Paseo por la Peña Foratata

En la senda que lleva a la Peña Foratata

En la senda que lleva a la Peña Foratata.
Estamos rodeados por el típico paisaje de esta zona – acantilados de conglomerado.

La Peña Foratata es un pequeño pico en la zona de Vadiello y constantemente ignorado de las guías de senderismo. Sólo en las de los barrancos se menciona, debido a un impresionante barranco que termina en una cascada de 150m en la cara noreste, donde se ubica también en el pie del molde la Ermita San Chinés.

No obstante, la ascensión a dicha peña es un paseo recomendable: muy poco desnivel, alucinante y lleno de sorpresas. Para que sea también agradable, debemos elegir días después de lluvias fuertes para asegurar que las pozas del Barranco de la Foratata lleven agua limpia.

Ficha Foratata

Las únicas dificultades encontraremos justo antes de coronar la cima en un paso de II. Pero con un poco de practica lo superaremos, el perro y nosotros, sin pasar miedo, ya que no es expuesto y el conglomerado ofrece buenos pedruscos para agarrarse.

Recorte Mapa Editorial Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Para los que no quieren parar, se ofrece la posibilidad de realizar también la ascensión al Matapaños y extender la excursión a todo un día. ¡Pero cuidado! Será todo un día por una zona donde escasamente se encuentra agua.

Así que, preparamos la mochila con la correa, el almuerzo y una extra ración de agua para disfrutar de otra perspectiva de los macizos de Aliana y Ligüerri.

Tiempo:

Del coche al inicio de la senda: 20min.

Por la senda a la loma de la Peña Foratata: 20min.

Itinerario hacia la cima: irrelevante

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Total: irrelevante, 2h, media jornada

Ascensión opcional al matapalos: 1h30

Aparcamiento:

Nos dirigimos a Santa Eulalia la Mayor. En lo alto del pueblo parte una pista hacia el Cuello Bail y Vadiello. La pista está en buenas condiciones (2016) y la podemos seguir varios kilómetros hacia el Cuello Bail. En el aviso de una barrera en 200m podemos aparcar cómodamente.

Acceso:

Andamos por la misma pista hasta que encontramos en la primera curva pronunciada el inicio del sendero a la Matosa. Hay un cartel.

Después de una breve subida el sendero topa con una crestería de caliza blanca. Es un punto de cierta importancia, ya que aquí parte la senda que lleva al Matapaños. Nosotros seguimos por la senda bien marcada que traspasa el pinar horizontalmente. En cuando salimos del bosque y legamos a una loma rocosa se abren la primera vez las vistas a la Peña Foratata y el terreno que vamos a recorrer. Es un buen momento para orientarse.

La Peña Foratata desde el acceso

La Peña Foratata desde el acceso.
Itinerario para llegar a la cima.

Aguantamos por el mismo sendero hasta que nos sitúa en la ultima cresta del molde de la Peña Foratata. Se trata de la cresta que dibuja el borde noreste de la peña; mirando hacia abajo – nuestra izquierda. Allí dejamos el sendero y bajamos entre el matorral. Unos cuantos metros más abajo se forma de nuevo una tímida senda que facilita el avance y nos da seguridad para avanzar por dicha cresta.

Será el momento en el cual se dibujará una amplia sonrisa en nuestra cara, porque este «paseo» que nos introduce en el mundo del los acantilados de conglomerado es simplemente asombroso. A nuestra izquierda el abismo y las vistas a los Mallos de Aliana, los Pepes, Lazas y Ligüerri. A nuestra derecha el molde de la peña que queremos conquistar con toda su fauna y flora. Seguro que haya unas cabras y buitres que nos están observando.

Según bajamos veremos los ventanales a mano derecha. Cuando estamos en una loma, lisa y rocosa, justo enfrente de esta cueva, debemos acercarnos, bajando por las zonas más lisas, evitando piedras sueltas. Más abajo cruzamos el barranco, donde nuestro perro encontrará agua, si hemos elegido bien la fecha.

Los Ventanales O Puente:

O Puente

O Puente.

Es el refugio principal de esta zona y por eso está lleno de excrementos de cabras que desprenden un olor intenso. Definitivamente no es el lugar para el almuerzo, aunque encontramos la fresca allí dentro en la sombra.

Su nombre O Puente – a pesar de se trata de un puente de roca – podría proceder del simple hecho que da paso a la otra vertiente de la peña y de este hecho nos aprovechamos…

El paso de II

El paso de II, visto desde arriba.
No es muy difícil. Robert baja sin ayuda ninguna.

