Alastrué y las raíces del Mascún

La Pardina Ballabriga

La Pardina de Ballabriga.
Robert disfruta corriendo por los amplios campos.

El paraje de donde surge el Mascún es poco conocido, ya que el acceso a esta zona es de cualquier manera larga. Aún así vale la pena visitarla, pues estos pueblos, prados y barrancos narran del pasado y de la dura vida en estas tierras mejor que nadie.

Ficha AlastruéEl Barranco San Lázaro cambia su nombre a «Río Mascún» justo en la desembocadura del Barranco San Póliz, y siguiendo su curso contra la corriente nos lleva al pintoresco pueblo  de Alastrué. Este y la aldea de San Hipólito – los dos abandonados – son motivaciones suficientes para explorar la zona de donde procede el Mascún.

Recorte Mapa Alpina

Recorte Mapa Alpina.

Como la pista de acceso y regreso es larga y calurosa, hacemos bien en madrugar y planear la ruta de una manera que empezemos con el retorno a una hora ya más avanzada.  (Otra buena opción sería, ir en bici por esta pista.) Preparamos la mochila con el almuerzo, el agua y la correa para hacer un viaje por el tiempo a una zona escondida detrás del barranco más famoso de toda la Sierra.

Tiempo:

Del puente del Balcez a San Hipólito: 1h.

San Hipólito a Alastrué: 1h.

Bajada por el Barranco Foroñón: irrelevante.

Camino por el Barranco San Lázaro: 30min.

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Total: irrelevante, 4h 30,  con la exploración de los pueblos se extiende a una jornada completa.

Aparcamiento:

Desde Las Bellostas baja una pista al Río Isuala. Cerca del puente hay sitio para dejar el coche.

No es fácil encontrar la pista en el pueblo:

10m después del desvío de la carretera al pueblo tenemos que girar otra vez hacia la derecha y rodear el pueblo por debajo por una traza asfaltada que termina en una granja. Allí nace la pista a mano izquierda justo antes del complejo de edificios.

Acceso:

Seguimos andando por la pista hasta el pueblo San Hipólito. Un poco antes cruzamos el Barranco de San Póliz, justo donde llega otra pista que viene de la Pardina Albás. En primavera el barranco lleva agua y el perro puede refrescarse en una pequeña poza. Debajo del pueblo vemos un cartel que nos manda a Alastrué.

Una variante es lo siguiente:

El Sendero Quejigos

El Sendero Quejigos

El Sendero Quejigos.

Para hacer el acceso más (muchísimo más) atractivo recomiendo este sendero recién limpiado y balizado. Su inicio está marcado con un visible cartel en la pista y su final nos deja de nuevo en la misma pista cerca de San Hipólito que se divisa en lo alto en el oeste. Más informaciones sobre esta variante se encuentran en la entrada «El Sendero Quejigos y la Pardina Albás«.

El camino está balizado a partir de San Hipólito. Subimos a la aldea.

San Hipólito:

Bordas en San Hipólito

Bordas en San Hipólito.

En San Hipólito o San Póliz encontramos muchos detalles que nos cuentan de la vida en la montaña de entonces. Hay dos casas, la iglesia y muchos edificios adicionales. Vale la pena introducirse en las casas y contemplar objetos como una pila de aceite, un cumo de una sola piedra, el hogar y, en especial, una bonita escalera de obra de fábrica.

El sendero sigue en el otro lado del pueblo y sube a los prados de la Pardina de Ballabriga que esta a poca distancia y visible desde lejos. Controlamos al perro cuando llegamos, pues suele haber ganado. Si el ganado no está presente, nos podemos aprovechar de un terreno, donde el perro puede correr y disfrutar de los amplios campos sin molestias de los pinchazos del Erizón.

La Pardina de Ballabriga:

Otra vez nos vemos enfrentados con el pasado, y más, si nos introducimos en el edificio principal nos asombrarán el reloj y los dibujos en las paredes y maderas. También sorprende la fachada de una borda gigantesca con dos entradas, una borda curvada de dos pisos y la vieja torre de luz.

Una borda en las cercanías de Alastrué

Una borda escondido entre árboles en las cercanías de Alastrué.
Justo allí termina la pista que llega de la Pardina de Ballabriga.

