Esta fuente da luz a las aguas del Río Vero, las cuales corren bajo tierra hasta entonces. Por eso, el lecho encima de la fuente está normalmente seco. El manantial se encuentra debajo de unos chopos cerca de la presa del acceso y forma un rincón idílico.

El Pozo Negro:

Así se llama la badina a la cual se considera como la entrada a los Oscuros del Río Vero. Esta poza estrecha y profunda siempre lleva agua fría y es el primer trámite, que nos impide el paso a pie. Si cruzaríamos la poza nadando, llegaríamos a más pozas y saltos de agua, donde el avance resulta cada vez más difícil.

Empezamos a buscar los tesoros más fáciles, como se encuentran a sólo 10min o menos del río:

El Molino de Lecina:

El Molino de Lecina

El Molino de Lecina.

Cerca del puente pasamos por la presa vieja del molino, que forma una poza grande y bonita. El edificio del molino está en ruinas, pero todavía es pintoresco. Se puede todavía adivinar la toma de agua y el pozo. Encima del molino vemos la casa del molinero pegada a la pared y cerca de ella se halla un covacho amurallado que sirvió de refugio. Considerando el número y tamaño de los edificios, se nota que se trataba de un molino importante en su tiempo. La toma de luz en la pared y los viejos alambres colgados son los testigos que el molino funcionaba también como una mini-central. Un cambio de beneficios de la misma instalación que se puede observar en varios de los molinos en Aragón.

El Baranco Argatín:

Entre el molino y la presa se encuentra la desembocadura del Barranco Argatín. En su último tramo surge agua por la pared, lo que nos puede servir para llenar la cantimplora con agua fresca.

La sala del Cruciacha:

El Barranco Basender, afluente seco al Vero por la derecha, forma con el último salto esta bonita sala.

El Barranco Portiacha:

El último salto del Portiacha

El último salto del Portiacha.

Justo enfrente de la sala del Basender desemboca el Barranco Portiacha al Vero. Un pequeño camino escondido sube al último salto del barranco, un circo rocoso y espectacular de 35m de altura. Normalmente no baja agua por el barranco, pero ya el circo seco, sin cascada, impresiona.

La Ermita San Miguel:

Bajo las paredes del Cañón de la Choca, afluente al Vero por la derecha, se encuentra esta pequeña ermita. Desde la ermita podemos llegar por una senda a una fuente.

Nos quedan dos tesoros más alejados y más difíciles de encontrar:

El Abrigo del Gallinero:

En la región del Canon del Vero todas las cuevas que albergan pinturas rupestres están tapadas con rejas. En algunas se tiene que acercar por una escalera de hierro para ver las pinturas lo que puede dar miedo a gente que sufren vértigo. Por todas maneras, los perros no pueden pasar por estas escaleras, pero como el amo no se aleja mucho, no habrá problemas, si el perro espera al pie de la escalera. En verano se organizan visitas guiadas. Más detalles acerca de estas visitas dar la información turística de Alquézar.

De la ermita río arriba, cruzando el río dos veces, el terreno forma terrazas en la orilla derecha, antiguos campos cultivados: El Huerto Raso. Por estas terrazas alcanzamos en el extremo de la izquierda un sistema de fajas, por las cuales llegamos a unos covachos con pinturas rupestres. La senda está poco marcada y bastante empinada, pero siguiendo a los hitos con atención, alcanzaremos las cuevas en menos de una media hora.

La Cueva de Lucien Briet:

La Cueva de Lucien Briet

La Cueva de Lucien Briet.
Robert está impresionado.

Entre la Ermita de San Martín y la Gorga Negra nace un camino en la orilla izquierda. Este sendero sube en zigzag por una pedrera pendiente y traspasa después en un bosquecillo, para salir más adelante por una canal del cañón.

Antes de entrar en el bosque nos fijamos en lo alto hacia nuestra izquierda. Se ve claramente una boca grande de una cueva y se adivina una senda desdibujada desviándose del camino principal.

Dicha senda hacia la boca es muy empinada y pasa por zarzas que pueden llegar a molestar. Encima hay muchos ramales (caminos de cabras) que no tienen salida. Aun así, vale la pena visitar esta cueva, especialmente por la tarde cuando el sol ya está bajo e ilumina la boca.

Si tomamos la senda, que sube a la cueva, nos faltan para llegar unos 100m de desnivel por una pedrera salpicada de zarzas. Nos acercamos mejor por los ramales de la izquierda, que nos llevan al fin a la pared que vemos a la derecha de la cueva. Hay pequeñas trepadas al final que no resulten difícil para el perro ni el amo.

La cueva misma no es muy profunda y no es peligrosa para los perros. (Quiere decir, que no hay agujeros, ni sistemas de túneles, por los cuales el perro se podría perder o caer.) Eligiendo bien la hora, la cueva se convierte en una catedral rocosa, iluminada por sus “ventanas”.

Retorno:

Podemos volver por donde hemos venido, pero para completar la gincana con unos caminos nuevos y una perspectiva distinta, aprovechamos el mismo camino que hemos encontrado para subir a la Cueva de Lucien Briet. De esta manera acabamos la excursión por un circular que nos permite encontrar dos tesoros más y contemplar casi todo el recorrido que hemos hecho durante el día desde un mirador.

Hay que tener en cuenta, que no encontraremos agua en cuando salimos del lecho, y la subida bajo el sol del mediodía resultará muy fatigosa. ¡Tenemos que elegir bien la hora para volver ya fuera de las horas de calor!

Subiendo por el camino descrito para la cueva de Lucien Briet, no nos desviamos hacia la cueva y seguimos por el camino principal. Así salimos sin perdida del cañón y llegamos a un cruce de pistas con indicadores.

El Abrigo de la Mallata:

El Abrigo de la Mallata

El Abrigo de la Mallata.
Buenas vistas sobre el Cañón del Vero.

Podemos aprovechar la cercanía de las cuevas con pinturas rupestres del Tozal de la Mallata y visitarlas. Nos costará unos 10min para encontrarlas. Aparte de las pinturas, hay buenas vistas desde este abrigo sobre el Vero y la Choca.

Seguimos desde el cruce hacia el Parking del barranco Portiacha. Antes del parking la pista baja a una vaguada. En este punto hay que controlar el perro por el peligro que presenta la cercanía de la carretera.

El Barranco Portiacha:

En el punto donde cruzamos la vaguada, podemos bajar por el barranquillo unos pocos metros y disfrutar con cuidado del primer salto de 30m que forma este barranco. Incluso podemos bajar por una cornisa a mano izquierda sin dificultades y ver el circo desde abajo. Como hemos visto antes el último resalte del mismo barranco, conocemos ahora las dos atracciones principales del Barranco Portiacha. Eso nos dar una imagen de la belleza que se revela a los practicantes del deporte del descenso de barrancos.

El Mirador del Vero:

Ya en el aparcamiento, en frente de la carretera, bajamos al mirador del Vero. Vale la pena visitarle y buscar los sitios, por los cuales hemos pasado durante el día. El Barranco Basender está justo enfrente de nosotros y más hacia el sur adivinamos la desembocadura del Cañón de la Choca donde se halla la Ermita de San Martín.

Robert en el Mirador del Vero

Robert en el Mirador del Vero.

Salimos del aparcamiento, cerca de la bajada al mirador, en dirección norte. Este camino, bien trazado, baja al Barranco Argatín. Le cruzamos y subimos hasta el parking, donde está el coche.

Los Estaños de Labata

Los Estaños de Labata

Los Estaños de Labata.
Robert se toma un baño en la poza.

Labata es un pueblo bonito a los pies de la Sierra digno de visitar. El camino que nos lleva a los Estaños, un salto con una poza, es salvaje, idílico y siempre está cerca del río. Ya son razones suficientes para visitar este lugar con nuestro perro.

Ficha LabataTiempo:

Irrelevante

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Total: irrelevante, 1h

Aparcamiento:

En el pueblo de Labata

Acceso:

Bajamos por una pista desde el pueblo al Río Calcón. Hay carteles que nos indican la pista.