Seguimos por los campos abandonados en la otra vertiente hasta que encontramos un paso fácil para acceder a la cresta principal de la peña unos 100m más al este. Desde allí nos acercamos a la cima por una senda de cabras que discurre por dicha cresta central.

Al fin y al cabo tenemos que trepar unos 2m para hacer cima.

Ahora estamos en un lugar donde apetece almorzar y disfrutar de las vistas: los Pepes, el Fragineto y el Tozal en perfecta alineación.

Vistas desde la Peña Foratata

Vistas desde la Peña Foratata.

Ascensión al Matapaños:

Las vistas desde el Matapaños

Las vistas desde el Matapaños.
Casi todos los picos occidentales de la Sierra.

Si decidimos ascender a continuación a este pico panorámico, debemos regresar al inicio de la senda, a la crestería que cruzamos después de haber abandonado la pista.

Uno de los buitres

Uno de los buitres.

Debemos subir por la misma crestería hasta topar de nuevo con la pista la cual por su parte dibuja varias lazadas a nuestra izquierda para finalmente coronar el Cuello Bail igual como nuestra vía rocosa. En dicho collado encontraremos carteles indicativos que anuncian el camino al Matapaños y la ubicación de los Pozos de Nieve. A partir de aquí toca superar una ladera, expuesta al sol y empinada, por la cual llegaremos a una suave cresta. Después de este tramo fatigoso la parte que queda es pan comido, tenemos el pico ya a la vista.

Como mencionado al principio, el Matapaños es un pico de vistas estupendas. Veremos gran parte del Pirineo y casi todos los picos importantes desde la Peña Gratal hasta el Cubilars, así como la Hoya de Huesca con el Moncayo dibujando el horizonte.

Sin embargo recomiendo acercarse sin camino obvio a una primera crestería a 50m de la cima al oeste. Desde este balcón tenemos impresionantes vistas, íntimas y del la cima ocultas, al Valle de la Onsera.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino en una 1h.

Robert y los acantilados

Robert y los acantilados de Guara.

El Azud del Molino en Novales

El Azud del Molino

El Azud del Molino.

Novales es un pueblo que se encuentra en las orillas del Guatizalema en la Hoya de Huesca rozando ya con los Monegros. Desde Siétamo se llega en apenas 15min, desde Huesca tarda un poco más, pero si – está en el entorno de la Sierra de Guara.

El pueblo es típico para la zona y destaca con varias atracciones en el curso del río cercano: El Azud, el Galacho y el puente medieval. Entre ellos recomiendo sobre todo la visita del azud, que forma a sus pies una preciosa poza.

Tiempo:

Se baja al merendero desde el aparcamiento en menos de 5min.

Aparcamiento:

Vamos en coche por la carretera desde Novales hacia Siétamo. Tenemos que estar atentos a una pequeña pista a mano derecha que aparece en 600m después del pueblo. Esta nos lleva en poca distancia a un campo vallado, visible desde la carretera. En la explanada delante de la valla hay sitio para aparcar y un cartel indica la bajada al azud.

El Azud del Molino en Novales

El Azud del Molino en Novales.

El ayuntamiento de Novales ha instalado un merendero en las orillas con buenas vistas a las cascadas de la presa. También podemos bajar a la poza. Debido al barro que lleva el río en esta zona, el agua no es tan transparente como kilómetros más arriba en la misma Sierra, pero no me parece contaminado y un baño es igual de refrescante que en una poza cerca de Nocito.

El Galacho

El Galacho de Navales

El Galacho de Navales.

Si estamos dispuesto desplazar nos con el coche de nuevo, podemos visitar esta curiosa formación rocosa que oprime el lecho del río unos cientos metros más al sur. Aparcamos en el pueblo cerca de las piscinas y buscamos el puente medieval. Por el nos lleva una pista al Galacho. Todo está indicado.

También está indicado el camino hacia el molino, pero no lo recomiendo, ya que el edificio se encuentra en propiedad privada y no se puede visitar.

Debo mencionar también las dos fuentes. Una se encuentra cerca del puente, orilla derecha y aguas arriba, y la otra cerca del molino. En las dos brota el agua con poco caudal y no darán para llenar la cantimplora, pero a nosotros nos pueden servir de excusa para prolongar el paseo.

Espero que el ayuntamiento se preocupa del mantenimiento necesario de estos lugares. Si los encontramos limpios y en buen estado, se convierten en objetivos a los cuales apetece volver.

El Azud del Molino

El Azud del Molino.