Seguimos a las balizas, ahora por una pista que se introduce en el valle del Barranco San Lázaro, a mano izquierda de la borda grande. Pronto capta nuestra vista una boca negra de una cueva al otro lado del valle: la Cueva de la Fabosa. Pero dejamos la visita de esta para más tarde, cuando el sol no pega a dentro. La pista se convierte en un sendero que pasa un gran campo, cruza el barranco y empieza a subir en zig-zag la última cuesta hacia Alastrué. Ignoramos un desvío a mano izquierda hacia Miz y nos acercamos otra vez al río que forma en este lugar pequeñas bañeras y una bonita cascada. Ya estamos cerca del pueblo y en cuando llegamos al llano donde se ubica, tenemos que controlar al perro para que no asuste el ganado que vamos a encontrar. 

Alastrué:

El templo de Alastrué

El templo de Alastrué

El pueblo y su entorno son una maravilla. Alastrué se encuentra en la explanada de una loma que divide dos barrancos antes de su desembocadura. En el camino de la subida hemos conocido ya al barranco de la derecha y sus acantilados. Después vamos a bajar por el otro barranco a la izquierda del pueblo.

La iglesia está en la zona más expuesta hacia los acantilados que se desploman a la desembocadura, y es justo ella que se ha conservado mejor – una visita es imprescindible. Las casas y bordas podemos visitar y buscar detalles como un horno de pan o una cama de madera y aprovechar el ambiente encantador para el almuerzo, ya que hemos llegado a la mitad de la excursión.

Alastrué

Alastrué.
La explanada herbosa debe ser un paraíso para el ganado.
¡Atención! De vez en cuando las vacas se meten en las casas del pueblo para sestear y nos pueden dar un buen susto cuando les despertamos. (Y nosotros a ellos igual.)
No es ninguna broma, una vez Robert y yo hemos escapado corriendo del pueblo con una vaca (o ha sido un torro?) persiguiéndonos.

Continuamos la ruta por la pista que baja hacia el este, a la Pardina Albás, ahora sin señalización. Donde la pista cruza el arroyo, nos desviamos a la izquierda y bajamos por los campos en la orilla derecha. De esta manera nos introducimos en el Barranco Foroñón.

El Barranco Foroñón:

El Barranco Foroñón

El Barranco Foroñón.
La bonita cascada grande con las coladas y esculturas de toba.

Bordea Alastrué por su izquierda y está mejor configurado que su gemelo en el otro lado. No podremos bajar por el lecho, pues encontraremos cascadas que requieren la instalación de rápeles, pero hay sendas más o menos perdidas por los dos lados del barranco.

Hay que valorar la singularidad de este lugar:

¡En estos resaltes y cascadas no se encuentran chapas, ni reuniones! Estamos en un barranco que se resiste todavía al mundo del barranquismo, no obstante quedan muy pocos “barrancos vírgenes” en Guara. En este caso la razón que le ha salvado, será la larga aproximación en combinación con un breve encajonamiento. Sea como sea, esperamos que sigue virgen por mucho más tiempo.

Si perdemos la orientación en este tramo, tenemos que recordar que a poca distancia río abajo, justo después de la confluencia de los dos barrancos, cruza el camino de la subida el lecho. Si hemos superado lo pendiente, podemos avanzar hasta dicho camino por el bosque, ya que no es muy denso y hay varios campos escondidos entre los árboles.

Pues, bajamos por los campos de la orilla derecha hasta donde terminan. En la esquina izquierda encontramos una senda que cruza el arroyo. Seguimos por un camino algo vestido por poco tiempo en la orilla izquierda hasta adivinamos los primeros resaltes de agua.  Allí podemos bajar por un ramal de la senda a la cabecera del primer resalte. En la orilla opuesta encontramos una senda, relativamente bien marcada y recta, que baja paralelo al curso del agua. En este tramo notamos que el lecho se desploma, pues escuchamos el agua ahora mucho más abajo.

Llegamos a una bifurcación hacia nuestra izquierda, hacia el barranco, justo donde vemos unos alambres clavados en los árboles (una valla vieja). Bajamos por esta senda que nos acerca al barranco y nos deja debajo de la cascada grande. La poza de este salto es somera y invita sólo a nuestro perro a disfrutar de un baño, pero nosotros podemos gozar de una ducha fresquita debajo del chorro.

Volvemos al desvío cerca de la valla y seguimos por la senda de antes hacia la derecha. Pronto llegaremos a una zona más pendiente y rocosa, donde la senda empieza a bajar más decidido en zig-zag y donde finalmente se pierde. Más abajo en una zona más llana, nos dirigimos sin senda hacia el barranco a nuestra izquierda para encontrar otra vez el curso del agua.