Justo donde la pista cruza el río, nace el camino que nos lleva en 15min a la cascada. Hay un cartel, no hay pérdida.

La hiedra:

¿Hiedra o árbol?

¿Hiedra o árbol?

Este barranco salvaje parece invadido por la hiedra. Quizá es justo esta planta la que despierta la impresión de jungla. Andando por el camino vale la pena fijarse en los árboles: ¿Que parte del conjunto es el árbol y cual es la hiedra?

Los Estaños:

Una poza bonita, salvaje y entretenida. Los más valientes pueden subir por la orilla derecha a la plataforma de la cabecera de la cascada y saltar los 5m al agua. El agua es siempre fresquita, pues procede del Embalse de Guara.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino hasta el pueblo.

Labata:

Vale la pena visitar la iglesia y las ruinas del castillo árabe que han convertido en una aérea de recreo con paneles informativos, miradores y merendero.

Vistas a la Sierra desde Labata

Vistas a la Sierra desde Labata.
Las cumbres están nevadas.

Paseo por las praderas del joven Alcanadre

Robert en el joven Alcanadre

Robert en el joven Alcanadre.
Sólo tiene interés por el bocadillo que llevo.

Con este paseo rendimos homenaje al río más importante que pasa por la Sierra de Guara. En la zona cerca del Puerto de Serrablo no es nada más que un arroyo y no parece nada al Alcanadre que conocemos de las zonas más al sur como Tamara o San Martín.

El mismo nacimiento del Alcanadre está aún más en el norte, en la Sierra del Galardón, y es digno de visitar también. No obstante, la subida hacía la Mallatas del Alcanadre es muy caluroso y por un terreno cubierto de Erizón. Por eso lo he descartado en el blog.

Nuestro paseo nos llevó por praderas interminables, suaves y atípicas para Guara en las orillas del río hasta tropezar con las primeras pozas salvajes que forma el protagonista. Encima visitamos un pueblo abandonado, una ermita, un molino y una pardina, todos en ruinas.

No extraña que la gente de los pueblos vecinos use estos prados para el ganado durante el verano. Por eso hacemos bien en elegir una fecha fuera de esta época. Preparamos la mochila, la correa y un poco de agua, y gozamos con nuestro perro de los prados y las pozas.

Ficha Joven Alcanadre

Tiempo:

 Desde el coche a la Pardina de Matidero: 30min.

Hasta el puente derruido: otros 30min.

Hasta las primeras pozas: 0tros 20min.

La subida a la Virgen de los Palacios: 15min.

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Total: irrelevante, 4h, media jornada

Aparcamiento:

La carretera de la Guargera A-1604 cruza entre los km 31 y 32 el Alcanadre. Justo antes del puente hay una explanada a mano izquierda.

Acceso:

Cruzamos la carretera y el campo a lado. En la esquina izquierda del campo, cerca del río arranca el camino.

Nuestro guía por todo el paseo es el mismo río. Siempre debemos ser conciente de su curso. Hay innumerables sendas, caminos e incluso pistas por los prados en los dos lados del río que llevan a sitios desconocidos. Encontraremos varios vados que se pueden confundir. Además hay que estar atento y distinguir el Alcanadre de sus afluentes que en primavera también llevan agua.

La ruta siguiente se debe ver como una sugerencia, por que el camino que tomamos finalmente elijaremos en función de equivocar los lugares donde se encuentra el ganado para molestarle lo menos posible.

La Pardina de Matidero

La Pardina de Matidero.
Robert está disfrutando en los amplios prados.

El camino nos lleva por un bosque a un primer prado. Si nos fijamos en la otra orilla, vemos la pista que lleva directamente al pueblo Matidero. Eso deberíamos memorizar, porque esta pista nos puede servir de retorno. Seguimos por la orilla derecha, pasamos otro tramo de bosque y más prados. Pronto nos encontramos con unas ruinas en el borde de un inmenso campo: La Pardina de Matidero.

Seguimos por el camino que traspasa todo el campo de la pardina y nos lleva a una zona más húmeda. Es un buen momento para cruzar el río y seguir por las sendas en la otra orilla.  En estos prados podemos ver en una colina a mano izquierda la silueta de Matidero. Si queremos podemos subir desde aquí por una senda obvia.

Matidero:

El pueblo no esta abandonado de todo y se ven varias reformas. Podemos inspeccionar la iglesia, el edificio de la escuela (Los niños de Bibán iban por los caminos de nuestra ruta a la escuela de Matidero.) y el impresionante olmo muerto.

Continuando río abajo, la senda se convierte en pista y llegamos a un primer salto de agua más importante. El lugar es bonito, invita a descansar en el banco de piedras bajo el árbol y nos sirve también como referencia inconfundible.

Más adelante hay un vado más significativo donde se adivinan los restos de un puente, pues vemos una placa de cemento en la orilla opuesta. También encontramos de pronto unas balizas verdes que señalizan algún tipo de recorrido. Seguimos por la orilla izquierda hasta cruzamos un barranco que desemboca en el Alcanadre: el Barranco dela Virgen. Cruzando el barranco llegamos a un cruce de pistas que es para nosotros un punto importante porque se hallan la ermita y el molino muy cerca.

La Virgen de los Palacios:

La Ermita Virgen de los Palacios

La Ermita Virgen de los Palacios.

La pista que sube por el barranco a mano izquierda nos lleva a las ruinas de la ermita que asombra por su tamaño. Parece que era en su tiempo un centro religioso importante. Por su ubicación en un campo a lado del barranco da una impresión salvaje y romántica.

La pista que sigue en la orilla izquierda del Alcanadre está bloqueada por árboles caídos. Por eso cambiamos la orilla y buscamos enfrente de la desembocadura los restos del Molino de Matidero, que se esconden allí.

El Molino de Matidero:

Sólo queda la bóveda de píe. A mano izquierda de las ruinas encontramos una muela partida. En este punto arrancan dos caminos.

El más marcado sigue por la orilla y el menos marcado sube por la ladera. Cómo el primero se pierde a poca distancia, cogemos el que sube y da acceso a la pista que está a pocos metros encima de nosotros. Cuando la pista gira a la derecha para superar un afluente, bajamos por los campos debajo de nosotros y llegamos fácilmente a la primera poza de verdad del Alcanadre.

Las primeras pozas:

Ahora podemos descansar en unas de las rocas planas a lado de la poza y disfrutar de un baño. El siguiente tramo del río es una secuencia de pozas de considerable tamaño. Si nos antoje, podemos bajar por el lecho del río, o mejor, por un camino en la orilla derecha que salva las pozas y los saltos.

Las primeras pozas del Alcanadre

Las primeras pozas del Alcanadre

Otro bonito camino que conecta todos los tramos y pueblos del Alcanadre hasta Barra, recorre por lo alto a nuestra derecha y baja después de la zona de las pozas para cruzar el cauce y alcanzar el pueblo Bibán. Es una buena opción para volver, si hemos bajado todo este tramo por el río. Este camino se une con la pista que hemos dejado para bajar a la poza justo en el barranquillo que desemboca a nuestra derecha.

La subida al bonito pueblo de Bibán dejé para otro día, aunque es fácilmente factible, pero mejor que lo dejamos para unos bonitos paseos desde Bara, como él por el recorrido S12.

Retorno:

Intentamos volver por la misma ruta.

Poza entre Matidero y Bibán

Poza entre Matidero y Bibán.

Vadiello total – Vuelta por el Borón y los Mallos de Aliana

Los Pepes

Los Pepes.
Como pone esta cara de explorador, parece que Robert es el primer ser vivo en llegar hasta los Pepes, pero mi perro sólo está presumiendo…

Recorte del Mapa Alpina

Recorte del Mapa Alpina

El ambiente de Vadiello es un famoso terreno para practicar el senderismo y el descenso de barrancos, ya desde hace décadas. Antes del hundimiento de las Gargantas del Guatizalema por el embalse, ellas fueron un barranco bien frecuentado y relativamente fácil de recorrer, púes no hacia falta el uso de la cuerda. Hoy en día, sólo nos queda la posibilidad de extrapolar el contorno del paisaje e imaginar la belleza que yace debajo de estas aguas. Sin embargo, el pantano tiene también muchísimo encanto, y por eso, encontramos varias de las rutas más recorridas de toda la Sierra por su entorno.