El Azud de Sipán

La Poza del Azud de Sipán

La Poza del Azud de Sipán.
El arenisco liso en la orilla puede servir para tomar el sol o saltar al agua desde una altura considerable.

Este viejo azud retiene las aguas frescas del Río Guatizalema que forma una poza, bonita y grande. Es un buen sitio para merendar y pasar la tarde, ya que los bloques, planos y lisos, en la orilla están diseñados para hacer un picnic o para simplemente sestear encima de ellos, gozando del calor que emiten.

La carretera está muy cerca y el acceso es fácil.

Tiempo:

Desde el coche a la poza: 5 min.

Aparcamiento:

Vamos hacia Almunia del Romeral.

Una vez pasado por Los Molinos encontraremos la Ermita de Santa Lucia a mano derecha y a poca distancia veremos a mano izquierda una pequeña nave con una explanada de grava delante. Hay sito para aparcar varios coche.

Acceso:

Bajamos desde la nave por una de las sendas al Río Guatizalema.

Saltar, sestear, merendar, bañar… es un buen sitio para que disfrute toda la familia. El agua siempre está fría, dado que procede del Embalse de Vadiello. Es quizás la poza más cercana desde Huesca y a menudo se encuentra gente disfrutando de él por las tardes en verano. Por eso debemos controlar nuestro perro y respectar la presencia de otras personas.

¡Recoger la basura …y la de los demás! (Es la triste verdad.)

Retorno:

Volvemos a la nave por una de las sendas de acceso.

La poza que provoca el Azud de Sipán

La poza que provoca el Azud de Sipán.
Robert y yo disfrutamos de las frías aguas después de una excursión extrema por la zona de Penz por un día muy nublado.

El Castillo de Montearagón

El Castillo de Montearagón

El Castillo de Montearagón.
Robert posa en un murete en el recinto.

Son las ruinas que dominan cualquier vista panorámica de la Hoya de Huesca. A pesar de la importancia para la historia de Huesca, el tamaño, la situación tan cerca de la cuidad y su belleza, debería haberse convertido en un mueso (o parecido) ya desde hace tiempo, pero parece que en los próximos años no va a salir del estado de ser nada más que una ruina.

Por un lado esta circunstancia es triste, pero por otro lado nos abre las puertas para una visita con nuestro perro.

Ficha MontearagónDebido al recinto, amplio y de hierba, las vistas a las Cimas de Guara y a los encantos que propone un edificio histórico, la visita se convertirá en un paseo muy recomendable.

El Castillo de Montearagón

El Castillo de Montearagón.
Las vistas a un Tozal de Guara nevado.

Sólo debemos tener en cuenta que no encontraremos agua en este lugar y en verano el calor puede llegar a molestar.

¡No debemos olvidarnos de recoger las heces dentro del recinto!

Tiempo:

Irrelevante.

Desde el coche subimos en 5 min a la puerta principal.

 

Aparcamiento:

Cogemos el desvío a Quicena en la N-240. Dejamos el pueblo a nuestra izquierda y seguimos por la pequeña carretera hacia el castillo.

Aparcamos en una explanada en frente del castillo, justo donde se encuentran los paneles explicativos.

Acceso:

obvio

Retorno

obvio

El Castillo de Montearagón

El Castillo de Montearagón.
Robert en el edificio central.

Las vistas desde la Ermita Santa Quiteria

El templo de San Román

La iglesia de San Román.

Esta pequeña excursión nos revela inmejorables vistas a la parte central de la Sierra de Guara. Además la iniciamos en la aldea de San Román, un pueblo olvidado, apartado y curioso.

Ficha San Román

Tiempo:

 Desde el pueblo a la ermita: 20min

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Total: 4omin.

Aparcamiento:

Aparcamos en San Román.

A este pueblo se accede desde la carretera A-1227 cerca de la presa de Bierge.

Acceso:

Nos dirigimos hacia la fuente del pueblo.

San Román

La aldea es bonita. Llama la atención la iglesia y – en especial – la fuente, ya que es el único sitio donde encontraremos agua durante la excursión.

Cerca de la fuente se inicia el camino que está indicado con un cartel «Presa de Bierge». Después de diez minutos nos desviamos por una vieja pista hacia la izquierda y subimos a la loma donde se encuentra la ermita.

La Ermita de Quiteria

La ermita misma no es muy llamativa, pero el lugar es especial.

Se abren espectaculares vistas a la Sierra, desde el Torreón de Santa Eulalia hasta Quizáns, justo con el Huevo de Moreno, la Piedra de San Martín y el Valle de Rodear delante de nosotros.