El Barranco Foroñón

El Barranco Foroñón.
Una fabulosa poza en el final de las cascadas.

Si estamos dispuesto a mojarnos hasta la rodilla, aconsejo buscar una bajada al lecho y remontarlo hasta topar con una poza preciosa y aislada – una piscina particular. Esta poza sorprende por la temperatura del agua, pues es mucho más fresca.

Para volver a la pista que procede de Ballabriga salimos del lecho por donde hemos bajado y seguimos andando en dirección río abajo, siempre cerca de la orilla derecha entre los árboles. Pronto se forma una senda que cruza varios campos escondidos dentro del bosque y que alcanza la confluencia. Allí cruzamos el arroyo afluente y cogemos la senda que sube a mano derecha que nos llevará en breve al camino de subida a Alastrué, que conocemos de antes. Volvemos por la pista que nos ha traído desde la Pardina Ballabriga hasta que estamos ya cerca de la Cueva de la Fabosa. Allí hay varias sendas que atraviesan el río y nos acercan a este covacho gigantesco.

La Cueva de la Fabosa:

La Cueva de la Fabosa

La Cueva de la Fabosa.
Robert se esconde del calor en la sombra.

En este enorme abrigo que recuerda a la cueva de las Polvorosas en el Cañon del Formiga encontramos los típicos elementos para encerar y el ganado por la noche. Después de lluvia abundante cae una bonita cascada por la bóveda.

Nota personal:

Hay una leyenda que cuenta de unos 13 Templarios los cuales huyeron al principio del siglo XIV del régimen francés del rey Felipe IV y se escondieron en una cueva en el curso del Barranco San Lázaro entre San Póliz y Alastrué. Aunque la ejecutiva francesa les persiguió, fueron capaces de defender su nueva vivienda y pasar el otoño de sus vidas en esta cueva convirtiéndola en un hogar productivo con huertos y ganado. Cuando se murió el último de los Templarios aparecieron rumores sobre un tesoro que se ocultase dentro de las tumbas de los monjes guerreros, cómo era habitual para los miembros de este orden. Por desgracia, los cazatesoros nunca pudieron localizar exactamente el sitio de las 12 tumbas.

¡Si se trata en la leyenda de la Cueva de la Fabosa, el tesoro templario todavía reposa en las tumbas escondidas cerca de ella!

La leyenda, bien contada, es una de las múltiples historias que cuenta Javier Cassasus Latorre en su estupendo libro «Leyendas de Guara».

Volvemos de la cueva por un ramal de senda que nos sitúa cerca del río un poco más abajo de una zeta que describe el curso del agua en un lecho rocoso.

Barranco de San Lázaro

Barranco de San Lázaro.

Ya desde la confluencia el río se llama «Barranco de San Lázaro» y nos acompañará por el siguiente tramo. Buscamos un sendero que baja por la orilla izquierda paralelo al río. Esta bonita senda cruza bosquecillos y campos siempre cerca del agua. Una vez tenemos que traspasar una valla por una curiosa puerta para poder seguir nuestro camino cerca del agua. La pista de retorno ya no queda lejos y tenemos que valuar, si es mejor esperar a lado de unas de las pequeñas pozas hasta que se vaya el calor del día, ya que el retorno (por la conocida pista de acceso) puede resultar caluroso.

La senda termina en una pista que nos lleva por la izquierda en seguida a San Hipólito, pero nos podemos asomar un poco hacia la derecha por dos razones:

La Fuen de Latosa

La Fuen Latosa

La Fuen Latosa.

Si nos falta agua potable, podemos andar 10min hasta la Fuen de Letosa que suele lleva agua.

El nacimiento del Río Mascún
Cuando cruzamos el Barranco de San Lázaro antes de la fuente, podemos bajar unas docenas de metros por el lecho hasta la desembocadura del Barranco de San Póliz. Aunque la confluencia no tiene un paisaje especialmente bonito, merece una visita, porque el Barranco san Lázaro cambia su nombre a partir de este punto a Río Mascún.

Retorno:

Volvemos por la misma pista de acceso al coche.

Las vistas desde la pista del acceso y retorno al Pirineo

Las vistas desde la pista del acceso y retorno al Pirineo.