También equiparon en los años 50 la Canal del Palomar como una de las primeras “Vías Ferratas” de España y daban con estas clavijas el acceso de un público más amplio al mirador natural y rincón maravilloso: la Canal d’o Ciego.

La ruta que presento es larga, pero nos revela casi todas las atracciones de la zona que nos sorprenderán, no sólo por su singularidad, sino por los contrastes y bruscos cambios que van formando a largo del camino: el agua y la roca; acantilados escarpados contra pastos suaves; conglomerados, calizos y areniscos; oasis rodeados por desiertos.

Los objetivos principales son el fascinante entorno del Embalse de Vadiello, las pozas del Río Guatizalema, los Pepes y la Ermita de San Chinés. Nos decidimos ya durante la planificación, si queremos hacer la variante larga y acuática o la versión corta, en cuál cruzamos dos veces el río mojándonos sólo los pies descalzados, y preparamos la mochila adecuada con un buen almuerzo, agua y la correa.

Ficha Vadiello total

Tiempo:

Vadiello hasta el Proyectil y el río: 2h

La Senda de los Carboneros hasta el río: 1h 30

Bajada por el río hasta el desvío a Matosa: 1h 30

Del río hasta los corrales de Matosa: 30min

Desde Matosa hasta el Collado de Aliana: 1h 30

Rodear los Mallos de Aliana: 15min

Bajada de los Pepes a San Chinés: 45min

Retorno desde San Chinés: 1h

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Total: irrelevante, 9h, jornada completa

Aparcamiento:

Dejamos el coche en uno de los aparcamientos entre Vadiello y la presa.

Acceso:

Seguimos de pie por la carretera vieja pasando los túneles hasta el puente en ruinas. Allí arranca el camino a Nocito que va rodeando el embalse. En esta zona tenemos que controlar al perro, púes circulan coches, aunque estamos en el fin de la carretera.

Los Mallos de Ligüerri

Los Mallos de Ligüerri desde la orilla opuesta.
El Puro (camuflado por la pared detrás), Peña San Jorge, La Mitra y la Patata. Más a la derecha: El Pico Borón

Seguimos el recién arreglado camino que da varias vueltas por los barranquillos afluentes hundidos del embalse y supera unas cuantas colladas hasta subir definitivamente a un collado que está casi 200m encima del embalse.  En todo este tramo tenemos vistas espectaculares sobre este extraño paraje cómo el Huevo y la Peña de San Cosme o el pantano y las Canales del Fragineto. A nuestra izquierda nos asombran ya desde el principio los Mallos de Ligüerri y las Crestas del Borón.

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales

El Fragineto y los estratos escarpados de los Canales.

El camino se desploma después de la collada al pantano y sigue su curso hacia el norte más cerca del agua. Pronto llegamos a una pequeña explanada justo debajo de una aguja rocosa, el Proyectil, y enfrente de los últimos estratos de las Canales del Fragineto.

Es un buen punto para orientarnos. Si el embalse esta llena, estamos justo en su cola y debajo de nosotros en la otra orilla vemos una senda que sube por la ladera debajo de los estratos rocosos. Se trata de la Senda de los Carboneros y es nuestro próximo trámite. Pues, cuando bajamos ahora al lecho del río no debemos coger ramales de senda que discurren por la orilla río arriba, no, tenemos que seguir el camino y los hitos que nos llevan aguas abajo para cruzar el lecho y encontrar el inicio de la senda observada. Si no nos dejaríamos engañar por los ramales que suben por el río, no tendríamos ningún problema, púes todos los senderos están bien trazados y limpios.

El Proyectil y, al fondo, el Borón

El Proyectil y, al fondo, el Borón.

La Senda de los Carboneros gana altura al principio y recorre el valle del Guatizalema a media ladera por el bosque. Después de quizás una media hora llegamos a un desvío hacia nuestra izquierda. Esta senda sería un acortamiento que nos lleva directamente al río. Allí deberíamos remontarle por la misma orilla hasta que vemos en la otra un bloque cuadrado con unas flechas (pocos visibles) que indican el inicio del camino a la Matosa, Si vamos por el atajo nos ahorramos más o menos dos horas y media, pero nos perdemos el tramo más bonito de la Senda de los Carboneros y la parte acuática de los hermosos resaltes y pozas del Río Guatizalema.

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Robert corriendo por la Senda de los Carboneros

Púes, seguimos por la vieja senda que gana ahora altura para superar una pared rocosa que sube desde el río. Cuando el camino culmina, estamos a unos 150m encima del Guatizalema con buenas vistas sobre el recorrido que hemos hecho y el que nos espera todavía por el Valle de la Matosa. Incluso vemos en lo lejos la silueta de los Mallos de Aliana, lo que nos confirme (pero no asusta) que la ruta de hoy es larga, sin ninguna duda.

La senda se acerca al río poco a poco y pasa ahora por viejos campos y terreno más luminoso. Si nos fijamos en el tipo de roca, nos damos cuenta que llegamos ahora – después de pasar por zonas de caliza y anteriormente conglomerado – a una zona de arenisco. Finalmente llegamos al agua. La Senda de los Carboneros sigue su trayecto hasta Nocito por la otra vertiente, pero como enlaza pronto con una pista pierde mucho de su encanto. Nosotros nos hemos alejado ya suficiente de nuestra base en Vadiello y tenemos que pensar en volver (3h 30, aún no hemos llegado a la mitad del recorrido).

Empieza la bajada por el río en dirección contraria, aguas abajo. Pasamos por innumerables pozas, resaltes en un paisaje de cuentos. Los resaltes se pueden salvar con pequeñas trepadas que carecen de dificultades y algunas pozas profundas podemos evitar por sendas en las orillas. Si no queremos tomar un baño y nadar, nos mojamos hasta las rodillas.

Hace años, cuando la Senda de los Carboneros no estaba limpia y difícil de encontrar y seguir, algunas guías mandaban los lectores en la travesía Vadiello – Nocito directamente por el lecho del Guatizalema. Era más fácil de recorrer. Como la senda está limpia ahora y la gente lo usa, los caminos por las orillas, al contrario, se cierran poco a poco, pero todavía son factibles y nos podemos aprovechar de ellos.

La zona donde arranca el camino a la Matosa

La zona donde arranca el camino a la Matosa.

Después de una hora y media llegamos a una zona de piscinas con toboganes pequeños, anchos y planos (tipo Flumen o Sieste). A nuestra izquierda sube una pared más marcada que los de antes y enfrente vemos al Pico Borón por la primera vez desde hace un rato. En esta zona nace un camino que sube a los corrales de la Matosa. Empieza en la orilla derecha en el último resalte, sigue cerca del río unos 100m por un bosquecillo y empieza a subir definitivamente cuando se encuentra con un sendero que baja de la izquierda y cruza el río – el atajo de antes. Hay varias posibilidades para salir del lecho al camino y algunas están marcadas con hitos. Como estamos en las últimas pozas grandes a lo largo del recorrido, debemos aprovecharlo y refrescarnos antes de alejarnos del Guatizalema y enfrentarnos al tramo más exigente de la excursión.

La senda sube en suave ascenso al Valle de la Matosa y otra vez pasamos por un brusco cambio paisaje: en el centro del valle se ubican dos corrales, el Corral de Vallés y de la Matosa, que dan, junto con el cambio de la perspectiva del Borón, la impresión de unos pastos pirenaicos.

La Ventana de la Matosa:

La Ventana de la Matosa

La Ventana de la Matosa.
Robert me está esperando, dado que no puede pasar por el paso horizontal delicado. Si la roca no está mojada se puede rodear por debajo, pero aquel día llovía.