El punto más elevado de la loma se llama Castil de Moros y se encuentra a poca distancia al oeste. Como ya no hay un camino obvio, sólo matorral, la búsqueda de las ruinas será reservada para los aficionados de la arqueología.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Una parte de las vistas desde la Ermita de Quiteria

Una parte de las vistas desde la Ermita de Quiteria.
Picos (de la izquierda a la derecha): Mondinero, Fragineto, Tozal de Guara, Ballemona.
En el primer plano (de la izquierda a la derecha): el Cañón del Formiga, la Peña Canal y (encima de él) el Puntal de Arraro , Santa Cilia.

La Ascensión a la Cruz del Santo

En el bonito camino que sube a la Peña del Santo

En el bonito camino que sube a la Peña del Santo.
(No es la Cruz del Santo.)

Esta pequeña, pero bonita excursión nos lleva a un mirador natural sobre la zona del Monasterio de San Úrbez, en la Peña del Santo. Se puede iniciar la marcha en el mismo monasterio o, como lo describo aquí, desde el pueblo de Nocito y llenar de esta manera una media jornada.

Ficha Santos

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina

El camino está señalizado y fácil de perseguir. Los objetivos principales son el mismo recinto del monasterio y el mirador en la Peña del Santo. Todo eso lo encontraremos adornado por un paisaje de primera y robles centenarios, incluso milenarios.

Hacemos bien, si elegimos un día fuera de la temporada de calor, ya que no encontraremos agua en el camino, sólo en Nocito de bajo del puente que salva el Río Guatizalema.

Tiempo:

De Nocito a San Úrbez: 30min

De San Úrbez a la Cruz del Santo: 45min

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Total: 2h 30, media jornada

Aparcamiento:

Aparcamos en Nocito.

Acceso:

Nos dirigimos hacia el este del pueblo, siguiendo las instrucciones de los carteles del GR1 hacia San Úrbez.

Vamos por el GR a San Úrbez. En aproximadamente 20min cruzaremos la carretera, justo después de un viejo quejigo. Debemos controlar el perro en este punto. Así que llegamos al monasterio.

San Úrbez

El Qujigo de San Urbez

El Quejigo de San Úrbez da mucha sombra.

Está el refugio donde podemos consumir algo en la temporada alta.

El centro de la atracción es, sin duda, el mismo monasterio y la persona San Úrbez lo que incluye las celebraciones, tradiciones y leyendas que le rodean. Más historias sobre este personaje se encuentran en los libros «El Camino de San Úrbez» y «… a pies descalzos» de Óscar Ballarín y Arturo González.

No debemos pasar por este lugar sin visitar el gran caxico y sus hermanos «pequeños» que se encuentran en los campos al norte de las edificaciones. Algunas imágenes están expuestas en la pagina «Árboles«.

Se inicia la ascensión

Se inicia el ascenso.

El sendero del ascenso arranca en al zona por la cual hemos accedido al recinto. Se adentra a un pinar y empieza a ganar altura. En una  de las lazada a la izquierda hay un desvió que está bloqueado por ramas cortadas. Se trata de un viejo camino que sube a la Pardina Latorre. Hoy seguimos la traza, limpia y clara, que nos lleva en breve a la cruz.

Desde la plataforma donde se encuentra hay muy buenas vistas sobre el recinto del monasterio.

La Cruz del Santo

La Cruz del Santo.

Retorno:

Volvemos por el mismo camino.

Vistas sobre San Úrbez y el Valle de Nocito

Vistas sobre San Úrbez y el Valle de Nocito.
San André y el Tozal al fondo.

Las Gorgas de San Julián

La inmensa sala final de las Gorgas de San Julián

La inmensa sala final de las Gorgas de San Julián.
Robert se mosquea por los ruidos de las palomas.

Las Gorgas de San Julián terminan en una inmensa sala a la cual hay acceso por un sendero, fácil y bien señalizado. En las cercanías de dicha gruta se encuentra la ermita rupestre que da nombre a la zona y la cual merece una visita igual.

Dado que la zona se encuentra fuera del parque natural, la ruta no suele figurar en los mapas y las guías de Guara. Pero no obstante podemos encontrarla en el librito del mapa de Brames «El Reino de los Mallos» y en incontables folletos o páginas-web de la Hoya de Huesca. Las descripciones se distinguen por el inicio: Nueno o Arascués (más largo, pero el recorrido original del PR).