Para acceder a la ventana tenemos que acercarnos antes de llegar al corral de Vallés a la pared abovedada que está a la vista ya desde hace un buen rato. No hay ningún camino, pero el terreno no es demasiado difícil de recorrer. Al otro extremo de la pared tenemos que superar un paso de II, donde el perro, según su habilidad, podría tener problemas. Como la ventana, con estas buenas vistas sobre toda la zona, se encuentra sólo unos 20m más allá, nuestro perro nos puede esperar antes del paso delicado. En total la visita costará 40min.

Después del Corral de la Matosa (el segundo) tenemos que prestar mucha atención al camino. Como hay varios ramales de caminos de ganado se equivoca fácilmente. Lo más importante es que nos introducimos al valle que forman las laderas del Borón y las de la Loma Perula – de las tres vaguadas accesibles que tenemos adelante la a mano izquierda. El camino auténtico, balizado por hitos, baja al río, sube primero por la ladera opuesta, cruza otro barranco y se mete a media ladera (la opuesta a la del Borón) en dicho valle.

El sendero, bien trazado, nos lleva por prados y bosques hasta el fondo del valle y asciende a un collado que forma la Loma Perula. Allí encontramos una pista que procede del Cuello Bail, y de la cual nos aprovechamos por muy poco rato. Ya en la otra vertiente antes de la primera curva pronunciada a la derecha nace una senda, marcado con un hito, que nos lleva por un pinar de repoblación a otro collado superior debajo de los Mallos de Aliana. Al principio el sendero no tiene mucho encanto, pero acercándose a los paredones, ya fuera del bosque, vuelve a su vieja traza y nos damos cuenta de que estamos en uno de los antiguos accesos al Valle de la Matosa. Además nos conmueven los mallos de cerca y las vistas al pirineo que no hemos esperado en este punto de la excursión. Finalmente nos situamos en el Collado de Aliana, el inicio del tramite por un paisaje asombroso y nos podemos preparar mentalmente a la siguiente etapa de la excursión, la más complicada y impresionante.

Si resulta que no vamos a poder seguir por la ruta descrita, podemos “escapar” de este mundo conglomerado por la senda que arranca justo en la suave cresta a nuestra derecha (hitos) y que encuentra más adelante la pista que baja del Cuello Bail a la carretera, cerca del Refugio Vadiello. Es una vuelta larga, pero fácil.

Tenemos que rodear a los Mallos de Aliana. Por eso vamos por una senda muy desdibujada hacia nuestra izquierda, al este, por los pies de las paredes. Los mallos tenemos a mano izquierda y avanzamos sin perder mucha altura buscando el itinerario más adecuado entre el Erizón. En seguida vemos enfrente la primera brecha accesible, o más bien grieta, entre la línea de los mallos. Nos dirigimos hacia esta grieta, la pasamos y llegamos al otro lado a una faja ancha y suave, salpicada de boj. La senda está mejor trazada ahora y sigue por la misma dirección para llevar nos a la Cresta de los Pepes, la cara este de los Mallos de Aliana.
El Mallo occidental de Aliana:
Como punto culminante de la excursión (1202m) podemos acceder a este mallo sin ninguna dificultad. Sólo falta girar a la izquierda después de pasar la grieta y remontar la loma de conglomerado. Allí podemos disfrutar de las vistas, la verticalidad y de los vuelos de los buitres como en ningún otro lugar. Pocas veces es un mallo tan fácil de acceder.
Vistas desde el Mallo occidental de Aliana

Vistas desde el Mallo occidental de Aliana.
En primer plano: los Mallos de Aliana (detrás, escondido se encuentran los Pepes) y parte de la faja por la cual discurre la senda.
En segundo: la Sierra de Ligüerri y un afluente al Barranco San Chinés (la grieta negra). Robert disfruta quizás más que yo.

La Cresta de los Pepes:

Cresta de los Pepes

Cresta de los Pepes.

Los dos mallos gemelos están situados en una cresta que enlaza con el macizo de Ligüerri. De hecho, se puede llegar por la cresta a la Punta de Ligüerri y el camino que discurre por este macizo (ascensión al Borón). Hay dos tramos de escalada, fácil pero no aptos para el perro, que hay que superar. Por eso, esta manera de volver al coche más rápida (más o menos 1h) tenemos que descartar.

El sitio es sobrecogedor, pues nos encontramos en un mirador encima de estas sierras de Conglomerado. Debajo de nos otros hacia el sur hay un inmenso circo de conglomerado con paredes verticales. Los barrancos que bajan por las laderas han formado varias grietas verticales y oscuras que cortan las láminas horizontales. Justo adelante vemos el Barranco A Foratata que se cae en forma de una cascada (seca) de 150m al abismo. A sus pies a mano izquierda encontramos el abrigo que ubica las ruinas de la Ermita de San Chinés que parece de juguete en comparación a estos paredones. Hacia el norte vemos a los picos que hemos rozado por sus pies durante todo el día: el Boron y Fragineto.

Parece imposible, pero podemos bajar por toda la ladera hasta enlazar con la senda que llega a la ermita. Como la senda es poco frecuentada y discurre por un terreno de conglomerado, no hay traza, ni hitos que nos podrían guiar. De esta tarea se hacen cargo las leyes de la física en esta parte de la excursión: tenemos que buscar y bajar por los tramos menos inclinados y evitar la roca suelta.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Itinerario orientativo de la Cresta de los Pepes hasta el fondo del valle del Isarre.

Empezamos en el medio de la cresta. Más abajo, podemos pasar a una vaguada que se forma a nuestra izquierda. Cuando la vaguada toma formas de un barranco más encajonado, podemos salir de ella a mano izquierda y seguir bajando por esta loma más suave.

Siempre tenemos que tener delante de nosotros la cascada seca del Barranco A Foratata, como principal objetivo. Cuando estamos ya cerca del Barranco Isarre en el fondo del valle, tenemos que prestar muchísima atención para encontrar el paso por la vegetación hasta la otra orilla. Nos tenemos que situar enfrente de dicha cascada antes de meternos en la vegetación espesa. Allí encontraremos algún hito, pero no seguimos a ningunos hitos que nos alejarían de la cascada. Al contrario, tenemos que encontrar un barranquillo seco que baja al Isarre en frente de la cascada. Allí marcan varios hitos una bajada por una rampa rocosa y inclinada. Una vez en su cauce podemos seguirle cómodos y sin molestias de vegetación los últimos 50m hasta llegar al barranco principal y la pequeña explanada donde chocan las aguas de A Foratata en forma de lluvia con el suelo. Desde allí sube un camino evidente a la Ermita de San Chinés que encontramos en el covacho que hemos localizado ya en la bajada.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

El Barranco A Foratata, su último rápel de 150m.

Más vale hacer algunas vueltas y buscar el paso correcto antes de meterse en el cauce por la densísima vegetación. Si por alguna razón llegamos al Isarre más abajo o arriba de lo previsto, debemos remontar o seguir el barranco hasta llegar a la explanada de la cascada. No hay ningún camino que conecta el cauce del Isarre con la ermita, salvo a cual, que arranca cerca de la desembocadura del Barranco A Foratata.

¡Cuidado! Como toda la bajada realizada es por un terreno de roca dura, un perro poco entrenado se podría dañar las patas.

La Ermita de San Chinés:

San Chinés

San Chinés.
Vistas hacia el Macizo de Ligüerri.

Lo que queda de este antiguo santuario, estaban aprovechando los pastores ya hace un siglo para encerrar el ganado. Por eso, el suelo está cubierto de sirrio. Las vistas, ahora desde el fondo del circo hacia los Pepes, impresionan igual y nos podemos sentar un buen rato para disfrutar de la inmensidad de la naturaleza: con o sin la existencia de una ermita, este lugar tiene una faceta “religioso” que no se puede negar.

Enfrente de la ermita vemos a las grietas que bajan más o menos vertical por las paredes. Se trata de los barrancos hermanos del A Foratata. Toda la familia de barrancos en los macizos de Ligüerri, Lazas, Aliana y Foratata, son similares y conocidos por su verticalidad y estrechez. Aquí vemos al Barranco de San Chinés y de las Pinzas. En el retorno podremos contemplar también el de Lazas que es el más vertical de todos y cómo último y más famoso: la Canal de Palomar.

Retorno:

Seguimos por el único camino existente: el PR de San Chinés. Al principio sin perdida, pero cuando llegamos a la pista y la caseta de San Román, tenemos que prestar atención, porque el camino está mal señalizado. Un cartel indica Vadiello por la derecha, pero nosotros cogemos la pista hacia nuestra izquierda. (Dado que el PR está planteado como un circular, su retorno a Vadiello es por una larga pista (3,5km) que no nos interesa. Nosotros seguimos por el acceso del PR a la ermita, que en nuestra dirección, la inversa, no está indicada.) Bajamos a una zona más húmeda y pronto llegamos al Manantial de Isarre que no se seca nunca, y donde se encuentra la toma de agua para las casas de Vadiello. Aquí falta otra vez un cartel de la señalización, pero a causa del terreno ya no hay pérdida. Guiado por las balizas llegamos por pista y a ratos por senda al primer aparcamiento de Vadiello.

Robert en Vadiello

Robert en la bonita senda encima del Embalse de Vadiello.

El Molino de Pedro Buil

El puente del molino sobre el Vero joven

El puente del molino sobre el joven Vero.

En el Molino de Pedro Buil podemos estudiar bien el funcionamiento de un típico molino de estas zonas, pues está bien conservado y hay paneles explicativos interesantes. Encima se encuentra en un entorno pintoresco: un pequeño puente sobre el Río Vero lleva a él. Por lo tanto se trata de un agradable y informativo paseo sobre la arquitectura de agua.

Ficha Pedro Buil

Tiempo:

 Al molino: 10min.

Hasta la presa: 30min.

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Total: irrelevante, 1h

Aparcamiento:

Antes de llegar a Sarsa de Surta vemos a mano izquierda el puente y los paneles. Hay mucho sitio para aparcar.

Acceso:

Inmediatamente

Cruzamos el puente, subimos un poco para cruzar un barranco seco. Bajamos en el otro lado por una pista que lleva directamente al arenal. Río arriba vemos al molino.

El Molino:

El interior del molino

El interior del molino.

Con las informaciones del panel todavía en mente podemos explorar el molino. La planta principal está cerrada, pero nos podemos meter por la boca del desagüe y contemplar los mecanismos que actuaban como un motor para las muelas en la planta superior. Para ver todo eso en condiciones debemos llevar una linterna o un frontal.

Para ver las ruinas de la presa, la toma y el conducto del agua, tenemos que subir unos 400m por el bonito cauce del joven Vero mojándonos los pies hasta los tobillos en caso de que lleva agua.

Robert me espera fuera del molino, porque le dan miedo las cuevas.

Robert me espera fuera del molino, porque le dan miedo las cuevas.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

 

La Poza O Bullutero

Robert en el túnel de la tubería

Robert, en el túnel de la tubería.

Vale la pena visitar estas bonitas pozas justo debajo del pueblo La Almunia del Romeral, ya que es una excursión que no exige grandes esfuerzos. En su cercanía se hallan también un minibarranco y una pequeña, pero curiosa cueva – un corto paseo entretenido.

Ficha O Bullutero

Tiempo:

Desde el pueblo a la poza O Bullutero: 15 min.

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Total: irrelevante, 45min.

Aparcamiento:

En La Almunia del Romeral

Hay una posibilidad para bajar al Bullutero desde la carretera de Vadiello. En el km9 desciende una pista al río. Está cortada para el tráfico pero hay sitio para dos coches en un pequeño ensanche de la carretera. Desde allí andamos por dicha pista unos 20min hasta la pasarela.

Acceso:

Bajamos desde el pueblo por una pista donde un cartel indica “Pasarela del Guatizalema, Sipán”. Pasamos la pasarela y remontamos el río por el sendero.

O Bullutero:

O Bullutero

O Bullutero.
La poza, el mini-barranco y la presa

Se trata de una poza de considerables dimensiones a la cual cae el agua por un tobogán. Este, a su vez, es la salida de un barranco diminuido. Un poco más arriba hay una vieja presa.

El agua procede desde el Embalse de Vadiello y es, por eso, siempre fresca y – si sueltan agua desde el pantano – a veces abundante. Bajo circunstancias normales todos estos “juguetes”, el tobogán, el barranco y la poza, son fácilmente accesibles.

En la orilla derecha de la vieja presa podemos seguir por una senda a las tuberías de agua que bajan paralelo al río y atraviesen las paredes del estrecho siguiente por túneles. Nos lleva a un extraordinario paisaje parecido a los grandes cañones de Guara.

La Cueva:

Dentro de la cueva

Dentro de la cueva.

En el otro lado del río vemos la alargada boca de una cueva. Podemos remontar la pendiente e introducirnos. Si seguimos por la senda unos 2min más, llegamos a otra bonita poza debajo de una vieja presa y con una playa de grava. ¡Cuidado con la caseta de la tubería de agua: le falta una puerta por donde el perro se podría caer! A partir de aquí la senda se hace pesada por las zarzas. Por eso, aconsejo no explorar más y darse la vuelta en esta poza.

También podemos cruzar los estrechos a nado para volver a la Poza O Bullutero.

Retorno:

En la orilla izquierda de la Poza O Bullutero arranca una pequeña senda que nos lleva directamente al bonito pueblo de La Almunia del Romeral.

Morcat y el Cañón de Sieste

La Poza Chinchirigoy

Robert en la Poza Chinchirigoy.

Mapa Sieste

Recorte del Mapa Sigpac.

Como el Río Sieste entrega sus aguas al Río Ara y está escondido en el noreste de Guara, fue ignorado constantemente, si se habló del entorno de Guara. Eso es un error, porque se trata de un oasis maravilloso que encontramos entre las áridas tierras de esta sierra, justo debajo de El Pueyo de Morcat.

El Barranco Fondo y San Martín son las raíces del Río Sieste y los tres forman pozas, toboganes y cascadas espectaculares en el tramo que vamos a visitar. Morcat es un bonito pueblo abandonado, ubicado en una loma de la cabecera del barranco que revela unas impresionantes vistas sobre el Pirineo.

Ficha Sieste

Tiempo:

Del coche a Morcat: 1h.

De Morcat a San Velián: 30min.

De San Velián hasta el río: 30min.

Por el río hasta el Coñolmundo: irrelevante

Del Coñolmundo hasta su cabecera: 1h

De la cabecera hasta el coche: 1h 30

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Total: irrelevante, 5h 30, jornada completa

Aparcamiento:

En la carretera desde el Puerto Serrablo a El Pueyo de Morcat nace una pista en el km 2,9 a mano izquierda antes de llegar al pueblo. Hay una explanada y un cartel indicativo al principio de la misma.

Acceso:

Andamos una media hora por la pista indicada hasta que encontramos una bonita borda a mano derecha.

Hay otro acceso fácil y más rápido por Boltaña y el Valle de Sieste.

La Carrasca de Morcat:

La Carrasca de Morcat

La Carrasca de Morcat.

Mientras nos hemos acercado a la borda, hemos visto ya un pinar de repoblación al lado derecho de la pista y en su otro extremo una copa gigantesca de una carrasca. Ahora podemos traspasar en sólo 10min este bosquecillo de manera obvia y fácil para encontrar la carrasca monumental de Morcat.

De nuevo en la pista, un poco más delante de la borda se desvía un sendero balizado a mano derecha que gana suavemente altura y nos lleva directamente a nuestro segundo objetivo: el pueblo abandonado de Morcat.

Morcat

Morcat.
Al fondo (izquierda a derecha): El Macizo del Perdido, la Sierra de las Tucas, la Punta Fulsa y Suelsa, la Bachimala, el Bocolón, Espadas, la Peña Montanesa y la Cotiella)

Morcat:

Morcat

La Torre del templo de Morcat.

Las ruinas de sus casas están ubicadas en una loma herbosa con buenas vistas hacia el norte. Desde la Collarada hasta la Cotiella, tenemos una buena selección panorámica de casi todo el Pirineo Aragonés delante de nosotros. Encima del pueblo divisamos en la cima un viejo castillo. Por el antiguo camino, ya perdido, podemos subir para contemplar los restos de sus muros. En el pueblo se hallan, entre muchas más curiosidades, 2 pozos. Uno de ellos se esconde curiosamente en una pequeña habitación dentro de la iglesia.