Ficha San JuliánCreo que la mejor manera de plantear la ruta es iniciarla en la Ermita de la Virgen del Olivar que se encuentra en la orilla del pequeño Embalse de Arascués. De esta manera llenamos una media jornada y tenemos agua asegurada al principio y final de la excursión. Hay que tener en cuenta que en pleno verano se secan todas las fuentes y los barrancos de la zona, ademas discurre la senda parcialmente por la cara sur de la colina. Aunque el recorrido no supera mucho desnivel, el calor y la sed se harán muy molestos.

La Ermita de San Julián

La Ermita de San Julián.

Sea como sea, el sendero está bien marcado y nos llevará sin problemas desde la Ermita de la Virgen del Olivar a la urbanización detrás del recinto de golf en Nueno por una pista. Allí termina esta en una calle que flanquea dicha urbanización. Para evitar los coches – aunque hay poco trafico –  podemos buscar una bonita senda que discurre entre las encinas paralelo a la calle. Esta arranca unos 30m más adelante, enfrente de unos columpios y está marcada por un hito. Tenemos que seguir controlando el perro en este tramo, ya que estamos todavía cerca de las casas y la calle.

En otro punto más adelante avisa un cartel de abejas y debemos controlar el perro de nuevo. A partir de allí nos llevará el PR sin problemas a las cercanías de la Ermita de San Julián.

Así que, llegamos a una bifurcación donde podemos optar para visitar las gorgas o la ermita.

Las Gorgas de San Julián

Las Gorgas de San Julián

Las Gorgas de San Julián.
A veces entra un rayo de sol y convierte la sala en una catedral.

Toparemos con una cavidad inmensa en un terreno donde no se espera tal espectáculo.

En la entrada de la sala se encuentra el belén, hortera y feo. Siento que no hay un poco más de detallismo y sentido por la estética entre los creyentes católicos que  tienen necesidad de celebrar misas en este lugar. Podemos concentrarnos en otros detalles:

Al fondo de la cueva podemos observar la última cascada del barranco que suele llevar un hilito de agua en este sitio, salvo en pleno verano. En la pared derecha se encuentran las antiguas clavijas que instalaban los cazadores (más valientes) para llegar a los palomeros.

Hacemos bien en controlar al perro, ya que es el lugar donde se queda tirado todo lo que arrastran las crecidas. (Casi) siempre hay cadáveres o huesos de bichos enterados en la grava.

La Ermita rupestre de San Julián

La Ermita rupestre de San Julián.
Las vistas desde cerca de las gorgas.

La Ermita de San Julián

La ermita por dentro

La ermita por dentro.
Hay muchos detalles y un ambiente místico. Una visita muy recomendable.
Robert se alivia de la sed chupando el pie mojado de una de las pilas naturales.

Si no hace demasiado calor, es un rincón maravilloso con un suelo de hierba que invita a descansar y merendar. La adaptación religiosa es – al contrario del belén de la gruta – bonita, interesante, pero también tétrico.

Hay muchos detalles para explorar: la construcción rupestre, el altar, la cisterna, las pilas naturales y el desagüe.

Si llevaríamos una escalera, podríamos ver las instalaciones que se encuentran en la cornisa superior – el sistema de recogida del agua – o la pequeña cueva a mano derecha que podría haber sido el dormitorio de los ermitaños.

El Barranco Fenés

Si seguimos por la senda que discurre por la faja que ubica la ermita llegaremos en menos de media hora al Barranco Fenés. El sitio no es muy espectacular, pero este barranco suele llevar más caudal, aunque se puede secar en pleno verano también. En primavera la visita conlleva un baño asegurado para nuestro perro. (Otras fuentes se encuentran en la misma ermita (el grifo de la cisterna o las pilas naturales), y cerca de las abejas a lado de la senda).

Estudiando el mapa se podría plantear la ruta como una circular, volviendo por las pistas que discurren por el otro lado del Barranco Fenés. Esta variante es más larga, seca y no tan bonita como el camino del acceso. Por estas razones no lo recomiendo.

Robert juega en la hierba de la faja que ubica la Ermita de San Julián

Robert juega en la hierba de la faja que ubica la Ermita de San Julián.
Robert está donde se ubica la ermita y al fondo a la izquierda (no se ve) está la entrada a las gorgas.

Gymkana por el Cañón de San Martín

La Fajeta L'Ordio

La Fajeta del Ordio.
Robert disfruta de las vistas.

El Cañón de San Martín es una parte del Alcanadre en el tramo río abajo de San Saturnino que llaman «Peonera superior». Se trata de un gran cañón clavado en la caliza que ofrece como sus hermanos mayores – el Cañón del Vero o del Balcez – maravillosas pozas incluidas en un entorno de paredes verticales, cuevas y proas. El corazón de este paraje es la pequeña ermita que da nombre a toda la zona. Llegan tres sendas de acceso al río, dos desde el este – los accesos populares – y uno – más largo y menos transitado – desde el oeste.

La Ermita de San Martín

La Ermita de San Martín.
En esta perspectiva se divisa en el extremo derecho debajo de la inmensa pared, denominada «La Piedra de San Martín».

Descripciones de esta magnifica excursión circular se encuentran en casi todas las guías y mapas de la Sierra de Guara, pero él que mejor la describe es Enrique Salamero en su libro «22 itinerarios a pie». Adjunta un buen esquema para identificar más fácil las sendas por las fajas y detalla las etapas y complicaciones. La presenta como una excursión de medio día, pero si exploramos intensamente el curso del río con sus maravillosos rincones, se puede extender a una de una jornada completa, ya que las pozas de aguas cristalinas invitan a sestear en sus orillas. Ademas hay que tener en cuenta que el retorno es una fatigosa subida por la cara oeste donde pega el sol por la tarde. Así que merece la pena disfrutar cerca del agua hasta que disminuya el calor del día.

Ficha San MartínAunque hay sirgas y clavijas en los accesos descritos en el libro, ninguno resulta complicado para el perro.

  • La senda por la Fajeta del Ordio discurre por una cornisa de 2m de anchura como mínimo, que impresiona sin ser demasiado expuesta o peligrosa.
  • La Senda de los Gradones es más pendiente y confusa, donde tendremos que superar algún paso de trepada.
  • La senda por la Fajana Martín Juan es muy pendiente, especialmente en las cercanías del río. Como arranca en una zona muy apartada de las infraestructuras en el este del cañón, no es un acceso usual.

En los tres casos hay carteles, balizas o hitos que nos guiaran.

Así que voy a concentrarme en describir algunos de los rincones singulares – los tesoros de la Gymkana – que se pueden visitar durante el día, empezando río arriba.

Aunque no hay ningún paso a nado, debemos estar preparados para mojarnos completamente, debido a que algunas de las atracciones requieren un baño obligatorio para una exploración perfecta.

El Río Alcanadre

El Río Alcanadre.
Que alegría llegar finalmente a las pozas.

El Caos de la Fuente Conciatas

Poza interior del Caos de la Fuente Conciatas

La  fabulosa poza interior del Caos de la Fuente Conciatas.

Este caos, situado en el final de un estrecho oprima el lecho del río de tal manera que no vamos a ser capaces de pasar por él. Así que se trata de nuestro limite de la excursión hacia el norte, río arriba.

El Caos de la Fuente Conciatas

El Caos de la Fuente Conciatas.
Los tres bloques empotrados, vistos desde el estrecho río arriba (donde no llegaremos).

Para encontrar la poza interior es mejor dejarse guiar por el ruido de la cascada que alimenta la poza y destrepar por las rocas hacia el agua. La poza es una gozada y un baño en estas aguas frescas será un momento inolvidable.

En los dos lados del caos se inician dos cornisas que discurren por las paredes hacia el sur. La de la orilla derecha, la más extensa, tiene un acceso difícil de escalada por los mismos bloques del caos, pero la de la izquierda es fácil de recorrer y ofrece unos bonitos covachos en la zona más elevada. Ademas es el único punto de nuestra excursión desde donde podemos ver los tres bloques empotrados, tan ilustres y conocidos, que se encuentran escondidos en otro extremo del caos.

La Fuente Conciatas

La poza de la Fuente Conciatas

La poza de la Fuente Conciatas.

A poca distancia río abajo del caos se encuentra dicho manantial. Se trata de una maravillosa poza en cuya orilla, rocosa y vertical, mana el agua por varios agujeros. En días calurosos vale la pena acercarse (a nado) y beberla directamente desde donde brota.

Cerca de la poza, río abajo arranca la senda de la Fajeta de Ordio. Esta sube los primeros metros al lado de una crestería agreste donde se encuentra una pequeña cueva. La cavidad no tiene dimensiones  suficientes para introducirse, pero siempre emite una corriente fresca que sea bienvenido en días de calor. Además, según Enrique Salamero esta curiosidad tiene nombre: Aujero l’Aire, lo que indica que para la gente del lugar (o un excursionista) tiene cierto interés.

La Fajana Martín Juan

La Piedra de San Martín

La Piedra de San Martín.
No es necesario mencionar que nos tenemos que acercarnos con mucho cuidado y controlar al perro. Hay un patio de más de 350m.