La Fuente de Morcat

La Fuente de Morcat.

Seguimos por una pista que arranca cerca de la iglesia y baja en serpentinas por la loma. Pronto pasamos por la bonita fuente abovedada y más adelante llegamos a un cruce donde encontramos de nuevo la pista que hemos dejado antes. Allí tenemos la posibilidad de bajar ya directamente al río (tomando la pista a mano izquierda y desviándose un poco más adelante por una senda indicada como “Pozas de Sieste”), pero elegimos una senda que nos lleva en apenas 20min a San Velián.

San Velián:
Las Vistas desde San Velián sobre el Río Sieste

Las Vistas desde San Velián sobre el Río Sieste.

Esta pequeña aldea no está abandonada de todo, aún se resiste de ser olvidada. En el otro extremo del pueblo hay una pista que sube desde el Valle de Sieste. Las vistas también son buenas, y la primera vez podemos contemplar una pequeña parte del oasis que nos está esperando abajo en el valle: las pozas y toboganes del Cañón de Sieste.

Si veríamos las pozas secas o estancadas, sería mejor darse la vuelta en este punto y dejar la excursión para otro día.

Volvemos a la entrada del pueblo y bajamos a las pozas de Sieste, como indica un cartel. En un primer desvío tomamos el sendero a mano izquierda y pronto topamos con la fuente represada de San Velián. Seguimos por el sendero que baja ahora más decidido y se une con el otro que arranca en el la pista anteriormente mencionada. El camino nos deja justo en la preciosa zona de las pozas que hemos visto desde el pueblo y nos podemos aprovechar de ellas con un primer baño. Como esta zona del río es fácilmente accesible desde Sieste, encontraremos gente, incluso en primavera, y perderemos la sensación de aislamiento que hemos tenido en la ruta hasta ahora.

Seguimos por el lecho río arriba, usando los ramales de sendas en las orillas, o, más rápido, por el mismo lecho, si aceptamos que nos mojemos hasta los tobillos. Pasamos por una toma de agua y una zona de menor interés hasta el barranco se estrecha un poco. Allí pasamos por una visera encima de la orilla izquierda que ubica una pequeña poza. A poca distancia de la visera llegamos a un tobogán donde el río describe una zeta. En este punto tenemos que prestar atención para encontrar los hitos que marcan una senda que sube en la orilla derecha (nuestra izquierda) por el bosque. En seguida podemos bajar de nuevo al lecho por un desvío a nuestra derecha. Si remontamos el barranco unos 100m más, llegamos a una de las pozas más bonitas de toda la Sierra.

La Poza Chinchirigoy:

La Poza Chinchirigoy en invierno

La Poza Chinchirigoy en invierno

Una parte de esta poza está cubierta de una cueva y el agua cae por varios chorros y escalones a la misma, es verde, cristalina y suficiente profunda para nadar cómodamente – un sitio de cine.

Para seguir nuestra ruta río arriba tenemos que retroceder a la senda y tomar en el desvío el ramal que sube. La senda nos deja en la cabecera de la cascada de la Poza Chinchirigoy que coincide con la desembocadura del Barranco Fondo. Subimos un poco más por el amplio cauce del Barranco San Martín, él que baja a nuestra izquierda, y nos quedaremos boca abierta de asombro cuando descubrimos la cascada que nos espera a apenas 100m de distancia. Un salto de tal tamaño y belleza no hemos esperado.

El Chorro del Coñolmundo:

Debajo del Conolmundo

En la cueva del Conolmundo.

Por este inmenso salto el agua cae más que 50m en dos escalones a una bonita poza. El nombre original de la cascada es “Cascada del Confesionario”, pero no se puede negar que su nombre moderno le pega mejor.  Nos podemos introducir en una cueva detrás de la cascada y buscar la subida a la cabecera de la última cascada con la ayuda de una cadena – el inicio de la Via Ferrata (trepada de II), mientras el perro nos espere abajo.

Para continuar y explorar la zona encima del salto, tenemos que volver a la desembocadura del Barranco Fondo. Justo allí encontramos un hito en la orilla izquierda que marca el inicio de una pequeña senda que remonta dicho barranco a media ladera. Desde el principio gana altura describiendo algún zigzag, y nos permite ver el Coñolmundo de otra perspectiva. Como es poco transitada y marcada, tenemos que prestar atención a los hitos y la dirección principal. Después de superar unos resaltes de roca, nos deposita encima de un bonito circo. El agua cae unos 20m a una poza en un llano donde se distinguen todavía los antiguos campos cultivados.

El Barranco Fondo:

Barranco Fondo

Barranco Fondo.
Curiosas cuevas en un recinto.

Si queremos bajar a la poza y los campos, tenemos que volver por la senda y buscar un camino obvio de acceso al circo. Esta bajada está invadida por la vegetación, pero todavía se puede bajar sin demasiadas molestias. Abajo encontramos, aparte de los campos perdidos, la bonita poza y la cascada, unas curiosas cuevas dentro de un recinto que era un refugio para el ganado y los pastores desde hace tiempo. Cerca de la poza hay un conjunto de piedras que forma cuatro sillas y una mesa. Como el circo es muy idílico y solitario, podemos aprovechar este sitio para descansar cómodamente.

Desde la cabecera seguimos por la senda en la otra vertiente del valle. Muy pronto llegamos a un mirador que se encuentra encima de la confluencia del Barranco Fondo y el Cañón San Martín. Tenemos la poza de la visera, la Poza Chinchirigoy y el Chorro del Coñolmundo debajo de nosotros y en la colina en la vertiente a mano derecha distinguimos a las casas de San Velián. La senda discurre ahora por el valle del Río Sieste y se va acercando más y más a su lecho lo que pisamos finalmente sin ninguna dificultad unos 100m encima del Chorro del Coñolmundo.

La cabecera:

La Cabecera del Coñolmundo

La cabecera del Coñolmundo.

Lo primero que encontramos en el lecho ancho hacia la cascada es una bonita marmita que invita bañarse. La morfología del lecho de roca lisa facilita la búsqueda de un rincón, donde podemos tomar el sol o sestear en la sombra. En la orilla izquierda encontramos una fuente con agua buena y fresca. Por eso, este sitio es un buen lugar para descansar y esperar hasta que se vaya el calor del día para que podremos volver al coche cómodamente por un terreno mucho más seco.

Si queremos, podemos bajar por el lecho hasta llegar, sin problemas, al salto. Con un poco de prudencia podemos, incluso, destrepar hasta el arbusto del Coñolmundo.

Retorno:

Justo donde hemos pisado el lecho vemos en el otro lado del río, la orilla derecha, un hito y una marca de color amarillo en un árbol. Allí arranca el camino, que nos lleva otra vez a la pista de acceso. Los primeros metros son un poco confusos pero, si prestamos atención encontraremos las marcas amarillas y los hitos que nos guían en zigzag por la ladera hasta una collada. La senda es tímida y poco frecuentada, pero marcada y libre de vegetación en todo su recorrido, gracias a los cazadores y guardabosques. En la collada gozaremos de nuevo de buenas vistas a los Pirineos, pero nos concentramos a las marcas e hitos para no perder la senda que es mucho más difícil de averiguar en este último tramo. Desde el collado seguimos derecho por arriba entre pinos de repoblación hasta topar con la pista en un poco más de una media hora. Giramos a la derecha y la seguimos hasta regresar al coche.

La Borda cerca de la Carrasca de Morcat

La Borda cerca de la Carrasca de Morcat.
Robert está buscando la sombra y la frescura.

Por las Clusas a los Oscuros del Vero

Robert “buscando setas” en los Oscuros del Vero

Robert “buscando setas” en los Oscuros del Vero.

Mapa Oscuros

Recorte del Mapa Sigpac.