Siguiendo el curso del río pasamos por varias pozas. Escondido en un bosquecillo en la orilla derecha arranca la senda por la Fajanta Martín Juan, balizado con un cartel «Costera de Naya 2h». La subida es fatigosa, pero nos situará en el mejor mirador sobre el cañón justo en el borde del precipicio de la Piedra de San Martín. No obstante, hay buenas vistas durante todo el ascenso.

Más adelante se divisa ya el puente sobre la Badina Quejigo, el punto central de nuestra excursión.

La Cueva, Ermita y Piedra de San Martín del Alcanadre

La Ermita de San Martín del Alcanadre

La Ermita de San Martín del Alcanadre.
La foto la tomé desde la Senda de los Gradones.

En dicho puente podemos subir hacia el este por la Senda de los Gradones para salir del cañón o visitar la ermita subiendo hacia el oeste.

Esta está ubicada a pie de una inmensa pared abovedada denominada «Piedra de San Martín» y – de verdad – el lugar es sobrecogedor. Nos podemos acercar al centro del margen inferior de la pared, sentarnos e inspirar toda la energía que refleja y focaliza este «espejo parabólico del universo». Además, si tenemos suerte, podemos observar una pareja de alimoches que anida en la parte superior.

Encima de la ermita hay una cueva que se puede alcanzar trepando con la ayuda de alguna piedra y madera detrás del edificio.

La Cueva de San Martín

La Cueva de San Martín.
Al pie de la pared que tenemos enfrente se encuentra un covacho con un recinto pastoral que se puede visitar desde la Senda de los Gradones.

La Badina del Quejigo podemos pasar a nado, o más bien, salvarla por una senda por el margen derecho. Río abajo nos esperan más pozas hasta que el cauce se estrecha.

El Estrecho de Lacarra

El inicio del Estrecho de Lacarra

El inicio del Estrecho de Lacarra

Ya avisa el nombre: los paredes verticales nos cierren el paso. Así que esta gorga es el tope austral de nuestra excursión. Podemos aprovechar las aguas profundas para refrescarnos con un baño, pero el siguiente tramo del Alcanadre es una secuencia de pozas profundas encadenadas, oprimidas por paredes verticales y no es del todo apto para el perro*.

Resta volver al coche por uno de los caminos mencionados.

La Badina del Quejigo

La Badina del Quejigo.
Se ve de donde procede el nombre. Aunque el árbol está muerto, se mantiene de pie.

*Nota personal

Podemos convertir la gymkana a una autentica aventura – una excursión seria de una jornada completa, si estamos dispuesto a traspasar el Estrecho de Lacarra.

Este tramo es muy acuático, con badinas largas y profundas. Ademas hay que resolver un caos y destrepar varios resaltes. Por estas razones, no lo he elegido para esta entrada principalmente, sino que lo anoto como «anécdota personal».

El Caos de Lacarra

El Caos de Lacarra.
Detalle del caos que tenemos que resolver.

Pues, para los nadadores buenos y conocedores de la zona (hombres y perros) en días soleados de caudal reducido:

– Bajar por la Senda de los Gradones

– Visitar la ermita

– Traspasar los Estrechos de Lacarra (1-2h)

– Salir del barranco en la Badina Cebollero (15min)

– Subir a la Costera de Naya (1h15)

– Bajar por la Fajana de Martín Juan (45min)

– Visitar el caos de la Fuente Conciatas

– Subir por la Fajeta del Ordio

En el Estrecho de Lacarra no hay que instalar rapeles, pero tendremos que destrepar en varios ocasiones y pasar a nado por pasos muy estrechos entre paredes de roca.

Después del caos llegamos a la Badina Cebollero donde se encuentra la salida del barranco, descrito en la entrada «Vuelta por los Estrechos de Tamara y el Huevo de Morrano».

La Fajana de Martín Juan

La Fajana de Martín Juan.
Las vistas al Cañón de San Martín. Se reflejan los paredes opuestas en el agua.

La Ermita de San Martín

La Ermita de San Martín

En la pista nos dirigimos hacia la derecha. Después de otra bifurcación, donde seguimos otra vez por el ramal derecho, ascendemos hasta que un cartel nos indica la bajada a San Martín. Este tramo es caluroso, fatigoso y poco atractivo, pero nos compensan las vistas excepcionales mencionadas antes.

Un recorrido muy entretenido y relativamente delicado para toda una jornada que no nos decepcionará.

El Cañón de San Martín

El Cañón de San Martín por la tarde desde la Fajeta del Ordio.
Al fondo se divisa el Huevo de Morrano.

El Azud de Arbaniés

El acceso al azud

El acceso al azud.
Una escalera empinada salva el muro de la acequia.

Una excursión corta y fácil que nos lleva a una escondida presa donde antiguamente represaron el agua para un molino. Hoy en día quedan apenas las ruinas del edificio, pero la interesante construcción del azud y de la acequia podemos visitar sin ningún problema o esfuerzo. Debajo de la presa hay una poza de la que nos podemos aprovechar para dar nos un baño en verano, aunque está vestida, salvaje y sombría. Sea como fuere, el perro seguramente aprovechará las aguas frescas del Guatizalema.

Ficha ArbaniésTiempo:

 Desde el coche al azud: 15min.

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Total: 30min.

Aparcamiento:

De la carretera A-1227 nos desviamos hacia Arbaniés. Nada más cruzando el puente sobre el Guatizalema aparcamos a mano derecha justo donde nace la pista.

Acceso:

Andamos por dicha pista hasta que llegamos a un cruce Seguimos recto hasta el segundo campo a nuestra derecha. Este tenemos que cruzar.

El azud de Arbaniés:

El azud de Arbaniés

El azud de Arbaniés.

Por una senda traspasamos el bosquecillo que flanquea el río y llegamos a una plataforma rocosa encima del azud.

Río abajo cruza la senda la acequia por una escalera empinada y nos llevará a la orilla de la poza que se halla debajo de la presa. Dicha acequia pasa por debajo del desplome de la roca y está todavía en funcionamiento para transportar el agua del riego a los huertos río abajo.

Las ruinas del molino

Si seguimos por la pista de acceso en dirección sur, llegaremos a la carretera que conecta Sietamo con Arbaniés. Antes de topar con ella podemos tomar un desvío a mano derecha (el 2º) para bajar a un a bonita zona de huertos. En esta bajada se hallan las ruinas del viejo molino entre las zarzas. Estas impiden que nos acercemos al edificio, y nos quedemos sin haber visitado su interior, pero de esta manera podemos prolongar el paseo por una media hora visitando la zona de los huertos y otro elemento de este ejemplo de la arquitectura de agua.

Retorno:

Rehacemos el camino.

Detalle de la acequia

Detalle de la acequia.

Visita al joven Guatizalema

Para empezar, no estoy seguro, si el barranco que visitamos es parte del mismo Guatizalema o su nombre es Río Bail y cambia la denominación a partir de Nocito. Los mapas y libros se contradicen. Sea como fuere, la poza es preciosa y merece una visita, aunque el acceso está invadido totalmente por la vegetación y no sirve para el disfrute.

Ficha joven GuatizalemaLa zona donde se halla es un escondite entre campos abandonados y olvidados. Los únicos testigos de que había gente pasando por allí son los viejos muros de sujeción, el perdido camino de acceso y una vieja tubería de plástico que cogía agua para el riego.(Nadie se siente responsable para recogerla, y por eso sigue allí pudriéndose.)

Tiempo:

Del coche a la poza 15min.

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Total: 45min.

Aparcamiento:

Dejamos el coche en un ensanche de la carretera que sube de Nocito al collado de Bail (hacia la Guagera) en la primera pista a mano derecha. Hay sitio para un vehículo.

Acceso:

Bajamos por la pista, intransitable y llena de vegetación, hasta una torre de alta tensión. A partir de aquí tenemos que avanzar sin camino obvio.

Lo mejor es seguir en la misma dirección hasta que llegamos a un campo colgado encima de la cascada, donde vemos bien por donde podemos realizar la bajada.

Así que retrocedemos unos metros y bajamos a una zona de roca sin vegetación. (En esta «zingla» podemos encontrar los rastros del camino de acceso que procede desde el sendero que conecta Nocito con Ibirque.) Del extremo de la zingla más cerca del barranco podemos destrepar (paso de I) a un bosquecillo por le cual tenemos acceso a la poza.

La poza y la cascada

En la cueva debajo de la cascada

En la cueva debajo de la cascada.
Robert está vigilando la mochila.

Por su orientación al sur y una perfecta piedra plana podemos descansar y tomar el sol en las orillas de la poza sin ningunas molestias. El agua es limpia, cristalina y invita a un baño. En un lado de la cascada se encuentra una curiosa cueva a la cual podemos introducirnos nadando. Encima de la cascada está muy presente el muro que sujeta el campo que hemos visitado antes.

Retorno:

Volvemos al coche rehaciendo el camino de acceso.

El Tozal de Guara y Nocito

El Tozal de Guara y Nocito desde el aparcamiento.