Los Oscuros son un caos de bloques enormes, que transforma el lecho del río en una cueva por la cual pasa el agua. Las Clusas es el tramo del cañón del Vero más encajonado. Su visita es una excursión difícil y larga. Hay varias formas de planearla pero, volviendo a la misma canción, la más bonita es la más exigente. Para disfrutar de ella sin miedo, se han de valorar los riesgos de los pasos difíciles y considerar si ambos, el perro y el amo, son capaces de superarlos usando las medidas de seguridad adecuadas.

Por caminos calurosos vamos por la mañana desde Alquézar hasta la Gran Visera, un desplome de tamaño gigantesco por lo cual pasa el río debajo formando un caos, y volvemos por la tarde desde los Covachos de Quizáns a Alquézar. Mientras tanto, remontamos, incluso nadando, el Río Vero por una de las zonas más encajonadas: las Clusas, visitamos su corazón: los Oscuros y volvemos por una senda colgada, que cruza todo el tramo de las Clusas por lo alto: La Senda de Paso Lén. Allí nos enfrentamos a los tramos difíciles. Ver las paredes de las Clusas desde distintos ángulos y perspectivas hasta meternos casi bajo tierra en los Oscuros serán nuestros objetivos principales en la excursión.

Hacemos bien en arrancar con los primeros y volver con los últimos rayos de sol, pues tanto el acceso como el retorno llevan por terrenos secos que carecen de árboles donde el perro pudiera sestear en las sombras. Nos llevamos agua, mapa, almuerzo y material de seguridad y disfrutamos de un día en uno de los paisajes más espectaculares de la Sierra de Guara.

Ficha Oscuros

Tiempo:

Alquézar – Gran Visera: 1h 30 bajando, 2h subiendo

La Gran Visera – los Oscuros: irrelevante, 1 a 2h

Los Oscuros – Quizans: 2h bajando, 2h 30 subiendo

Quizans – Alquézar: 1h bajando, 1h 15 subiendo

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Total: irrelevante, 7-8h, jornada completa

Aparcamiento:

 Alquézar

Acceso:

Salimos del pueblo por el PR, que conduce al Collado de San Lucas. En el collado tomamos el PR, que nos lleva a las Balsas de Basacol. (Se puede llegar a Basacol por una pista en mal estado, pero transitable. Esta arranca 400m antes del gran parking de Alquézar a mano izquierda. Pasa por el pueblo San Pelegrín y nos deja después de una amplia vuelta en las Balsas de Basacol. Nos ahorraríamos unos 45min, pero nos perderíamos un camino con muy buenas vistas.) Pasando por las balsas ya en la pista, estamos atentos a una senda que solo está balizada con un pequeño hito y arranca a mano derecha al final de la balsa superior. La senda baja suavemente a media ladera por un bosquecillo hacia el cañón del Vero que estamos viendo ya desde el collado a nuestra derecha. Saliendo del bosque la senda se une con otra, que viene de la pista que lleva a Basacol desde San Pelegrín. Seguimos bajando introduciéndonos en el cañón hasta llegar cerca del cauce, justo enfrente de la Gran Visera. Seguimos por la vestida senda, que remonta el caos de la Gran Visera en una altura de unos 30m por la orilla derecha. En cuanto se acaba el caos debajo de nosotros y vemos la boca de una cueva a mano izquierda justo encima de nosotros, podemos bajar por varios ramales del camino al lecho del río.

La Gran Visera:

Vistas a la Gran Visera

Vistas a la Gran Visera.

Este desplome descomunal es el más grande en la Sierra y merece una visita. Si estamos dispuestos a mojarnos ya hasta la tripa podemos bajar por el río sin problemas hasta el bloque central. Desde allí podemos contemplar al caos y al techo anaranjado en su totalidad. En la orilla derecha vemos ahora la mencionada cueva que podemos visitar por una pequeña senda que se desvía desde nuestra senda de acceso y lleva a la plataforma de la boca donde se encuentran también dos pequeños refugios de pastores. Nos ofrece buenas vistas de la vertical cara oeste de la Peña Bobín, de la Gran Visera y del caos debajo. Además tiene un curioso techo extraordinariamente simétrico que recuerda a una bóveda gótica. Por la faja que ubica la cueva discurre una senda, perdida en muchos tramos, que sube a los Corrales de Quizans.

Empezamos a remontar el río, ahora por su lecho, mojándonos hasta la cintura. Enseguida vemos que el cañón se cierra más y altas paredes empiezan a oprimir las orillas: estamos entrando en las Clusas. Siguiendo, prestamos atención a nuestra izquierda, donde aparece una gran boca de una cueva. Vale la pena introducirse.

La Cocineta:

La Cocineta

La Cocineta.

Observando la fisura en el techo, nos damos cuenta de que no se trata de una cueva. Estamos dentro de una impresionante sala que forma el último salto del Barranco Chimiachas antes de entregar sus aguas al Río Vero.

Seguimos por el lecho río arriba y llegamos a la parte más acuática de nuestra ruta: La Badina Esparraguera. Es el momento para ponerse el neopreno, si sentimos frío, porque vamos a pasar nadando por debajo de las paredes verticales que dominan este tramo del río. Se trata de un pasillo inundado que está interrumpido por un pequeño caos y nos obliga a nadar en tres intervalos. El segundo intervalo se puede evitar en la orilla derecha tras superar un resalte de sólo 1,5m que, por desgracia, no es nada fácil de subir. Si no somos capaces de escalarlo, podríamos – si queremos – subir al perro para que él podrá salvar este tramo estrecho y acuático de unos 15m en seco mientras nosotros seguimos nadando hacia el caos.

Finalmente llegamos a un pequeño salto donde el cañón se abre de nuevo y podemos salir del agua por una marmita unos pocos metros antes de la cascada. Después de este bonito estrecho seguimos, otra vez andando, por varias pozas mojándonos hasta la cintura.

Antes de meternos de nuevo en el agua para cruzar una poza ancha que nos obliga a nadar, nos fijamos en la orilla derecha. Hay una rampa que se convierte en una faja que sube por las paredes hacia el sur. En la rampa nace una senda que discurre por toda la faja, y nos llevará fuera del cañón. Al final de la rampa encontramos un cartel escondido entre los arbustos indicando el inicio de la senda del Paso Lén. ¡Cuidado en este punto de la excursión! Hay una faja muy parecida río abajo. Por aquella faja llega un camino a unos campos antiguos pero, la faja no tiene continuación. Si no encontramos el cartel, estamos en el sitio equivocado y tenemos que subir por el río un poco más.

Una vez identificado este sitio, podemos dejar la mochila allí, dado que volveremos obligatoriamente, y seguir más ligero río arriba, cruzando esta última poza para llegar a los Oscuros inmediatamente.

Aviso personal – El uso del neopreno:

Como se trata de la excursión más acuática del blog, quiero informar sobre el uso del neopreno.

El frío que notamos en el barranco es un estado que se manifiesta despacio. Además, si una vez tenemos frío, es bastante difícil entrar en calor de nuevo. Por eso, tenemos que estar atentos y ponernos el neopreno antes de sentir el frío. El traje completo consiste de unos escarpines (calcetines de neopreno), un pantalón (también llamado peto), la chaqueta (también se venden monos) y los guantes. En nuestro caso (verano, sol y el Río Vero), tenemos suficiente protección contra el frío con el peto solo, pero no debemos ir sin él. Si cambia el tiempo o si se levanta viento, necesitamos su protección. Llevarlo y no ponérselo es tolerable, pasar frío y no tener el neopreno nos fastilla toda la excursión.

Si llegamos a pasar frío en una excursión acuática deberíamos parar, quitarnos toda la ropa mojada y tumbarnos en una roca plana y seca hasta que nos encontramos bien de nuevo. Las rocas se calientan bastante durante el día por el sol y las podemos aprovechar como radiadores naturales para entrar en calor más rápidamente. ¡Cuidado – este truco sólo funciona en días soleados!

Los Oscuros del Vero:

El Pozo Verde de los Oscuros

El Pozo Verde de los Oscuros.

Los Oscuros son un caos con un bloque enorme y característico que cubre el río como un gigantesco techo. Subiendo por el río se llega primero a un tramo plano y amplio salpicado por bloques los cuales están soldados al lecho por la cal del agua. Setas de roca – un rincón singular e idílico, que refleja paz.

A continuación, un pasillo se introduce directamente al centro de los Oscuros. Allí, el conjunto de rocas de bajo del bloque enorme reduce la iluminación creando un mundo fantástico y umbrío. Como las pozas no son profundas, el paso por esta zona no resulta difícil hasta llegar a la Gorga Verde, la única poza profunda debajo del bloque. Podemos pasar a nado por un arco natural para salir de este mundo umbrío o trepar por la orilla izquierda. 

Río arriba, después de la Gorga Verde, varios bloques oprimen al lecho de tal manera que se forman marmitas (algunas profundas) y saltos de agua (incluso un tobogán). El paso resulta más difícil ahora, especialmente para el perro. Antes de llegar otra vez a un cauce abierto hay que pasar nadando por una poza estrecha, alargada y profunda: la Gorga Negra.

La senda de los Oscuros:

El Techo de los Oscuros

El techo de los Oscuros.
Inmenso bloque que cubre al caos de los Oscuros. Este contiene por si mismo ya bloques del tamaño de una casa ¡!

Hay rastros de un camino, ya perdido, que discurrió por la boscosa ladera de la orilla izquierda encima de los Oscuros. Hoy en día resulta muy difícil averiguar el camino en muchos de los tramos, además hay pasos aéreos y otros de trepada. La senda daba acceso al río en tres puntos.

Río arriba, justo en el salto de la Gorga Negra, hay en la orilla izquierda una rampa que da acceso a una cornisa aérea por la cual discurre la senda. Esta nos lleva a una plataforma que está a unos 70m encima del río y revela buenas vistas al bloque gigante que forma el tejado de los Oscuros y a la ladera boscosa que rodea todo este tramo del río. A unos 200m vemos en la misma altura otra plataforma rocosa sobresaliendo del bosque. A esta hay que llegar. Travesando todo el espeso bosque por los rastros de la senda nos acercamos a dicha plataforma. Pero ¡cuidado! en el bosque perdemos las plataformas de vista Detrás de la segunda plataforma baja la senda en zigzag a la poza donde arranca en el otro lado la senda del Paso Lén.

Otra vez en la primera plataforma. Bajando de ella al bosque, la senda cruza en seguida una pequeña glera por la cual se puede bajar, sin camino pero guiado por la vaguada y las piedras, hasta una zona menos pendiente, donde aparecen los primeros bloques debajo de los árboles. Por una trepada (paso de II) podemos bajar entre dos bloques grandes al río en la zona de las marmitas y saltos.

Nosotros exploramos los Oscuros hasta donde nuestra prudencia y el perro nos permiten y volvemos al inicio de la senda del Paso Lén, donde podemos descansar y esperar hasta el calor del día disminuya y nos permite una ascensión más agradable.

Por la senda del Paso Lén no hay pérdida. En los tramos de trepada el perro no tiene problemas y nosotros nos aprovechamos de unas cadenas que nos facilitan el paso. Principalmente, subimos y con cada paso se mejoran las vistas. Detrás de nosotros vemos el bloque característico de los Oscuros. Cuando pasamos debajo de una pequeña aguja, tenemos que controlar al perro y preparar las medidas de seguridad, porque nos acercamos al Paso de los Articazos.

Paso de los Articazos:

Paso de los Articazos:

Paso de los Articazos.

En este tramo horizontal de unos 30m se pasa por una cornisa de unos 40cm de anchura.  De esta manera, salvamos una pared para después cruzar el cauce seco del barranco Chimiachas. Un pasamano que nos da seguridad está instalado en la cornisa. Aunque se pisa bien y la cornisa es plana tenemos una pared, casi vertical, de mucha caída debajo de nosotros. (Practicando el deporte de descenso de barrancos se baja del Paso de los Articazos en tres rápeles de 6, 23 y 45m al techo de la Cocineta y de allí con uno de 45m a dentro de la Cocineta, suma 119m. En la orilla derecha del barranco nos podemos asomar hasta un punto, donde vemos el fondo de la Cocineta, justo donde hemos estado unas pocas horas antes.)  ¡No se debe pisar el Paso de los Articazos cuando la roca está mojada!

Nota Enero 2021

Descendiendo el Barranco Chimiachas me he topado con el Paso de Articazos. He observado que la sirga se encuentra en estado precario.

La parte hacia el fondo del barranco está suelto y todo el cable de acero se está pelando. Además hay muchas zonas donde los alambres están rotos y los cabos afilados y oxidados sobresalen del conjunto pinchan en las manos. Se parece a un alambre de púas.

Hasta que se arregle no se podrá utilizar en gran parte de este paso expuesto. ¡Cuidado!

La Sirga delPaso de los Articazos Enero 2021

La Sirga del Paso de los Articazos Enero 2021.
El cable está roto.

Seguimos por la senda otra vez subiendo una pendiente fuerte. Cuando salimos de la vegetación y se abre una vista sobre una gran parte del Cañón del Vero, nos estamos acercando al segundo paso serio: El Paso Lén. Si hemos quitado las medidas de seguridad, hay que prepararlas una última vez y, por supuesto, controlar al perro.

Paso Lén:

El Paso Lén

Vista al Paso Lén desde el otro lado del cañón.
Es la línea clara justo debajo del desplome de la roca naranja.

Como en el Paso de los Articazos, se trata de una cornisa estrecha y aérea. Esta es un poco más ancha, igual de plana y larga, pero la verticalidad debajo de ella es más impresionante. Dado que las características son muy parecidas a la primera cornisa, nuestras medidas de seguridad y el comportamiento serán igual a los de antes. Pero antes de cruzar la cornisa, debemos parar y contemplar las vistas. Estamos en el mejor mirador del Cañón del Vero: vemos detrás de nosotros como el Tozal de la Mallata se desploma sobre el río. Una canal empinada baja como una lengua verde de la boca de la Cueva de Lucien Briet y los pirineos se ofrecen como un marco estéticamente perfecto a este escenario.

Vemos enfrente la Corona del Tozal formando con sus acantilados las paredes izquierdas de las Clusas. Observando las cuevas y covachos, las fajas y cornisas que poseen estas paredes, nos damos cuenta que nosotros estamos en el acantilado gemelo en una de sus cornisas que discurren por unas paredes iguales como en el otro lado. ¿Cómo podía abrir la gente de la zona esta senda por un terreno tan vertical? Vemos debajo de nosotros el Cañón del Vero y como baja el agua descansando de vez en cuando en una de las pozas verdes y brillantes hasta que se pierde de vista en el Somontano. Estas son las vistas habituales, pero maravillosas, que tienen los buitres y águilas que están rodeándonos en este momento. A mi me dan mucha envidia.

Vistas desde el Paso Lén

Vistas desde el Paso Lén.

Seguimos todavía subiendo por la senda que nos conduce finalmente a una pista, ya fuera del cañón, por cual seguimos en la misma dirección para llegar a un cruce de caminos donde encontramos un poste de carteles indicativos. Hemos superado unos 500m de desnivel y al fin podemos bajar guiados por dichos indicadores hacia Quizans.

Los Abrigos de Quizans:

Una de las pinturas rupestres de Quizans

Una de las pinturas rupestres de Quizans.
A mi me parece a una ardilla !?

En Quizans encontramos corrales antiguos pegados a un resalte rocoso que alberga en sus covachos unas pinturas rupestres. Hay también un panel informativo que nos indica entre otras cosas, que hemos vuelto a la civilización.

Retorno:

Bajamos por un PR a las Balsas de Basacol donde encontramos agua para el perro y enlazamos con el camino de acceso. Podemos volver por este mismo, o mejor, coger en el otro lado de las balsas un camino que está indicado como “Alquézar por el barranco” y nos lleva por el Barranco Payuala siguiendo la tubería de agua hasta las piscinas de Alquézar.

La galería de los Oscuros del Vero.

La galería de los Oscuros del Vero.